Final alternativo 1. Las cadenas de Kazuma.
Han pasado semanas desde que dije que haría esto, la verdad estoy algo emocionado espero les guste el resultado sea el que sea.
Empezamos...
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El tiempo... Es una ilusión... El amor... Es una mentira... El dolor... Es real...
A veces el mejor regalo de Dios es el amor, así como su peor castigo.
A veces el mundo tiene que mostrar su lado más trágico así como su lado más hermoso, lastimosamente esto último no sera lo que veremos hoy, desde el punto de vista de nuestro protagonista claramente este no fue el mejor resultado posible.
La ceremonia y la boda de Kazuma se habían dado con normalidad, la vida del castaño era de lo más alegre, la fría Megumin había empezado a ser más cálida desde ese día en el altar, nada podría arruinar esto... ¿Verdad?
Megumin dió a luz casi nueve meses después de la noche de bodas, una niña, una niña llamada Reiko, nombre dado por ambos padres sin mayor significado que el valor que estos le atribuían...
Niña de ojos rojos y cabello negro, exactamente igual a su madre, absolutamente nadie levantaría sospecha alguna de eso...
Nadie debería...
Excepto una persona... Solo una persona sospecharía, pero dicha persona no era precisamente alguien que quiera hablar de esos problemas.
Días felices les esperaban, hubieron dificultades y también problemas para escoger un lugar donde vivir, ¿Pero qué mejor lugar que sus inicios? Así Kazuma se quedo con la Mansión, Darkness decidió retomar el ser noble y empezo a ayudar más a su padre, Aqua decidió irse a Alcarentia a recibir los aclamos de sus seguidores, allí se quedó por varios años, para ser exactos... Casi más de una década tiempo en donde desarrollaremos esta historia.
13 años después...
Narra Narrador.
Kazuma, un hombre de 30 años, ya había pasado mucho tiempo desde que se caso con Megumin y un poco de tiempo desde que nació su hija, ella cumpliría catorce años muy pronto, semanas para ser exactos...
Pero...
Había algo que hasta ahora le había quitado en muchas noches a Kazuma, el placer de dormir.
Algo que no entraba en su mente.
¿Por qué su hija nunca obtuvo su suerte?
Ella nunca ganaba en piedra papel o tijeras con otros niños y simplemente le hacía eso dudar, ya había indagado eso con Chris pero ella solo le dió ideas vagas, desde hace tiempo ya lo empezó a evitar y también pedir ayuda para mas reliquias.
Entre las pocas cosas que pudo rescatar fue que normalmente las estadísticas se heredan, pero quiza Reiko era un excepción, eran casos poco usuales pero los habían.
Pero no eran usuales en la estadística de la suerte, la suerte misma evitaba que eso pasará...
En el fondo Kazuma penso lo peor, pero aun así dejo de pensarlo por un tiempo, necesitaba pensar que todo solo era una broma del mundo, quiza cuando ella sea grande y pueda usar una tarjeta de aventurero sepa si en verdad sus ideas son reales...
[Ubicación: Mansión de Kazuma]
- Megumin, ¿Ya escuchaste las nuevas noticias?
- Dime mi Kazuma.
Kazuma y Megumin se encontraban en la cocina terminando de recoger el almuerzo y como era costumbre, hablar del día al lavar los platos.
- Vendrán todos para el cumpleaños número catorce de Reiko, incluso ese... Mitsubishi, ¿Así se llama no?
- . . .
- Megumin, cariño ¿Estas bien?
- Ah eh, sí, perdona querido, ese nombre me suena, por cierto es Mitsurugi...
- Mitsu... Es un nombre raro.
- En todo caso, m-me alegro que vengan todos, es el cumpleaños número catorce de Reiko, es muy importante para ella, por fin podrá ser una aventurera.
- Sí, quiere ser archimaga como tú.
- Ja, le falta mucho para eso, bueno Kazuma... Necesito que vayas preparando las cosas para la fiesta.
- ¿Eh? Dijiste que lo harías tú.
- Bueno, tengo cosas que hacer... Por cierto ¿Cuándo llegan?
Dijo Megumin lavando el último plato y secándose las manos posteriormente.
- Bueno, faltan algunas semanas, pero por alguna razón ese Mitsubishi y su grupo llegarán hoy.
