Tu pecado debe ser castigado
La pesada lluvia quedaba en sincronía con el ambiente que había.
Era el día del funeral en el cual se rendiría homenaje a aquellos que murieron en la ruptura del portal de los gigantes.
Entre ellos habían 4000 civiles, 35 héroes, incluyendo 1 rango-S que terminaron perdiendo la vida en ese traído día.
La única rango-S que había muerto fue Mari Ishida, una amiga y carismática mujer con todos los que los rodeaba.
La gente tenía lágrimas de dolor, rabia y impotencia por no poder haber hecho nada.
Cerca de la 4ta fila de muertos, había una familia que lloraba la pérdida de una futura gran actriz.
La familia Uesugi y Nakano lloraban la pérdida de Ichika Nakano, quien había muerto en la repentina ruptura del portal.
Kazuma miraba esto sin poder expresar ningún sentimiento, quedándose al margen junto a Wiz.
'Me deje llevar, a veces olvido que yo no soy alguien que pueda dejarse llevar por sus emociones.'
Tantas vidas habían sido perdidas, todo por un simple desquite de ira contra Ichika.
Su grandes capacidades de sentir ahora eran una gran maldición, pudiendo sentir cada una de las emociones del ambiente.
Su dolor, toda la tristeza fueron sentidas por el responsable de aquella masacre.
'Yo ya no soy un humano.'
Aunque su genética le mintiera, seriamente el ya no sabía que era lo que le había pasado.
Promedio jamás volver a causar otro alboroto luego de resucitar, pero nuevamente había generado dolor por la muerte a su alrededor.
Esa era su maldición, la muerte siempre lo seguiría a donde quiera que fuera. Esa tenía una simple respuesta que se volvía difícil de aceptar.
'Yo soy la muerte.'
Kazuma vio y sintió el dolor de aquella persona a quien consideraba un amigo, solo pudiendo desviar la mirada por consecuencia de su mal sabor de boca.
Debía irse de este planeta cuando antes sea posible, quedarse aquí solo seguiría trayendo el dolor a todos a su alrededor.
Incluso Mari Ishida había muerto por simples coincidencia, ya que ella si le agradaba a Kazuma. La consideraba una gran amiga, y había intentado no hacerle daño.
Pero el noble corazón de la chica priorizó a los civiles antes que a ella misma, eso la llevó hasta su muerte.
'Me importa un carajo que suceda, voy a terminar con todo esta noche.'
Kazuma condujo su mirada hacia las primeras filas, donde yacían los cuerpos de los héroes muertos en combate.
Entre las personas que daban sus honores a los muertos, estaban varios héroes que sirvieron junto a ellos.
Pero su objetivo era sólo uno, ese era Takeshi Ken. Acompañado de su esposa Alice, el también había asistido a la reunión.
'Está noche... será tu tumba.'
Kazuma se dio la vuelta, cubierto de pies a cabeza por las gotas de lluvia torrencial.
Por el amor que le tenía a este mundo, decidió dejar de causar tanto dolor en estas tierras.
Está noche sería su última noche en este mundo.
***
En la residencia de Takeshi Ken, por la noche.
Lo que ameritaba ser una noche tranquila, como todas las demás.
De forma repentina se volvió en una carnicería, manchando el suelo con los quejidos y la muerte de aquellos que cuidaban el lugar.
-¡Agrh!
No le importaba quienes fueran, ni si hubieran optado por la rendición antes de la muerte. Kazuma había venido por una sola razón.
-N-no... por favor, tengo famil...
Los quejidos y los lamentos solo impulsaron su meta, queriendo dejar estas tierras cuanto antes.
Su cuerpo estaba cubierto de sangre de pies a cabeza, parándose frente a la puerta de la sala de la mansión.
El sabía quien estaba detrás de esta puerta, pero aún más importante, sabía que lo estaba esperando.
Abriendo la puerta con calma y sin apuro alguno, Kazuma vio la sala que se esperaba.
Sentado en el sofá principal, ahí estaba Takeshi con Alice a su lado.
-Veo que ya has llegado.
-...
Kazuma le dio un vistazo rápido a Takeshi, ya que el traía puesto un equipo de combate imbuido en mana de alta calidad.
Tenía tantos artefactos de mejora que parecía como si fuera a ir a una guerra. Solo por eso Kazuma supo que el ya había visto venir su ataque desde hace mucho.
