Territorio
-Intento número 1.409.
La Monarca miraba desde la distancia a Kazuma.
Pues se encontraba teniendo un combate bastante reñido contra Silvia y su armada de duendes.
-¡Cállate!
Kazuma usaba su daga ‘Caballero Asesino’ para pasar a través de las armaduras de los duendes con facilidad.
Pero sus números aún eran una molestia, aumentando el hecho que ya había muerto más de 20 veces bajo sus manos.
‘No tener habilidades es más molesto de lo que recordaba.’
Kazuma tomó distancia con los duendes, pero tuvo que rodar para evitar una llamarada.
Silvia era quien atacaba sin descanso, volviendo a acumular fuego en sus pulmones.
-¡No nos someterás nuevamente!
Silvia disparo su llamarada con potencia, sus llamas lograron llegar en pequeñas partes hacia Kazuma.
El buzo que tenía puesto empezó a arder en llamas, teniendo que tirarlo a un lado.
Tardó unos segundos en recomponerse, pero delante de él ya estaban los duendes esperando su turno.
‘Que molesto.’
Kazuma comenzó a hacer una posición de ataque, todo en dirección de los duendes.
‘Algo bueno saque de todo esto.’
Pues debido a que sus antiguas tropas sabían su estilo de pelea, el fue forzado a practicar nuevos ataques.
Entrenó mientras luchaba con sus dagas, logrando descubrir una nueva habilidad.
[Habilidades Activas :]
[-Correr (Nvl 1).]
[Autoridades :]
[-Absorción/Invocación de sombras (Nvl 2).]
[-Habilidades Pasivas :]
[-¿? (Nvl Máx), Coraje del Débil (Nvl Máx), Heraldo de la Paciencia (Nvl Máx), Dios del Sexo (Nvl 2), Maestría con las Dagas (Nvl 1).]
Con una maestría elegante inició la masacre.
Kazuma atravesó toda la formación de los duendes con facilidad, logrando rebanar a varios de estos.
Sin embargo, no puso seguir avanzando más.
Pues este término siendo arrastrado por el golpe de cola de Silvia.
Cuando Kazuma logró recomponerse, solo vio delante las llamas de Silvia.
-…¡!
***
-Intento número 8.920
Un pelotón de altos orcos cargaba en contra de Kazuma.
Este resistía como podía, pero le faltaba fuerza.
La fuerza de los altos orcos no eran una simple broma.
-‘Toque del Dominador’.
El poder mágico de Kazuma apreso a los orcos, mandándolos a estrellas una y otra ves en contra de los muros.
Pero de repente una potente llama destructiva comenzó a abrirse paso.
Kazuma apenas pudo rodar por el suelo para esquivar aquella llama.
‘Los himnos de Tusk son más poderosos de lo que recuerdo.’
Pues al otro lado de la habitación estaba el antes temido ‘Kargalgan’.
El hechicero orco conjuraba poderosos hechizos de destrucción en contra de Kazuma.
Este apenas tenía la velocidad para esquivarlos.
-¡Maten al que nos tuvo cautivos durante un largo tiempo!
Con la orden del general, todos los orcos se lanzaron en contra de Kazuma.
Este se estacionó para esperarlos.
-‘Mutilar’.
Varios cortes a gran velocidad comenzaron a rebanar a los orcos.
Doo*
Doo*
Doo*
Doo*
Doo*
Pero una ves que la zona fue despejada, una sensación de molestia apareció.
Pues los orcos que median más de 3 metros, ahora habían crecido hasta medir casi 8 metros.
Kazuma se dio cuenta de lo que había pasado, detectando el ‘Himno de los Gigantes’ en esto.
-Mientras más grande…
Kazuma se lanzó en contra de los grandes orcos.
-¿…Más fuerte caen?
-…¡!
Sin embargo, una ves que había logrado tomar altura pudo observar aquel poder mágico.
Pues las fauces de un dragón ahora rugían con llamas en su contra.
-Mierda…
Su cuerpo fue devorado por aquellas llamas de destrucción.
Consumiendo todo su ser.
¡Fuash!*
***
-Intento número 13.950
Kazuma corría a través de un monstruo gigantesco.
Está era la hidra, quien arremetida en contra de Kazuma con todas sus cabezas.
Su única opción contra este ser era hacer tanto daño como pudiera.
