Victoria sin Lucha
Juggernaut miraba atento a Mitsurugi, sintiendo una extraña sensación recorrer todo su cuerpo.
Pero el sabía que no era miedo, ya que Mitsurugi no era capaz de soltar ninguna intención asesina en su entorno.
Pero la carencia de esa sed de sangre era la responsable de aquel sentimiento.
Juggernaut estaba acostumbrado a luchar hasta que el o su enemigo muriera, acostumbrado a sentir aquella sensación asesina.
Pero Mitsurugi era diferente, ya que el quería solamente derrotarlo.
'¿Cómo puede permanecer tan sereno en esta situación?'
Mitsurugi ya tenía su espada en mano, pero no daba señales de actuar o iniciar algún contra ataque.
-¿Cuánto más me vas a hacer esperar?
-... ¡¡!!
Ese era aquel sentimiento, asomándose a través de Juggernaut como un reflejo.
Lo único que pudo ver en Mitsurugi era un ser pequeño, pero por alguna razón no era capaz de pasar por encima de aquel diminuto ser.
-En ese caso... yo iré primero.
Finalmente había iniciado, cosa que sintió Juggernaut en cada célula de su ser.
Su cuerpo dio un salto para tomar una gran distancia entre el y Mitsurugi, todo eso fue por único reflejo de su propio ser.
Era como si le gritara que se alejara, pero no por su vida, sino por evitar un daño colosal.
No. Más bien se podía considerar un reflejo de su alma, asustada para no ser juzgada.
'¿¡Que clase de poder es este!?'
Mitsurugi dio un paso hacia delante, cosa que congeló en su lugar a Juggernaut.
No era capaz de atacar, tampoco de escapar, mucho menos de pensar.
Cuando Mitsurugi empezó a acercarse a Juggernaut, poco a poco empezó a sentir ese sentimiento.
Eran culpa de los pecados apuntó de ser juzgados por el poder de aquella espada, la cual reflejaba la justicia.
Ese era el poder que Freya había poseído, y ahora estaba en manos del héroe conocido como Kyoya Mitsurugi.
Cuando Mitsurugi estuvo justo frente a Juggernaut, con el filo de su espada apuntado su cabeza, el finalmente entendió.
-P-perdón... por todo... perdón...
Juggernaut quería arrepentirse de todos sus actos viles hasta la fecha, arrepentirse de cada sangre que había derramado en sus oponentes.
Rogaba para no recibir aquel santo castigo, temía con todo su ser hacia sus pecados.
-...
Mitsurugi se quedó callado, mirando a Juggernaut, analizándolo.
Ahí entendió la sinceridad entre las disculpas de Juggernaut, sin poder evitar sonreír por eso.
-No será fácil, no es solo pedir disculpas.
-...
Juggernaut bajo su cabeza con miedo, pero Mitsurugi no quería permitir eso.
Mitsurugi levantó la cabeza de Juggernaut para mirar cara a cara a aquel monstruo.
-¡Debes trabajar! ¡Trabajar para pagar el precio por tus pecados!
-¿Tra... bajar...?
-Así es. Esa será la única condición para perdonarte, para que te perdones, para que aquellos a los que hiciste daño te perdonen.
Una oportunidad para poder redimirse, aquello que jamás le habían otorgado.
La posibilidad de poder volver a empezar, aunque sin olvidar el pasado.
Conociendo el dolor y habiendo experimentado el sufrimiento, esa era la única forma de que un ser vil se ponga en el zapato del otro.
Mitsurugi se había dado esa oportunidad al peor de los monstruos.
-Gracias.... Muchas gracias... ¡Muchísimas gracias!
Juggernaut aunque no poseía zonas para segregar líquido, empezó a sollozar para sentir el sentimiento de llanto.
Era un llanto de felicidad.
-Todos merecen una segunda oportunidad.
Mitsurugi le posó su mano en el hombro de Juggernaut, expresando calidez con su toque.
Por un héroe no es solamente aquel que lucha contra el malo. Un héroe es aquel que es capaz de erradicar el mal.
Esta ves Mitsurugi había erradicado el mal en el corazón de Juggernaut.
