En la oscuridad, bañado por el goteo de la muerte misma. Kazuma empezó a caminar a través de aquel suelo húmedo.

Kazuma estaba caminando por el vasto mar de la muerte, caminando por encima de ella sin siquiera mojarse.

De entre toda la oscuridad se empezó a escuchar unos segundos pasos acercarse a él.

Kazuma vio hacia delante y sonrió.

—¿Me intentas intimidar? Ha pasado tiempo desde que vi esa forma tuya.

Frente a Kazuma toda el abismo mismo empezó a tomar forma y apariencia, forjándose en una armadura oscura.

Era la apariencia del "Monarca de las Sombras" haciendo aparición, al menos esa era la apariencia que dejaba ver.

La Monarca se quedó callada frente a Kazuma, manteniendo su forma intimidante frente a este.

—¿Vas a hablar?

—...

—Veo que no lo harás...

Kazuma se quedó callado durante unos segundos, para luego calmarse un poco.

—¿Pará qué me has traído aquí? Estuviste jodiendo intentando influir en mi autoridad, pero... sigue siendo mía, ¿no?

Kazuma se acercó a la Monarca, comenzando a mover su mano como si estuviera alejando el humo.

La Monarca volvió a tomar su apariencia femenina, una piel brillante y oscura.

—Ahora dime, ¿qué te pasa?

—...

De repente todo el mar de la muerte se empezó a alterar, su antigua rey estaba alterando.

Pero de forma inmediata todo se volvió a calmar.

—¿Por qué lo hiciste?

–Se más clara, por qué... no eres clara que digamos.

Kazuma rio un poco por su broma.

—Puedes fingir una cara con todos menos conmigo, tu de verdad... estas amando a esa chica.

—Ese es el punto.

La Monarca puso un rostro de desagrado, mientras que Kazuma se mantenía tranquilo.

—No es correcto.

—Pues yo lo veo bastante correcto, al menos desde mi punto de vista.

—Escucha, es amor no es tan fácil de reemplazar sin conse...

—¡Pero soy un humano y un mortal! Eso es algo que no entenderías, nosotros amamos y dejamos de amar de forma común. Nuestra mortalidad nos permite encontrar la felicidad aunque sea de manera espontanea o repentina.

Al igual que una persona puede amar con tanta pasión y apego, si este es un humano, entonces volver a enamorarse de la misma manera es algo que sólo depende de las probabilidades.

Incluso para alguien como lo era Kazuma, quien ya no catalogada como humano, está probabilidad no había dejado de existir.

Aunque era muy baja, esta aún fue capas de otorgarle mediante la suerte y el destino una compañera que pudiera ser feliz junto a él.

Kazuma sonrió por esto, ya no pudiendo evitar contener la felicidad que en su corazón aguardaba.

Pero esto también era visto de mala forma, Kazuma lo entendió con ver su entorno y con ver a la Monarca.

—El amor verdadero no es algo tan fácil de conllevar.

—Hablas tanto que hasta parece que tu supieras de este mismo.

—...

—Exacto, ¿tu que vas a saber sobre el amor verdadero? Creo que hasta ahora lo único que te interesa es destruirlo todo, puede que sea tu naturaleza.

La Monarca no dijo ninguna sola palabra más, procediendo a empezar a desvanecerse en la conciencia de Kazuma.

Pero está lo miró por última vez, antes de dejarle durante un buen tiempo sin contacto.

—Cuando te des cuenta de lo que te hablo, te darás cuenta de la gran razón y el consejo que te he dado.

La Monarca desapareció, causando que Kazuma ya no quisiera quedarse de un momento mas en este espacio mental.

El volvió a despertar.

***

La mañana había llegado con tranquilidad, dejando que Kazuma saliera de su trance haciendo la similitud al despertar por la mañana.

Kazuma se movió un poco para destaparse de las sábanas blancas, dejando ver el cuerpo de su acompañante, Yunyun.

Ella estaba sin ninguna vestimenta al igual que Kazuma, pues quedaron en este aspecto luego de consumar su nueva relación durante la noche anterior.

Kazuma miro a Yunyun mientras que la acariciaba de forma suave y delicada.

'Ahora por fin confirmo lo que dicen de las tímidas.'

Kazuma había quedado sorprendido, pues a pesar de ser una maga, Yunyun habría puesto orgullosa a toda amazona o bárbara en el mundo.