- Ah, y por cierto solo cocina para ti y Reiko esta noche, olvidé que... Tengo que ir a ver a Komeko.
- Pero no la visitas desde hace un año...
- ¡Adiós!
. . .
Ella salió de la cocina y simplemente tomo un saco de dinero y se fue.
Algo andaba mal ese día, algo incómodo al castaño, algo... Debería preocuparse pero su mente no le dió tiempo para eso, debía preparar lo necesario para ese día y eso hizo días enteros planeando, era importante para su hija y como ella era una maga Carmesi debía cuidar sus detalles, al cabo de unos días decoraciones y demás cosas ya estaban preparadas con antelación, solo debía esperar que el producto llegase y armar todo.
Le tomo más de una semana alistar lo necesario para esos días, por otra parte Megumin llegaba algo tarde a la casa y se iba directamente al cuarto y se encerraba, ni si quiera quería hablar de que hacía.
"Algo anda mal... Megumin esta actuando muy raro".
Se dijo Kazuma uno de esos días.
Si bien Megumin siempre daba excusas algo creibles al final su estado la delataba y el ponerse de mal humor al ser interrogada solo llegaba a preocupar más al castaño, la iba a seguir... Tenía que saber la verdad...
Una mañana el castaño despertó solo nuevamente, temía lo peor pero también esperaba que todo sea una broma por parte de Megumin o quiza ella hace su propia sorpresa.
Se levantó y preparo el desayuno para él y su hija, ella no decía mucho sobre sus mamá solamente pensaba en ir al colegio aquel día.
- Papá papá.
- Dime hija.
- Ayer tía Yunyun dijo que eramos como amigas.
- ¿Qué pasa con eso?
- Le dije que sí, veras ella siempre me compra algo cuando volvemos del colegio, al principio era muy callada pero luego empezamos a hablar más y más y creo que si somos como amigas.
- Oh... Eso es bueno.
- Y también me dará un regalo por mi cumpleaños...
- ¿Regalo?
- Dice que me enseñara Teletransportación.
- Oh... Así podrías ir sola al colegio.
- Pero no quiero.
- ¿Eh? ¿Por qué?
- Porque entonces ya no podre ver a tía Yunyun todos los días ya que ella no me llevará.
-. . .
- ¿Papá?
- Eh no nada, apúrate en desayunar, Yunyun debe estar por llegar, hablaremos de eso luego.
- ¡Hai!
Reiko se apresuro en comer su desayuno en cambio Kazuma no comió nada, simplemente acompaño a Reiko a la puerta cuando llego Yunyun.
- Hola Yunyun.
- Hola Kazuma-san.
- ¿Cómo va todo? ¿Reiko se esta portando bien?
- Ella se esta portando bien, no deja de hablar de su cumpleaños.
- Han sido preparaciones difíciles, pero tengo todo listo.
- ¡Ejem!
- Ah sí, perdón Reiko, llévala Yunyun, que no llegue tarde.
- La traeré también de regreso y la cuidare no te preocupes, Kazuma.
- Lo haces cada día, adiós.
Kazuma se despidió de su hija y de Yunyun, estas fueron a la escuela de los magos Carmesi con Teleport, serían unos segundos con dicho hechizo y claro, Yunyun lo hacía de forma voluntaria, solo quería pasar tiempo con Reiko.
"Bien, ahora... Megumin..."
Ya iban semanas desde el cambio de Megumin, a veces llegaba tarde a la casa, a veces ni llegaba pero siempre tenía una excusa, a Kazuma le preocupaba cada vez más esa situación y con el cumpleaños de Reiko a tan solo días...
Ese día no fue la excepción, ella llego a horas de almorzar, Kazuma no le reclamo ni nada simplemente dejo que ella durmiera.
Cuando despertó hizo lo de cada día, se despidió de beso en la mejilla y se fue en la noche, pero no se fue sola.
Kazuma la siguió usando su mascara que hace tiempo ya, no usaba esa para ocultar su identidad. Su amada caminaba feliz por las calles extrañamente feliz... No parecía preocuparse por mucho...
"¿A dónde vas con tanto afán Megumin?".
Se dijo el castaño que empezó a aumentar el ritmo junto con el de ella.
