
Capitulo 13: ¡¡Modo Guerra!!
Click!
El sonido del proyector llenó la sala. Milena, de pie junto a la proyección, mantuvo su vista al frente de todos, comenzando con la explicación:
-Hace dos días, se reportó el robo de la espada legendaria en la Ciudad Carmesí —explicó.—. Aunque no hubo bajas, este incidente no puede tomarse a la ligera.
En torno a la sala, los altos mandos de Belzerg prestaban atención en silencio.
Entre ellos estaban: El príncipe Jatice y Kyoya Mitsurugi, este último observaba con intensidad mientras Milena continuaba.
-El sospechoso parece tener la habilidad de desactivar cámaras, dificultando la recopilación de pruebas en el museo. —añadió Milena, mientras hacía clic para avanzar la presentación—. Afortunadamente, la colaboración entre la policía y el ejército nos permitió recuperar este breve fragmento.
...
Jadeo
Jadeo
La pantalla mostró una grabación en primera persona desde la cabina de uno de los jets. La imagen temblaba, y la respiración agitada del piloto llenaba los altavoces.
(-¡Aquí Charlie 4! ¡Bravo en tierra, los controles están fallando! ¡Repito, los controles están fallando!)
Trskkk!!
El sonido de estática rompió la transmisión, y de repente el cielo nocturno estalló en una tormenta de rayos verdes.
Los destellos iluminaron las nubes y los jets, creando un caos de explosiones que oscurecían todo a su paso.
Todos en la sala de conferencias fueron testigos de cómo el piloto en pantalla golpeaba frenéticamente el cristal del avión.
Los asistentes observaban, inmóviles, cómo el mago carmesí en el video se daba cuenta de que su intento de eyección no funcionaba.
Blam.
Blam.
Los golpes continuaron, cada uno más desesperado que el anterior.
Entonces, justo cuando se creyó que el destino trágico iba a caer sobre el piloto, de entre las sombras, una figura oscura atravesó el fuselaje del jet, como si la materia misma no fuera obstáculo para ella.
La grabación se detuvo de golpe, congelando en la pantalla de dos ojos esmeraldas resplandecientes, la única evidencia concreta que tenían del responsable.
Milena se giró hacia los asistentes, mientras sus palabras cortaban el silencio en la sala.
-Esta es la imagen más clara que hemos obtenido del sospechoso —anunció, señalando la figura de ojos esmeralda en la pantalla—. Ninguna habilidad registrada en la base de datos de aventureros o mercenarios coincide con las que hemos observado.
Click.
La imagen cambió, mostrando soldados del escuadrón carmesí con la mirada perdida.
-El escuadrón de tierra fue activado a las 21 horas de ese mismo día y desplegado con la intención de neutralizar al objetivo. Se autorizó el uso de misiles balísticos por el propio general Funtariou... Sin embargo, cuatro minutos después del inicio de la persecución, los soldados no recordaban ni siquiera por qué habían sido enviados —añadió Milena, mirando al grupo con seriedad.
Uno de los oyentes levantó la mano con cautela.
-¿No son esos misiles un recurso extremo? Quiero decir, están diseñados para destruir fortalezas con barreras múltiples. Usarlos contra una sola persona podría ser...
-¿Exagerado? —Milena lo interrumpió.—. Lord Eduard, me gustaría poder opinar lo mismo. Pero dadas las circunstancias, cualquiera podría deducir que aquello a lo que nos enfrentamos no es completamente... humano.
El lord, algo avergonzado, asintió y volvió a su asiento sin decir una palabra más.
Mitsurugi observaba las imágenes con el ceño fruncido, hasta que dejó escapar un murmullo pensativo.
-¿Lavado de memoria?
-Es probable, aunque no parece ser obra de una reliquia divina —replicó Jatice desde el extremo de la mesa—. No con este nivel de alcance.
-También es importante mencionar —prosiguió Milena— que cada caza de nuestro escuadrón está protegido por grabados especiales de defensa balística, hechos en aleación de oricalco en Luminira, específicamente para uso militar. Estos mismos están diseñados para soportar el impacto de ataques mágicos avanzados y explosiones a gran velocidad. Y, sin embargo, este sujeto... atravesó el fuselaje sin dejar el más mínimo rasguño en su paso.
Un murmullo bajo recorrió la sala, y Jatice se cruzó de brazos, pensativo.
-Además, esos cazas llevan talismanes bendecidos por sacerdotes de alto rango. Si se tratase de un espectro, habría sido repelido —suspiró, tratando de encontrar alguna lógica.
Los presentes intercambiaron miradas de preocupación; hasta los rostros más experimentados reflejaban una creciente incomodidad.
Click.
La imagen cambió, mostrando a un grupo de la élite Carmesí atendido en las calles por médicos y curanderos, sus cuerpos estaban cubiertos de moretones y magulladuras.
-Para detener al intruso, el museo desplegó al equipo de Vigilancia Carmesí, una unidad de élite conocida en toda la nación por su capacidad para enfrentarse a amenazas de diferentes reinos. Aun así, el intruso los lanzó fuera del edificio como si no fueran más que muñecos de trapo —continuó Milena, dejando que las imágenes hablaran por sí solas.