-Si quieres matar a alguien, más te vale ocultar esa sed de sangre tan intensa que traes contigo, novato.
-...
Kazuma guardo sus "Dagas del Rey Demonio" dentro del "inventario", sentándose frente a Takeshi en un sofá solitario.
-¿Me recuerdas?
-Tarde en hacerlo, pero como olvidar ese rostro tan patético.
Kazuma miró con odio y intensión asesina a Takeshi, quien sólo se bufo con una sonrisa arrogante delante de su cara.
-Después de todo, tu... ¡fuiste el bastardo que intento evitar que tomará a mi mujer!
-... ¡!
Takeshi apretó los pechos de Alice con una mano, mientras que en la otra tenía una copa de licor.
Esto hizo hervir la sangre de Kazuma, pero sólo se mantuvo sentado en el sofá.
Vio cómo Alice no reaccionaba para nada, incluso después de haber escuchado su voz tantas veces.
'Esta destruida mentalmente...'
Pero para mala suerte de Takeshi, Kazuma ya había venido con una forma de finalmente hacer despertar a Alice del trance en el que estaba.
Concentró su poder mágico en todo su cuerpo, empezando a tocar las bases de su código genético.
Todo para retroceder su edad, tamaño, físico y todo aquello que había logrado obtener.
["Dios del Sexo" ha sido activado.]
En un segundo, Kazuma recuperó aquella apariencia que había tenido en su juventud. Un rostro que no miraba desde que había muerto, o incluso mucho antes de ello.
-Alice.
-... ¡!
Esa voz, con un tono tan molesto pero nostálgico. Alice inconscientemente levantó su mirada, viendo una imagen del pasado delante de ella.
-K-Kazuma...
Sus ojos sin vida comenzaron a votar ligeras lágrimas ante ese aspecto, adentrándose en la mente de Alice de forma abrupta.
Los recuerdos empezaron a llegar, pero eso no bastaría para lograr recuperar todos los tormentos que había vivido.
'No... sólo es otra ves su ilusión, el está muerto...'
Alice bajo la mirada nuevamente, queriendo seguir muerta en vida. Era su única forma de poder conllevar aquel tormento.
-¡¡Alice!!
-... ¡!
Pero esta ves era diferente a todas esas ilusiones del chico, esta ves se sentía real. Aunque separados apenas por unos centímetros, la presencia de Kazuma pudo calentar su frío corazón.
No había duda, esa no podría ser una simple ilusión creada por su cruel imaginación.
El era real.
-... T-tu... ¿p-por qué...?
Alice finalmente comenzó a recuperar el brillo de sus ojos, aunque apenas era suficiente. Era similar a encender un mechero dentro del abismo.
Pero esa tan sencilla luz fue suficiente para Kazuma, quien se propuso el recuperar a su amiga.
-Dime Alice... ¿quieres vivir? O ¿prefieres morir?
Unas palabras tan sencillas y difíciles de interpretar, que a primera vista hacia semejanza a una amenaza.
Pero para Alice fue fácil resolver el enigma que había detrás de esas palabras, pudiendo comprender la intensión de Kazuma.
El significado era tan sencillo, pero a la ves tan difícil de interpretar por cualquier otra persona en su posición.
Querer vivir era poder ser libre y dejar de solo existir, poder liberarse de sus cadenas para poder vivir.
Querer morir era quedarse tan y como estaba, muerta en vida, hasta que algún día ella llegara a la liberar por causas naturales.
Alice tuvo que pensar en su respuesta, recordando todo lo que había pasado.
-...
***
Aquel hombre había llegado de forma repentina, amenazando a su padre gracias a sus conexiones.
Takeshi Ken era un hombre avaricioso, guiado por la conducta de Thomas André.
Una ves que logró ver a Alice de forma causal, el había decidió poseerla como suya.
Pero un adolescente casi se interpone en su camino, recolectando una gran suma de dinero de forma casi mágica.
El no iba a permitir ello, así que una ves que tuvo al adolescente delante de él, no dudo en dejarlo en un estado cercano a la muerte con sus puños.
Alice fue encerrada por Takeshi, cual princesa en su prisión por causa de su gran belleza.
Desde ese día los abusos de todas las formas ocurrieron a diario, incluyendo la sexual.
Fue obligada a ser un trofeo para Takeshi, una esposa de primer nivel por su gran belleza.
Ella optó por encerrarse en lo más profundo de su mente, así calmar un poco el tormento que sufría día tras día.