A los minutos llegaron a un hotel, ella ingreso sin temor a nada y el se quedó allí, en espera.
Paso una hora y no salió, la incertidumbre mataba al castaño, ya cansado decidió entrar a este hotel.
Se quitó la mascara e ingreso, se acerco a la recepción y pregunto.
- Buenas noches, disculpe, ¿Sabe a dónde ingreso una maga Carmesi? Llego como hace una hora.
- Una chica... Espere, creo que si la recuerdo.
Quien le atendió también pareció reconocerlo y no dudo en darle dicha información.
- Gracias.
- No es nada, héroe de Belzerg...
- Aún me dicen así eh...
Empezó a caminar por las gradas de ese hotel, sentía cierto nerviosismo y miedo, pero continúo.
El ambiente se sentía pesado, cada paso era pesado.
Poco a poco se acercaba al cuarto indicado por la recepcionista...
Estaba cerca de la puerta, la manija tenía un pequeño cartel que decía "No molestar" y estaba con seguro.
Pego la oreja a la puerta, se escuchaban leves gemidos provenientes de este...
No necesitaba saber más...
Pero algo le indujo a mirar, usando su habilidad Unlock desbloqueo la puerta y la abrió...
Una escena que prefiero no describir fue mostrada a sus ojos, le era difícil mantenerse de pie, su esposa estaba teniendo relaciones con otro hombre y estos ni se percataron de la mirada que se asomaba por la puerta y continuaron con lo suyo...
El castaño cerro la puerta, y empezó a soltar leves lágrimas de sus ojos se tapaba la boca para evitar que sus quejidos se eschuchasen , se sentía destruído y traicionado...
No quería estar ahí...
No quería volver a casa...
"Y... ¿Reiko?"
Pensó el castaño, tampoco quería que ella le viera así y tampoco el quería verla...
Afortunadamente...
Había un lugar donde siempre podría recurrir en caso algo le pasara, así que decidió ir a ese sitio, ahí mismo recito Teletransportación y en cuestión de minutos llego a una sala oscura.
- ¿Kazuma?
En una silla estaba Eris sentada, el castaño no podía formular palabras y solamente por instinto le respondió.
- Diosa Eris...
- ¡Kazuma! ¿¡Estas bien!?
La Diosa Eris rápidamente se percato de los ojos de Kazuma y que apenas se mantenía de pie, corrió a un Kazuma que se agarraba el pecho y tenía ojos llorosos.
- E-eris...
- Dime, ¿En qué te puedo ayudar?
Kazuma le contaría todo a Eris pero... ¿Es necesario? No lo sabía con certeza pero si había algo que tenía que hacer en ese momento era saber algo que desde hace mucho le había preocupado.
- ¿Puedes saber si Reiko es mi hija?
- ¿De qué hablas? ¿Por qué preguntas eso?
- ¡Solo responde!
Kazuma aparto a Eris, su llanto se hizo rabia pero al darse cuenta de a hacía quien la estaba liberando se calmo.
- Kazuma tranquilo... ¿Qué sucede?
- Cállate... Solo quiero saber...
- Kazuma por favor dime...
- Te hablare de eso luego... Necesito solo necesito saber si ella es mi hija...
- Esta bien, Kazuma-kun. Aqua podría ayudarte.
- ¿Aqua?
- Si necesitas saber si alguien es hijo de alguien, ella podría saber como.
- ¿Dónde esta Aqua?
- En Alcarentia ¿Lo olvídaste?
- Yo... Necesito calmarme... Necesito aclarar mi mente...
- Kazuma, te ayudo, te llevaré con ella.
- Gracias Eris-sama...
- Bueno, hay que apurarse, tengo almas que atender.
- Bueno...
La Diosa abrió un portal, como si se abriera el cielo aparecieron ambos en otro sitio, Eris salio de ahí rápidamente deseando la mejor de las suertes a Kazuma, pareciera que empezaba a perdonar a este aunque no se supiera de que estaba enojada.
Kazuma estaba en Alcarentia... Tiempos aquellos dónde había pasado por ahí, pero recordaba bien sus calles.
Poco tiempo debería pasar para hallar a Aqua, después de todo ella es una Diosa y también una amante del vino, ella frecuentaba una zona en especial.
