
Capitulo 17: Confrontación Directa
¡WIUUU!
¡WIUUU!
De fondo las alarmas intermitentes todavía zumbaban. En las afueras del edificio internacional de Luminira, una multitud de figuras distinguidas trataban de abrirse paso.
¿La causa principal?
Click! Click! Click!
Los flashes de cámaras y micrófonos de periodistas emergieron como carroñeros hacia una presa de un momento a otro.
-Rey Thorin, ¿Es verdad que hay tensiones crecientes entre los enanos y los gigantes?
-¿La explosión de hace poco fue un accidente o un ataque deliberado?
Muchos de los representantes trataron de seguir el rastro de aquella explosión, sin embargo, el detalle de que los periodistas y reporteros aguardaban expectantes sobre el resultado de aquella reunión era algo que había pasado por alto debido a la adrenalina del momento.
-¡Príncipe Arlanor! -gritó una periodista, con el micrófono estirado hacia el elfo-. ¿Cuál es el estado actual del Rey Elfo tras el incidente? ¿Está su vida en peligro?
-¿Cree que este ataque fue dirigido específicamente hacia su reino? -insistió otro
Arlanor, con el rostro endurecido y una sombra de agotamiento en sus ojos verdosos, apenas frenó su paso.
-Mi padre está bajo cuidado médico y estabilizándose. No daré más declaraciones por el momento -respondió con tono seco, apretando los puños con intensidad, sus guardias élficos formaron un perímetro para protegerlo.
En otro extremo, un grupo de periodistas rodeaba a una de los delegados de la Federación Humanoide, el hombre con cabeza de pájaro.
-Señor Ra'kash, ¿qué tiene que decir sobre las acusaciones de explotación de recursos en los territorios compartidos?
-Esas acusaciones carecen de fundamento. -Contestó el líder aviar.-. La Federación Humanoide ha seguido todas las regulaciones internacionales, y cualquier inquietud será abordada en el foro adecuado.
Al mismo tiempo, Darkness intentaba mantener la compostura a pesar de los reporteros que la rodeaban.
-Lady Dustiness, ¿es verdad que los recientes rumores sobre un romance están relacionados con un representante de otro reino?
-¡O un compañero de aventuras! -Gritó otro, tratando de darle más sazón a la noticia.
-¡Últimamente usted y el príncipe Jatice son demasiado cercanos! ¿Qué tiene que decir al respecto?
-¡L-la privacidad es importante para todos! -respondió Darkness, visiblemente avergonzada al tiempo que trataba de recuperar la compostura.
Detrás de ella, al tiempo que actuaba como barricada humana junto a otros guardaespaldas, Megumin tecleaba repetidamente su celular con evidente frustración.
-¡¿Dónde se metió él?! -gruñó, al ver nuevamente que la llamada a Kazuma no conectaba-. ¡¿Batería baja?! ¡Pero si lo cargué hace unas horas!
En ese instante, Yunyun llegó corriendo desde las escaleras del edificio, sujetando un dispositivo similar al de Megumin.
-¡Debe ser por la explosión...! -explicó entre jadeos-. La onda de choque afectó los dispositivos electrónicos. Mi teléfono tampoco funciona...
-¡Esto no puede estar pasando! -se quejó Megumin, agitando los brazos-. ¡¿Qué hay de Jats?! ¡Darkness, dile a Jatice que busque a Kazuma!
-¡Agradecería mucho que encontraran a ese holgazán cuanto antes! Aún no me creo que me dejó él trabajo de escolta a mí solo... -Regañó Mitsurugi en el fondo.
Darkness, obligada a dividir su atención, logró girarse hacia Megumin con una sonrisa que apenas disimulaba el agotamiento.
-Jatice está... -dijo, haciendo una pausa para contener una exhalación y calmarse- coordinando con las fuerzas de Luminira. No creo que pueda ayudarnos ahora mismo. Además, ¿no crees que estoy un poco ocupada aquí?
-Claro, como si no te importara que te bombardeen con las preguntas más desvergonzadas... -murmuró Megumin, fulminando a los periodistas con la mirada.
El comentario apenas había salido de su boca, cuando un reportero dirigió su atención a ella.
-¡Señorita Megumin! -gritó, logrando captar su atención-. ¿Cómo evalúa el poder de su hechizo en comparación con la magia sagrada de la familia real, como el Sacred Explode?
En cuanto se le hizo esa pregunta, los ojos de la carmesí brillaron al instante, y su expresión cambió de exasperación a puro orgullo.
-¡Mi Explosión es incomparable! -declaró, con voz firme y gesticulando hacia las cámaras-. No existe magia que iguale su poder devastador. ¡Que quede claro! ¡Están ante la asesina de calamidades! -añadió, adoptando una pose dramática que hizo destellar aún más los flashes.
Apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando otro periodista lanzó una pregunta igualmente provocadora.
-Y una pregunta importante, ¿qué opinas sobre los rumores de que el príncipe Jatice, el hombre más fuerte del mundo, ha perfeccionado una variante explosiva llamada "The Beyond"?
-Jatice puede llegar a exagerar a veces... -respondió con naturalidad-. pero si realmente ha creado ese... "The jon" o como se llame, ¡Debe ser algo muy genial! Pero incluso él sabe que mi Explosión posee un estilo y perfección inigualables.
Su tono denotaba respeto hacia él, pero su mirada sugería que no podía permitir que nadie opacara su habilidad.
-... No actuar de forma desvergonzada, ¿no? -Preguntó Darkness a su lado, torciendo una mueca.
Mientras aquello ocurría, Yunyun notó como Iris estaba distanciada de ellos a escasos metros.
Normalmente, ante los comentarios descarados de Megumin sobre que su magia explosiva era mejor qué el linaje sagrado de la familia real, habría ocasionado que Iris saltase sin dudar a la acción con tal de defender el orgullo.
Pero no era el caso, Yunyun notó cómo la princesa con su vestido azul impecable, parecía perdida en pensamientos que la apartaban de la realidad.
-Iris-chan -insistió Yunyun con suavidad, inclinándose un poco hacia ella-. ¿Estás bien?
-¿Eh? Ah... Yunyun. -Iris parpadeó como si apenas la hubiera notado, con apago en su voz.
-¿Qué te pasa?
Iris guardó silencio unos segundos, flanqueando con la mirada un punto indefinido del entorno. Finalmente, murmuró, como si estuviera dudando incluso de sus propias palabras:
-No sé... si lo que vi fue real... O si estoy dejando que la presión me afecte demasiado.
No sabia como reaccionar a tal comentario, ¿Debería sentir preocupación o confusión? ¿Acaso la onda mágica también le afectó?
Aunque tenia que admitir que ella había vomitado tan pronto como salió del edificio, pero remitiendo aquel recuerdo vergonzoso, Yunyun preguntó:
-¿Lo que viste? ¿Qué viste exactamente?
Iris negó levemente con la cabeza, como si no quisiera entrar en detalles.
Sus pensamientos aún revoloteaban en torno la imagen de ese chico atravesando el cristal como si no existiera.
-Es complicado... quizá no tenga importancia.
Yunyun frunció el ceño, claramente insatisfecha, pero se contuvo. Iris no solía dudar de sí misma, y su actitud ahora era más preocupante que cualquier respuesta vaga.
-Bueno... tal vez un cambio de aire te ayude -dijo Yunyun al fin, con un tono más animado-. Megumin está acaparando a los paparazzis, ¿por qué no me acompañas un rato?
Iris levantó la mirada con suma sospecha.
-No irás a la sección de Brydle, ¿verdad?
-¿Por qué preguntas eso? -respondió Yunyun, haciéndose la desentendida mientras extendía la mano hacia Iris.
-Porque hace un momento estabas diciendo que querías "asegurarte" de algo. Y todos sabemos qué significa eso.
Yunyun se sonrojó levemente y esquivó la mirada.
-¡Yo solo...! Quiero saludar a Dust, eso es todo.
La princesa torció el ceño, como si acabara de escuchar la excusa más débil del mundo.
-¿Sheyka-san? ¿A ese idiota que te hizo llorar el mes pasado? ¿En serio?
-¡Fue un malentendido! -se apresuró a responder-. Y no fue como lo estás diciendo...
-Ajá... -murmuró con ironía-. Claro, porque no pareció un malentendido cuando me llamaste a las tres de la mañana lloriqueando porque "Dust" era un idiota y no había entendido tu indirecta.
-¡E-E-Eso fue otra cosa! -gritó Yunyun, roja como un tomate, casi al borde del colapso de la vergüenza.
Pero Iris, al contrario de su amiga, ella esbozó una sonrisa maliciosa y dejó caer el golpe final.
