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Capítulo 2

Capítulo 2: Desconcertado.





Cruzando las puertas, podía sentir la emoción aumentar. No solo yo, sino que también mis compañeras parecían emocionadas y, los ojos de las dos Demonios Carmesí estaban brillando intensamente.

Así era como yo, Satou Kazua, el héroe del mundo, debía ser recibido. Ya no podía notar la mirada de disgusto que algunas maids me daban cuando me quedaba en este gran castillo.

Los pasillos, con cuadros y cosas de lujosas y bien decoradas, además de limpias, eran largos, con algunos grandes ventanales por donde entraba la luz cálida de sol.

Y al final del corredor, estaba Rain, parada firmemente esperándonos para tal vez guiarnos, detrás de ella seguía el pasillo, pero esta vez, dividiéndose en más pasillos.

Con una mirada seria en su rostro, lo cual me desconcertó, ya que pensaba que estaría temblando de miedo en cuanto me viera llegar, Rain hablo aparentemente serena.

Rain: Mitsurugi-sama, Darkness-sama, Yunyun-dono, Megumin-dono, Aqua-dono, Cleo-dono, Fío-dono y... Kazuma-san. Les felicito por haber logrado un logro tal alto como el de derrotar al Rey Demonio. -dijo de manera tranquila a la vez que se inclinaba como saludo-. Yo seré la que los guíe hasta La Sala del Trono donde se llevará acabó la ceremonia de premiación para luego dar una fiesta en honor a los héroes en El Gran Salón.

Rain hablo de una manera extrañamente apacible, al final dándonos una sonrisa.

Me detuve ante la impresión, quería decir algo, al menos una broma para que recordara el miedo que me tenía. Pero nada salió de mi boca, ni una palabra.

Aqua: ¿Habrá vino?

Y Aqua rompió el hielo finalmente con su pregunta, estúpida como siempre.

Con unos pequeños comentarios de parte de las personas detrás de mí, ya algo emocionados o hasta algunas nerviosas (como Yunyun o las compañeras de Mitsuruga), seguimos a Rain a través de los pasillos y pisos del Castillo.

Estaba algo nervioso y emocionado a la vez, estaba a punto de ver al Rey. Solo esperaba que mis compañeras se comportaran de buena forma, excepto Lalatina, ella ya estaba en el papel de noble ejemplar.

Al final, llegamos a una parte que reconocía muy buen.

Era el Salón del Trono.

Las puertas eran igual de grandes que las de la entrada. Forrada a lo lados con lo que parecía ser oro, estaba bien tallada la madera de la que estaba hecha, se notaba el lujo de esta.

Inmediatamente se abrieron las puertas para nosotros. Sentía la emoción correr por mi sangre. ¡Esto era lo que siempre quise!

Compañía también estaban sorprendidos. Varios nobles estaban a los costados del Salón, murmurando entre ellos. Algunos miraban admirados, otros asombrados, unos parecían no importarle, otros miraban a Darkness, tal vez porque querían casarse con ella... pero lo que más había, era una mirada de desprecio dirigida hacia mí.

Kazuma: ¿Eh?

Inconscientemente deje escapar quejido de confusión y sorpresa.

Esto era lo que menos me esperaba... o no de esa manera.

Frente a nosotros, estaban los que más poder tenían en este país. El Rey y sus hijos, sentados cada uno en un trono distinto al anterior, eran cuatro tronos en total. Pero, había uno que estaba vacía, probablemente era la que pertenecía a la Reina, la cual era la madre de Iris.

El lugar, tan lujoso y decorado, qué parecía que todo lo que había dentro tuviera un muy alto valor. Los nobles, como siempre, vestidos de forma gala para esta ceremonia y fiesta, estaban en la parte derecha del cuarto, mientras que, en la izquierda, había unos muy grandes ventanales, tan hermosos y bien detallados, que parecía haber sido fabricado con un cristal precioso. No solo eso, también estaban varios caballeros reales a solo unos metros del lado izquierdo de la pared, formando una perfecta fila.

En los tronos, estaba Iris, mi hermanita, vestida con su típico vestido blanco con azul, pero esta era más diferente, más largo y más brilloso, se notaba que había un cambio. Ella estaba sentada en la silla Izquierda extrema, mirándome con tanta monotonía que hasta parecía no tener emociones.

En la silla al extremo derecho, se encontraba el Príncipe, hermano legítimo de Iris, de ojos azules como los de Iris, y con el cabello dorado, estaba vestido de blanco con algunos toques de dorado y rojo, no solo eso, sino que también llevaba una larga capa blanca. ÉL me miraba con asco en su expresión, pero a la vez manteniendo un comportamiento decoro.