Un bar algo famoso, lugar que siempre indicaban todos cuando preguntaba como hallarla.
Su mirada era apagada, solamente en el interior se reflejaba lo que estaba sufriendo, solamente en su ser se mostraba lo que le atormentaba.
Entro al bar, las miradas de las personas se fijaron en él antes de continuar en lo suyo, el camino al mostrador y pregunto:
- Buenas noches, disculpe... ¿Aquí hay una Diosa Aqua?
- ¿Acaso esta ciego? Esta allá tomando un poco de vino.- Dijo el camarero apuntando una esquina.
Ahí estaba su amiga, ya era un tiempo que no la veía y así como Eris ella se veía igual.
Camino lentamente, no tenía mucha prisa en realidad... Con tal de llegar al cumpleaños de "su hija" todo estaría bien... ¿Verdad?
En realidad no lo sabría con exactitud, solo quería la verdad y la verdad le sería entregada.
- Hola, Diosa Aqua.
- ¿¡Kazuma!?
- Sí, ese soy yo, que raro que a estas horas sigas sobria.
- ¡Hey! Yo soy una Diosa responsable.
- Como sea... ¿Puedo?
Dijo el castaño, apunto una silla en la cual tras la aprobación de Aqua, se sento.
- Ah... Necesito un trago...
- Yo me encargo ¡Mesero una cerveza para mi amigo!
- Espero eso me ayude en algo...
Fueron momentos agradables, quiza por algunos minutos Kazuma se olvidó de sus problemas, quiza por algunos momentos revivió la época de los establos, solo él y ella.
Pero dichos momentos no eran más que eso, momentos que terminarían pronto, después de todo algo de la magnitud que le había pasado no sería fácil de olvidar, para nada sencillo.
- Este, Aqua...
- Hai, dime Kazuma.
- ¿Cómo puedo saber si Reiko es mi hija?
- Eh ¿De qué hablas?
- Veras, Aqua... Megumin...
- ¿Megumin?
- Megumin... Me esta siendo infiel...
-. . .
- Y Reiko no se me parece en nada... Así que yo pensé en que... Quiza esto no es reciente...
- Kazuma, no creo que Megumin sea capaz.
- ¡La vi! La vi con mis propios ojos... Ella estaba con... Con... Sniff...
Kazuma estaba por romper en llanto, la Diosa noto eso, así que se le acercó y empezo a calmarlo con un abrazo.
- Ya ya... Calmate Kazuma...
- Fue con Mitsurugi...
- Kazuma... ¿Por qué Megumin hizo eso?
- No lo sé... Creí que todo iba bien, creí que estabamos teniendo la vida que siempre habíamos soñado...
- ¿Kazuma, puedo hacer algo por tí?
Por más extraño que pareciera, Aqua había logrado madurar un poco, o quiza solo era buena calmando personas, y claro que a su amigo le brindaría el mejor de las atenciones.
- Solo quiero saber si Reiko es mi hija...
-. . .
- Aqua.
- ¿Estas seguro?
- Sí... Lo estoy...
- Kazuma, ¿Por qué no solo te separas de Megumin? No metas a tu hija en esto...
- Por favor... Se bien que no importa lo que sea... Ella siempre sera mi hija... Pero igualmente quiero saber...
- De acuerdo, Kazuma.
Aqua se le quedo mirando fijamente y estiró su mano hacia su capa, tomo algo... Un fino cabello de color castaño, y también, de los cabellos de Kazuma tomo otro cabello.
Pronunció palabras que nadie de allí entendía, hubo un brillo en ambos cabellos y los ojos de Aqua brillaron junto con estos.
- Kazuma...
- Aqua... ¿Entonces?
- Kazuma... Escúchame...
- Aqua...
Por el tono de sus palabras Kazuma ya había deducido lo peor, pero aun así se mantenía a la espectativa de las palabras de Aqua.
-Se fuerte Kazuma... Se que llevas trece años casado... Pero ella no es... Reiko no es tu hija...
Lo sabía... De alguna forma Kazuma lo sabía... No era cosa reciénte, ya era mucho el tiempo que pensaba en eso, pero el amor a Reiko era tan grande que nunca le tomaría tanta atención al tema hasta ahora.
