El trato entre Kazuma y la Monarca se había concluido.

Ella río un poco luego de juntar sus manos, causando la curiosidad de Kazuma.

-¿Qué te pasa?

-Nada, solo que he estado esperando por esto mucho… mucho tiempo.

-¿Esta bien?, creó…

-Está más que bien, incluso ahora podríamos hacer cositas en el espacio mental y…

-Hora de pasar el ‘tutorial’.

-¡No me ignores!

Kazuma estaba apuntó de pasar del modo ‘tutorial’.

-Espera.

Pero antes de ello la Monarca lo detuvo con su voz.

-¿Qué?

-No es seguro.

-¿Seguro?

-Escucha… hay algo más que debo decirte.

Kazuma paso a una mirada seria luego de oír eso.

-No es nada malo o eso creo…

-¿Qué pasa?

-Es que otra cosa que se perderá es la ‘autoridad de sumisión’.

-¿Ósea?

-Eres nivel 1, las Sombras que te odian a muerte no te harán caso y hasta te atacaran.

-¿Enserio?

-Sí, eso me preocupa.

-…

Kazuma se quedó callado unos segundos al oír eso.

Aunque una duda pasó por su mente.

-¿Todas lo harán?

-Bueno, no todas… hay una que te puedo asegurar que te seguirá siendo fiel.

-¿Esa es?

-Igris y su pelotón de soldados, tu primera armada.

‘Solo ‘Igris’ eh, supongo que su lealtad se mantiene por las condiciones con las que lo resucite.’

-Algunas fueron exterminados por Valac, diría que sólo tienes unos 30 de aquella armada.

-Solo es un pelotón, entonces ¿Qué puedo hacer?

-Podría intentar algo, pero me deberás ceder la autoridad sobre el ‘Panel del Jugador’ durante unos días.

-Hmm.

Kazuma se puso a pensar sobre ello.

Aunque al final se dio cuenta que no tenía otra alternativa, al desconocer la razón y las consecuencias.

-Bien, no hagas nada raro.

-Tu déjamelo a mi, mientras yo me encargo tu puedes ponerte al día con la situación.

-Bien, te lo encargo.

-Y una cosa más Kazububu.

-No me llames así y… ¿Qué pasa?

-Pues…

La Monarca se lamio los labios con una sonrisa pícara.

Kazuma entendió eso, cosa que sólo tuvo que aceptar.

-Lo pensaré cuando termines.

-Es un trato.

La Monarca desapareció del entorno, dejando a Kazuma solo en su habitación.

El se sentó en su cama, pues ella tenía razón en unas cosas.

‘Debo reparar parte del daño que he hecho.’

Kazuma se levantó de su cama y salió de la habitación en silencio.

***

Kojiro estaba bastante estresado.

Trazaba los planos para un proyecto una y otra ves, pero sin tener alguna idea.

-Es basura.

Arrugó el papel y lo lanzó lejos, ya se estaba cansando.

Por dónde impacto el papel, Rachel apareció al lado de este.

Ella también se notaba bastante cansada y con algunas ojeras.

-Te ves de la mierda, viejo.

-¿Ya te has visto el espejo, bruja?

Rachel se echo en un sofá por detrás de Kojiro.

Ambos sacaron unas hojas comenzando a trazar dibujos.

Ninguno se sintió conforme y lo desecharon.

-¿Qué tanto haces, viejo?

-Estaba intentando crear un arma como el ‘destructor’ del viejo, pero sin ideas.

-Estas jodido, no hay materiales.

-Es por ello que descartó todas mis ideas.

Kojiro solo se dejó caer en la silla, se relajo para luego mirar a Rachel.

-¿Y tu?

-Pues… estaba pensando en tener un método de trasporte que pueda llevar con seguridad a todos los civiles, no sabemos cuando van a atacar y es mejor asegurarnos.

-¿Es por lo que sucedió en Axel?, muchos mercenarios se quedaron para evacuar a los civiles, perdimos mucho en ese lapso de tiempo.