-¿En serio creíste que "Bésame sin la O" era una indirecta romántica efectiva? ¿Sabes cuánto tiempo tardé en procesar el acertijo cuando me lo contaste?
Yunyun se cubrió la cara con ambas manos y soltó un quejido ahogado, incapaz de defenderse de ese ataque directo.
-¡Creí que funcionaría! -murmuró, dejando caer los brazos como si aceptara su destino-. Pero ya he madurado desde entonces, ¿sabes? ¡Incluso estoy escribiendo mi propio libro ahora!
-¿No es ese el de "100 años de soledad"? hehehe... -Iris soltó una risa suave-. Supongo que el título combina considerando tu historial.
-¡Qué cruel eres! ¿¡Desde cuándo te volviste así!? -protestó Yunyun, entre ofendida y avergonzada.
Iris dejó salir una pequeña risa, mientras sin darse cuenta, volvía a su ensimismamiento.
-Esos rayos... -Susurró Iris.
Recordaba esas chispas esmeraldas que salieron del cuerpo del muchacho.
Pero la supuesta Onceava Calamidad en las grabaciones tenia el mismo patrón de colores qué aquello que vio.
¿Quién era Kazuma Satou?
Un cobarde con el descaro suficiente para esconderse detrás de ella o de cualquiera con tal de evitar el peligro. Un hombre sin vergüenza, famoso por decir lo que pensaba sin filtros, sin importar quién estuviera frente a él, ya fuera un plebeyo o la realeza.
Y aun así, era alguien en quien podía confiar. Alguien que, a su extraña manera, siempre se preocupaba por los demás, incluso cuando fingía no hacerlo.
Pero, ¿lo conocía de verdad?
Iris sacudió la cabeza y volvió a centrarse en el presente, intentando borrar de su rostro la preocupación que la había dominado.
Yunyun, notando la reacción de de su amiga. Decidió no decir nada por el momento.
'... Sea lo que sea lo que vio, claramente le afecta más de lo que deja ver', pensó Yunyun mientras empezaban a caminar.
***
Dos minutos antes...
-¡¡LAGARTIJA HIJA DE LA MARACAA!!
El grito resonó a través de la avenida principal que conectaba con la majestuosa Plazoleta de Luminira.
Un enorme cráter, lo suficientemente grande como para abarcar 7 cuadras enteras, se cernía sobre el pavimento destrozado, con bordes ennegrecidos y humo espeso ondulante que ascendía hacia el cielo.
¡Blam! ¡Blam!
-¡Para! ¡¡PARA!! ¿¡Cómo es que duele tanto!? ¡¡Y que no soy una lagartija!! -chilló Kalameet, encorvándose del dolor.
-¡Cállate! -vociferó Kazuma, con los dientes apretados-. ¡Te dije claramente que te quedaras en la mazmorra! ¡Si no vienes, estas cosas NO PASAN!
-¡Como osas golpearme con un simple periódico! ¿Querías que muriera de hambre?
BLAM!
-¡AUGH! ¿¡De que está hecho!?
El periódico parecía vibrar con la energía carmesí, chisporroteando con furia.
A pesar de las escamas impenetrables de Kalameet, golpe tras golpe impactaba como si un látigo de acero cayera sobre su orgullo y, más importante aún, sobre su trasero.
Regina apareció al borde del cráter, materializándose al tiempo que observaba como el castaño le daba una reprimenda al dragón.
-Sabes que esto es lo más cercano a maltrato infantil, ¿verdad? -preguntó Regina, cuestionando el reaccionar del chico.
Al escuchar aquella voz, Kazuma subió su mirada con una cara de pocos amigos para luego responder:
-¿De verdad la que tiene el título de "Diosa Maligna" está en posición de darme reprimendas morales? ¡Y si puede adoptar la forma de un chico de 16 años, también puede adoptar algo de sentido común!
Blam!
-¡¡¿TENÍAS QUE HACERLO OTRA VEZ?!! -gritó Kalameet, lanzándole una mirada de traición mientras su cola temblaba como una gelatina.
Él ignoró las quejicas del rubio, inhaló para reanudar su sermón, pero de repente...
Turututuuu!
El sonido agudo de un timbre de llamada resonó en el cráter, deteniéndose en seco con el periódico en alto y una vena marcada en la frente, Kazuma sacó su teléfono para luego mirar la pantalla y palidecer.
[-Llamada Entrante: Mi Nukemin <3]
Inmediatamente saltó de ese lugar y se alejó a pasos agigantados, haciendo unos ejercicios de respiración para sí mismo.
-Cálmate un poco, relájate... - murmuró para sí mismo, intentando que su expresión pasara de loco furioso a novio despreocupado.
Las chispas carmesíes se disiparon al instante. Sus ojos bermellón pasaron al verde esmeralda, y su postura rígida se transformó en una más relajada.
Fush!
De un salto, llegó hasta donde estaba Regina. Al tiempo que lanzaba miradas de advertencia tanto a ella como al adolorido Kalameet.
-Si hacen ruido... -murmuró entre dientes-. la pagan.
El marchito dragón ni siquiera se tomó la molestia en contestar, solo se dedicó a recomponerse. Mientras que Regina solo alzó las manos con un gesto de "No soy parte de esto".
Tick!
-Moshi moshi, Kazuma desu~ -dijo, en un tono que no usaba hace mucho.
-¡MIRA BIEN, HIJO DE TU PU-! ¡Hargh! ¡NO MÁS FOTOS...! -vociferó Megumin desde el otro lado de la línea.
El grito fue tan potente que Kazuma tuvo que apartar el teléfono ligeramente de su oído.
La verdad, no debería haberle sorprendido, pero aun así... ¿realmente esperaba algo más amable? Por supuesto que no.
De fondo pudo distinguir el sonido de sirenas de ambulancias acercándose hacia este lugar, afortunadamente todavía estaban lejos.
Si alguien lo viera en ese momento, juraría que estaba en una entrevista laboral y no en medio de un apocalipsis menor.
-¡Ah, Megumin-chan, qué alegría oír tu voz! ¿Te he dicho que tienes una bonita voz? ¿Todo bien? ¿Qué pasa?
-¡No me cambies de tema, maldito cobarde! -rugió Megumin con tanta furia que casi pudo verla fuera del celular-. ¿¡Dónde estás!? ¿¡Cómo se te ocurre largarte cuando, posiblemente...!?
El ruido en el fondo disminuyó un poco, como si Megumin estuviera buscando un rincón más silencioso. Luego, su voz bajó a un susurro.
-¡Ese dragón podría aparecer! ¡Esto es serio!
-Eso es algo... ¡Yo también estoy preocupado! -respondió Kazuma rápidamente, poniendo una mano sobre su pecho-. ¿Crees que no estoy aterrado por el posible apocalipsis dragonico que nos espera?
-¡Aún así te necesitamos aquí! - insistió ella.
El "apocalipsis" en cuestión, dejó escapar un gruñido ronco y se puso de pie con torpeza, avanzando hacia el borde del cráter con grandes zancadas.
-Te juro que voy a matarlo algún día... ¿Eh?
Pero se detuvo en seco al notar algo que le desconcertó demasiado.
-¿Dónde sacaste eso? -Preguntó Kalameet confundido hacia Regina.
Frente a él, Regina se había acomodado plácidamente en una silla plegable que no estaba ahí hace dos segundos y sorbía con elegancia de una taza de té humeante.
-Los eventos caóticos tienden a darme sed... Y si algún día lo matas, envíame pruebas. Quiero reírme de él en su tumba.
Kalameet parpadeó, estupefacto.
-¿Y la silla?
-Tengo mis métodos. -Sonrió Regina.
Mientras aquella interacción entre ambos se producía, Kazuma soltó una exagerada exhalación, dándole tiempo para improvisar una mentira convincente.
-¿¡Estás loca!? -protestó, cuidadosamente evitando el borde del cráter-. ¿Correr hacia un monstruo que puede destruir el mundo? ¡No, no y no! De hecho, me aseguré de ocultarme en el lugar más seguro que conozco.
-... ¿Y dónde es eso? -preguntó la carmesí, desconfiada.
Su mente, como un mecanismo defectuoso, improvisó lo primero que se le ocurrió.
-Oh, me encontré con Aqua... ¿Quieres hablar con ella?
Al escuchar la barbaridad que salió de la boca del muchacho, Regina, levantó la vista de golpe.
Al igual qué Kalameet, que buscaba polvo inexistente en su capa para ignorar el mundo, giró la cabeza hacia el castaño en son de confusión.
Consciente de las miradas de ambos, Kazuma carraspeó y dejó que los rayos del programa Control atravesaran su laringe.
-¡Ah, Traidor-zumaaa! ¡Nini estúpido, ven aquí! -Un tono llorón y agudo salió de sus labios, era la voz de Aqua.