La cama apenas se logró mantener en pie gracias a que Kazuma el reforzo con su "Autoridad del Gobernante" para imitar al material más resistente del universo.

Incluso su cuerpo actualmente estaría lleno de mordidas y besos de Yunyun, junto a una espalda llena de marcas de uñas que simularían a cualquier felino colosal.

Un suspiro se liberó.

*Suspiro*

Kazuma empezó a sentir tranquilo y en paz después de un largo tiempo, incluso recuperando el tono amistoso que alguna vez tubo, este se miraba más amigable que de costumbre. Incluso no dejaba oculta una pequeña sonrisa, reemplazando su semblante estoico.

Luego de estar en sus pensamientos durante un rato, este se levantó para abrir la cortina y así dejando entrar los rayos de luz en la habitación.

Gracias al cielo este había ocultado varias cosas del interior de la casa para el exterior, porque si no toda la aldea vería su cuerpo desnudo. Aunque esto era por que la ubicación era en una colina elevada, dando un toque de clase y elegancia al domicilio.

Pero mientras Kazuma miraba por la ventana, este se dio cuenta como Yunyun también empezaba a levantarse del sueño.

Mientras ella se levantaba, Kazuma se empezó a amarrar su largo cabello en una cola de caballo, para así evitar molestias.

Consejo dado por la misma Yunyun.

Yunyun finalmente se despertó, empezando a tallar sus ojos para así poder ver a la figura que sentía delante suya.

—Buenos días, Kazuma. ¿Ya está el desay...?

Yunyun logro mirar hacia delante, sintiendo como su corazón se detenía al momento que miro a Kazuma, pues este se estaba cambiando.

Sin importar que ya lo había visto sin ningún ropaje encima, este ambiente seguía siendo nuevo para ella. Por lo tanto, la excitación era algo que no se podría controlar, peor aún por culpa de a quién iba dirigida la misma.

Ella no tenía la culpa, no era fácil para cualquier mirar una escena como esa. Peor contando que el olor de la noche anterior aún estaba impregnado en las sábanas.

—Ya veo...

Obviamente Kazuma sintió aquel cambio hormonal repentino en su cuerpo, sonriendo con un poco de picardía por ella.

Este empezó a acercarse hacia ella de forma lenta, mientras que dejaba a un lado la camisa que estaba pensando usar.

—Te levantaste con deseos juguetones, ¿verdad?

Kazuma empezó a acercarse a ella de forma cariñosa, aunque Yunyun solo desviaba la mirada.

—N-no.. Yo no haría algo así, claro que n-no haría...

—Tranquila, Yunyun. Puedes ser tan egoísta y ambiciosa como quieras.

Kazuma tomo la mano de Yunyun para darle un corto beso, luego la puso en forma de caricia por su propio rostro ya a pocos centímetros de tocar su piel.

—Ahora somos pareja, ¿no?

—...

Yunyun se tomó unos segundos para respirar de forma profunda, para luego dejar escapar un grito agotador.

—¡Doryaaaaaaaaaaaa!

En un segundo las cortinas fueron nuevamente cerradas, junto a eso la sabana empezó a flotar para caer encima de ambos.

Kazuma sintió algo de nerviosismo por esto.

'Es impresionante que lo domine tan bien sin darse cuenta.'

Kazuma solo cerro sus ojos y abrió sus brazos para recibir a Yunyun, quien lo asalto cual fiera al asecho.

Nuevamente era una bendición que ningún sonido pudiera escapar hacia el exterior.

***

En lo mas profundo de las colinas, entre el reino de los demonios y Belzerg, ahí era la zona donde estaba oculta la base principal de la brigada.

Valac miraba una especie de mapa holográfico de todo el mundo, en el cual se miraban varias uniones de algo que recorría todo el mundo.

Estos serán zonas de mana cuantioso, lugares por donde el mana recorría todo el mundo para así nutrirlo y mantenerlo en equilibrio.

Pero siempre había un punto superior, un talón de Aquiles por así decirlo. Valac estaba en busca de aquel punto superior.

'¿Dónde está ese punto? '

Luego de tanto mirar, una persona entro en la habitación en donde Valac meditaba, siendo esta Anna.

Ella miro durante unos segundos a Valac, para después acercarse al mismo por mero interés o curiosidad.

—¿Qué estás haciendo?

—Hemos jodido tanto al mundo que detectar su zona de mana cuantioso principal es algo... complicado.