Mitsurugi apretó los puños al ver la devastación proyectada en la pantalla.
Click!
La escena cambió nuevamente, esta vez mostrando una cueva vacía, antaño hogar de minerales y tesoros invaluables.
-¿E-ese lugar es...? —preguntó uno de los nobles, con voz temblorosa.
-Esa noche, la arcana y el maná se dispararon a niveles sin precedentes, desatando incidentes con wyverns y dragones en varias ciudades —continuó Milena—. Afortunadamente, aventureros y domadores lograron intervenir antes de que la situación se volviera alarmante.
Milena, simplemente hizo otro "Click" cambiando a una toma que dejó a casi todos sin aliento.
-Como pueden ver, el sello impuesto por el primer monarca de Belzerg que contenía a la Décima Calamidad ha sido roto. Lo más alarmante es que... No hemos registrado ningún incidente directamente asociado con el dragón de la calamidad.
Uno de los nobles se puso de pie, su voz casi se ahogó en otro murmullo, pero milagrosamente habló.
-¿Es posible que haya... escapado y esté al acecho? —preguntó el noble en voz baja, con su mirada llena de temor.
-De acuerdo a los análisis preliminares, la desaparición de esta Calamidad y la ausencia de desastres asociados podrían indicar algo aún más inquietante: que esta fuerza desconocida no solo desató el sello, sino que fue capaz de contener a la misma Décima Calamidad.
Se produjo un silencio espeso mientras el pensamiento aterrador tomaba forma en sus mentes. Mitsurugi frunció el ceño en respuesta.
-Estamos hablando de algo que trasciende lo humano...
Jatice, quien hasta hace poco estaba meditando, siguió la idea:
-Esto quiere decir que...
Click.
La última imagen que Milena proyectó fue la de los altos mandos de Belzerg y Luminira, quienes en días recientes habían aprobado, en colaboración con el reino de Brydle, una respuesta coordinada a dicha crisis.
-Con el apoyo de las autoridades de los tres reinos, oficialmente declaramos a este ente como...
La Undécima Calamidad.
***
Siendo de tarde en la Residencia de la Familia de Megumin, lejos de que la tranquilidad y los preparativos de la cena, el escandalo brillaba en todo su esplendor.
-¡¡Por favor Kazuma, no vayas!!
Kazuma estaba al borde de la paciencia, aunque trataba de no mostrarse exasperado.
Este "cálido" recibimiento era otra cosa, y aunque intentaba entender a Darkness, el peso literal y figurado de la situación empezaba a resultarle... agotador.
-¿Qué te pasa?¡Suéltame, demonios! ¡Pesas como un camión!
-¡¿Me llamaste gorda?! —Darkness le lanzó una mirada de falsa indignación, para luego tomar un tono más soñador—. ¿O acaso es que... te encanta que sea difícil de manejar? —murmuró, emocionada.
'... Le doy algo de crédito por el piropo, ¡Pero ese no es el punto!'
Tratando de sacarse a una eufórica Darkness encima, a pesar de solo traer una camiseta de botones negra, su peso era el equivalente de tener un refrigerador encima.
-¡Ya estás demasiado grandecita como para aferrarte a un hombre! ¡¿Acaso quieres que te de tu merecido?!
[-Por supuesto, no me quejo que alguien llore por mí.]
-¡¡Sí, por favor!! ¡Dame todo el castigo que quieras!!
Ante el exaltamiento pronunciado de ella, Kazuma parpadeó, horrorizado.
'Ah... Claro, me acostumbré tanto a mi Darkness que ya se me olvidaba cómo era antes.'
-¡Darkness! ¡Estamos frente a mi hermana! ¡Compórtate!
Desde la cocina, Megumin se giró, visiblemente molesta.
-¡No tranquilos, ustedes sigan! —Dijo Komekko en una esquina con una cámara.—. Heheh, esto va para la fiesta de año nuevo. Psst, oye Hoost, pásame la sal, estos huevos están simples. —Susurró.
Darkness, sin soltar la cintura del castaño, dio un vistazo a Megumin.
-¿Qué acaso se te olvidó lo que hizo la ultima vez? ¡Sí no estamos presentes, estoy segura de que el rey podría mandarlo a ejecutar!
-Oye maldita, Te estoy escuchando, ¿qué te hace pensar que soy un desastre ambulante?
-¡Porque lo eres! ¿Quieres saber cómo te llaman las malas lenguas? El corrompe nobles, la vaca, Escozuma, entre otros.
-No hacía falta mencionarlos...
'Un momento, ¿Por qué la vaca?'
Él respiró hondo, buscando su paciencia.
-Mira, aprecio tu intento de cuidar mi... "reputación", pero en serio, no hace falta tanto alboroto. ¿No tienes algo mejor que hacer? ¿Una cena que preparar... o algo?
-... Eso fue bajo, incluso para ti, Kazuma. —Megumin lo fulminó con la mirada.
-¡No es lo que piensas! —Gritó Kazuma.
Él suspiró, entre molesto y... desconcertado.
No quería levantar sospechas y, en el fondo, sabía que Darkness no se daría por vencida tan fácilmente.
No podía permitirse ser tan directo, no al menos sin despertar las alarmas de Megumin o Darkness.