Su mente le jugaba bromas del pasado, mostrándole visiones de la última ves que había logrado ser feliz.
Ella quería ser libre, quería vivir, quería recuperar la vida que alguna ves había tenido en el pasado.
Solo en sueños podía estar con la primera persona que la aceptó cual era, el primer hombre a quien ella logró amar.
Pero el destino era cruel y despiadado, aunque también era tardío.
Ya que luego de varios años, en los cuales ella tomó como siglos de confinamiento. Ella finalmente pudo verlo delante...
Su salvador.
***
Alice apretó sus puños con fuerza, juntando fuerzas de donde no las tenía.
Tomó una gran cantidad de aire, para expulsarlo en un grito salido desde el fondo de su corazón.
Sus cuerdas vocales ardieron de dolor, culpa de no haber hablado ni ser usadas en los últimos años.
Pero se dolo no era nada para su determinación, quien se levantó para emprender vuelto tal mariposa luego de salir de su crisálida.
Su corazón y su alma gritaron al unísono.
-¡¡¡QUIERO VIVIR!!!
Aquel grito sorprendió y enfureció a Takeshi.
El había trabajado tanto para poder tener a Alice bajo su merced, pero ahora había sido soltada de sus cadenas como un perro callejero.
Todo por aquel hombre al que algún día había golpeado hasta la muerte.
-Tu... ¡Maldita perra!
Takeshi se levantó de golpe del sofá, con un rostro eufórico y lleno de venas por la ira.
Apretó su puño con fuerza y lo dirigió hacia Alice, no le importaba desfigurarla si así aprendería.
El tenía a su contacto a varios sanadores de gran calibre, así que no le importaba dejar a alguien al borde de la muerte.
-¡¡Será mejor que aprendas tu lugar!!
Sin embargo en el último segundo, su golpe fue detenido por una mano oscura que había emergido desde su sombra.
-... ¡!
Aquella mano era de un orco bañado en oscuridad, con una mirada brillante. Que fue reconocido como un monstruo del portal por el héroe de rango-S.
Kazuma había puesto a ese orco dentro de la sombra de Takeshi la primera ves que conoció a Thomas André.
Con ella logró ver todo lo que Takeshi le hacía a Alice a diario, hirviendo más su ansia de venganza.
'¡Acaso...!'
El ni era tonto, sólo había una forma de juntar los hechos para la aparición de aquel monstruo.
'¡El responsable de los portales...! ¡Todo este tiempo fue este maldito!'
Por eso su golpe jamás llegó, viendo aparecer a Kazuma delante suyo. El se había movido delante de él a tal velocidad, que casi pareciera que se había teletransportado de su lugar.
Por primera ves en tantos años, luego de que había conocido por primera ves a Thomas André, Takeshi sintió miedo.
No era un miedo normal, era incluso peor de aquel que sintió en su mas grande batalla.
Era el miedo a la muerte.
Vio como el cuerpo joven de Kazuma, poco a poco regresó a su estado normal.
-Eso es suficiente, déjamelo todo a mi.
El puño de Kazuma brillo por toda la gran autoridad que lo había rodeado, correspondiendo el grito de ayuda de Alice.
Si en el pasado no lo había logrado, ahora la salvaría. Serie el príncipe que rescataría a la princesa cautiva.
Toda su fuerza se concentró en ese golpe, rodeando su puño con "Mano del Soberano".
Y con aquella bestia fuerza, Kazuma le propuso un golpe directamente en el pecho a Takeshi.
¡¡BLAM!!
-... ¡¡UARGH!!
El golpe trajo consigo tanta fuerza detrás, que incluso destruyó toda la zona norte de la mansión.
Incluso teniendo una armadura que podría detener la magia más poderosa de un Rey Demonio de rango-A, el había sido mandado a volar.
Todos sus objetos de mejora había sido inútiles ante la fuerza del rey, pues el rey estaba furioso.
Takeshi fue mandado a volar con una fuerza inconmensurable, incluso comprimiendo el aire del lugar como un cañón.
Pero Kazuma no se detuvo ahí, dando un gran salto hacia estar con Takeshi por encima de la tierra, bajo el cielo nocturno.
-¡¡TAKESHI!!
Esa noche un cambio daría inicio, impulsado por una sed de venganza hacia el humano a que Kazuma más odiaba.
La ira del rey traería el castigo para aquel villano.
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