¡Hola chicos! ¿Cómo están? Yo bien, espero esten igual.

Antes de empezar quiero decirles que habra tortura y no de la bonita, así que si tienen gran imaginación y no les gusta eso ruego lo salten, pondré un avisó.

(Aunque no creó que este tan fuerte pero igual dejo la advertencia)

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- Despierta Mitsurugi.

- ¿Eh...?

En una habitación que solo era iluminada por una vela se encontraban dos sujetos, uno con ansias de vengarse y otro para el cual el dolor apenas iniciaba.

- ¡Qué despiertes!

- ¡Ahhh! ¡Maldito!

Una daga fue clavada en la pierna izquierda para que el desafortunado despertaré.

La sangre empezó a correr así siendo las primeras gotas que mancharian ese cuarto.

- ¡Sueltame desgraciado!

El castaño no dijo nada, solo encendio otra vela así dejando ver donde estaba sentado uno de los héroes de Belzerg.

Una silla, lleno de clavos oxidados, solo era una fina capa de madera lo que impedía que estos entraran en su piel.

- E-esto no es gracioso Kazuma, suéltame, no quiero hacerte daño.

- ¿Aún te sientes en posición de amenazar? Supongo que no hize buen trabajo en asustarte.

- ¿Asustarme?

El castaño se arrodilló y empezo a encender algo debajo de la silla de Mitsurugi.

Los clavos empezaron a calentarse penetrando así en la madera y dicha fina capa de madera no hiba a soportar.

- ¿Q-qué es lo que quieres Kazuma? N-no ganas nada haciéndome esto.

- Bueno... Tienes razón, pero mis razones son las mismas por las cuales nos hiciste eso.

-...

- Entonces entiendes, supongo que no eres tan tonto como pensé.

- Suficiente...

Mitsurugi trato de liberar se de sus cuerdas, pero su cuerpo no solo le fallaba, las cuerdas eran muy resistentes.

- Supuse que tratarías de liberarte, después de todo eres muy fuerte, por eso tengo esto.

El castaño saco un pequeño frasco, era idéntico al que él uso una vez en Megumin.

- Bastardo...

- También olvidé algo, me desagrada tu rostro.

El castaño tomo un espejo y se lo mostró para ver que él había vuelto a su cabello habitual aunque esto no era precisamente bueno para él.

- Mira... ¿Qué tenemos aquí?

Saco algo de un bolso pequeño, era un  frasco de una poción, el líquido era transparente y al igual que su en su mundo, el veneno, el ácido, el cloro y otros productos, todos eran de color transparente, fáciles de confundir con el agua.

- O-oye eso huele muy mal...

- Bien... Sientelo mejor.

- ¡No! ¡No! ¡Ahhhgg!

Aunque cerrase los ojos y tratara de evitar el líquido, tan solo unas gotas fueron suficientes para causarle dolor, sus ojos se abrieron ante tal tortura así solo permitiendo que entren esas gotas.

Tan solo unas gotas bastaron para que su naríz empezara a sangrar y otras más para que empezará a toser, una tos tan fuerte que apenas podía respirar y cuando respiraba el dolor se multiplicaba.

- ¡Cof! ¡Cof! ¡Cof! ¡Ahhh!

La tabla que separa los clavos de él empezaba a romperse y sus movimientos bruscos solo ayudaban a ese cometido.

- Bien, ahora... ¡Create Whater!

Kazuma limpio el rostro de Mitsurugi así acabando con ese dolor, claramente preparando algo mejor.

- Ahh... Dejame ir... Por favor... Me hare cargo de Megumin... De su... Nuestro hijo, nunca más nos veras... Por favor...

- Pero... ¿Cómo lo harás?

- Los cuidaré les daré buena vida... Dejare... Dejare de ser aventurero...

- No me entiende al parecer...

-...

Kazuma se quedo pensativo unos momentos antes de continuar.

- Dejame replantearte antes de que te alcancen los clavos ¿Cómo lo haras si ella y su hijo están muertos?

- ¿Eh? Jaja que bromista eres... ¡Kazuma dejame ir! ¡Dejame!

- ¿¡Cómo lo harás maldito!?