-De acuerdo, tú ganas. ¿Ahora sí me puedes soltar? A menos que quieras acompañarme al baño.
-¿E-estas seguro?
Darkness aflojó su agarre, aunque le lanzó una última mirada, un poco más suave de la habitual. No era la típica mirada atrevida ni el brillo impulsivo que solía mostrar
[-¿Eh? ¿Qué le pasa tan de repente?]
Mientras Megumin seguía en la cocina con Komekko, Darkness se inclinó un poco más hacia Kazuma y tiró de su suéter suavemente.
-Luego... prométeme que te vas a sentar un momento conmigo. Quiero... hablar contigo de algo, es importante. ¿Vale? —dijo en voz baja.
-... ¿De acuerdo? —respondió Kazuma, aún sin comprender del todo.
La vio enderezarse y ajustar nerviosamente el dobladillo de su vestido antes de soltarlo finalmente.
Mientras Darkness se reincorporaba, Kazuma notó cierta ausencia en la casa.
-¿Tus padres todavía no vuelven? —Preguntó, dirigiendo la mirada hacia una Megumin que recogía el plato de su hermana.
-Papá llamó. Parece que tuvo que quedarse por un error en el sistema, y mamá debería llegar en cualquier momento. —respondió Megumin.
Kazuma exhaló aliviado. No estaba de humor para cruzarse con Yuiyui; además, si había algo que su "yo" de este mundo había dado a entender, era que Yuiyui no veía mal sus acercamientos con Megumin.
-Y Aqua también tuvo que irse. La llamaron de repente y se teletransportó —añadió Megumin.
-Ah, ya veo.
'Igual no le iba a preguntar.'
Exasperado, Kazuma deslizó la puerta corrediza, sintiendo la mirada de Darkness clavada en su espalda mientras se alejaba.
*Suspiro*
Ya más tranquila, Darkness se dejó caer en el sofá, cruzando los brazos, como quien intenta convencerse de algo.
-Al menos logré detenerlo... Aunque, pensándolo bien, quizás él se sienta... —murmuró, y luego miró en dirección al pasillo. —A veces... las cosas cambian y... no quisiera que él se sintiera incómodo con eso...
Megumin, alzando una ceja, la interrumpió.
-Eh, Darkness... nuestro baño está justo aquí, en la tercera puerta a la derecha.
Darkness se quedó en silencio un momento, procesando esa información. Miró de nuevo hacia el pasillo vacío.
-¿El baño... está... adentro? —preguntó con iluminación.
Megumin señaló la puerta.
-Ajá. Entonces, si lo viste salir al patio, bueno...
Los ojos de Darkness se abrieron de golpe, y en un destello, salió corriendo hacia la salida.
Slissh!
Ella se quedó congelada, mirando a lo lejos mientras un aire frío le revolvía el cabello.
Kazuma ya no estaba por ningún lugar.
-¡¡Nooooo!!
***
Dejando atrás los problemas personificados, Kazuma caminaba de forma relajada a través de las calles de la capital.
-Hah~ y ninguna comentó nada sobre mi corte de cabello.
Había optado por un estilo discreto: un leve degradado en los lados y solo un recorte de las puntas.
Solo era un cambio sutil que esperaba que al menos una de ellas notara.
Después de todo, era el tipo de cosa que normalmente ellas señalarían de inmediato, especialmente Megumin o incluso Darkness con su peculiar... entusiasmo.
Sin embargo, ni una palabra.
Transportes eléctricos que se desplazaban sin carriles, y estructuras tan altas y brillantes que parecían acariciar las nubes. Obviamente no era la misma capital que él recordaba.
-Hmm... La última vez que vine, apenas compré un par de cosas en el supermercado. Ni siquiera me detuve a ver cómo ha cambiado todo... —murmuró para sí.
-¡Pero es que, en serio, el futuro es porno furry! ¿Cómo nadie lo entiende aún?
'...¿Eh?'
Sin darse cuenta, estaba caminando cerca de un grupo de adolescentes que conversaban en voz alta, lanzando frases que parecían sacadas de un rincón extraño de Internet.
-¡Exacto! —respondió otro, envuelto en una capa de terciopelo—. ¡Y comer carne es un crimen contra las criaturas místicas! Yo solo consumo raíces y energía pura.
Kazuma quiso pasar de largo, pero el grupo lo tenía rodeado, y pronto se vio en una calle repleta de gente.
-Cada vez que alguien come carne, sus almas se desalinean, ¿saben? ¡Los monstruos en los mataderos sufren horrores! —exclamó uno con total seriedad.
-Y conjurar con las manos es tan patriarcal... —continuó un chico de cabello teñido—. ¡Es magia anticuada!
-Ni hablemos de este maldito gobierno capitalista. —añadió otro—. ¡Nos tratan como tontos! La tierra es plana, ¡estoy seguro!
Los demás asintieron, y uno comentó pensativo:
-Esos mapas de la Guild son pura propaganda...
-¡Exacto! ¿Si tienen tanta tecnología, por qué no hemos pisado la luna? Nos dicen que es redonda para controlarnos.