Inmediatamente, pude notar como las miradas de mis compañeras y compañía eran oscurecidos por el bajar de su cabeza, incluso el flequillo de sus pelos tapando la parte superior de su rostro.

Estaba desconcertado al respecto. ¿Qué acaso no deberían estar mirándome con agradecimiento y admiración? ¡Somos los héroes, ¿por qué nos miran de esa forma?!

Ni siquiera Iris estaba emocionada de verme, ni tampoco por saber que derrote al Rey Demonio.

No... espera... al único al que miran de esa forma es a mí...

Rey: Así que tú eres la sanguijuela que no hizo más que aprovecharse de sus compañeros, ¿eh?

En ese instante, una voz profunda sonó en la sala, y algunos murmullos suaves se hicieron escuchar de parte de los nobles; otros, cesaron.

Todos nosotros estábamos arrodillados frente al Rey para cuando pronuncio esas palabras.

Sentí pesadez en mi cuerpo. No sabía porque, pero tenía miedo. Todavía no sabía a qué se refería. El desconcierto ésta llenando mi cabeza.

Una presión, de la que seguramente venía de la persona frente a mí. Era un gran poder y aura, parecido a la de Duke la primera vez que lo conocí, pero más intenso y fuerte.

No podía hablar. Quería preguntar, pero simplemente no podía.

En ese momento, sentí como las personas detrás de mí se levantaban. Una esperanza surgió en mí.

¡Ellas! ¡Ellas podían aclarar este malentendido! Las chicas van a decir que hay un error.

De las pocas veces que estaba aliviado de contar con ellas, esta era una de ellas. Solo esperaba que Aqua no lo arruinara.

Darkness: Su Majestad -se refirió al Rey, aclarándose la voz y, mostrando una mirada seria y madura, continuo-. Lo que usted dice es totalmente cierto. Esta persona no es más que un simple aventurero, con la profesión más débil.

¡¿Qué...?!

Mi corazón dio un vuelco a la vez que un vació empezaba a pesar en mi pecho. No podía creer esas palabras.

De repente pude volver a tomar el control de mi cuerpo permitiéndome moverme y rápidamente me levanté y giré la cabeza en dirección a Darkness, todavía sin poder creer lo que había dicho.

Estaba confundido, pensaba que era broma, hasta que vi su sonrisa burlona que iba dirigida sutilmente hacia mí.

Antes la había visto, pero no de la manera en la que me la mostraba ahora.

El sudor caía a un lado de mi cabeza, y cuando quise en rectarme para para defenderme y, a la vez regañar a Darkness por lo que pensaba era una broma, Mitsurugi se abalanzó sobre mí, tumbándome contra el suelo.

Mitsurugi: ¡Quieto! Ya fue suficiente el maltrato que provocabas contra ellas. No permitiré más de tus acciones indecorosas.

Kazuma: ¿¡Qué?! ¡¿Pero de que están hablando todos ustedes?! ¡¿Acaso me están haciendo una broma?! ¡No es para nada gracioso!

Rey: ¡Suficiente! -El Rey con cara de cansado y molestia, a la vez de enojado, gritó en el salón-. Esta es una terrible ofensa, ¿Cómo puede alguien como tú siquiera andar con grandes heroínas como ellas? -Con voz ronca y profunda, me miró como si en verdad pensara que iba a responder.

Solo pude quedarme rígido en mi lugar. Mientras, Mitsurugi y compañía volvieron a hacer una reverencia ante el Rey y pude levantarme. Iris y Jatis me miraron con aburrimiento.

¿¡Como puede estar pasando esto!? ¿Por qué todos actúan diferentes de repente?

Iris no parecía la misma niña que recuerdo. Parecía tan orgullosa que hasta me dolía, y aún más al ver que no hacía nada por defenderme.

Por otro lado... ellas...

Aqua y Megumin...

Mirando de reojo por el lado izquierdo de mi persona, ellas estaban igual de sonrientes que Darkness. ¡Incluso Yunyun estaba con una sonrisa que no iba para nada con ella!

Aqua, al notar mi mirada, solo pudo hacer una expresión sorna. No se parecía a la Aqua que vi hace solo unos 5 minutos atrás. Nunca la había visto de esa manera.

Kazuma: Chicas...

No respondieron. Mitsurugi se levantó y se adelantó al frente.

Mitsurugi: Su Majestad, lamento que haya tenido que ver a este intento de aventurero. Por favor, permítame castigarlo por la ofensa.

El Rey, todavía sentado en su trono, sonrió y dio permiso con un "adelante". Al mismo tiempo, los nobles empezaron a avalar y animar a Mitsurugi para que continuara.