-Sí, pero no tengo ninguna idea por que no hay alguna arma para defenderla.

-Que mierda.

Ambos se quedaron pensando unos segundos.

-…¡!

Pero de repente se levantaron de golpe al darse cuenta de algo.

-¡Un vehículo armado, con la capacidad del destructor!

-¡Podemos usar una versión alternativa, que evite combate en tierra ya que así fue derrotado!

-¡La nave voladora que hizo el viejo!

-¡Esa está en el almacén secreto! ¡Podemos ir a usar su diseño y crear algo de matera reforzada por encantamientos!

-…

Dos mentes eruditas estando juntas piensan mejor que nadie.

-Carajo, así si me dan ganas de cogerte.

-¿Y que te detiene?, podríamos…

-Yo ya estoy.

Kojiro miro como Rachel se había quitado el vestido.

‘Bueno, para aliviar el estrés.’

***

La noche se regodeaba de una corriente de aire helado.

Megumin estaba con insomnio en su habitación, escribiendo en un diario.

Estaba bajo bastante estrés, todo culpa de lo sucedido en los últimos días.

Su madre YuiYui había muerto, su padre Hyoizaburo entró en una depresión que la asustaba, Yunyun estaba encerrada sin ganas de salir, sus amigos y todo su hogar había sido colapsado.

La única luz que vio en los últimos días fue el retorno de Kazuma.

Pero aún se sentía bastante decaída por ello, causando su estrés actual.

‘Si hubiera sabido que esto era ser un adulto…’

La chica dejó su cuaderno para echarse en su cama.

‘Hubiera disfrutado ser una niña lo más posible.’

Finalmente sólo se recogió en sus pensamientos.

Pero un llamado en su puerta captó su atención.

Tock*

Tock*

Tock*

-¿Uh?

Megumin se sentó en su cama, pues sintió un gran poder mágico detrás de aquella puerta.

Pero sólo había un ser cercano a ella que podía desprender tal energía de forma casual.

-Adelante.

La puerta se abrió mostrando a Kazuma, el cual entró cerrando la puerta detrás de él.

-¿Si?

-Megumin…

Kazuma puso su mano en la puerta para poner el seguro.

-...¡!

Megumin retrocedió en su cama al ver eso.

-¿A-acaso planeas satisfacer tu lujuria r-retenida?

-Estas hablando como Darkness.

-¡Es bastante raro! ¡Tu estas actuando raro!

-Silencio, yo…

Kazuma se acero para sentarse en la cama, dando unas palmadas a su lado.

-Solo quiero hablar.

-…

Megumin estaba algo desconfiada, pero su entusiasmo le ganó.

Estaba con ganas de pasar tiempo con Kazuma desde que había despertado.

No iba a dejar pasar esa oportunidad, ya que conociéndolo…

En poco tiempo posiblemente todo vuelva a la oscuridad de antaño.

***

‘¿¡Por qué no dice nada!?’

Megumin estaba nerviosa y comenzando a sentir desesperación.

Habían pasado muchos minutos desde que se sentó al lado de Kazuma, pero sin que pasara absolutamente nada.

Kazuma solo estaba callado mientras miraba por la ventana, eso estaba alterando la paciencia de Megumin.

‘¿Solo vino a burlarse? ¡Si, a eso vino!’

Apretó sus manos con algo de ira retenida.

Aunque en ese momento una figura salió de su anillo, mostrando a Ali.

-Vaya, tienes cara de mierda aplastada… ¿o siempre fue así?

‘¡Este maldito!’

Kazuma dirigió su mirada hacia Ali, sonriendo.

-Ha pasado tiempo desde que escuché tu molesta voz, ente del anillo.

-¿No te habías ido al otro lado?, pero más importante… ¡cumple tu trato maldito!

-Actualmente no puedo, además… ¿siquiera has hecho tu parte?

-¡Maldito niño, no te olvides quien soy!

-¿Y tu recuerdas quien soy yo?