Kazuma agarro un hombro de Mitsurugi y empujó hacía abajo, la madera se quebró, el fierro oxidado penetro en las ropas y en la piel de Mitsurugi, no era como una silla de clavos convencional, estos chavos estaban mal dispersos tenían formas irregulares y también su óxido era notorio.

- ¡Ahhhhh!

Un grito desgarrador provino de él, poco a poco empezaba a hundirse y no solo eso, podía sentir como se cocinaba vivo, el olor a carne era notorio.

- B-basta Kazuma... ¿¡Qué quieres!?... ¡Ahhh! ¿¡Qué necesitas para dejarme ir!? ¡Ahhh! ¡Maldito!

- ¿Qué quiero? ¿Qué necesito? También me lo he preguntado... La verdad no lo sabía, pense mucho hasta trate de dejarlo, me dijeron que abandonara todo pero... ¿Sabes a qué conclusión me llevo todo?

- ¡Ahhg! Basta... Haz que pare... ¡Ahh!

Los clavos hiban penetrando la piel Mitsurugi a un paso lento pero doloroso, en cambio Kazuma, sereno respondía las dudas de a quien era su prisionero.

- Me llevo a que no estaría feliz con nada, con nada que no sea venganza y tu amigo... Me causas vomitos.

Agarro su daga, y empezo a moverla causandole solamente dolor a Mitsurugi.

- Bien... Tinder.

Quemo el mango, así la daga no podría quitarse por mano propia.

- ¡Ahh! ¡Basta! ¡Ayudaaa!

Empezó a calentar la hola desde su parte sobresaliente, esto causo que entrará más poco a poco.

- Nadie te va a escuchar, aquí solo le importabas a una persona ¿Y sabes? Esta aquí, pasa Arios.

- Tú...

- Vaya Mitsurugi, realmente me engañaste... No solo eso, me usaste.

Un caballero de cabello blanco salió de entre las sombras y caminaba poco a poco a Mitsurugi.

- ¿Sabes? Yo tengo un hermano, él tiene una enfermedad...

- ¡Ayúdame! ¡Por favor!

- Ey ey es de mala educación interrumpir cuando alguien habla Mitsurugi.

- ¡N-no! ¡Alto! ¡Ahhhh!

Kazuma le hecho algunos gotas más y Arios continúo tras escuchar los gritos de a quien consideraba amigo.

- Y cuando nos obligaste a ir de misión por dos semanas... Mi hermano murió... Yo quería dinero para salvarlo... Yo quería tiempo para estar con él...

- ¡Yo no sabía! ¡Si hubiera sabido te hubiera ayudado!

- ¡Lo sabías! ¡Te dije que lo necesitaba para algo importante! ¿¡Y qué dijiste!?

-...

- ¡No me importa! Eso dijiste.

Arios se acerco con algo, era pequeño y se ocultaba en su palma.

- Eso es...

- Parece que lo reconoces Mitsurugi.- Dijo Arios sacando un pequeño insecto.

- Normalmente usamos este amigo para limpiar alcantarillas, come de todo así que...

- Oye oye no, definitivamente ¡No! !Ahhh!

- Tranquilo, morirá con el calor...

Abriéndole la boca le metieron aquel insecto, luego de eso Arios se fue, solo quedaba Kazuma mirando sin decir nada.

Mitsurugi tardaría en morir, la sangre se coagulaba con el calor evitando que se desangre, no tenía caso seguir ahí.

- Dudo mucho que mueras Mitsurugi, nos veremos mañana por la mañana, espero sigas cuerdo, te tengo algo muy especial.

- ¡Sácame de aquí! ¡Ahh! Cof... Basta... Cof...

Pov Kazuma

Empezo a toser sangre, aquel gusano estaba haciendo bien su trabajo.

Pero...

Aún falta...

Saque una pequeña aguja de mi bolsillo y con tinder la empeze a calentar.

- Hey Mitsurugi, ¿Le tienes mido a las agujas?

- Basta...

Parecía cansarse de gritar, pero para mí apenas si esto estaba poniendo interesante.

- Bas... ¡Aaaah!

La aguja atravesó su nariz, jajaja le queda bien el piercing.

- Aún tengo agujas, no te relajes...

"La noche transcurrió lentamente, poco a poco hiban ingresando más agujas a su cuerpo hasta que llego el amanecer"

El tipo parecía ya muerto, el fuego se había apagado y su pulso estaba al límite.

