Prólogo : Renacer De La Muerte
En un mundo el cual fue bendito con el mana una historia se desarrolló.
Un temible rey demonio asedio y atemorizo el mundo durante mucho tiempo, o al menos así fue.
Pero este temible enemigo fue derrotado por el grupo de aventureros más poderoso o más suertudo del mundo.
Varios años habían pasado desde dicha Incursión y ahora nuestros héroes habían vivido su vida de forma pacífica y feliz.
En el interior de una mansión en los territorios de Dustiness podíamos ver a un hombre de edad avanzada sentado en un sofá relajándose.
Dicha persona no era nada más y menos que ‘Kazuma Satou’ el cual ya rondaba por sus 70 años de edad.
Su tan larga vida se debía a la bendición del mana sobre el mundo, dicha bendición que le permitió gozar de su vida durante tantos años.
*Suspiro*
‘De verdad que han pasado tantos años ya.’
Mientras miraba por el balcón con un rostro sereno de repente fue interrumpido por unas presencias.
Blam*
La puerta fue abierta de golpe mostrando a un grupo de niños.
Entre estos habían algunos con cabello negro y otros rubios.
-¡Abuelo!
-Abuelo ya es hora.
Ante la presencia del pequeño grupo Kazuma sólo se giro con una sonrisa calmada.
-¿Ya son las cinco?, pensé que eran las dos, ¿ya desayune?
-Abuelo, sabes que no caeremos en eso.
-¡Eso, eso!
-Kukuku, ya vale dejo de jugar. ¿Están listos?
Ante la pregunta el grupo de niños asintió con la cabeza para después sentarse en el suelo.
-Haber por donde podría iniciar…
-¿Qué tal por el principio?
-Veo que sus padres los han criado bien. Ojalá el bastado de Percy se diera un tiempo y venir a ver a su padre.
-Abuelo… creo que no viene por que la última ves le quitaste las bragas a mi mamá con tu ‘Steal’.
-¿Enserio hice eso?
Los niños solo pudieron asentir.
-Vaya… la edad no me ha afectado mucho, ¿eh, eh?
Ante la forma típica ya en el anciano los niños solo rieron un poco.
Pero ellos no perdieron sus miradas ansiosas ante Kazuma.
-Bueno, esta es la historia de como sus abuelos junto a una mismísima diosa logramos derrotar al rey demonio y traer la paz a este mundo…
El cuento prosiguió con bastante calma durante unas horas.
Al final los niños quedaron satisfechos ante las historias de Kazuma, ya que el siempre les contaba sobre sus aventuras pasadas.
Ese era su día a día últimamente, aunque no se quejaba.
Una vida pacífica sin preocupaciones era lo que todo anciano deseaba una ves llegaba a esa edad.
Y así terminó cayendo la noche.
***
Luego de la historia los niños fueron llamados para cenar, aunque no sin antes ayudar a Kazuma a llegar al comedor.
Al entrar miró como una mujer un poco más baja que el y que aparentaba su misma edad estaba sentada en un sofá mientras leía un libro.
-Hola cariño, llegas algo tarde.
-Si, los enanos siempre vienen a mi por sus historias. ¿Pero quien soy yo para negarme?, fui grandioso.
Infló su pecho con algo de orgullo generando un pequeño suspiro en la anciana.
*Suspiro*
-¿Nunca vas a cambiar no?, solo espero que no le llenes de ideas raras a Kumokoi.
-Sigo indignado por que no me dejaste nombre a ninguno de mis hijos, Megumin.
-¿De qué hablas?, si es un gran nombre.
A pesar de los años la forma de ser de aquella maga que generó terror en todas las naciones en sus mejores días no había cambiado.
Mientras seguían con su platica unas mujeres aparecieron sirviendo la comida.
Todos pasaron a la mesa luego de eso y empezaron a comer tranquilos.
No hacía falta mencionar que eran bastante personas, una linda familia.
***
Luego de comer los adultos se dirigieron a una sala de reposo.
Mientras que Megumin leía un libro, Kazuma era molestado por un hombre con pelo rubio.
-Papá.
-No.
-Papi.
-No.
-¿Papito?
-¿Me ves cara de rarito?
-Vamos…
Ante la negativa el hombre solo se estiró en un sofá algo cansado.
-¿Nunca te vas a cansar verdad, mocoso?
-Papá en primera ya tengo 30, y en segunda ¡vamos!
Ante la aptitud de su hijo Kazuma solo pudo reír un poco.
-No, ya te dije que no te diré dónde está mi tesoro.
-No seas así, ¿y si te mueres mañana?, ¿quién va a cuidar tu gran tesoro?
-Si es así, mi gran tesoro se perderá en el mundo para alguien que lo encuentre.
-De verdad…
Debido a la negativa Megumin solo dejó de mirar su libro unos segundos para dirigirle la palabra al adulto.
-Ya desiste Arthur, el jamás te dará su… ‘Tesoro’.
-Puede seguir negándomelo, pero ya puse una petición en el gremio. Veamos cuanto te dura tu secreto papá.