Scrash!
Regina dejó caer su taza de té, la porcelana se rompió en añicos contra el suelo.
Por otro lado, Kalameet ladeó la cabeza, con signos de interrogación prácticamente visibles encima de su cabeza.
-¿Qué...? -murmuró Kalameet.
Totalmente disociado, y metido en su papel, Kazuma colocó una mano en la cintura y gesticuló dramáticamente, alterando entre la voz chillona de "Aqua" y la suya propia:
-¡Te dije que no te voy a comprar eso! -dijo, usando su propia voz.
-¡Buaaaaaaaaaaah! ¡Que malo, que malo eres! -volvió al chillido-. ¡Vine aquí y aun así ninguno me invitó a la reunión! ¡Si no me compras lo que pedí, le diré a las chicas lo que hiciste con Chris en...!
La realidad era, que Kazuma había utilizado el programa Control para manipular sus propias cuerdas vocales, lo que a su vez le permitió hacer una imitación aproximada de la voz de Aqua.
-¡Oi, oi, oi! ¡Megumin está en llamada...! ¡¡Deja de decir tonterías, diosa inútil!! -interrumpió Kazuma, ahora en su voz normal, con el ceño fruncido.
Luego volvió inmediatamente a la voz chillona de Aqua.
-¡No me mandes a callar, Kinderzuma! ¡Eres un NEFASTO! ¿Quién crees que limpió todas las botellas vacías de la última fiesta, eh? ¡Yo, la diosa más hermosa, útil y adorada de mi culto! ¡¡ALABAME!!
-¡¿Útil?! -replicó Kazuma con su voz habitual, mientras levantaba un dedo al aire-. ¡Mientes en todos los dientes, perra borracha! ¡Tú fuiste quien rompió los barriles!
-Pftt... Jaja.
Regina, se cubrió la boca con ambas manos para apenas opacar la creciente risa.
En el otro lado de la línea, Megumin permanecía en un silencio cada vez más incómodo. Finalmente, intervino:
-Kazuma... ¿estás bien?
Al escuchar la voz de la chica, se detuvo en seco. El periódico seguía colgando de su cintura y, por un instante, pareció que había vuelto en sí.
-¿Ah? Sí, claro, claro. Ya sabes qué Aqua es muy pesada, pero... Todo está perfectamente bajo control, Megumin.
-... Seguro... -Megumin soltó un pequeño suspiro y luego suavizó su tono-. Por favor, ten cuidado, ¿sí? Sé que siempre haces tonterías, pero no quiero que te pase nada.
Kazuma parpadeó, un poco desconcertado por la repentina preocupación de la carmesí.
'Entre nos, pienso que soy el más normal del grupo.' Añadió Kazuma en su corazón.
-Ah, bueno... sí, claro. Yo también... cuídate.
-Y vuelve pronto al hotel, por cierto. Me encontré con alguien acá. Y quiero presentarlos formalmente.
Viendo la pantalla de su celular, su ceño pasó a meditación.
'¿Presentarme a alguien?' Preguntó Control, algo aturdido.
[-¿Hmm? ¿Quién?]
Sin embargo, antes de que pudiera preguntar más, la llamada terminó con un suave beep.
De repente, sintió una presencia a su lado. Kalameet lo observaba, apartando la mirada inmediatamente con incomodidad.
-Alto esquizofrénico...-Murmuró el rubio.
En respuesta, Kazuma se volteó hacia él con furia, como si acabara de recuperar la razón.
-¡No te atrevas a llamarme así, esto es tú maldita culpa! ¿¡Como demonios se te ocurre liberar una onda de presión sabiendo que tienes a las personas más poderosas del mundo en un edificio!?
-... ¿Poderosas? Pfft... Pude destruirlos a todos y ya. De hecho, ¿Por qué no lo hice? Literalmente habría sido más fácil dominar el planeta que estar escondiéndome todo el rato. - Kalameet chasqueó la lengua, indignado.
Por primera vez, esas palabras no le sonaron tan descabelladas a Kazuma.
-Tienes razón... -murmuró, casi sin darse cuenta de que lo decía en voz alta.
En ese momento, algo dentro de su mente hizo click.
Había algo lógico en lo que Kalameet acababa de decir. Por más ridículo que sonara, las piezas comenzaron a encajar de una manera que antes no había considerado.
'... ¿Por qué me estoy ocultando?' Cuestionó él.
Había enfrentado a enemigos imposibles, esquivado la muerte en más de una ocasión, y ahora tenía en sus filas a Regina, la diosa de la venganza, y a Kalameet, el mismísimo dragón de la calamidad.
Él tenía en sus manos 3 autoridades qué controlaban cierto aspecto del universo... En menor medida, claro está. Se dio cuenta de que tenía el poder, recursos y aliados que cualquiera soñaría.
Literalmente, si quisiera, podría moldear el mundo entero a su gusto.
Y lo más importante, no era su hogar. ¿Por qué preocuparse de las repercusiones? De todas maneras, mientras no pase un cataclismo nivel galáctico, siempre podía reconstruir todas las cosas a su modo.
Kazuma sacudió la cabeza, como si intentara despejar esos pensamientos.
No, eso no era lo que quería. ¿O sí? ¿Realmente había algo malo en pensar en un propósito más alto?
Chask! Chask!
Fue expulsado de su mundo imaginario, cuando Regina chasqueó los dedos frente a él.
-A menos que quieras iniciar una guerra contra el reino más poderoso del mundo, puedes seguir soñando despierto. Pero si no, ¿no crees que es buen momento para irnos?
Siguiendo la dirección de su dedo. A lo lejos, drones de vigilancia zumbaban con velocidad, cruzando los edificios y acercándose al cráter.
Tap!
-¡¿Qué estás haciendo?! -gritó Kalameet al notar que Kazuma lo agarraba del brazo con fuerza-¡Puedo volar por mi cuenta! ¡Exijo que me sueltes ahora mismo!
Kazuma sonrió con una pizca de malicia mientras apretaba su agarre.
-Compórtate... -dijo con calma, inclinándose ligeramente hacia él-. A menos que quieras convertirte en la señorita Kalameet.
Al ver qué esas palabras calaron más que simples promesas, con todo el dolor de su alma, el rubio no tuvo más remedio que cerrar el pico.
-¡Esto no terminará así! -masculló entre dientes, fulminando a Kazuma con la mirada.
-¿Siempre amenazas a tus aliados de esta manera, o es un talento especial reservado para dragones bocones? -Preguntó Regina.
Kazuma simplemente le dirigió una mirada tranquila mientras las luces moradas y amarillas del teletransporte se encendían a su alrededor.
-Funciona, ¿no?
Frw!
Los tres desaparecieron del cráter, dejando atrás un silencio interrumpido solo por el sonido distante de los drones.
***
El lugar olía a especias exóticas y carbón, mientras los sonidos de conversaciones, risas y música se filtraban desde las puertas abiertas de varios restaurantes.
Al doblar la esquina del callejón. Frente a él, con las manos en los bolsillos y una postura tan relajada que parecía que vivía ahí, Charlie lo recibió con una sonrisa más ancha que su sentido de la moda.
-Klk manito, ¿que procede?
Kazuma parpadeó, su cerebro tardó varios segundos en procesar lo que acababa de escuchar. Luego bajó la mirada, estudiando la... interesante elección de ropa del vampiro.
-¿Ah? ¿Qué llevas puesto? -preguntó con el ceño fruncido.
Charlie, sin perder la sonrisa, señaló su cara con ambas manos como si estuviera anunciando un producto de belleza.
-Ropa para el sol, mi causa. -alzando sus gafas oscuras, le guiñó el ojo con un destello innecesario de "estilo"-. Hay que cuidarse esta beautiful creation. Además, como dice la chaviza de hoy: Toy PDF, manito. ¡Pasado de Flow! Por si no lo captas.
Desde la espalda de Kazuma, Kalameet lo miró como si acabara de escuchar el concepto más blasfemo de la creación de este planeta.
-... ¿PDF? ¿Causa? -repitió, incrédulo.
Al notar que nadie seguía su tren de pensamiento, el vampiro suspiró, para proceder a explicar.
-¡Ay, no sean amargados! ¡Me estoy adaptando a la cultura de ustedes! -agitó las manos en el aire como si les estuviera enseñando a contar hasta diez-. ¡No entiendo a los jóvenes de esta era! Todo el mundo dice: "¿Qué hay, compa?", "¿Cómo va todo, compa?", "Soy un buen compa, compa" "Klk, manito..."
-¿Legalmente puede decir eso? -Preguntó Regina a un costado.
Sin saber exactamente a lo que se refería, Kazuma se pasó una mano por la cara, esto era demasiado para su paciencia.