Había ganado la pelea sin tener que luchar.
'Ahora...'
Mitsurugi se levantó para mirar hacia otra dirección, una que le provocaba un escalofrío por aquel sentimiento que lo hostigaba.
-Es hora de terminar con esta batalla.
***
La batalla entre Hela y Rachel ya había llegado a un punto bastante alto.
Un ejército de no-muertos corría hacia Rachel, quien estaba envuelta de un tumulto de círculos rúnicos.
Los sellos y marcas que había puesto a lo largo de la batalla sorprendió a Hela, pues esto era imposible.
Incluso los dioses tenían que tomarse su tiempo para escribir aquellas secuencias, pero Rachel no era así, ella no demoraba ni un solo segundo.
Hela no entendía el como un ser humano era capaz de llegar hasta ese punto.
'¡Esto no tiene sentido!'
Una gran cantidad de energía oscura fue disparada hacia Rachel, pero ninguna logró impactar.
Todo fue devorado por un círculo de sellado estático en el aire, la cual almaceno toda la esa energía.
'Mis ataques no surten efecto. Eso sólo me deja...'
Ni en ejército de no-muertos era capaz de pasar una especie de barrera puesta por el campo de batalla.
Eso no era simple alquimia, sino la cúspide de todo estudio mágico.
Si las ramas del estudio de la magia eran extensas, entonces Rachel las había dominado todas a la perfección.
'Tendré que hacer eso.'
El brazo de Hela empezó a brillar en un fuerte verde claro, expulsando una energía que estaba igualando a la oscuridad.
Rachel se dio cuenta de eso, tomando cautela y distancia.
-Que demonios es eso...
El cuerpo de Hela empezó a brillar de forma incandescente, pero ese brillo era ruin y oscuro.
Era el poder de su encarnación, cosa imposible de lograr sin poseer su tesoro celestial.
Pero Hela no necesitaba de aquello, pues ahora poseía fracciones del poder del Monarca de las Sombras, otorgado por Valac.
Este era su verdadero poder.
-¡¡Ahora siente el verdadero poder de un dios!! ¡¡Alimaña mortal!!
Hela disparo una gran cantidad de poder de la no-muerte sobre Rachel, quien trató de cubrirse con su barrera.
Pero está fue desintegrada mientras que la tierra comenzaba a deteriorarse.
-¡¡Mierda!!
Rachel trato de cubrirse con un gran muro de rocas y hierro, pero todo caída ante la putrefacción de Hela.
-... ¡¡!!
Rachel cerró sus ojos cuando sintió el poder cerca de ella.
Más ese ataque jamás logró llegar, ya que Rachel había logrado sentir algo más acercarse a ella.
-¿Estas bien?
-... Tardaste.
Mitsurugi había llegado, deteniendo toda la energía con un tajo de su espada.
Hela se quedó estática en su lugar, había visto algo cercano a lo imposible.
'¿Un humano acaba de... anular una encarnación?'
La razón de lo imposible detrás de aquello era bastante simple.
La encarnación era aquella invocación de lo existente, siendo los dioses materialización de aquellas encarnaciones.
Hela había invocado la misma no-muerte del universo sobre aquellos humanos, pero sin éxito.
Mitsurugi se giro para ver a Hela, mientras tenía su espada apuntándola.
-Un dios no debería apañarse tanto con nosotros los humanos.
Hela se quedó viendo la espada de Mitsurugi durante unos segundos, entendiendo con incredulidad su origen.
-Freya... ¿Por qué me haces esto, Freya?
Hela podía sentir la existencia de Freya en aquella espada, pero sólo estaba viendo la encarnación de algo.
Era la justicia, cosa que ahora Mitsurugi portaba como una espada que juzgaba y castigaba.
-¿¡Cómo puede un maldito humano como tu portar una encarnación!?
Hela dio un paso hacia atrás por seguridad, sabía que si lo que miraba era real entonces no había forma de ganar.
Ella apenas había podido juntar una cantidad de no-muerte en el área, cosa que le costó toda su energía.
Toda la tierra y cientos de kilómetros hacia abajo había sido deteriorados hasta antes de su fin, volviéndose parte de aquello cercano a la muerte.