El adulto ahora conocido como ‘Arthur’ solo miró desafiante a Kazuma.
Pero este solo pensaba en otras cosas.
‘Quiero ver su cara cuando se entere que mi ‘Tesoro’ solo son un par de bragas que le robe a una diosa.’
Kazuma dejó escapar una risita ante la situación.
*Risita*
Y de esa forma un día más había llegado a su fin.
Estos días eran bastante hermosos, gozaban de paz y no podía salir nada mal.
O al menos ese sería el caso, pero el destino es un juego misterioso.
Ya que repentinamente la puerta fue abierta de golpe por una mujer rubia.
*Bam*
Todos dirigieron su mirada hacia la mujer rubia, pues se veía desesperada.
Al notar esto Arthur se levantó y fue en su dirección.
-¿Qué pasa Cariño?
-Arthur…
Ella tomó bocanadas de aire bastante pesadas ya que le costaba hablar.
Mirando la escena Kazuma recordó cierto suceso del pasado, así que solo sonrió un poco.
‘¿Será que le dirá que está embarazada otra ves?’
Luego de unos segundos la mujer finalmente se había calmado y por fin habló.
-Es tu madre Arthur… ella…
Solo con mencionar esa frase y mirarla a la cara todos los presentes sintieron como su corazón se detenía.
Pero el más sorprendido fue Kazuma el cual apenas pudo contener su aliento cuando lo escucho.
‘No puede ser…’
***
Varias personas se habían reunido en lo que parecía ser una habitación bastante espaciosa.
Ellos rodeaban una cama en la cual estaba echada una mujer de edad avanzada la cual se miraba con un rostro cansado.
Megumin estaba sentada a su lado tomando su mano mientras que Kazuma se quedó parado detrás de ella.
-Lalatina resiste, esto es solo otra movida… estarás bien.
-Llámame… llámame como antes…
Ante la petición Megumin hizo una pequeña mueca mientras sonaba su mano.
-Darkness.
Al escuchar ese nombre tan nostálgico Darkness solo pudo sonreír.
Mientras esto pasaba una mujer peli negro se encontraba expulsando mana alrededor de su cuerpo, hasta que por fin se detuvo.
El primer en preguntar fue Kazuma el cual dirigió su mirada a la mujer.
-¿Cómo está?
-Pues no tiene nada… es solo…
A ella le costó un poco decir la frase mientras que se mordía el labio.
Un pequeño niño la jalo de su falda al lado de la cama haciendo que se calmara.
-Es la edad.
Al escuchar esa frase todos bajaron sus miradas hacia Darkness, un rostro de pena y dolor se miró al instante.
Todos sabían que significaba eso.
Mientras que todos seguían con sus miradas decaídas Darkness sólo abrió un poco sus ojos dirigiéndolos hacía Kazuma.
-K-Kazuma…
El escuchar su nombre Kazuma sólo se acercó a ella tomando su mano junto a Megumin.
-Estoy aquí.
-Gracias…
El anciano se quedó un poco confundido por su palabra, pero Darkness siguió hablando.
-Gracias por todos estos años tan hermosos que me has dado, tu y Megumin, a los dos gracias por todo.
Un rostro de pena fue el único que pudieron dar los dos ancianos.
Por su parte Darkness pasó su mirada a los adultos en la sala.
-Hijos, solo les quiero pedir una cosa. Por favor vivan una buena vida y no estén tan encerrados en sus trabajos, pasen tiempo en familia que eso es algo hermoso.
Al escuchar esa frase Arthur se agachó al lado derecho de la cama y tomó la otra mano de su madre.
-Lo prometo madre, y aunque mi hermano no esté aquí yo me encargaré de que el lo sepa.
-Gracias… y lo mismo va para ustedes.
Ahora ella dirigió su mirada a los adultos de pelo negro.
Aunque ellos no eran sus ‘hijos’ de sangre, aún así los había cuidado como tales pues eran hijos de su mejor amiga y compañera de vida.
Todos ellos a sintieron con respeto ante el pedido de la anciana.
Y de igual forma ella pasó su mirada hacia los menores.
-Mis pequeños… espero que todos logren sus sueños ya sea ser un gran héroe o un mago ancestral, ya sea ser un gran político o un comerciante capaz. No dejen que sus linajes los presionen y solo sean lo que más quieran ser.
Ante las palabras dichas los niños no pudieron contener sus lágrimas, y entre todos el mayor se contuvo el no llorar.
El era una adolescente de pelo rubio, intentó aguantar el llanto pero lágrimas terminaron escapándose de sus ojos.
Darkness sólo miró su hermosa familia que aunque no estaba completa, imagino en su mente como la sala estaba llena de todos ellos.
De repente comenzó a toser con fuerza cosa que alertó a todos.
Le logró calmar durante unos segundos y volvió su mirada hacia Kazuma.
-Te amor, con todo mi corazón te amo y te seguiré amando a donde quiera que vaya…
Al escuchar esta frase Kazuma solo tomo su mano con calidez y le dio una sonrisa.