-Sí, bueno... klk, no vuelvas a decir PDF, por favor. Eres la imagen exacta de un viejito tratando de entrar en la... ¿"onda"? Ugh, me duele el alma.
-¿Para que no lo mataron? Está pidiendo que lo incinere a gritos. -Mencionó Kalameet, lanzando una mirada equivalente a una daga.
Charlie levantó las manos en rendición, retrocediendo un paso al escuchar el crujir de los nudillos del dragón.
-¡Espera, espera! ¡Tú también estás desactualizado! -se defendió, mientras la desesperación lo consumía-. ¿Quién sigue usando ropa del medievo a estas alturas? ¡Mírate!
-Tú solo eres un mosquito al que debo aplastar.
Kalameet entrecerró los ojos, ofendido, mientras sus dedos empezaban a brillar peligrosamente en destellos escarlatas.
Pero la atención de Kazuma se desvió por completo de aquella trifulca entre ambos.
Riling*
Un sonido de pasos ligeros resonó desde una tienda cercana, una joven salió de la tienda, llevando una bolsa de papel marrón, probablemente llena de dulces.
A Kazuma poco le hubiese importado, de no ser porque la misma joven, al notar su presencia, se dirigió directamente hacia él.
Entonces, de la nada, se detuvo frente a Kazuma y lo saludó con un leve gesto de cabeza.
-... ¿Hola? -respondió Kazuma, confuso.
La joven, indiferente a la incomodidad del castaño, se llevó un trozo de chocolate a la boca antes de inclinar ligeramente la cabeza, como si estuviese buscando a alguien.
-¿Mi maestro está contigo?
'¿Maestro?' Cuestionó Kazuma, sin saber qué responder.
-¿Puedo preguntar cuántas personas conoces? -Cuestionó Regina, sin molestarse en ocultar su tono acusador.
Kazuma se encogió de hombros, completamente perdido.
-No tantas como parece, te lo aseguro... -respondió, antes de volver la mirada a la chica.
Le llamaba bastante la atención su cabello tan blanco como los copos de la nieve, esta caía como una cascada de plata, y sus ojos amarillos brillaban como luciérnagas en la noche.
¿Dónde había visto a una chica así de hermosa en su pasado? Entonces, una imagen se formó en su mente, como un rompecabezas encajando de golpe.
-¿Faitfore? -preguntó, con sorpresa en sus ojos.
Faitfore asintió en silencio, sin mostrar ningún cambio en su expresión. Siguió saboreando su dulce como si todo fuera lo más normal del mundo.
-... ¿Tengo algo en el rostro? -Preguntó la dragona, más que curiosa.
-¡Ah, no nada! Es solo que casi no pude reconocerte.
'Mierda, no esperaba que el salto en el tiempo también aplicara a ella.'
[-Sinceramente, se me hacía raro no habérmela topado a estas alturas.]
Evidentemente, no era la misma dragona que recordaba de su mundo original. Había crecido, no solo físicamente, sino también en presencia.
Sin mostrar un ápice de duda, Faitfore se llevó otro dulce a la boca y preguntó.
-Entonces... ¿mi maestro está contigo o no? -repitió con voz tranquila.
-No, no. No me he topado con él desde la reunión. ¿Estás tú sola?
La dragona tomó otro dulce de la bolsa, tomándose su tiempo para morderlo antes de extender su muñeca.
-Mi identificador me permite ir a áreas concurridas sin necesidad de supervisión. Mientras no entre en edificios gubernamentales, no habrá problema. -Con un gesto, desplegó un holograma con su foto.
En la imagen del holograma aparecía una versión de Faitfore que Kazuma reconocía: la misma de su mundo, identificada como un "Dragón Anciano del tipo cambiante, asociado al Reino de Brydle".
-Oh, ya veo... Entonces, ¿te volviste un poco más independiente, eh? -comentó, intentando mantener la conversación ligera.
[-Carajo, es mucho más fría que mi Fore. ¡Sé que ella era del tipo kuudere, pero esta se pasa!]
Ajeno a los pensamientos del castaño, Faitfore se llevó otro dulce a la boca y contestó con monotonía:
-Lo suficiente. Aunque... hay algo que preferiría resolver contigo.
No la entendió en un principio, pero ella lo siguió mirando directamente a sus ojos, tanto que parecía atravesar su alma.
-¿Ah? ¿Qué es?
Faitfore, sin inmutarse, dejó que el silencio se alargara por unos segundos antes de responder.
-Lynn dice que dejes de darle hierbas aromáticas a Dust, la última vez que los vio a ustedes juntos. Se estaban riendo de la pared.
-...
Su mente se había quedado en blanco, no hay palabra alguna o insulto para describir el tumulto de emociones qué nuevamente este otro Kazuma ha causado dentro de él.
-No me sorprendería si decides conquistar un país solo para obligarlos a exportar esas porquerías -intervino Regina con exasperación-. De verdad, no entiendo a las mujeres humanas. ¿Por qué siempre se interesan en el delincuente sin futuro?
-¡Oye, oye! ¡No me metas en ese saco! -protestó Kazuma, levantando las manos en defensa-. ¡Y para que quede claro, yo nunca tocaría esas cosas!
-¿Ah, sí? Pues cuando estuve en tu guarida, capté un cierto olor a especias subiendo desde el segundo piso. -Se inclinó hacia él, con sarcasmo. -¿De verdad? ¿No deberías ser una mejor influencia? ¡Al menos aléjate de los adolescentes!
-¡No es lo que piensas! -exclamó, agitando las manos desesperadamente-. ¡Eso tiene una explicación, lo juro!
Pero antes de que pudiera aclarar la situación, Kalameet se acercó caminando, con fastidio puro.
Y un poco más cerca, sobrevolando por los alrededores, Charlie, en forma de murciélago, soltó un chillido que parecía una risa contenida, manteniéndose a una distancia segura.
-Oye, humano delgado. ¿Hasta qué hora vamos a quedarnos en este sitio lleno de insectos? Mira que el olor acá es nauseabundo para...
Pero en ese momento, Kalameet se detuvo de golpe.
https://youtu.be/2o8Gn_JAfxg
El resto de sus palabras se quedaron enjauladas en su garganta.
Su mirada, altiva y molesta hasta hace un segundo, ahora estaba fija en Faitfore. Todo lo que era, todo lo que había sido, parecía desmoronarse bajo el peso de esa presencia delicada.
Esta sensación extraña, esta especie de "cosquilleo" en lo más profundo de su ser, lo desarmaba. Era nuevo, desconocido, aterrador... y completamente fascinante.
Plap, plap.
El impulso que no podía expresar en palabras se manifestó a través de su cuerpo. Su cola, parcialmente manifestada de forma instintiva, comenzó a agitarse de un lado a otro.
Pero en ese momento, la peliblanca dejó de saborear su dulce, para acto siguiente encontrar miradas con él.
-¿Uhm? -musitó, inclinando ligeramente la cabeza.
Sin decir nada más, Faitfore dio un paso hacia él, ignorando completamente la discusión en la que Kazuma y Regina estaban enfrascados al costado.
-Tú... -murmuró Faitfore, en un tono que hasta ella misma no esperó usar.-. Eres como yo.
Aunque sus palabras fueron breves, el impacto que tuvieron en Kalameet fue devastador.
Algo en su tono, quizás la conexión inherente entre dragones, hizo que los colmillos del rubio temblaran. Era como si hubiese escuchado un canto celestial dirigido solo a él.
Aturdido y tratando de recomponerse para dar una respuesta digna de su rango, abrió la boca:
-Si... yo... soy Kalam-
BLAM!
-¡¡MATANGA!!
Antes de que pudiera completar su nombre, Kazuma apareció de la nada y le soltó un sonoro sape en uno de sus cuernos.
-¡Su nombre es Kalat! -interrumpió Kazuma mientras lo sujetaba en una llave con el brazo, como si tratara de domar a una bestia salvaje-. Es un dragón viajero.
-¿¡Qué!? ¡Pero yo soy...!
-Dije que eras Kalat... -replicó Kazuma con una sonrisa forzada, apretando el agarre hasta que el rubio comenzó a quejarse-. Preséntate como es debido.
La pobre victima comenzó a retorcerse en cuestión, podía sentir cómo los hilos espirituales se tensaban al límite.
Pero la mirada expectante de Faitfore lo desarmó por completo.
Y en ese instante, Kalameet sintió algo desconocido.
Algo que jamás había experimentado en toda su existencia como alguien en el pináculo del poder de su especie. Su corazón, si es que alguna vez pensó que tenía uno, dio un vuelco.
Después de lo que pareció una eternidad, con los colmillos apretados y el orgullo hecho trizas, exhaló profundamente.
-... Soy Kalat.