Los ojos de Kazuma brillaron en un tono asesino, bajo la oscuridad de la noche.

-Le pido perdón desde lo profundo de mi ser.

Ali no fue tono y decidió arrodillarse.

Megumin vio todo esto, tardando unos segundos en reaccionar.

‘¿Eh?’

-¿Eh?

‘¿Qué?’

-¿Qué?

‘¿¡Lo vio!?’

-¿¡Puedes verlo!?

Megumin se lanzó en duda y algo de hostilidad hacia Kazuma.

-Siempre pude, hasta he hablado con el.

Ali apareció en el hombro de Megumin, limando sus uñas.

-Y no es que seas buen conversador que digamos.

-¡Ese no es el punto! ¡Tu sabias que existía, pero así me llamaste loca por hablar sola!

-Era divertido ver tus reacciones.

-¡Maldito, vuelve a morir!

Megumin se enojo levemente, sentándose en la esquina opuesta en la cama.

Ali miró todo esto con un cansancio, pero noto que Kazuma le hizo una seña.

‘¿Acaso quiere que…?, oh ya veo.’

Ali dio un pulgar y entró dentro del anillo de Megumin, dejando a ambos solos.

-La verdad es que solo quería decirte una cosa…

‘Ahí viene, a burlarse o degradarme.’

Megumin se empezó a preparar mentalmente, pues ya sabía que venía a continuación.

-Perdón.

-…

Pero lo que escucho la dejo sin aliento, fue lo único que jamás espero.

Se volteo de golpe, solo para ver los ojos sinceros de Kazuma.

No estaba mintiendo, eso la dejó sin aliento para hablar.

-No voy a poner escusas para justificar las razones por la cual fui así, te trate bastante mal en el último año… a todos en general.

-…

Megumin pensó en ello, acertado en lo dicho.

Pues desde que Kazuma había vuelto del infierno el ya no era igual, parecía otro.

Se logró acostumbrar al nuevo el, aunque le dolía, pues había recibido sólo cosas negativas desde que se declaró.

Pero justo lo que necesitaba ahora era eso, ver finalmente después de tanto…

Al verdadero hombre del cual se enamoro.

-Entiendo que estés molesta y eso me molesta bastante, pero… de todas formas me quiero disculpar por todo.

En ese momento los ojos de Megumin se iluminaron en ligeras lágrimas.

-Ka… zuma.

Sus ojos empezaron a brillar intensamente, cosa que molesto a Kazuma.

Pero el solo ladeo su mano delante de su rostro, alejando toda fracción de mana suya en ella.

De repente Megumin parpadeo, perdiendo aquel brillo.

‘Aunque lo hice de manera inconsciente, al final si te estaba sometiendo.’

Kazuma tomó el hombro de Megumin, para después acercarla a él.

La abrazo de forma sincera, exponiendo su cariño.

-No mentí cuando dije que ‘tu jamás te debiste enamorar de mi’, pero… no lo dije completo.

Kazuma se separó un poco para ver a Megumin directamente a los ojos.

-Lo dije por que no soy capas de hacerte algún bien, ni a ti, ni a nadie. Por muy molesta y testaruda que seas, al final sigues siendo una de mis personas más queridas en este mundo.

Kazuma tomó las manos de Megumin con cariño.

-Tu eres importante para mí, fui bastante idiota para no notarlo debido a mi egocentrismo.

-Tu… como puedes de-cir solo eso… y pensar que yo… que yo…

Megumin comenzó a lagrimear, para luego llorar en el pecho de Kazuma.

-Simplemente te perdonaría así como así.

-Y no quiero que lo hagas, repúdiame si es necesario, yo también lo haría si hubiera pasado por lo que te hice pasar. Puede que hicieras mal las cosas, pero no te merecías ni lo mas mínimo que te hice sufrir.

Kazuma abrazo a Megumin con cariño, intentando calmarla.

-Posiblemente nunca vuelva a actuar de esta forma, ya que yo te querré a mi manera, así que tu también quiéreme a tu manera.