-Nah, la tierra está sobre el lomo de una criatura gigante, ¿no lo saben? Está la tortuga que tiene un montón de minerales en su caparazón, tiene todo el sentido del mundo.
Otro asintió y añadió:
-¡Claro! Por eso hay tantos terremotos. El pobre bicho se rasca cada que puede.
Finalmente, la multitud empezó a dispersarse, y Kazuma se apoyó en un poste, suspirando.
'Definitivamente no es que tenga aires de turista... Es solo que... nunca está de más recolectar información. ¿Pero cómo es que la estupidez medieval evolucionó en este mundo?'
Ring~
Ring~
-¿Uh?
El teléfono zumbó en su bolsillo. Kazuma pensó que sería una de las chicas, pero el contacto marcaba "Desconocido".
Bip!
Contestó mientras se acomodaba en una banca cercana, desde donde se veía un río con barcos improvisados que navegaban lentamente. Le dio una extraña sensación de familiaridad.
-¿Bueno?
(-Al fin tengo señal~)
Del otro lado, Regina habló con tono juguetón.
-¿Y? —respondió Kazuma con frialdad.
(-¿Cómo que "¿y?"? ¿Tienes idea del tiempo que me llevó? ¿O pretendías dejarme aquí rodeada de nerds sin ninguna diversión?)
-Coge con uno, quién sabe, igual se te afloja el ceño y le haces un gran favor al otro.
(-¡Eres un vulgar...! En fin, las instalaciones ya están listas. Y el proceso de la construcción de la máquina va bien, ¿No te preocupa que alguien intente entrar al calabozo por los "tesoros"?)
-El calabozo más peligroso es prácticamente patrimonio de estado entre los reinos. Si alguien se atreve a entrar, la guardia lo detendrá por intento de robo —dijo Kazuma con seguridad.
(-¿De qué parte de tu culo te sacaste esta información? Por cierto, acaban de darle al chupa-sangres acceso a internet.)
Kazuma deslizó el artículo sobre el tema, mientras cruzaba las piernas.
-No me importa.
(-Y Kalameet está...)
-Mira —interrumpió Kazuma—. hasta que no haya algo realmente relevante, no me molestes.
(-¡Al menos tengo la delicadeza de informarte, humano estúpido! Si las otras guardianas vieran al que se supone que deben proteger, ¡más de una optaría por el suicidio! ¡Eres tan...!)
Bip!
Kazuma colgó y guardó el teléfono en el bolsillo, echando un vistazo alrededor.
Las parejas amorosas lo rodeaban, recordándole que era la única alma solitaria en esa banca.
'Uh... Olvidé preguntarle sobre las Calamidades.'
*Suspiro*
'En otra vida... probablemente me habría emocionado bastante con la idea de entrar a una mazmorra y salir vivo para presumirlo. Ahora...'
[-Solo siento un... "Meh"]
Mientras su mirada vagaba por el entorno. Justo cuando estaba a punto de perderse en sus pensamientos, escuchó una voz familiar.
-Vaya... Y justo cuando pensé que las cosas no podrían ser más raras, ¿Qué hace el enemigo numero 1 de ir a chambear fuera de su casa? ¿Te echaron?
Levantando la mirada, se encontró con una armadura azul oscuro que relucía con los rayos solares. Un chico con una diadema en su frente se paró frente a él, se trataba de Kyoya Mitsurugi.
-¿Hmh? Oye, esas ojeras dan miedo. ¿Tenia razón de que ahora estas durmiendo en la calle? —Dijo Mitsurugi, sonriendo de oreja a oreja.
-¿Eh?
Ya él estaba mentalizado, los conocidos de su mundo no eran lo que fueron, por ende, Kazuma se esperaba totalmente un "retroceso" en las personalidades de todos.
Pero ahora, Kazuma se había tragado su propia mentalidad, él se quedó inmóvil, esperando que este "Mitsurugi" adoptara una típica actitud de rivalidad cliché hacía él.
'¿Dónde está el discurso de justicia o la charla sobre el honor? ¿Acaso no va a sermonearme sobre cómo debo ser un héroe de verdad?' pensó Kazuma, un tanto desconcertado.
Sin captar las dudas internas de Kazuma, Mitsurugi solo le dio una palmada en el hombro.
-Heh, lo tomaré como si te hubiesen roto el corazón. ¿Me acompañas a tomar algo?
Esta actitud aparentemente "amable" lo dejó muy fuera de lugar. casi como si este "héroe" estuviera ignorando todos los clichés de los que normalmente era parte.
Pero, después de un momento, decidió no cuestionarlo demasiado y simplemente...
-¿Si? —Asintió todavía con dudas.
***
Donde la luz de la cantina apenas llegaba, Kazuma echó un vistazo alrededor, notando las botellas alineadas y el ambiente bien cuidado del lugar, lejos de la típica taberna ruidosa.
Sorber
Kazuma dio un sorbo a su bebida, un cóctel suave con sabor afrutado, mientras Mitsurugi lo miraba con una sonrisa de ligera burla.
-¿En serio? —dijo Mitsurugi, alzando una ceja mientras giraba su propio vaso, lleno de un licor más fuerte y oscuro—. Te vienes a la capital y lo primero que pides es algo... ¿con sabor a zumito?