'Si ese chico es capas de usar libremente la "justicia" entonces...'
Un cambio de planes era necesario ante aquel situación.
'Debo informar a Valac.'
Hela tocó el suelo con su palma, generando un círculo de teletrasportación en su lugar, junto a ello, todo miembro vivo de la brigada también fue reflejada.
-¡Retirada!
En un flash de luz, todo los pelotones de la brigada había desaparecido, aunque no había terminado ahí.
-No crean que esto terminó humanos. Nos retiramos, más no sin dejarles un regalo.
-... ¡¡¡!!!
Rachel y Mitsurugi giraron hacia atrás con prisa, sintiendo una gran cantidad de poder mágico acumularse en el ambiente.
-¿¡Que has hecho, Hela!?
Hela sonrió ante la desesperación de ambos.
-Plan de emergencia. Veamos si son capaces de resistir algo comparable a una bomba nuclear... o tal ves más.
La piel de Mitsurugi se heló al escuchar eso, apretando sus puños con fuerza y ira.
Mitsurugi se lanzó hacia Hela, pero ella desapareció antes de que pudiera dar más de 2 pasos.
Woash
-¡¡Rachel tienes que llevarme ahí!!
-¡Si! ¡Ponte cerca mio!
Rachel junto sus palmas, creando un círculo de teletransportación en el suelo.
Ambos fueron transportador hacia la ubicación de la energía.
***
Una cúmulo de poder mágico se estaba concentrando en un solo punto.
Las ráfagas de aire y de mana eran tan devastadoras como para destruir todo intento de conjuro.
Por estas torrentes de aire y mana, Rachel no fue capaz de acercarse mucho con su círculo de teletransporte.
Rachel y Mitsurugi aparecieron lo más cerca posible del ojo de la tormenta, la cual mandaba ráfagas de choque para alejar a todo lo que se le acercaba.
Por instinto, Mitsurugi extendió su brazo para crear un bloqueo con <Gran Escudo>.
-¡Pinte detrás mio!
Rachel logró ponerse a salvo de las ráfagas de aire gracias al bloqueo de Mitsurugi.
Pero algo en el cielo la preocupo, viendo que el Liberador se estaba descontrolando por las fuertes ráfagas.
Kojiro utilizó la comunicación con Rachel.
[-¡Kojiro! ¡Aléjate de la zona!]
[-¡Que carajo! ¿¡Que pasa ahí abajo, Rachel!?]
[-¡Una gran cantidad de poder mágico se ha descontrolado! ¡Toda la zona va a estallar!]
[-¡Mierda! Intentaré alejar a los que pueda, si no logras evitar la explosión, aléjate lo más que puedas.]
[-Lo tendré en cuenta, adiós.]
Rachel corto la comunicación, viendo cómo Mitsurugi ya se había estabilizado con las ráfagas.
-Vamos a avanzar desde este punto. ¿Lista?
-No quites el escudo ni por un segundo.
-Entendido.
Mitsurugi empezó a caminar bloqueando todas las ráfagas de aire, avanzando a través del duro ambiente que generó la casi erupción de mana.
Pero cuando ya habían logrado avanzar un poco, una voz apareció en la comunicación del par.
[-¡Rachel!]
[-¿Tatsumi? ¿Qué sucede?]
[-¡Algo se dirige a toda velocidad hacia nuestra posición! ¡Es una absurda cantidad de mana volando a toda velocidad!]
[-Mierda...]
Rachel se detuvo a pensar en la posibilidad de algún refuerzo de la brigada, maldiciendo su suerte.
[-Contenlo con todo lo que puedas, debemos ganar tiempo. Usa todo.]
[-¡Entendido! ¡Veré que hago!]
Tatsumi corto la comunicación, preocupando al par por el misterioso intruso.
-¿Crees que sea Valac?
-Valac hubiera aparecido justo delante nuestro. Aunque puede que sea otra ficha, ese tal Yuu podía volar.
-Hay que acabar con esto rápido, iré con todo.
Mitsurugi concentró mana en sus piernas, corriendo en una embestida hacia el centro del huracán de mana.