-No se… no se como podría hacerlo.

-No debes saberlo, solo debe suceder. Has lo que quieras hacer, lo que quieras criticar ya que si lo haces será por algo.

Megumin sintió el cariño sincero de Kazuma, calmando poco a poco su corazón.

-Por mi culpa estas bajo tanto estrés, así que no me iré hasta que pueda recuperar a una parte de mi amiga, aquella testaruda y altanera sobre su única ‘habilidad’.

-Entonces…

Megumin se dejó caer en su cama, echándose para mirar directamente a Kazuma.

Se encogió nerviosa, mientras intentaba articular sus palabras.

-No he podido dormir bien estos días, si lo que dices es verdad… ¿te quedarías conmigo hasta que pueda?

-…

Kazuma la miro unos segundos, aunque al final sólo sonrió.

-Sí, cuantas veces sean necesarias.

Kazuma se acostó a su lado, dejándole su cuerpo como apoyo para dormir.

Megumin se aferro a él, pasando a acomodar su cabeza en su pecho.

Ahí se acercó para confirmar una cosa, algo que la molestaba.

Comenzó a escuchar, logrando oír…

Ba-dum*

Ba-dum*

Megumin sólo sonrió al escuchar eso, pues confirmó que no sólo estaba soñando.

Kazuma acarició su cabello suavemente, logrando que después de unos momentos Megumin sintiera el peso en sus ojos.

Pará qué finalmente se quedara profundamente dormida.

***

En la fortaleza de la ‘Brigada de la Resurrección’ la noche bañaba a todos sus integrantes.

Pero Valac no era el caso, pues estaba oculto en la oscuridad de su cuarto.

Miraba serio por la ventana.

‘De todas las personas que tuvo que visitarlo al volver… tuvo que ser el.’

Pues una energía en el aire le trajo un nostálgico fastidio.

Aquella energía que tanto repudiaba, la misma que pertenecía a un ser que odiaba a muerte.

‘¿Qué planeas… ‘Gobernante de la Luz’?’

Valac sólo miró seriamente hacia el horizonte.

Pues la capital de Belzerg se encontraba a miles de kilómetros en esa dirección.

Su habitación fue interrumpida por Hela, quien se miraba seria.

-Valac, ¿lo sentiste?

-Sí…

Valac se dio la vuelta con una mirada oscura.

Hela se acercó a él con los brazos cursados.

-¿Qué harás?

-Sí el es uno de ellos, entonces… deberé ir con todo.

-Bien, prepárate la cúpula de batalla, se cuidadoso… sólo nos quedan 3.

-Tranquila.

Valac sacó su espada desde la oscuridad, mirando por la ventana con un tono amenazante.

-Terminaré con esto lo más rápido que pueda.

***

Kazuma descansaba tranquilo junto a Megumin.

Pero una sensación de peligro Inminente recorrió toda su espalda, logrando que despertará.

-…¡!

Kazuma se alzó de golpe, aunque no logró mirar nada delante.

‘¿Qué fue ese…?’

-No hagas ningún movimiento.

-…¡!

De repente una voz se escucho desde atrás de Kazuma.

Una presión rodeo su cuerpo, impidiendo su movimiento.

Miró hacia el espejo, notando que un hombre con capucha le apuntaba el cuello con una daga.

Este hombre toco la cabeza de Megumin, la cual se rodeo en una luz tenue.

Pero esa luz fue suficiente para sacar a aquella que residía en el interior de Kazuma.

(-¡Kazuma, no hagas ningún movimiento amenazante!)

La anterior Monarca advirtió a Kazuma, escuchándose con algo de intranquilidad.

(-¿Qué está pasando?)

(-Esa energía… no hay duda, ese maldito es un fragmento…)

(-¿Qué? ¿Fragmento de que?)

(-El…)

Kazuma giro levemente para ver a aquel hombre.

Encontrándose sólo con unos ojos brillantes, que por alguna razón.

Le quemaban en todo su ser.

(-Es un ‘fragmento de luz brillante’.)