Se había encogido de hombros, intentando que no se notara demasiado su irritación.
[-Daria lo mismo si me emborracho o no.]
-Cada uno con sus gustos. Además, ahora mismo prefiero algo que no me haga ver doble después del primer trago. —respondió Kazuma, tomando otro sorbo con total despreocupación.
Mitsurugi alzó un poco la ceja en respuesta.
-Eso es impropio de ti, Pero bueno, cada quien sus preferencias. A mí me gusta algo que me recuerde que estoy bebiendo —dijo, levantando su vaso con una sonrisa de satisfacción.
La extrañeza en la mente de Kazuma solo creció y creció.
'¿No es esto un intento de convencerme para que vaya a la guerra o algo?'
[-Estoy confundido.]
-Últimamente he estado hasta el cuello de trabajo. A donde quiera que voy, siempre hay algún problema que resolver o algún monstruo que vencer. —Dijo Mitsurugi en un tono casual.
'... Casi te pregunto, crack.'
[-Pero al menos te lo dejaré pasar, no tengo nada que pueda aportar en una conversación.]
-Lo de siempre, ¿no? —Dijo Kazuma tratando de sonar convincente.
-Bueno... si te soy sincero, a veces es agotador. Especialmente con Fio y Clemea siempre competían para ver quién me acompaña en las misiones. —Suspiró con exageración—. ¡Hasta en el gym es un escándalo! Uno trata de concentrarse, de aumentar masa muscular, pero con tanta distracción...
Mitsurugi se acomodó en su asiento, girando un poco para mostrar mejor su brazo musculoso, que parecía tan marcado que bien podría haber sido esculpido por un artesano de Belzerg.
'... En estos momentos me entra la duda de a quien debo pedirle ayuda para soportar la envidia que siento.'
-Creo que hasta he perdido algo de músculo por tanto ajetreo... ¿Qué te parece?
-¿Me ves cara de que me gustan los hombres?
Mitsurugi tomó un sorbo de su bebida y luego miró de reojo a Kazuma.
-Oye, no lo digo yo. Vivir con tres chicas, puede ser duro. Te recuerdo que fuiste tú el que me presumió que la bomba se te declaro... Pero todos saben que te la pasas más con Sheyka que con las chicas... Aparte que hay un fanfic tuyo todo turbio rondando por los foros de...
-Me estás tentando a quemar una ciudad entera... Y lo digo en serio. —Refutó Kazuma.
Mitsurugi estalló en una carcajada algo tosca, para luego tomar otro trago y hablar:
-Ah, y también hay otra. Una chica llamada Melissa. Se la ha pasado rondándome, y eso ha puesto celosas a Fio y Clemea. Pero, ¿sabes? La muy maldita solo quiere seducirme y robarme.
Kazuma levantó la vista de su teléfono, con una ceja alzada.
-Así que tu "vida de héroe" incluye evitar a chicas que te quieran estafar? Qué gran aventura.
Mitsurugi suspiró, con un aire resignado.
-La vida de ser "héroe" es... Fastidiosa, pero tiene sus... beneficios. Aunque... no siempre sale como uno espera —dijo Mitsurugi.
'¿Acaba de tener su desarrollo de personaje?'
[-Y eso que esta vez no tuve que hacer nada... Eso creo, ¿o fue mi yo de esta línea que hizo algo?]
-No todo el mundo aprecia el estilo de vida de un caballero heroico. Tú sabes... a veces intentas mostrarle a alguien especial lo que sientes, pero... ¿¡A quien mierda le importa!?
-... ¿Perdón?
El cambio súbito en Mitsurugi ocasionó que Kazuma casi pegara un brinco.
-Le das todo a una persona, la tratas bien, la admiras... pero si esa persona no te valora, ¡pues que se vaya a la fregada! —dijo Mitsurugi, levantando su vaso con una expresión seria—. ¡Uno tiene que quererse a sí mismo, hermano! Primero tú, después el mundo.
Mientras Mitsurugi seguía hablando, por curiosidad. Kazuma vio la marca de la bebida y abrió el buscador de su teléfono.
-Uh-huh... claro, claro.
'Seguramente este tipo es cabeza de pollo y se pone a decir tonterías...'
-La vida de un héroe no es fácil. Y ni hablar de esas personas que... bueno, uno intenta darles amor, mostrarles lo que vale, ¡pero a veces simplemente no lo ven! Pero ¿sabes qué? ¡Eso ya no me afecta!
[-... ¿Se verá mal si pregunto quien le hizo tanto daño?]
-¡Sabia que esa voz la había escuchado en algún lugar, es él! ¡es él!
-¡Es él MitsuMatch! ¡Tómenme una foto con él!
Justo en ese momento, un grupo de personas en la cantina reconoció a Mitsurugi. Un par de jóvenes emocionados se acercaron a él, como si estuvieran viendo a una celebridad.
-¡Hombre, tus videos me han cambiado la vida! Desde que empecé a seguir tus consejos, ya no me preocupo por lo que piensen los demás.
-¡Sí, gracias a ti dejé a mi ex! —dijo otra persona—. Ahora estoy concentrado en ser mi mejor versión.