Faitfore asintió en silencio. Su cara permaneció totalmente tranquila, pero el rubio notó una pequeña, diminuta curva en sus labios.
¿Era una sonrisa?
Sin previo aviso, ella buscó algo en su bolsillo y dio otro paso hacia él.
-¡!
-¿Podemos intercambiar contactos? -Preguntó Faitfore, sin notar o simplemente ignorar su expresión aturdida.
Kalameet parpadeó, confuso, y torpemente sacó el teléfono que robó hace poco.
-... ¿Contactos? -Sin estar seguro de lo que se refería, Kalameet sacó el teléfono.-. ¿Te refieres a esto?
-Ujum. -Ella asintió.-. Nunca había conocido a otro dragón anciano fuera de mi reino. Especialmente a alguien que... conserva sus partes dracónicas con tanto orgullo.
El rubio tragó saliva, su mente divagó por un torrente de pensamientos confusos.
¿Qué era esta extraña sensación? No podía ser nerviosismo. No él, el gran Kalameet, el dios de la calamidad. El fin del mundo encarnado.
-Ah, eso es... Bueno...-murmuró, evitando mirar directamente a sus ojos.
Mientras hablaban, el movimiento de su cola escamosa golpeando contra el suelo se hizo más pronunciado.
Faitfore, aparentemente ajena o quizás deliberadamente ignorándolo, sonrió de nuevo.
-Me caes bien.
Con esa declaración, acercó su celular al de "Kalat". Un suave beep confirmó el intercambio de contactos. Él observó la pantalla como si no pudiera creer lo que acababa de ocurrir.
Y demostrando sus modales de las costumbres humanas, Faitfore se inclinó cordialmente hacia él para despedirse.
-Espero encontrarnos de nuevo, ah. Toma un regalito.
Rebuscó en la bolsa marrón que colgaba de su brazo y sacó un pequeño chocolate envuelto.
-Nos vemos.
Al ver a esa hermosa chica de blanco irse, Su garra, todavía extendida, apretaba suavemente el dulce que se le había dado. Sin darse cuenta, comenzó a moverla de un lado a otro, como un niño despidiéndose.
En cuanto ya no vio más la silueta de ella, se volteó, solo para recibir...
-Pfft... ¡¡JAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAAJ!!
Charlie y Kazuma no pudieron contenerse por mucho más tiempo, eran risas incontrolables, de las que te doblan por la mitad y te hacen golpear el suelo.
-¡Mira su cara! ¡Parece un niño que recibió su primer regalo en Navidad!
Charlie, apoyándose en Kazuma para no caerse, añadió entre carcajadas:
-¡No! ¡Es mejor que eso! ¡Es como si el rey de los dragones hubiera visto a un hada por primera vez!
Sin embargo, Kalat apenas y reaccionaba. Su cola ahora se movía nerviosamente de un lado a otro, golpeando el suelo en un ritmo irregular.
-Ustedes son unos completos idiotas, ¿Cuántos años tienen? ¿Cinco? -Intervino Regina, con mala cara.
Kazuma, todavía riendo, trató de recuperar la compostura.
-Es que... ¡míralo! ¡De la nada se volvió romcom y...! Oh...
[-Oye, tal vez no sea tan mala la idea... Nah, no creo que pase.]
Charlie, sujetándose el estómago de tanto reír, se inclinó hacia Kalat, al tiempo que le palmeaba el hombro.
-Ya, ya, señorito Calamidad. Todos tenemos nuestro primer amor, no tienes por qué avergonzar-
BRUM!
La energía oscura que brotó del cuerpo de Kalameet fue como un estallido que lo mandó volando por los aires.
La onda de choque lo dejó atónito, pero antes de poder reaccionar, Kalameet levantó la vista hacia el cielo y, con un grito visceral, dejó salir lo que llevaba dentro:
-¡¡QUE LINDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, QUÉ ESTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS, HIJAAAAAAAAAAA DE LA DRAGONAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Una llamarada oscura brotó del pecho del joven, subiendo como un pilar a gran velocidad, y entonces...
Oscuridad.
El cielo sobre la capital de Luminira se oscureció como si la noche hubiera caído de golpe.
Una nube opaca cubrió el sol, sumiendo la ciudad entre las penumbras.
Tanto a Regina como Charlie, sus ojos estaban tan abiertos que casi parecían salirse de sus cuencas.
Mientras qué por otro lado, Kazuma se golpeó el rostro más que exasperado.
'¿Por qué me dan trabajo extra?'
***
Transmisión en vivo: Noticias del Reino Tecnológico.
El logo de las noticias internacionales salió en la pantalla, dando una transición hacia la reportera, quien era una semigigante con un traje gris.
«Noticias de última hora, interrumpimos nuestra programación habitual para informarles de un fenómeno inusual que ha causado conmoción en toda Luminira y el Reino Tecnológico en general.»
El segmento cambió a una toma aérea, mostrando como las calles habían quedado a oscuras durante lo que parecía ser un eclipse repentino.
Solo siendo iluminadas por luces de emergencia y pantallas digitales oscilaban entre la interferencia.
«Hace unos momentos, una inmensa nube de partículas densas cubrió el sol por un tiempo estimado de dos minutos completos, creando un efecto visual similar al de un eclipse total. Esto afectó no solo a la capital de Luminira, sino también a las regiones circundantes, causando pánico momentáneo en algunos sectores de la población.»
Un gráfico se desplegó, mostrando una simulación en tiempo real: era una nube densa y oscura expandiéndose de forma radial, bloqueando el sol de manera uniforme.
«Los primeros análisis realizados por el Instituto de Ciencias Atmosféricas del reino revelan que esta nube estaba compuesta por partículas de composición desconocida. Estas partículas, increíblemente densas y cargadas energéticamente, parecen haberse originado desde un punto fijo en la capital, expandiéndose con rapidez anómala. Aunque su dispersión fue casi instantánea, se registró un impacto significativo en los sistemas tecnológicos del reino.»
La imagen cambió a una entrevista con un científico, quien lucía desconcertado pero entusiasmado.
«Lo más extraño es que estas partículas no se comportaron como ningún material conocido en nuestro mundo. Parecen tener propiedades duales, tanto físicas como mágicas, aunque sin residuo tóxico o radiactivo. Es como si hubieran sido diseñadas para bloquear la luz de manera temporal. No conocemos su origen ni cómo pudieron desvanecerse tan rápido.»
Un gráfico mostró el impacto en la infraestructura tecnológica de Luminira.
«Durante los dos minutos que duró el fenómeno, los servidores centrales de la capital sufrieron sobrecargas debido a este fenómeno con los circuitos energéticos. Aunque el sistema de la Red se ha restablecido, las autoridades han emitido un comunicado alertando sobre posibles interrupciones en los próximos días. Esto se debe a ajustes en los servidores principales, que están ubicados alrededor de toda la capital."
La presentadora tomó un tono más grave.
"Por el momento, no se tienen indicios de que el evento esté relacionado con actividades terroristas, mágicas o naturales previamente conocidas. Las autoridades aseguran que se están llevando a cabo investigaciones exhaustivas para determinar si esta nube fue un fenómeno espontáneo o si podría estar vinculado a una nueva forma de energía atmosférica desconocida.»
La transmisión mostró imágenes de ciudadanos mirando al cielo momentos antes de que la nube desapareciera, muchos visiblemente confundidos.
"Expertos en climatología, junto con magos especializados en fenómenos energéticos, han iniciado análisis detallados. Sin embargo, los reportes preliminares sugieren que esta nube, si bien impresionante, no representa un peligro directo para la población ni para el ecosistema."
Finalmente, la imagen regresó a las calles de la capital, con la reportera dirigiéndose al público.
«Por ahora, las autoridades piden mantener la calma y evitar especulaciones. Este fenómeno ha planteado más preguntas que respuestas, y aunque sus causas exactas siguen siendo un misterio, no parece haber evidencia de un impacto negativo a largo plazo. Seguiremos informando conforme se obtengan nuevos detalles... Buenos días.»
***
Al terminar la transmisión en la pantalla, Kazuma dejó caer su teléfono sobre la mesa con un suspiro pesado.
-No creo que haya sido para tanto... -dijo Charlie, intentando sonar casual mientras tamborileaba los dedos en el borde de la mesa-. Digo, las consecuencias son menores, ¿no?
Apenas levantó la vista, pero antes de que pudiera responder, Regina interrumpió abruptamente.
-¡¿Que no fue para tanto?! -gritó, cerrando de golpe la laptop con fuerza-. ¡Estuvieron a nada de tirar la red de comunicaciones global!
Charlie levantó las manos como si estuviera defendiéndose de un ataque.
-¡Pero el jefecito lo arregló! Así que... problema resolvido. -Dicho esto, se palmeó las manos como si acabara de completar una gran tarea.