***
En el ojo de la tormenta.
Mitsurugi había destruido un muro de rocas y tierra, las cuales cubría la base central de la brigada dentro de una pequeña cueva.
Dicha cueva tenía en su zona superior una apertura al exterior, por donde escapaba todo el mana.
Rachel reviso a toda velocidad la fuente del mana, viendo una clase de orbe que tenía varias grietas por donde escapaba el mana.
-Es una clase de orbe. Tiene al menos 50 veces el poder de una coronatita.
-¡Tanto!
-Hay varias.
Rachel miró en el suelo varias orbes sin llenar, viendo que esta base era una clase de fábrica.
-Tal ves aquí se estaban haciendo las fuentes de podes para los Titanes de Hierro.
-Esas malditas cosas si que requieren mucha energía.
-Son más grandes que los gigantes. Algo tan grande requiere mucho poder para andar.
Rachel se dio cuenta de la gran oportunidad que había con tomar esta base, ya que tendría a su disposición varias fuentes de poder a la mano.
El problema era sobrevivir.
-Sobrecargaron este, tiene mucho más de la que su capacidad le permite.
-Hela debió hacerlo apropósito al ver que veníamos. ¿Puedes hacer algo?
-La energía tiene que desviarse a algún lado, pero no se a donde.
Pará su mala suerte, el mana que había dentro era tan denso que debía escapar a algún lado.
Pero sin él tiempo ni el equipamiento necesario, Rachel no podría disparar tanto mana sin causar un daño mayor a la explosión del mismo.
Mitsurugi también sabía que su cuerpo no soportaría tanto mana, apenas estando adaptándose a su expansión anterior.
De repente la cueva se sacudió bruscamente, causado por el aumento de poder en el ambiente.
¡Brum!
¡Brum!
-Mierda! ¡Debemos salir de aquí!
-¡Aún tenemos hombres ahí fuera! ¡Tenemos que hacer algo!
-¡No seas terco! ¡Sin los medios para desviar tanto poder, nadie sobrevivirá!
-¡Entonces vas a ver algo muy estúpido.
-¡Espera no seas idio...!
Mitsurugi estaba apuntó de sujetar la orbe de poder, pero esta lo repelió con fuerza enviándolo hacia la pared.
¡¡BLAM!!
Rachel miró enojada hacia Mitsurugi, quien estaba intentando salir del muro.
-¡Idiota! ¿¡Que pensabas!?
-¡Quería hacer algo épico y sujetar la orbe con fuerza de voluntad!
-¡¡Te dije que solo se puede desviar!! ¡¡Tu no sabes absorber mana!!
-Si, ya me di cuenta. Es una lastima no haber pensado en eso antes.
Una nueva ráfaga de mana se expulsó, alistando el orbe a su punto clímax.
-¡Ahora si debemos salir de aquí!
La cantidad de mana que se estaba acumulando estaba en su punto límite.
Rachel sabía que un radio mayor a cientos de kilómetros serían devastados por la explosión.
Pero no tenían otra alternativa.
[-Chicos... No me van a creer a quien encontré.]
-... ¿?
Rachel escucho la voz de Tatsumi en la comunicación, llamando su atención.
En ese momento un cúmulo de oscuridad entró disparado desde el techo de la cueva, cayendo justo delante de la orbe.
Mitsurugi lo reconoció al instante.
-¡¡Kazuma!!
-Hey. Ha pasado un tiempo.
Kazuma giro para ver el orbe, acercando su mano para sujetarlo directamente.
Una fuerte ráfaga de rayos comenzó a ser dispersada alrededor de Kazuma, mientras que su mano mostraba un aura oscura.
El estaba usando la <Autoridad del Gobernante> en el orbe, logrando sujetarlo sin problemas.
'Esto me servirá.'
Un cúmulo de oscuridad devoró el orbe, desapareciéndolo cuando Kazuma lo mando al <Inventario>.
[Has obtenido "Orbe de alto rango".]
Toda la cruel tempestad se calmo en un instante, dejando a una aliviada Rachel mirar bien a Kazuma.
Kazuma también miró al par, sonriendo.
-Bien, ya era hora de volver.
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