Kazuma rodó los ojos mientras miraba el video de MitsuMatch en su teléfono, en el cual Mitsurugi gritaba desde la pantalla:
-¡MANDALA A LA VERGA, MI COMPA! ¡TÚ VALES ORO, NO DEJES QUE NADIE TE HAGA SENTIR MENOS!
Mitsurugi sonrió, radiante, mientras los saludaba.
-¡Recuerden! ¡Primero ustedes, luego el mundo! —declaró, levantando el vaso—. ¿Pero cómo le llamamos a eso, eh?
-¡Espera! ¡Primero una foto! —exclamó uno de los adolescentes, entregando su teléfono a Kazuma.
-Eh... ¿vale?
Sin entusiasmo, Kazuma levantó el teléfono y contó.
-A la de tres... 3, 2, 1, digan...
-¡¡¡MODO GUERRA!!! —gritaron los chicos al unísono.
Chask!
La foto quedó lista, y los jóvenes se fueron sonriendo de oreja a oreja.
-¡Eres un dios! ¡De verdad, eres lo mejor!
-¡Sigue existiendo, rey! ¡Eres un regalo para el mundo!
Mitsurugi, aún sonriente, volvió a sentarse y alzó la copa.
-¿Ahora es un gurú de la autoestima? —murmuró Kazuma, incrédulo.
-Aquí todos creen que los héroes solo saben blandir armas... Pero yo solo quiero que estos chicos descubran que tienen un héroe dentro.
'Ahí está el Mitsurugi que conozco,' pensó Kazuma, con sarcasmo.
Después de un par de tragos más, Mitsurugi cambió su expresión a una mucho más seria, dejando el vaso a un lado mientras se inclinaba un poco hacia Kazuma.
-Bien... a lo que vine —dijo con un tono bajo, que casi parecía confidencial—. Supongo que ahora te diriges a hablar con la princesa, ¿verdad?
Kazuma asintió, sorprendido.
-¿Eh? Sí, más o menos.
'Cambió tan rápido de tono que hasta olvidé preguntar por qué vinimos aquí en primer lugar.' pensó Kazuma, confundido.
Mitsurugi, todavía serio, mantuvo su mirada fija en el vaso medio lleno frente a él, sin siquiera tocarlo.
-Te voy a hacer un adelanto. Tú y yo, por órdenes directas de la princesa, fuimos asignados como sus acompañantes en la próxima reunión.
Kazuma parpadeó, incrédulo.
'... ¿En serio? ¿Me van a poner como escolta? ¿Al lado del cliché de la espada?'
-Hah~ así que eso explica el escándalo de Darkness —suspiró Kazuma, sintiendo que todo empezaba a tener sentido.
Mitsurugi levantó una ceja, con una sonrisa apenas perceptible.
-A veces pienso que un día alguien te devolverá todas las tácticas rastreras que usas, Kazuma.
[-... Este man sabe cosas.]
'Me peleo conmigo mismo constantemente. Ya lo he vivido más de una vez.' Meditó, burlándose en silencio.
-¿Y bien? —preguntó finalmente, esperando que Mitsurugi siguiera con su explicación.
-Ah, sí. —Mitsurugi se dio cuenta de que aún no había terminado y continuó—. Ya has oído sobre el tratado de paz entre Belzerg y el Reino Demoníaco, ¿verdad? Bueno, nosotros vamos a una reunión en Luminira para discutir ese tema, aunque honestamente, no tengo ni idea de los detalles.
Kazuma meditó un poco, justo recordó el momento en el que su teléfono vibró con un mensaje de Iris.
'Hmm... Solo me envió un: "Quiero verte.", pero no sabía que esto iba a escalar a tal magnitud.'
-¿Luminira? —preguntó Kazuma, intrigado. No recordaba haber oído de ese lugar antes.
-Es la capital del Reino Tecnológico —explicó Mitsurugi—. Pero a lo que quiero llegar es... Te lo suplico, evita a toda costa que Aqua vaya a la reunión.
Kazuma lo miró, confundido.
'¿Uh? ... Con esa expresión con la que me lo dice, es difícil no preguntar la razón.'
Casi como si leyera sus pensamientos, Mitsurugi suspiró y continuó:
-Mira, yo la respeto hasta cierto punto, pero... también entiendo que es como una niña con poder absoluto y sin sentido de responsabilidad. Es como saltarse la regla de "no niños" en un evento formal, ¿entiendes? Así que te lo digo en serio: si ella tiene que venir, asegúrate de que esté supervisada. O mejor aún, no la dejes venir.
Kazuma contuvo una risa, asintiendo con una sonrisa burlona.
-Ya, pero qué puedo hacer. Ella es... como un cachorro sin entrenar. —respondió, manteniendo la compostura.
-Aqua es una diosa... en teoría. Pero ya sabes cómo es —dijo Mitsurugi, bajando la voz, casi avergonzado de hablar de ella así—. La última vez que me la dejaste en una reunión importante... digamos que acabó en un alboroto con los embajadores. ¡Y todavía no entiendo por qué decidió bendecir el vino y luego lo acusó de ser una "bebida maligna" cuando todos ya estaban ebrios!
*Suspiro*
'Casi parece como si su personaje estuviese flanderizado apropósito...'