Regina no pudo evitar mirarlo como si estuviese viendo un pedazo asqueroso de mierda.
-Es... resuelto. -corrigió, entrecerrando los ojos.
-Me adapto a la cultura general de los jóvenes, ¿entiendes, bruja? -Charlie se encogió de hombros con despreocupación-. Actualízate, nena.
Juraría que su visión no le fallaba, pero podía ver como a Regina se le trazó una especie de vena en el mentón.
-¡¿Cómo me llamaste?! -le espetó-. ¡Sabía que debimos dejarte morir cuando te encontramos! ¿Chupar sangre de dragón te volvió tan bocón?
-Ñiiñiñiñiñi, maldita bruja. -Charlie le sacó la lengua con descaro.
Kazuma, viendo venir otra discusión interminable, dejó caer la cabeza sobre la mesa y se cubrió la cara con ambas manos.
'Por poco.'
El incidente reciente seguía fresco en su mente. Tan pronto como Kalat lanzó aquella llamarada al cielo, el programa Anular había evitado consecuencias catastróficas, pero dispersar un ataque de esa magnitud había sido imposible de ocultar a los ojos de los transeúntes.
Después de aquello, ahora estaban en el mesón de uno de los restaurantes cercanos.
'No me jodas... ¡¡SOLO ME DESCUIDÉ CINCO SEGUNDOS!!' Pensó al tiempo que apretaba el puente de su nariz
[-Si no hubiera anulado gran parte de los componentes de esa llamarada... adiós a todo el reino.]
Kazuma miró a Kalat, quien todavía ofendido por las risas, miraba hacia un costado con altivez.
-¿Y el señorito en cuestión no tiene nada que decir en su defensa, verdad? -preguntó Kazuma con sarcasmo.
-Tch. -Kalameet chasqueó la lengua, todavía irritado-. Ustedes, simples plagas, no tienen la capacidad de comprender el alcance de mi poder. Eso ni siquiera fue una milésima de mi verdadera fuerza.
-Claro, porque eclipsar el sol y asustar a todo el mundo es algo de qué temer, mira. Yo también lo puedo hacer tapándolo con mi dedo, pero es cuestión de perspectiva, ¿Entiendes?
Trump!
Al escuchar aquel comentario menospreciante, Kalat golpeó su cola contra el suelo, haciendo vibrar ligeramente el restaurante.
Un camarero se acercó, claramente nervioso.
-S-señores, voy a pedirles que se vayan, de lo contrario llamaremos a las autori-
Pero no pudo terminar sus palabras, pues su mirada pasó a una más perdida.
Kazuma notó como Regina, alzando uno de sus dedos, había hipnotizado a gran parte de los meseros, siendo que nadie más lo interrumpiría, volteó nuevamente hacia Kalat.
-Hmpf. Humanos, enanos, gigantes, demihumanos, elfos, demonios... todos son lo mismo. -Embozó Kalat, fulminando con su mirada.-. Son pestes que han contaminado este mundo, Si tan solo supieran... no tienen derecho a opinar. Mi existencia es el mecanismo que devolverá este planeta a su pureza original.
Charlie dejó de masticar sus papas con ajo, y Regina parpadeó, claramente sorprendida por el tono sombrío de Kalameet.
Plap!
-¿¡Gh!? ¿¡Que te-!? ¿Qué es esto?
Ignorando completamente el monologo sombrío que acaba de escuchar, Kazuma le aventó directamente al rostro una especie de manga.
-Aquí tienes algo más útil que andar predicando sobre el fin del mundo. Dale un vistazo, y cállate.
Arrugando el manga con una expresión de puro disgusto, Kalameet lleno de indignación, cuestionó:
- ¡¿Qué clase de basura es esta?! ¡¿Qué se supone que haga con un pedazo de papel lleno de dibujos ridículos?! ¡Explícate, peste!
-Solo léelo.
Kalameet bufó con desdén y empezó a hojearlo, claramente dispuesto a destrozarlo verbalmente.
-¿Qué le pasaste? -Preguntó Charlie, murmurando.
-Toradora. -Contestó.-. Es un clásico, al menos puede aprender algo sobre interacción social.
-Ooh... No entiendo nada. -Respondió Charlie, claramente confundido.
Kalameet, por su parte, murmuró algo entre dientes mientras sus ojos seguían pegados a las páginas.
-Espera... ¿ella no le confiesa su amor? -farfulló, con recelo en su voz- ¡¿Y por qué este idiota no se da cuenta de sus sentimientos?! ¿Cómo puede ser tan denso? ¿Es... estrategia? ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué!? ... Ah, por eso.
Al ver qué por el momento el dragón no tendría otra explosión emotiva, Kazuma se disponía a beber su zumito, pero de repente, Regina interpuso su campo de visión con su laptop.
-Deja de alimentar el ego de esa lagartija y mira esto.
En la pantalla apareció un video de una plaza, donde un grupo de personas corría en dirección opuesta a algo que apenas se distinguía.
La imagen, aunque era borrosa y pixelada, mostraba la cola de una salamandra del tamaño de un humanoide que se asomaba en el encuadre.
-... Ah, ya lo hicieron tendencias en las redes.
[-¡Ni siquiera pasó un minuto, tiren paro!]
Regina apretó los dientes y señaló la pantalla con insistencia.
-¿¡No ves que es él!? -Dijo, señalando a Kalameet.-. O al menos lo parece. Pero cada vez que alguien sube algo, la figura aparece más distorsionada. Es como si algo estuviera interfiriendo con las cámaras.
Kalameet, ni siquiera levantó la vista de las páginas cuando bufó.
-Es obvio. Ningún aparato terrenal podría captar mi verdadera forma. Mi presencia misma distorsiona los flujos de energía y hace que estos juguetes insignificantes fallen.
El comentario, dicho con total altivez, hizo que Regina apretara los puños.
-¿Entonces básicamente descompones todo lo que te rodea? Qué conveniente.
Entonces, una sonrisa filosa y altiva se trazó en sus comisuras haciendo que alzara brevemente sus ojos de lagarto.
-Ya lo dije, ¿no? No descompongo nada. Me alimento del maná del entorno y, al hacerlo, obligo a este mundo a recordar su verdadera naturaleza. Si eso afecta sus herramientas artificiales... hmm, no es mi problema.
'Por supuesto... Una excusa filosófica para justificar el desmadre que causaste.' Pensó Kazuma con el impulso de rodar sus ojos.
[-Más razones para suprimir su aura, al menos con Faitfore, comprobé que fácilmente lo puedo hacer pasar por un dragón convencional.]
'El problema está en su personalidad...'
Mientras tanto, Kalameet retomó su manga, aparentemente desconectado de la conversación.
Aunque nadie lo notó, una leve sonrisa apareció en su rostro mientras pasaba una página.
'Esto está... bueno'
***
Ajustándose la corbata de su traje con el rostro torcido por puro fastidio. En estos momentos, Kazuma ansiaba aventarse a la cama de su habitación.
-Soportar una reunión aburrida, enterarme de que todos quieren matarme, pegarle a un dragón con un periódico, huir de la escena del crimen, evitar que un reino sea destruido... Qué mañana.-murmuró, enumerando cada desgracia que había enfrentado desde el amanecer.
La irritación lo seguía como una nube oscura.
A su alrededor, una banda callejera tocaba música con instrumentos, pero para él, podrían estar anunciando el fin del mundo y no haría diferencia.
El restaurante había quedado atrás, y mientras avanzaba entre los turistas hacia el hotel, no podía evitar preguntarse por qué estaba tan frustrado.
'¿Y por qué me estoy fastidiando yo solo?'
Se rascó el cabello con resignación, intentando sacudirse el tumulto de pensamientos. De su bolsillo sacó un pergamino y lo desenrolló.
'¿Charlie aprendió el modismo espantoso de este tiempo, pero no sabe usar un maldito celular?'
Informe de actividades de Aqua - Luminira, 6:45 AM a 12:00 PM
6:45 AM: Aqua se despertó quejándose del "mal servicio" del hotel, alegando que el agua "no era lo suficientemente pura". Intentó purificarla lanzando hechizos y terminó inundando la habitación.
[-... Empezamos fuerte.]
'Esto será responsabilidad de Jatice por permitir que venga, ¿no? ¿verdad?'
[-Mejor sigamos leyendo.]
7:30 AM: Realizó un "show de magia" en la plaza principal. Primero, convirtió una motocicleta en un florero... Y luego transformó un pañuelo en una parvada de palomas.
'... ¿Por qué siento que Charlie se entretuvo mucho y no anotó casi nada?'
8:15 AM: Un niño le pidió una moneda como parte de su truco de magia. Aqua "convirtió" su moneda en un lingote de oro... que resultó ser chocolate dorado cuando intentaron venderlo.