Dicha sonrisa hizo recordar los viejos tiempos a Darkness causándole una ligera lágrima.
Kazuma sólo pudo dejar escapar una frase desde el fondo de su corazón.
-Yo también te amo, te amor con todo mi corazón
‘Ojala te hubiera podido ver una última ves… Aqua.’
De repente la mirada de Darkness comenzó a cerrarse.
Y con esa última frase ella dejó de respirar.
Esa noche se escucharon llantos durante varias horas por la pérdida de tan gran persona.
***
La noche se miraba pesada mientras que la Luna brillaba en lo más alto.
Darkness se mantuvo en su habitación y con la ayuda de varias piedras mágicas su cadáver sería mantenido durante días.
Esto era para que sus familiares volvieran a casa y pudieran ver su estado antes de llevar a cabo su funeral.
Ya todos habían dejado la habitación a excepción de Kazuma.
El se quedó sentado en un sofá al lado de la cama mirando por la ventana.
‘El tiempo es algo que nosotros los mortales no podemos evitar.’
Una mirada llena de tristeza y nostalgia se generó en su rostro anciano y ya con arrugas.
‘Ya sabía que esto iba a pasar debido al cambio en su salud… pero… pero aún así.’
Finalmente lágrimas salieron de su rostro mientras que el se tapaba la mirada con la mano.
‘Aún así me duele, me duele demasiado tu partida…’
El se giro para mirar el cadáver de su ya fallecida esposa.
Se acercó para tomar su mano mientras lloraba echando su cabeza cerca a ella.
‘Solo quiero un poco más de tiempo a tu lado, solo vivir junto a ti un poco más…’
Dejo escapar todo lo que su corazón se había contenido para evitar mostrar esa faceta a su descendencia.
Pero por hacerlo ahora estos sentimientos estaban saliendo con más intensidad.
‘Quisiera que todo fuera ‘como en los viejos tiempos’.’
Y con ese último pensamiento Kazuma sólo optó por llorar toda la noche.
Mientras lloraba la luz de la luna iluminó a través de la ventana a aquel par que se amo durante toda su vida.
Pero el no entendía una cosa y esa era que…
Los milagros existían.
***
Los rayos de sol iluminaron la habitación.
Estos mismos hicieron que Kazuma despertara de su sueño.
Debido a haberse quedado llorando hasta muy noche terminó durmiendo en la misma pose de anoche.
El noto el brillo de la mañana y comenzó a sobarse los ojos.
‘Ya es de día eh.’
El comenzó a hacer su rutina de estiramiento para poder levantarse del sofá sin lastimar su cuerpo decaído por la edad.
Aunque mientras lo hacía algo lo confundió un poco.
‘Que raro, no siento mi cuerpo adolorido como en todas las mañanas.’
Debido a sentir la falta de dolor el se levantó de su sofá y comenzó a caminar hacia la puerta.
Aunque este terminó pasando al lado de un espejo de la habitación mirándose de pasada.
-¿Eh?
El sintió que algo había diferente en su imagen el día de hoy.
Y por eso mismo se miró nuevamente.
-¿Eh? ¿Es un espejo de truco?
Le parecía curioso por qué juraba que se estaba mirando como si fuera joven en el espejo.
Pero en ese momento se miró las manos notando que estas no tenían arrugas.
Esto lo dejó sin palabras durante unos segundos ya que no era capas de comprender.
‘¿Acaso seguiré durmiendo?, ¿o acaso?... No, deje de pedir servicio de súcubos hace años.’
Comenzó a buscar alguna respuesta trabajando su cerebro a mil por hora.
Sin embargo en ese momento escucho una voz detrás de él.
-¿Kazuma?
El se giro igual de sorprendido y está misma aumento cuando se giro.
Ahí estaba, tan hermosa como en sus mejores años.
Darkness al igual que el se encontraba con una apariencia joven.
Esto era imposible, ninguno de los dos comprendía que pasaba.
Darkness tuvo un ligero pensamiento mientras miraba esto.
‘¿Esto es el paraíso?, ¿mi paraíso es ver a Kazuma joven igual que yo?, si somos jóvenes entonces podríamos volver a hacer esto que hace años no… ‘
De repente una risita pervertida salió de Darkness.
-Hehehe.
-¡Esa risa la reconozco Eroness!... Espera, eso significa que…
Ambos al reconocerse finalmente se dieron cuenta que esto no era un sueño.
Pero antes de que pudieran decir algo la puerta fue abierta de golpe.
*Blam*
Ella dirigieron su mirada viendo que Megumin había entrado, pero está se miraba con su apariencia joven, más específicamente de 14 años.
-¡Kazuma, le levante y…!
Pero Megumin se quedó callada al mirar el escenario.
Los tres se miraron unos a otros sin poder decir algo ante la situación.
Kazuma sólo pudo preguntarse algo al ver lo imposible.
‘¿Qué demonios está pasando?’
…
…
…
Fin del prólogo.
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