No recordaba cuál era el límite de mana de aquel monstruo, pero sabía que la única forma de acabarlo era matarlo una y otra ves.
Ya no recordaba cuantas veces había perdido contra la hidra.
Sus batallas poco a poco se volvieron monótonas.
Encerrado en un círculo en el cual su único destino era la muerte, todo para empezar desde 0.
Pero no había acabado todo, pues con cada muerte el crecía.
Cada ves se le hacía más fácil volver a llegar hasta la meta anterior.
Incluso en aquella prueba, Kazuma estaba creciendo.
La hidra rugió con poder, expulsando desde sus fauces un aura tóxica y venenosa.
Kazuma ya sabía que era esto, por eso dio un gran salto para cambiar de posición y seguir cortando.
Pero poco a poco el veneno comenzaba a tomar más terreno en la habitación.
Incluso siendo gigante, parecía una caja diminuta teniendo en cuenta el monstruo tan abismal que había dentro.
‘¡Debo ir más rápido!’
Kazuma comenzó a pasar de cabeza a cabeza usando ‘Correr’ para extraer toda la velocidad posible.
Sus dagas cortaban y rebanaban la carne de la Hidra, incluso cortando varias cabezas.
¡Slash!*
¡Slash!*
¡Slash!*
Pero estas se seguían regenerando de una forma casi instantánea.
Finalmente el mismo resultado ocurrió, pues la hidra expulsó las chispas desde sus fauces.
-…¡!
Se ocasionó una gran explosión generada por el azufre y las chispas.
Kazuma fue consumido por aquellas llamas por completo.
Nuevamente murió a manos de sus antiguas tropas.
***
-¿Cuántas veces van?
-Más de 20.000.
-Ya veo…
Kazuma estaba echado en el frío suelo del inicio.
Había repetido el mismo proceso tantas veces, que incluso teniendo ‘Heraldo de la Paciencia’ su mente se había cansado.
Todo lo que obtenía lo perdía, empezaba de 0 una y otra ves.
Su límite de eliminaciones máximo habían sido alrededor de 500.
Habían sido más de 20.000 veces y apenas iba a la mitad.
Si le preguntaran cuanto tiempo llevaba peleando, el no sabría como responder.
¿En qué punto había dejado de contar el pasar del tiempo?
De todas formas no era algo de su interés, por que en la realidad, incluso podría jugar que 10 años aquí eran sólo 10 minutos fuera.
-Debo iniciar de nuevo.
Kazuma tomó su ‘espada tutorial’ con intensiones de empezar su jornada nuevamente.
-Nos hemos cansado.
-…¡!
Pero no pudo continuar, pues una voz familiar se escucho delante de él.
Cuando vio delante logró ver a Verdia, acercándose lentamente.
‘¿Qué hace aquí?, apenas es el inicio.’
-No vamos a seguir esperándote, vas a ser juzgado justo aquí…
De repente más y más soldados aparecieron junto a él.
-Justo ahora.
Los números fueron aumentando hasta llegar a los cientos.
La habitación se lleno de golpe, cosa que puso nervioso a Kazuma.
Logró extender sus sentidos más allá del pasillo, pero lo que descubrió no le agrado.
‘970.’
Había detectado a 970 enemigos a lo largo de todo el pasillo.
‘Decidieron venir entre todos.’
Kazuma apretó el agarre de su ‘Espada tutorial’
-¡Oye, debes arreglar algo aquí!
Kazuma grito al aire, con la esperanza de la que Monarca apareciera.
-…
Pero ella nunca apareció, cosa que estremeció a Kazuma.
-¡No es tiempo para bromas! ¡Dame mi poder devuelta, debo encargarme de unos malditos…!
¡PUM!*
De repente un potente golpe mandó a rodar a Kazuma por toda la habitación.
Esto había sido obra de Iron, aunque ahora poseía su apariencia humana.
Pero aún sin todo su poder, el estaba claramente muchas categorías por encima de Kazuma actualmente.
Ese cuerpo débil y sin poder que tenía actualmente, sería el detonante de su derrota.
‘Maldita sea…’
Kazuma no podía levantarse, pues ese golpe le había hecho bastante daño.
El solo vio como Iron levantaba su mazo, con intensiones de aplastarlo.
‘Mierda.’
Kazuma cerró sus ojos para esperar el golpe de Iron.
-¡UWAAAAH!