[-Hasta aquí me llega el olor a la pobreza.]
9:30 AM: Se dirigió a una tienda de cristalería mágica, donde insistió en probar todas las copas. Rompió cuatro y culpó al "bajo nivel de la artesanía". Escapó antes de pagar.
'Cálmate... Ella no es tú Aqua... Cálmate...'
10:00 AM: Un hombre joven se le acercó en la plaza principal y comenzó a coquetearle. Aqua aceptó encantada, alegando que "era normal que los mortales cayeran rendidos ante su belleza divina"
[-Pobre cosita fea.]
Y como si ya supiera lo que se le venia encima, un registro breve salió:
10:15 AM: El hombre invitó a Aqua a desayunar en un restaurante exclusivo. Pidió tres platos principales, dos botellas de vino mágico y postre.
11:20 AM: Aqua se quejó de la comida diciendo que "no estaba al nivel de una diosa" y dejó todo a medias.
11:25 AM: El hombre, decidido a impresionarla, la llevó a una joyería mágica. Compró un collar de alta calidad por 500 mil Eris.
11:45 AM: Aqua rechazó el collar diciendo que "no era digno de ella" y lo dejó caer al suelo, quebrándolo en el acto. El hombre fue visto llorando en un callejón minutos después, aparentemente en bancarrota. Aqua siguió su camino tarareando alegremente.
'¿No era mejor aceptar el regalo y luego venderlo para pagar sus deud...?'
[-Olvídalo, es Aqua.]
12:00 PM: Fue expulsada de un templo local tras exigir que le construyeran un altar personal. Amenazó con maldecir a los sacerdotes antes de marcharse indignada. Pero entonces, se tocó la oreja un segundo como si estuviese hablando con alguien, y de repente se perdió en una columna de luz.
Al terminar de leerlo, arrugó el papel y una flama terminó de consumir el pergamino entre sus manos.
A su lado, un dron volador repartía folletos mientras un cartel publicitario mostraba una oferta de "Escudos Inteligentes: ¡Máxima protección y estilo!" con luces intermitentes que parecían competir por llamar su atención.
Thap!
Un golpe leve en la cabeza lo sacó de sus pensamientos.
Giró ligeramente, y ahí estaba Aqua, vestida que parecía haber salido de un catálogo de moda: chaqueta corta de mezclilla, top ajustado y una falda a juego.
-¡Felih pumpleh, Bazhuma! -anunció triunfalmente, extendiéndole una pequeña caja mientras masticaba ruidosamente una crepa.
En cambio, Kazuma ni usando el modo traductor pareció entender el mensaje de Aqua.
-¿Puedes tragar primero antes de hablar? -preguntó, notando cómo migajas de la crepa aterrizaban en las mangas de su traje alquilado.
Glup.
Aqua tragó de golpe, con una sonrisa de suficiencia.
-Oye, deberías agradecer que te estoy regalando algo. Es raro, nadie ha dicho nada sobre tu cumpleaños hoy. -Hizo una pausa para revisar su teléfono y luego lo miró con burla-. ¿Lo olvidaron? ¡Kuskuskusku! Ay, qué triste ser tú ahora mismo. Como sea, toma.
Le golpeó nuevamente con la cajita, casi tirándosela encima, mientras Kazuma seguía más confundido que irritado.
'¿Mi cumpleaños...?'
Recordaba que, con el cambio de línea temporal, su cumpleaños ya había pasado "hace unos días". ¿O no? ¿Había sido adelantado?
Sacó su teléfono y revisó rápidamente la fecha: 7 de junio. Para su sorpresa, Aqua tenía razón.
-Es raro, ¿no? Normalmente Megumin organiza las fiestas de Darkness y las tuyas, pero que no se acuerde... ¡Quiere decir que finalmente llegaste a lo más bajo que una bacteria!
Kazuma bufó.
-Qué rara analogía la tuya. -Respondió mientras aceptaba el regalo con cautela.
-Ja, con todo el escándalo que has armado últimamente, ¿creías que te merecías una fiesta sorpresa? -se mofó-. Mejor presta atención con quién te enredas. Ya son 21 años que tienes encima.
Kazuma la miró en silencio, con la perplejidad aumentando cada segundo que pasaba.
-... ¿Ah?
En ese momento, sintió que su cerebro había colapsado.
'¿Veintiuno? Se supone que tengo 19, ¿no? Espera... Si Megumin tiene 19 ahora, y cuando estaba conmigo tenía entre 14 y 15... ¡Argh!'
[-¡¡Maldita sea con el salto de línea temporal!!]
Mientras caminaban por las concurridas calles de Luminira, y entraban a un sector más para hoteles, Aqua nuevamente se adelantó, entusiasmada.
-¡Tampoco es que quisiera ir a esa reunión tan aburrida! -dijo, lanzándole una mirada acusatoria a Kazuma-. Aunque, bueno, mientras ustedes se oxidaban hablando de cosas políticas y de tratados, yo me divertí muchísimo recorriendo la ciudad. ¡Todo el mundo estaba encantado con mis trucos!
'Por una vez en la vida, me hubiese gustado ir con ella a hacer turismo. Y no a ese martirio llamado reunión.'
[-En definitiva, si se me da la oportunidad de ser rey de algo, la rechazaré sin dudar. El papeleo no es para mi.]
Añadiendo esa resolución en lo más profundo de su corazón, Kazuma apenas le dedicó una mirada, respondiendo con frialdad.
-¿Y quién no se divertiría viendo a alguien convertir un pañuelo en una parvada de aves? Seguro revolucionaste la industria del entretenimiento.
-Eh, ¿Y cómo sabes eso?
-¡!
Kazuma se quedó helado.
'Carajo, yo y mi bocota.'
Rápidamente trató de buscar una excusa.
- Estabas en tendencias en... en... Magicram, ah. Ahora lo que está en tendencia es una remolacha con falda, ¿quieres ver? -Dijo, mostrando su teléfono con una imagen aleatoria.
-No me muestres tus reeds tan a la ligera, soy capaz de denunciarte... -resopló ella-. Cambiando de tema, ¿no vas a abrir la caja? Me costó mucho conseguir "eso" que trae.
Kazuma detuvo su andar, observando la caja con cierta sospecha.
Tenia que llamarse loco, pero tenía un mal presentimiento, con Aqua las sorpresas nunca eran tranquilizadoras.
Aun así, levantó el lazo que envolvía la caja y, con el mismo cuidado que uno desarma una bomba, levantó la tapa.
Dentro, encontró un simple collar.
-¿Y esto que? ¿Un collar? ¿Es todo?
-¡No es cualquier collar, nini malagradecido! -exclamó Aqua, inflando el pecho con orgullo-. Es un tesoro único, hecho por la misma diosa de la vida. Mi jefa, si nos ponemos técnicos.
Kazuma alzó una ceja.
-¿La diosa de la vida? ¿Tu jefa?
-Exacto. -Aqua asintió vigorosamente-. Me debe un par de favores por guiar almas. Como se enteró de que estoy en el mismo mundo que su bendito, le pedí que me hiciera esto. Tiene muchísima historia, pero es especial, ¿sabes? Puedes colocar cualquier cosa alrededor del engaste: un anillo, un talismán, o incluso una piedrita de la calle si tienes mal gusto.
Kazuma alzó la vista, confundido.
-¿Entonces qué hace?
-¿Eh?
-Sí, para ser algo hecho por otra diosa aparte de ti y de Eris, y para que tú la llames "Jefa", ella tiene que tener muchísimo poder. ¿Me da un boost de maná infinito? ¿O una dimensión de bolsillo para ocultarnos de las cosas peligrosas?
Aqua comenzó a jugar con sus dedos, repentinamente tímida.
-Es... bueno... -balbuceó-. Un símbolo de conexión entre los seres vivos y sus emociones más preciadas. También sirve para que conectes con lo que realmente importa en tu vida, y...
Antes de que pudiera continuar, Kazuma hizo el ademán de tirar el collar.
-¡Espera, no lo tires! -gritó Aqua, abalanzándose sobre él-. ¡Le rogué demasiado a Liba-sama para que me lo entregara! ¡¡No seas desagradecido, Kazumaaaaaa!!
Mientras empujaba con casi todas sus fuerzas en apartar al escándalo con patas, se percató de que sin querer empezaron a armar un pequeño numerito.
-Urgh, ¡Sí sabes muy bien nuestra situación, explica! ¿Qué crees que estamos, en una historia shonen? ... Al menos, creo que costará mucho si lo vendo.
-¡Ni se te ocurra! -Aqua le dio un suave golpecito en la cabeza-. Si lo usas bien, descubrirás algo que incluso tú puedes valorar. Aunque, siendo tú, lo más probable es que no funcione...