-Sabes que no tengo control sobre ella, y por mucho que la golpee, le regañe, siempre vuelve a hacer lo mismo. —Mencionó Kazuma mientras se llevaba su bebida a la boca.
-¡Ese es el punto! ¡Tú la trajiste a este mundo! Debes hacerte responsable del desastre que causa.
-Honestamente la traje por qué pensé qué tener una diosa en el equipo me facilitaría el tema de vencer al rey demonio, pero... Oh, sorpresa. Vinimos a un mundo donde están apunto de estrechar la mano con la peor amenaza de todas. —Dijo Kazuma en un tono monótono.
Mitsurugi frunció el ceño.
-... ¿De qué hablas? El proceso del tratado se inició hace un año, y por el tema de las Calamidades rondando, a veces se posponían las reuniones. —Mencionó Mitsurugi con obviedad.
'¿Eh...? ¿Son recientes?'
Honestamente pensó que su "yo" de aquí, trajo a Aqua al mundo de fantasía sin tener idea de que ya estaba en proceso para hacer una tregua con el rey demonio.
'Entonces supongo que eso resuelve un agujero cronológico... Pero el tema es, ¿Qué hice yo en estos 5 años? Komekko mencionó que vencimos a "Calamidades" ... Dudo mucho que me la pasé de vago.'
[-Nah, se trata de mi persona. Seguramente si me la pasé de vago.]
Chask!
-Hey, despierta.
Mitsurugi chasqueó los dedos frente a Kazuma, sacándolo en su pequeño mundo mental.
-Ah, estaba pensando en algunas cosas. —Dijo Kazuma casi atontando.
-... Estas raro, pero como venia diciendo: El problema aquí es que en esta reunión se hablará de cosas delicadas —insistió Mitsurugi, inclinándose un poco hacia él para enfatizar su punto—. Y sabemos que Aqua no es precisamente... sutil. Si aparece ahí y se topa con algún representante demoníaco, ya me imagino la escena: dirá que todo es una conspiración, o peor, ¡que ha venido a exorcizarlos a todos!
-¿Quieres decir que el "tema delicado" podría hacer que lo vuelva todo un caos? —Kazuma no pudo evitar recordar cuántas veces Aqua ya había metido la pata en cosas sencillas.
'Si, Recuerdo que Lolisa y Cubare me contaron de que Aqua irrumpió en el local de las súcubos, incluso Yuze temía por su vida... milagrosamente Vanir intervino y las salvó a todas.'
[-En cierta manera, creo que le debo mi vida a Vanir.]
-Ella puede ser... bastante problemática cuando se trata de información delicada. Temo que cause un alboroto si llega a enterarse del contenido de la reunión. Además, estaremos tratando con demonios, y los dioses y los demonios son como agua y aceite.
Kazuma lo miró en silencio, tratando de procesar el cambio de actitud de Mitsurugi.
Este Mitsurugi no parecía ser tan "fan" de Aqua como su versión de la línea original. Aunque aún conservaba cierto respeto hacia ella, parecía finalmente haber entendido que Aqua era, en efecto, una mocosa incontrolable.
'¡No entiendo nada! ¡Pero por alguna razón, este Mitsurugi ya me cayó bien!'
Mitsurugi se llevó una mano a la frente, con un gesto afligido.
-Esto no es solo una cena diplomática; esta vez estaremos negociando acuerdos entre reinos. No podemos arriesgarnos a que ella vuelva a discutir con los demonios y les exija disculpas por ser demonios.
-Eso es tan... Aqua.
Kazuma suspiró, agradeciendo no ser el único de ver el colmo de tratar con Aqua todos los días.
-No prometo nada, haré lo que pueda.
-Eso es suficiente para mi.
Mitsurugi se levantó de su asiento, todavía con esa expresión de preocupación en el rostro. Sacó su billetera y dejó un fajo de billetes en la barra, pagándole al cantinero.
Pero antes de irse, logró dibujar una sonrisa confiada en su rostro.
-Por cierto, En vista de que iras con la princesa... Si te atreves a acercarte a ella demasiado pronto... —hizo una pausa, esbozando una sonrisa burlona— te reviento la cara a golpes. Dale un par de años más, ¿sí?
-... ¿Eh?
Kazuma puso los ojos en blanco.
-La edad no es solo un numero... También hay una prisión, Si de aquí a un tiempo sigues siendo igual de... bueno, Kazuma, entonces supongo que tendrás mi bendición.
Sin saber como tomarse el comentario de Mitsurugi, este solo asintió. Mientras él héroe de la espada se retiraba.
'... ¿Que carajos le pasaba a este yo?'
-Ah, y además...
'¡Puta madre!'
Blam!
-Antes de que me lo pidas.
-????????
Pensando que Mitsurugi había terminado, pero este regresó, sacudiendo la cabeza y poniendo un fajo de billetes sobre la mesa.
-No te preocupes, el partner invita. Además ya salió ese juego que esperamos y capaz tuviste que pagar otra deuda...
-Esto...
Kazuma no pudo ocultar su desconcierto cuando Mitsurugi le entregó el dinero sin ninguna explicación.
Simplemente se quedó en silencio, recordando cómo esas frases solía escucharlas solo en su época de videojuegos en línea.