El mazo de Iron terminó por explotar la cabeza de Kazuma.
Al menos el estuvo aliviado, pues ahora todo iniciaría nuevamente desde el inicio.
-…
Pero cuando Kazuma abrió sus ojos, finalmente sintió miedo.
Pues todos los monstruos estaban en el mismo lugar, sin haberse movido un centímetro.
‘¿¡Invadieron el punto de inicio!?’
Verdia apuntó su espada en contra de Kazuma.
-A él.
Con dicha orden todos los soldados cargaron en contra de Kazuma.
El intento luchar, pero la fuerza tan abrumadora de aquel ejercito lo aplastó sin piedad.
Una ves que volvió a despertar, el mismo resultado volvió a repetirse.
Sin importar cuánto intentará huir, el de todas formas era masacrado por aquellos seres que antes conformaban su ejército inmortal.
Ahora el era el inmortal, volviendo a la vida una y otra ves, solo para ser asesinado por sus propios soldados.
***
Miles de veces o incluso más.
Kazuma había perdido la cuenta de las veces que había muerto.
El ejército lo había asesinado tantas veces y de tantas maneras distintas que él ya no tenía conciencia sobre sí mismo.
Su razón perduraba únicamente gracias a ‘Heraldo de la Paciencia’.
Pero aún así el daño seguía existiendo, solo que oculto entre la resistencia mental que poseía.
Intentaba lucha, pero una ves que moría todos los caídos volvían a levantarse.
Utilizó ese tiempo entre la vida y la muerte para pensar.
Finalmente se dio cuenta de algo, pero sin darle importancia por su situación actual.
‘¿Qué está pasando?’
Abrió sus ojos, solo para ver cómo era devorado por Kaisel.
‘Oh, ya recuerdo… estoy muriendo.’
De repente todo su cuerpo fue partido a la mitad por un zarpazo de Tank.
‘¿Pero por que me pasa esto?’
Yunei terminó por aplastarle la cabeza de un solo golpe contundente.
‘La verdad, me importa una mierda la razón, estoy muriendo.’
La Hidra derritió todo su cuerpo con su veneno mortal.
‘Yo… el rey de la muerte, muriendo a manos de mis soldados.’
Las muertes no cesaban, las bien aumentaban cada ves más.
Kazuma estaba perdiéndose en el abismo una y otra ves.
Pero… ya había pasado mucho tiempo ahí.
“Cuando miras al abismo por mucho tiempo, este te devolverá la mirada.”
Se vio a sí mismo, el estado tan deplorable del que estaba.
‘Yo soy el rey de la muerte.’
¿Cómo podía dejarse morir a manos de aquellos que lo deben obedecer?
Finalmente se dio cuenta de ello.
Sintió irá, pues estaba viviendo una traición.
-Ustedes… malditos zánganos traidores…
Kazuma se estaba levantando de la muerte.
De repente rayos negros comenzaron a emerger de su alrededor.
Toda la habitación fue rodeada por la oscuridad, cosa que alertó a los soldados.
-¡Deténgase!
La palabra del rey es la ley.
Y ahora aquellos que se atrevieron a ir en contra del suyo deberían pagar el precio por romper aquella regla.
La oscuridad rodeo a Kazuma con intensidad.
-¡Se atrevieron a tocar a su rey! ¡Hacerlo en mi…!
Algo emergía desde el interior de Kazuma.
El poder tan aterrador del ‘Monarca de las Sombras’ estaba por emerger.
Aquel que le permitió pararse por encima de todos, sin importar de quien se tratara.
El poder de reinar sobre todo lo que te rodea.
La autoridad para crear y cambiar las reglas.
Un solo ser era capas de hacer aquella hazaña, solo uno capas de..
“Manipular el Sistema.”
-¡¡’Territorio’!!
Más allá del simple ‘Dominio del Monarca’.
El ‘Territorio’ había sido liberado, aquel lugar en el cual la oscuridad siempre reinaría.
Ese era el poder omnipotente del ‘Monarca de las Sombras’.
Todos los soldados temblaron con intensidad ante aquel poder.
Kazuma camino hacia Verdia con su cuerpo rodeado de oscuridad.
Su autoridad iba más allá de la que alguna ves había conseguido.
Pero aún así Verdia batallo en contra de dicha autoridad, no quería volver a ella.
‘Ya veo.’