El Castaño quedó en silencio, no dió palabra ni tampoco gestos, solo se levantó de su mesa dejando dinero sobre esta y se dirigió a la salida.
- Aqua, ¿Quieres tener otra aventura?
- ¿Aventura?
- Pienso irme de Belzerg...
- Eh... Yo.
- Depende de tí, después de todo la única que vale la pena visitar es Darkness...
- Pero, Kazuma...
- Por favor...
Esa última palabra no fue firme como las otras, Kazuma simplemente no aguantaba el dolor en su corazón, quería el final de todo, ni si quiera caería en algo tan vano como la venganza, solamente tenía que irse...
- Está bien, Kazuma, solo prométeme que no harás una locura. Se que te sientes mal...
- Quizá... Solo tengo que ir a aclarar algunas cosas... Espérame aquí, ya establecí un punto de Teletransportación...
Eran ya las 12.00 de la noche, bastante tiempo el transcurrido no era, pero aún así el castaño se sentía apto para ir a su Mansión.
- Te espero, Kazuma.
- Teleport.
Kazuma desapareció de la escena...
En la ciudad de Axel apareció el castaño, pensó unos segundos antes de avanzar, su paso era lento y su mirada baja, simplemente parecía un hombre sin vida.
Se dirigió a una casa, rogaba que quien vivía ahí se encontrara, toco la puerta.
Toc toc
Era tarde, no era seguro que le habrán, pero algo de suerte debería quedarle a Kazuma.
Alguien abrió la puerta, estaba en pijama y con una taza de café en la mano.
- ¿Kazuma?
- Buenas noches, Yunyun.
- ¿Qué haces a estas horas?
- Mira... Hace algo de frío, hablemos adentro.
- Ah eh, claro pasa.
Además de Reiko, no había nadie más que vaya a visitar a Yunyun, aunque no parecía estar nerviosa con Kazuma.
- Yunyun, ¿Qué hacías despierta?
- Bueno... No puedo dormir por la emoción.
- ¿Por qué?
- ¿Lo olvidaste?
- . . .
- El cumpleaños de Reiko, es mañana.
El castaño quedo pensante por algunos segundos, estaba seguro que el cumpleaños de Reiko era en unos días.
- Es verdad... En ese caso, quiero ser directo.
- ¿Kazuma?
Las palabras del castaño eran frías, sonaban como si cada una de ellas tuviera un gran peso.
-Megumin... No... Escucha, cuida mucho a Reiko, por favor apoyala en todo lo que puedas, así como siempre lo has hecho.
- Kazuma, no te entiendo.
- Por favor...
- Kazuma... ¿Por qué estas llorando?
- Porque... No me creo capaz... De verla de nuevo...
- Kazuma, me estás preocupando...
Lágrimas salían de los ojos del castaño, parece que aún le quedaban algunas pero quiza no seas las últimas.
- Solo dime que lo harás.
- Pero.
- Dímelo...
- Yo... Lo haré, Kazuma, Reiko para mi es más que una amiga.
- Esta bien... Eres muy buena persona, Yunyun, espero verte de nuevo...
- ¿Kazuma?
El castaño salio de la casa de Yunyun, ella quería seguirle o decirle algo, pero sentía que no debía y sus piernas tampoco se movían, simplemente... Se sentía impotente a pesar de desconocer que sucedía.
El castaño sintió el frío de las calles de Axel, el viento era fuerte pero no pareció importarle él se encamino, ahora sí, a su mansión.
En cuestión de veinte minutos llego a a la entrada de esta, sentía miedo de abrir la puerta... Sabía bien que debía hacer, pero no sabía si tenía la fuerza para hacerlo, después de todo... Después de vivir tanto tener que acabar todo de esta manera...
Pero esto era mejor, encararla, no ser su presa y vivir a las sombras de otro tipo... Eso o desaparecer...
La sala, como supuso, estaba oscura al igual que toda la mansión, estaba por ir al cuarto de Reiko para al menos darle un beso en la frente, tan solo debía guardar unas cosas para poder irse.
Clic
La luz se encendió, había alguien esperándole.
- ¿Dónde estabas, Kazuma?
- Hola, Megumin, te pediré que hoy no me molestes, estoy cansado.