-No me vayas a dejar esperando otra vez, cabeza de cebollín.
Con un último golpe amistoso en el hombro, Mitsurugi finalmente se fue del lugar.
Kazuma se quedó unos segundos, mirando el dinero y procesando la escena. Instintivamente, se acarició el pelo, pensativo.
'En definitiva. Me agrada muchísimo este tipo.'
***
Belzerg opera bajo un sistema monárquico en el que el poder de la familia real sigue siendo fundamental, pero el reino ha adoptado también políticas de mercado abierto.
Aunque la figura del monarca es central, el sistema es capitalista, y esto ha impulsado avances económicos y tecnológicos, que a su vez han transformado la capital en un centro de comercio e innovación.
Esto conlleva a que la monarquía tenga autoridad sobre decisiones mayores y es respetada por todos los ciudadanos.
Pero si hablamos del mercado... La cosa cambia.
El capitalismo implementado le otorga a los empresarios y comerciantes cierta autonomía, generando una economía en la que tanto nobles como plebeyos tengan la posibilidad de crear riquezas e impulsar el desarrollo.
Para mantener un equilibrio entre la tradición y la modernidad, la familia real ha instaurado leyes de conservación sobre el castillo real y otras estructuras históricas importantes.
A pesar de que la capital de Belzerg se moderniza y crece rápidamente, el castillo sigue siendo un símbolo de la historia y el linaje del reino.
-Urh... Es un alivio que el procesamiento cerebral del modo pasivo no me joda el cerebro. —Dijo Kazuma rascándose su cabeza.
Es por eso que, aunque la transformación tecnológica en la capital es evidente, el castillo real se mantiene casi idéntico a como Kazuma lo recordaba.
Y toda esa información, se corroboró con el simple observar de la gran estructura frente a él.
Era tal cual como la recordaba, las enormes torres eran conectadas por puentes y murallas, rodeado de fosos y canales que le dan una apariencia de fortaleza impenetrable.
Pero no para él.
'Aunque ya viene siendo algo tarde... Será mejor ir directamente hacia ella, no quiero que me confundan con un pervertido si me aparezco en su habitación.'
[-Yo lo hacía para ahorrar tiempo.]
'... Claro.'
*Suspiro*
Kazuma contuvo el aliento, preparándose mentalmente.
Trskk!
Activando el programa Anular, su cuerpo se hundió a través de la estructura.
Ignorando cualquier obstáculo frente a él, y en unos pocos segundos se hallaba caminando en los pasillos del castillo.
'A esta hora si reciben visitantes, en cualquier caso mostraré la insignia de Darkness que tomé prestada si me detienen.'
-¡¡KAZUMA ONII-SAMAAAAA!!
-¿¡!?
Una voz única para él hizo eco por el pasillo, era tan clara y llena de energía.
Apenas ystuvo tiempo de reaccionar cuando una figura a gran velocidad se lanzó hacia él y lo abrazó con fuerza.
Blam!
-¡Qué bien que llegaste! ... Qué rico hueles, ¡d-digo! No esperaba verte tan pronto. Claire y Rain seguramente se volverán locas si no te presentas, ¡Neh! ¡Tengo tanto que contarte! ¿Puedes creer que supe hasta hace poco que Rain intervenía mis mensajes con los tuyos?
La joven Iris lo miró con una sonrisa alegre, sin darse cuenta de la mirada vacía y petrificada de Kazuma.
Inconscientemente él comenzó a temblar, algo en su expresión cambió mientras procesaba cada detalle de su rostro, de su cabello largo y revuelto.
Ya no era la pequeña Iris.
No, al igual que todos, ella también había crecido.
Esta Iris era más adulta, sus facciones se habían definido, y aquella inocencia en su mirada ahora compartía espacio con una madurez.
Y, sin embargo, cada rasgo... era exactamente igual a ella.
La Iris que, con sus propias manos, tuvo que... cerrar los ojos para siempre.
Kazuma sintió cómo el peso en su pecho se volvía insoportable.
-¡¿Eh?! —Exclamó Iris sorprendida.
Y sin entender bien por qué, levantó los brazos y la abrazó, temiendo que esa figura pudiera desaparecer en cualquier momento.
-Oni... ¿Kazuma? ¿T-te encuentras bien? Es que... E-estas demasiado cerca, ¡No es que me moleste por supuesto! ¿P-pero te pasó algo? —preguntó ella, con un toque de duda en la voz.
Trskk!
Dentro del espacio mental, Control abrió los ojos y se miró así mismo confundido.
-¿¡Cómo!? —Preguntó sin creerlo.
Pues, hasta donde entendía él tenía el mando del cuerpo, sin embargo de un momento a otro, ¡Ya no lo tenía!
Control subió la mirada, fuera de su cuerpo.
Entonces, desde lo más profundo, surgió la voz de su contraparte. Percibió como sus ojos, se humedecieron, y sus labios casi quebradizos dejaron escapar aquello:
-P-p-perdón...
Esa disculpa, rota como cristales, rompió en lo más profundo.
Esto era, de alguien que todavía se aferraba a ese reflejo doloroso, a una cicatriz difícil de cerrar.
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