Kazuma sintió en su ‘territorio’ las emociones de Verdia.
Y delante de todos hizo una acción que jamás pensaron observar.
-…¡!
Pues Kazuma se había arrodillado delante de Verdia.
-Perdón, por obligarlos a pelear por mi nombre en contra de su voluntad.
-…
Verdia estaba perplejo, pues una sensación nueva nació dentro de él cuando vio eso.
-Pero por favor, les pido que luchen a mi lado en esta guerra. Ustedes…
El mejor de los reyes, es aquel que sabe cuando es hora de arrodillarse.
Y un rey no es nada… sin su gente.
-Ustedes pueden decidir, no los voy a obligar, pueden elegir si volver a servirme o… descansar en paz.
-…
Ningún ruido apareció por unos largos segundos.
Pero luego de tanto, finalmente algo se escucho.
-S-señor…
Eran el sonido de lágrimas tocando el suelo.
-¡Nuestro Señor!
Finalmente se sentían uno con aquel al que servían.
Aquella demostración de sinceridad les había llegado hacia su alma.
¿Y que si sólo eran marionetas de mana?
Incluso siendo marionetas, ellos podían sentir y pensar.
Eran vivos que desafiaban a la muerte misma.
Ese era el poder que su rey les había otorgado.
Un poder que despreciaron hasta el día de hoy.
En ese momentos la oscuridad rodeo a todos los soldados, convirtiéndolos en Sombras.
La ‘Legión de Sombras’ había regresado.
En ese instante Igris apareció desde el techo junto a su pelotón de guerreros negros.
Y junto a la ‘Legión de Sombras’ se arrodillaron frente a Kazuma.
Solo por esta ves Igris le cedió la delantera a Verdia.
Y con Verdia a la cabeza, todas las sombras se arrodillaron ante su rey.
-¡¡Nuestra vida, nuestra muerte!!
Empezaron a cantar en coro con su mano en señal de lealtad.
-¡¡Nuestra lealtad, nuestra ley!!
Kazuma se levantó para mostrarles el respeto que se merecían.
-¡¡A partir de ahora y por el resto de la eternidad lo seguiremos!! ¡¡Seguiremos al ‘Monarca de las Sombras’, Kazuma Satou!!
Kazuma extendió su mano hacia Verdia, el cual la tomó.
Cómo un vórtice, todo el espacio a su alrededor comenzó a ser consumido por la oscuridad de Kazuma.
Las sombras volvieron a su hogar.
***
Finalmente Kazuma se había despertado.
Al sentir aquella liberación de energía mágica, Wiz entró a la habitación.
Ella se quedó en silencio viendo la nueva apariencia de Kazuma.
El expulsada un aura diferente, como si algo hubiera cambiado.
-…
En su mente la Monarca comenzó a resonar con su voz.
(-Perdón por eso, era la única forma de despertar el ‘territorio’.)
(-No hay problema, lo entiendo.)
Kazuma se tomó unos segundos para respirar.
Nuevamente expandió su ‘Territorio’ en la habitación, causando que las luces dentro de ella fueran consumidas.
-M-mi señor…
Wiz sintió aquella autoridad innegable, ese era la ley del rey.
Una ley que se regirá en sus dominios.
Kazuma se acercó a Wiz, todo mientras desactivaba su ‘territorio’.
-Quiero que protejas a esta gente con todo tu poder en mi ausencia.
-…
Wiz se quedó callada al escuchar dicha orden.
Pues entendió que Kazuma tenía intensiones de irse.
Pero no se opuso a ello, pues vivía para servirlo.
Solo dio un asentimiento, cosa que Kazuma aceptó.
El comenzó a caminar hacia la ventana, mirando el exterior con paz.
‘No quiero mas pérdidas, no volveré a repetir mis mismos errores.’
Kazuma brinco por la ventana con fuerza, llegando a alejarse mucho por el salto.
‘Todo el peso de mis acciones deben ser cargadas por mi.’
-Kaisel.
El dragón negro extendió sus las desde el interior de su rey, emergiendo para servir como transporte.
Kazuma empezó a volar sobre Kaisel a gran velocidad, logrando salir de los límites de la capital.
Los ciudadanos vieron como el dragón negro sobrevolaba los cielos con velocidad.
Y con determinación Kazuma tomó su decisión.
‘Debo de luchar esta guerra por mi propia cuenta.’
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