Cada palabra de ellos, y la mirada de Iris viéndome como si no fuera nada; además de el hecho de que parecía que en verdad las chicas habían planeado deshacerse de mí, hicieron que un dolor en el pecho empezara a aparecer al tiempo que se hacía pesado. Mis ojos se volvían cristalinos a ver lo que pasaba a mi alrededor, con lágrimas amenazando con salir. Definitivamente no me esperaba esto.

¿Cómo siquiera esta pasando esto? Debía haber una explicación, ellas nunca me harían algo así, ¿o sí...?

Intente levantarme. No pude. Por alguna razón no podía elevarme de mi lugar, y, el Rey parecía tener algo que ver. Sus ojos, brillando resplandecientemente de color azul noble, me posaban en mí, a la vez que una sonrisa divertida colgaba en su rostro.

Mitsurugi se iba acercando a paso lento, mientras desenvainaba su espada con una sola mano y con un movimiento elegante. El temblor y el miedo estaban llenando mi interior.

En serio pensaba que esto era una broma. No lo era.

Rápidamente volví mi mirada hacia ellas, las que probablemente eran la causa de esto. Mirándome punzantemente, ellas no hacían nada. Detrás de ellas, Yunyun y el harén de Mitsurugi me miraban de una forma casi igual. Yunyun no parecía ser la misma en absoluto.

El pánico finalmente apareció en mí, reflejado en mis expresiones.

Kazuma: ¡Esto no es más que una broma pesada, ¿verdad?! -grité y exigí una respuesta. Nunca llego y ellas solo se reían de mi...-. ¡¿Acaso todo lo que pasamos en grupo no significo nada?! ¡Qué paso con eso familia, ¿eh?! ¿Cómo es que cambiaron repentinamente...?

Mi voz se iba apangando y pude sentir la presencia de Mitsurugi detrás de mí. Con la espada levantada, parecía que había esperado a que terminara de hablar.

En ese momento, Aqua se acerco un poco a mi e hizo una pequeña señal para que Mitsurugi se detuviera.

Aqua: ¿Quieres saber la verdad...? -con voz irónica, ella fijo su atención en mi y con una mano tapando parte de su boca, como si no quiera que los demás las escucharan, siguió en explicando-. Nunca te consideramos como parte de la familia, a nuestros ojos, solo eras una basura que se comportaba como un idiota. Con una personalidad tan asquerosa, que daba ganas de abandonarte desde un inicio.

Esas palabras revolvieron mi estómago. Y Megumin y Darkness parecían disfrutar de la expresión de incrédulo que ponía.

Aqua al final se alejo dando señal a Mitsurugi de seguir.

Quería replicar, a todas quería gritar fuertemente. Solo eran unas malagradecidas, incluso quería escapar de ese lugar tan horrible con teleport. Pero no pude.

De un momento a otro, pude sentir un gran frío en gran parte de mi estómago, y luego un líquido recorriendo parte de mi abdomen.

Mi mirada débil bajo a donde sentía ese malestar. Había sucedido...

Tenida una espada clavada en mi estómago desde mi espalda.

Mis ojos anonadados se fijaron en ellas, y lo que vi era una expresión de satisfacción. Parecían degustar mi dolor.

Atrás de mí, la mirada ya interesada de Iris estaba fijada en mí. Parece que también fui engañado por ella...

Y, a un costado de la silla estaba ella. Aquella persona a la que alguna vez consideré como mi némesis. Era Claire.

Su mirada llena de odio sonreía de satisfacción al verme. Ella también...

Y, cuando quería hacer algo, la espada de Mitsurugi salió de mi cuerpo dejando que me desangrara.

Caí en el piso sin fuerzas y mi aliento poco a poco se iba. El dolor que iba en aumento se volvía insoportable.

Solo pude extender mi mano hacía ellas. Las culpables de esto, las dueñas de mis falsas emociones y sentimiento que alguna vez sentí por ellas.

La vista poco a poco iba nublándose y las risas estallaron en la sala, como si hubieran visto algo realmente gracioso.

Mi corazón que empezaba a latir cada vez más lento, dejo de latir y el mundo se oscureció una vez más para mí.

Ellas nunca fueron buenas. Todo fue un engaño...

***

Abrí los ojos de manera abrupta.

Kazuma: ¡Ahhhhh!

Con una respiración realmente fuerte y con falta de aire, había despertado de lo que parecía ser un sueño.

El sudor recorría mi frente, era sudor frío y mi corazón latía fuertemente.

Las emociones seguían vigentes, haciéndome sentir miedo y tristeza, junto a odio, todo al mismo tiempo.

Mis ojos estaban bien abiertos y trataba de recomponerme, tenía una mano en el pecho para aliviarme.

Reconocí el lugar en donde estaba y los recuerdos de lo sucedido volvían.

Todo había sido un sueño, o eso quería pensar...


***

N.A.: Siempre pensé que practicar para dibujar sería fácil, ahora veo que no.






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