—Vaya... es raro que tu digas que algo es complicado.

—Lo mismo digo, pero al fin y al cabo hemos alterado demasiado la geografía del planeta, es normal llegar a esa conclusión.

—Ya veo...

Anna se puso a mirar el mapa junto a Valac, notando algo peculiar en este mismo.

—Valac... ¿Este mundo no es como tú dices...?

—¿Cliché? Típico mundo de héroe y rey demonio.

—Entonces... ¿Dónde estaría ese punto central en un mundo típico?

—...

Valac solo tubo que meditarlo durante un par de segundo, provocando que su cabeza brillara cuando logro dar con una respuesta acertada.

Había sido algo tan obvio, pero no se puso a pensar en eso por el mismo hecho que era estúpido.

—¡Eureka! ¡ya se dónde está!

—... ¿?

Valac se levanto de su lugar para empezar a conjurar varios canticos en código del sistema, logrando manifestar una especie de orbe de color oscuro en sus manos.

Anna se intereso por ello, pues ella no era capas de usar la autoridad al igual que Valac o que otros seres por mucho superiores a ella.

Valac giro mientras sonreía, pues ya tenia algo que hacer para matar su aburrimiento.

—¡Anna! ¡Prepara todo para un asalto a gran escala! ¡Llevaremos a los mismos números que usamos en nuestra gloriosa presentación!

—¡Si, Valac! ¿Pero por qué?

—Pues porque...

Valac miro la esfera con una sonrisa que poco a poco incrementaba su emoción, todo por solo pensar en aquel resultado.

—¡Vamos a preparar este planeta para ser mi patio de juegos! ¡Una ultima partida en contra del mocoso!

***

En el castillo de Belzerg, Rachel estaba reunida junto con Rain, quienes estaban frente a Mitsurugi.

Este seguía en su estado de letargo, aunque eso no evitaba que una resplandeciente luz irradiara toda la habitación como si esta estuviera en el exterior.

Rachel termino de tomar algunos datos antes de cerrar su cuaderno, posando una clase de esfera encima de Mitsurugi.

De esta misma aparecieron una gran cantidad de símbolos, los cuales fueron leídas por ambas.

—Su estado físico sigue igual, sin síntomas de perdida de nutrientes o fatiga por falta de actividad física.

—Sus reservas de mana siguen intactas, como si no estuviera gastando nada de energía con toda la luz que esta irradiando.

—Inicia la prueba N 54 con el sujeto: "Portador del poder de la luz".

Rain asintió ante el pedido de Rachel, sacando una especie de navaja de su cinturón.

Esta misma se hizo un ligero corte en la palma de la mano, provocando una rápida apertura de la misma.

Wosh*

—Es increíble.

Rain miro como la herida en la palma de su mano se cerro casi de manera instantánea, logrando notar las tan increíbles y milagrosas propiedades regenerativas que causaba estar dentro del campo de Mitsurugi.

Aquella luz tenia un nombre, aunque ellas no lo conocieran, pues era el "Dominio del Gobernante" de Mitsurugi.

Este había sido liberado casi al instante que el mismo sintió en su sueño el dolor y la preocupación que sentían los habitantes de la capital.

—¿Se sigue expandiendo?

—Así parece.

Rachel miro por la ventana, notando como en la lejanía un equipo de investigación estaba examinando los limites de la luz que generaba Mitsurugi.

Habían notado como con el pasar de los últimos días, mas específicamente desde la llegada de Kazuma al planeta, aquella luz empezó a expandirse cada vez más.

No es solo eso, sino que también todas sus propiedades habían aumentado de forma significativa en los últimos días. La capacidad regenerativa fue lo primero que se dio a notar, viniendo en conjunto con una sensación de paz la cual se comparaba al mismo paraíso.

Rachel sabia que esto se debía a la presencia de Kazuma en el planeta, temiendo a una posibilidad futura que podría estar cercana.

'Puede que ellos dos... '

Rachel miro a Mitsurugi, imaginando un escenario futuro en el cual Kazuma esté relacionado.

'¿Qué vas a hacer al despertar, Mitsurugi?'

En la mente de Rachel se genero una pelea por todo el mundo, una en donde la luz y la oscuridad se batirían en un duelo en el cual solo podría quedar un solo ganador.

Pues la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, el inicio y el fin. Siempre iban a estar destinados a enfrentarse la una con la otra.