- ¡Alto!
La maga se levantó de el sillón y se levantó e interceptó al castaño que estaba al pie de las escaleras.
- ¿Qué quieres, Megumin?
- ¿Sabes qué hora es? ¿¡Dónde estabas!? ¿¡Por qué llegas tan tarde!?
- Mira quien lo dice, aquella persona que por semanas llegaba a la hora que deseó.
- Eso no te incumbe, tu eres mío, tienes que estar aquí cuando te necesite.
- No soy tu esclavo, mujer.
- ¡Kazuma!
- ¿¡Qué quieres!?
- ¿¡Dónde estabas!? Esto es... ¿Cabello? ¿¡Qué hacías!?
- Lo que sea que haya hecho seguramente no lo hize en un hotel, seguramente no estaba teniendo sexo con esa persona durante semanas.
Hubo silencio...
Aquellos segundos se hicieron eternos, hasta que Kazuma hablo.
- Lo sé muy bien, Megumin.
- ¿De qué hablas?
- No trates de desconocer lo que digo, ya has ocultado las cosas lo suficiente.
- No sé de que hablas.
- Eres una hipócrita, Megumin, llegaste cuando quisiste y nunca te dije nada, en cambio tú... Yo confiaba en ti, Megumin.
- Kazuma... Estas delirando...
- ¡Callate! ¡Te vi, te vi teniendo relaciones con ese... Con ese tipo!
- Kazuma no ex...
- ¿¡Por qué lo hiciste!? ¿¡Pensaste en cómo me sentiría!?
- . . .
- ¡Y aun así tienes el descaro de reclamarme, hiciste a un lado el cumpleaños de Reiko!
- ¡Basta! ¡Kazuma no es lo que piensas!
- ¿¡No lo es!? Dime, ¿Desde cuándo has hecho... Desde cuándo me has hecho esto?
- ¡No lo he hecho! ¡Fue solo una vez! ¡Perdón! Perdón... Kazuma...
- No mientas más, Megumin... Esto lleva más de diez años...
-. . .
- Sabes bien que lleva incluso antes de nuestra boda...
Las palabras de Kazuma por primera vez parecían afectarle a Megumin, algo de lo que ella se había convencido a si misma... Se estaba derrumbando, por primera vez empezaba a sentir dolor por lo que estaba haciendo... Lo que había hecho.
- Sabes bien... Que la mayor prueba de ellos es que... Reiko no es... Mi hija...
- No... ¡Kazuma ella es tu hija! N-no digas tonterías... No... ¡Yo no sabía! ¿¡Cómo si quiera estas tan seguro!?
- Poco importa ahora si lo sabías o no, poco importa como lo sé, y tampoco deberías saberlo. Después de todo también puedo ocultar cosas.
- K-kazuma... Reiko es tu hija, todos los días le preparas el almuerzo...
- No es mi hija, y tu ya no eres mi esposa.
Aquello fue otro golpe duro de escuchar para Megumin, esta se acerco lentamente y le tomo por el cuello de la camisa.
- P-pero Kazuma... Yo te amo... Y...
- Yo también te amo Megumin, y mucho, por eso me duele tanto... Lo que has hecho...
- ¿Entonces? Si me amas...
- No te confundas, Megumin, te amo pero por eso mismo pienso irme de aquí, he vivido una mentira por años, he vivido por ti aquellos años...
- Y-yo también lo he hecho, Kazuma, cada día.
- Te amo, Megumin... Por eso... Me voy...
- No... No ¡No!
- Me voy, no puedo vivir con alguien como tú.
- ¡Entonces vete! ¡Vete!
Megumin empezo a confundir sus sentimientos, frustración, tristeza, amor, odio, ira... Se agarró los pelos de la cabeza y empezo a caminar en círculos, parecía no aceptar lo que estaba escuchando.
- ¡Vete! ¡Dejanos!
- No estas pensando bien, Megumin...
- ¡Callate, callate, callate!
El castaño se acerco a Megumin y le tomo de las manos y la acerco a él.
- Suficiente, Megumin.
- Ah, ah, vete... Snif...
- Te amo, te amo demasiado...
- Y-yo... Y-yo... También te a-. hmm~~.