- Dejame morir...

- Para nada, aún falta y eso créeme es peor. ¡Heal!

Con una manatita logre curarle al completo pero aún estaba débil.

- ¿Q-qué puede ser peor a esto? ¿Más tortura?

No respondí, solo empezé a retirar las agujas de su lugar causandole dolor y también la daga aunque para esta...

- Esta atascada, pero no te preocupes aquí tengo un cuchillo.

- ¡Alto! ¡Deja eso!

Sus gritos no se hicieron esperar, empeze a retirar el filo de la daga, saque un trozo de tela y le hize un torniquete, aún no puede morir.

Tenía que sacarlo de la silla, pateé la silla haciendo que cayera, rompiendo la silla y liberandolo pero era inútil que escape en su estado.

Los clavos que estaban en su piel salieron con facilidad al ser empujado, no sangro y los huecos en su carne eran notorios.

Le tome de la ropa del cuello y le levanté y empezé a recitar Teleport.

Parecía sin vida, parecía que había perdido toda esperanza, bueno veamos si esto le hace cambiar de opinión.

- ¡Teleport!

Un prado, era amplio y estaba muy cerca de la aldea Carmesi.

- Oye Mitsurugi.

Le tire al suelo y no hubo respuesta.

- ¿Sabes algo? Te compadezco por lo que te pasara.

- Matame...

- No, yo no lo haría.

- ¿Dónde estoy?...

- Cerca de la aldea de los magos Carmesi, aquí hay un prado, uno grande.

-...

- Aquí, habitan orcas.

Sus ojos opacos empezaron a tomar brillo y como si algo hubiera despertado empezó a tratar de levantarse.

- Mira, ahí en el fondo puedo distinguir una gran nube de polvo y parece que son cientos de ellas.

- ¡Matame! ¡Alejame de ellas!

- Cuando yo estuve por ser atrapado me ayudaron, pero parece que tú no contaras con esa suerte.

- ¡Haz algo! ¡Ayudame desgraciado! ¡Hijo de... Cuuff!

Le di una patada en el estómago antes de que continúe.

- Mira hijo de p*ta, tú te buscaste esto ¿Qué piensas ahora? ¿Ahora quieres tener sexo? ¿Ahora tienes lujuria? Ahora te lo permito, hazle a ellas lo que le hiciste a mi amiga.

- Ahg... Ah...

- Adiós hijo de p*ta te deseo lo peor, no eres más que una basura.

Empezé a alejarme usando lurk y viendo desde lo lejos como el grupo de orcas empezaban a disfrutar del cuerpo de ese bastardo

- Bien... ¿Ahora qué?

No siento que tenga mucho más que hacer, solamente pedir disculpas y quiza... Vivir esa vida tranquila que siempre soñé, quiero dejar este reino, este lugar... O quiza simplemente ir a vivir con todas a mi mansión...

Ahh...

Empezé a caminar hacía el reino, podía usar teletransportación o usar alguna carreta pero quería estar alejado de todo eso, quería estar solo y solo hiba a estar ese tiempo.

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¿Dos semanas? No lo sé realmente, pero sé que estoy cerca.

"Este es el bosque que tenían que talar parece que aún no comienzan"

En mi ausencia parece que las cosas se han detenido, menudos inútiles.

Era de noche y las piedras me dificultaban el paso, apenas sí podía caminar correctamente.

"Falta poco... Debo pensar en que decirles"

Hmm ¿Cuánto tiempo lleva de embarazo Chris?

No lo recuerdo bien pero creo que ya van dos meses.

No sabía bien que pasaba por mi mente así que me límite a caminar.

- Este olor...

Huele a... Podrido...

El viento soplaba fuertemente y la luna brillaba con intensidad y una silueta se asomo por los árboles y pude distinguir quien era.

- Con que aquí decidiste hacerlo eh ¿Megumin?

Continuara...

Bueno... Me tarde demasiado xd

Creo que el siguiente Cap sera el final y el epílogo, ya saben salto en el tiempo y así.

No tengo excusas por tardar tanto, así que denme sus mejores insultos o no sé ¿Qué hacen en estos casos?.

No importa, nos vemos en otro Cap.

ADIOS!!

PD: Tal vez haga finales alternativos, díganme que opinan.

Don Ramon God