'Hija de puta.'
[-¿Tan poca fe me tienen?]
'Tch, la verdad preferiría dormir ahora qué amargarme la tarde... Además, sí pasó muchas molestias por conseguirlo, creo que lo mejor será aceptarlo.'
[-Vaya, y eso que normalmente yo soy él que toma decisiones emotivas.]
'Cállate...'
-¡Está bien, está bien! Ya me puedes soltar... ¿Eh?
Aqua, sin previo aviso, había tomado su collar y lo colocó alrededor de su cuello con sumo cuidado.
Aunque la cercanía lo incomodaba, decidió no protestar y dejar que terminara rápido.
-Cielos, -murmuró Aqua mientras ajustaba el collar-. tú y él son casi lo mismo. Me golpean por todo, y cuando intento hacer algo bueno, siempre se quejan.
Kazuma levantó una ceja, confundido.
-¿Él?
Pero antes de que pudiera profundizar en el tema, Aqua lo interrumpió.
-¡Hablando de cumpleaños! ¿Sabías que el mío será en dos meses?
-¿Y eso qué me importa...?
-¡Todo! -exclamó con entusiasmo-. ¡Nadie se acordó del tuyo, pero yo sí! Es justo para ambos. Lo más cercano que he tenido a una celebración fue la extraña fiesta conjunta que organizaron el culto de Axis y de Eris en todos los años.
Aunque ya sabía por donde iba la cosa, repitió la pregunta.
-Repito, ¿Qué tiene que ver eso conmigo?
-¡Pues que quiero que me organices una fiesta cuando llegue el día! ¡Es lo justo!
Sin dudarlo, Kazuma levantó las manos, esquivando tremenda mina
-Ni hablar.
Sabía que era una mala idea. Con Aqua, cualquier evento social podría escalar de incómodo a un desastre nuclear en cuestión de minutos.
La negativa respuesta, por supuesto, hirió el ego de Aqua, quien comenzó a pisotear el suelo en son de berrinche.
-¡Tú, basura...! ¡A Eris le organizaste un cumpleaños temático de cosplay y te la pasaste horas planeándolo!
Kazuma se congeló cuando Aqua sacó su teléfono, mostrándole una foto comprometedora donde había una Eris, sonriente, detrás de un pastel adornado con velas y decoraciones elaboradas.
Créditos a VictorVaugghn
'... Otro yo, te odio y al mismo tiempo te comprendo.'
-¿Y por qué yo no puedo tener algo así? -demandó Aqua, todavía pisoteando el suelo-. Llevo un buen tiempo en este mundo, ¡ni siquiera he tenido un día especial como el resto! ¡Soy una diosa, merezco más que esto!
Antes de darse cuenta, ya estaban frente a las puertas del hotel. Kazuma soltó un resoplido resignado.
-... Bien, ¿cuándo es? -preguntó, rascándose el mentón.
Aqua parpadeó, sin poder creer lo que escuchaba.
-¿Eh? ¿Lo vas a hacer?
Kazuma asintió, cansado.
-Si con eso logras comportarte por un día y me dejas en paz, supongo que vale la pena intentarlo.
El rostro de Aqua se iluminó de inmediato, literalmente. Su sonrisa deslumbrante rivalizaba con cualquier cartel publicitario de Luminira.
-¡Es el primero de agosto, no lo olvides! ¡Primero de agosto!
'Vaya, justo cuando Time llegará por mí... Supongo que me salvará de su cumpleaños', pensó Kazuma, intentando consolarse.
Cuando Aqua subía las escaleras del hotel con entusiasmo, pareció recordar algo y regresó corriendo. Extendió su mano y levantó el meñique frente a él.
-¡Promételo!
Kazuma la miró, confundido, pero finalmente entrelazó su meñique con el de ella.
-¡Promesas van, promesas vienen, el que no las cumpla será un...!
Las palabras se deslizaron de su boca automáticamente, como si hubieran estado grabadas en lo más profundo de su ser.
En ese instante, el mundo pareció detenerse, y los ecos de otra época, de otro mundo, lo terminaron envolviendo.
Una imagen clara se formó en su mente: un hotel en Elroad. La luz tenue de aquella habitación en la oscuridad, la risa de otra Aqua, más familiar, más cercana. Las mismas palabras.
Y la misma promesa.
'Percebe...'
Kazuma se quedó inmóvil, sintiendo una punzada en el pecho, mientras Aqua retrocedía con una sonrisa triunfal.
-Bien, yo ya me voy a dormir. ¡Me despiertas para la cena! -canturreó mientras corría escaleras arriba, dejando a Kazuma solo.
Él miró su meñique por un momento, como si aún pudiera sentir el calor de aquel lazo.
Una ligera brisa vespertina sopló fuertemente entre las calles, y él cerró los ojos.
'Al final... Yo fui el percebe.'
-Kazuma-nii.
De repente, una voz lo sacó de sus pensamientos. Y su mirada, antes carmesí, pasó al verde esmeralda de forma automática.
[-... Sabes, esto me está llegando a cansar. -Respondió Control, nuevamente fastidiado.]
Kazuma se volteó, y ahí vio a Iris, quien todavía tenia ese hermoso vestido azul de una pieza.
-¡Ah, Iris! -exclamó con una sonrisa nerviosa.-. Pensé que estaban ocupados con las fotos o algo así...
Ella no respondió de inmediato. En su lugar, simplemente inclinó un poco la cabeza y dijo:
-¿Podrías acompañarme un momento?
'¿Y perderme la oportunidad de estar con ella unos minutos?'
-¡Andando!
***
Siguiendo a la chica en silencio, Iris comenzó a tomar la delantera, mientras dejaba que su cabello y vestido ondearan con la brisa de la tarde.
-Todavía recuerdo la primera vez que nos conocimos, ¿sabes? -dijo de repente, rompiendo el silencio.
Kazuma, aún algo nervioso, decidió seguirle la corriente.
-¿Ah, sí? ¿Te refieres a cuando me raptaste y me llevaste a tu castillo como si fuera un juguete nuevo? Porque, si lo preguntas, todavía espero una disculpa formal por eso... Hasta pude desarrollar Estocolmo por ti.
Iris dejó escapar una ligera risa, aunque no alcanzó sus ojos.
-Ya te dije que lo sentía... Fue un capricho mío, ¿si?
-Ah, acabo de recordar como te gané en racha en varios juegos... -Dijo Kazuma con orgullo.
Por un instante, Iris detuvo su caminar, como si estuviera considerando algo, pero solo murmuró:
-De las 300 partidas que jugamos, Kazuma-nii, solo ganaste una.
Kazuma abrió la boca para replicar, pero ella continuó antes de que pudiera decir algo más.
-Aun así, siempre has sido importante para mí. Desde aquel momento... pensé que eras diferente a cualquiera que hubiera conocido. Alguien en quien podría confiar.
Kazuma sintió un nudo en el estómago ante esas palabras.
-Eh, Iris...
-No tienes que decir nada. -Lo interrumpió, esta vez con más calma-. Siempre has hecho más de lo que deberías. Por eso... siempre confié en ti.
*Brillar*
Un destello lo distrajo. Sus ojos se ensancharon al ver cómo el azul del vestido de Iris comenzaba a disiparse, desintegrándose en diminutas partículas de luz.
En su lugar, una reluciente armadura plateada comenzó a formarse alrededor de su cuerpo, ajustándose como si hubiera nacido de su piel.
-¿Nanotecnología? -murmuró, reconociendo el fenómeno en cuestión.
Fue entonces cuando notó el callejón en el que estaban. Las sombras de los edificios los envolvían, aislándolos del resto del mundo.
Iris se giró hacia él, su expresión ahora tan seria que parecía otra persona.
-Te vi...
Kazuma frunció el ceño, intentando mantener la compostura.
-¿Qué?
-Te vi atravesando la ventana del edificio. Vi cómo expulsabas esos rayos... -Su voz era baja, pero cargada de emoción contenida-. Se sincero conmigo, Kazuma... tú...
Trskkk!!
Pero no tuvo tiempo de si quiera terminar su oración, pequeños rayos esmeraldas surgieron de la piel de Kazuma, danzando como serpientes alrededor de él.
Iris retrocedió un paso, por primera vez su confianza se tambaleó estrepitosamente.
-Sí, lo que viste es cierto. -Kazuma alzó los brazos, dejando que los rayos se extendieran como si fueran una extensión de su propio ser-. No hay necesidad de rodeos.
Sus pasos avanzaron con calma, pero cada uno de ellos parecía resonar como un tambor en los oídos de Iris. Ella no podía apartar la mirada, su mente luchaba por procesar lo que estaba viendo y oyendo.
-Soy la Onceava Calamidad.
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