El castaño beso a Megumin, esa era su forma de decirle:
- Adiós para siempre, Megumin, que sean los sueños los únicos lugares donde nos veamos...
- N-no... No te dejare...
- ¡Drain touch!
- ¡Pa- hmm~!
Megumin empezó a sentir como su mundo se nublaba, sentía la impotencia de no poder hacer nada y el dolor de saber que sería el último beso con la persona que era el amor de su vida, nunca había aprendido a valorar el amor, y ahora era el amor el que se encargaría de que aprendiera a valorarlo.
Ella aprendería a valorar la presencia a causa de la ausencia...
- Adiós, Megumin...
El castaño después de dejarla recostada en el sillón se dirigió al cuarto de Reiko, su despedida fue simple, no más ni menos que un beso en la frente y dejar algo debajo de su almohada.
Recogió algunas de sus tantas cosas, incluído su anillo y el de su esposa, y decidió irse...
- Teleport...
Continuará...
Ahora mismo.
>>>>>>
Una hora después...
- ¡Detente! Ah... Ah...
Desperto...
- S-se ha ido... Jaja... No importa... ¿Verdad?
En silencio se levantó y se dirigió a su cuarto, no solo debía levantarse temprano para el cumpleaños de su hija, también debía terminar de armar todo lo que el castaño planeo por semanas.
Quizá no era mucho lo que faltaba pero... Hacerlo sola sería difícil.
Cada escalón se le hacía difícil de subir, sus manos temblaban y sus piernas no les respondían, apenas si había logrado subir a su cuarto.
- Ah... Kazu... Kazuma...-. Se lamento, empezaba a soltar lágrimas al entrar a su cuarto, se acostó en su cama y miro el lugar vacío que ocupaba Kazuma.
Acaricio la almohada en la que se apoyaba el castaño y la atrajo a ella.
Su olor era el de su amado, olor que por años había impregnado en esa almohada...
- Kazuma... Sniff Kazuma...
Lo único que podía hacer pero no le consolaba era decir su nombre, sus lágrimas quiza aún comparaban a la cantidad que su amado había derramado por ella, pero ella soltaría muchas más por lo que hizo.
- Perdóname Kazuma... Vuelve Kazuma... Por favor Kazuma...
Entre lágrimas y sollozos consoló su sueño, pero en su sueño no hallaría descanso ni paz, simplemente... Recuerdos, estos que quiza en algún tiempo o tuvieron mucho significado, pero ahora... Quizá sea lo más valioso que tenga de él.
Esa mañana desperto temprano, los invitados deberían llegar después del medio día, debería tener tiempo suficiente para alistar todo, preparo el desayuno en la mañana, pero solamente comió su hija.
La acompaño a la puerta donde la recogió Yunyun, hecho eso se dispuso a adornar el jardín trasero de la mansión.
[Hora: 1.00 pm]
La fiesta debería empezar a las dos, Yunyun debería distraer a Reiko hasta esa hora; Darkness llego temprano, una hora antes, para ese punto Megumin ya había terminado todos los preparativos, aunque le tomo toda la mañana.
Toc toc
Tocaron la puerta, Megumin se extraño aún no era la hora acordada, se acerco y atendió la puerta.
- Hola, Megumin.
- Darkness, ¿Qué haces tan temprano?
- Siempre llego un poco temprano, es una costumbre mía...
- Ah... Entiendo...
Megumin dejo pasar a su amiga.
Ella entro y pareció notar algo.
- Hey, Megumin, ¿Dónde esta Kazuma?
Otra cosa que noto fue que Megumin no llevaba su anillo.
- Bueno...
- ¿Y tú anillo?
- . . .
- ¿Estas bien?
Megumin parecía derrumbarse, ni si quiera se molestó en tratar de fingir que no paso nada, que había despertado sin su anillo de bodas.
- No...
Ella cayo de rodillas, y empezo a llorar.
- ¡Megumin!
- Lo siento... Sniff...
Darkness se acerco a consolarla, se arrodilló a su lado y puso una mano en su espalda.
- ¿Qué paso?
- E-es mi culpa...
Continuará...
Bueno, espero les haya gustado el capítulo si es así voten y comenten.
Aún falta la otra parte de este capítulo, nos vemos hasta entonces.
ADIÓS!!
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