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Preparaciones

El sol estaba saliendo por el horizonte.

La luz de la mañana invadió la habitación de Kazuma.

El la recibió calmado, mientras acariciaba el pelo de Wiz.

Ella abrió sus ojos pesadamente, aunque al sentir esa cálida sensación sonrió de alegría.

No había sido un sueño, su ser más querido había vuelto.

-Mi señor.

Wiz se levantó, pero solo para tirarse en un abrazo hacia Kazuma.

-Está aquí.

-Sí, estoy aquí.

-¿Puedo pedirle algo?

-Adelante, es lo menos que puedo hacer.

-Yo…

Wiz se acurrucó en el cuerpo de Kazuma, sonando su ser en su pecho.

-¿Puedo ser un poco egoísta?, solo por ahora.

-Claro, no me importa.

-Entones…

Wiz se lanzó a besar a Kazuma, pero este no hizo nada, todo para complacer a la Liche.

Ella rompió el beso, para luego aferrarse una y otra ves al cuerpo de Kazuma.

-Mi señor~, mi señor~, mi señor~.

Ella estaba contenta, era tanta su alegría que su corazón muerto había empezado a latir.

Kazuma sólo acarició su pelo, mientras admiraba la linda cara de la Liche.

-Hay que ir despacio, hemos perdido mucho en la batalla, podemos tomarnos nuestro tiempo.

-No quiero.

-…¿?

De repente la mirada de Wiz pasó a ser una que reflejaba Ira.

Kazuma sintió como la habitación se volvía fría.

-Ellos se atrevieron a atacar su hogar, a atacarlo a usted y para colmo tuvieron el descaro… ¡lo alejaron de mi!

Un mal sabor de boca se manifestó luego del recuerdo.

Kazuma sintió los sentimientos de Wiz, comprendiéndolos y sintiendo empatía por ellos.

-Entonces ¿estas lista?, una ves que iniciemos quien sabe cuando tomaremos un descanso, lo que pienso hacer ahora puede que sea la mayor de mis locuras.

-Sí, yo lo seguiré aún después de la muerte y aun después de volver a la vida. Mi cuerpo, mi alma, mi espíritu y todo mi ser le servirán por toda la eternidad.

-Bien dicho, me alegra saber que tendré a alguien de mi lado al final de todo.

Kazuma abrazo a Wiz con cariño, intentando calmarla.

La habitación debo de hacer frío, ante el cálido sentimiento que tomó el corazón de Wiz.

-¿Cuál es su plan, mi señor?

-Por ahora terminaré el encargo del rey, quiero pedir algo a cambio para ti.

-¿Pará mí?

-Es algo a lo que le echado un ojo desde hace tiempo, sabía que te sería útil, con eso podremos iniciar con la siguiente fase.

-Sus órdenes son mi ley absoluta, ¿cuál es el encargo?

-Este.

Kazuma sacó del ‘inventario’ el documento con los nombres de los reencarnados.

Se lo entrego a Wiz, quien comenzó a leerlo.

-Vamos a poner de nuestro lado a todo reencarnado, ya sea por las buenas o…

Wiz sonrió, pues ya sabía a lo que se refería Kazuma.

-Yo me encargo de los que están ocultos en la capital, pues perdí todas las habilidades para movilizarme, pero tu aun tienes tu ‘teletrasporte’.

-Sí, yo me haré cargo de los que están en los pueblos vecinos.

-Entonces…

Kazuma se levantó, se puso su abrigo y comenzó a caminar hacia la puerta con Wiz detrás.

-Andando.


***


-Idiotas.

Un hombre miraba por la ventana de su hogar a los soldados.

Sentía aburrimiento al verlos, pues estos se dirigían hacia una incursión.

‘Ahora que estamos en guerra, tengo más razones para seguir siendo un encerrado.’

El paso a echarse en su cama, no sin antes tomar un pedazo de pizza de su mesa de noche.

Comía la pizza sin preocupaciones, todo mientras miraba el techo sin ninguna reacción.

-Pueden tomarse su guerra y metérsela por donde no entre el sol, si esta nación es destruida sólo me iré a otra.

-¿Podría tomar eso como traición?

-…¡!

El hombre se levantó de golpe al escuchar esa voz.

Miró hacia la ventana, encontrándose con una figura encapuchada.

Por instinto de dirigió hacia su cama, con intensiones de levantar el colchón.

Sin embargo, se detendría cuando una daga se clavo justo delante de sus manos.

¡Shin!*

El dio unos pasos hacia atrás, cayéndose en el suelo.

-¿¡Quién eres tú!? ¡Te voy a advertir que no soy alguien con quien te debas meter!

-Oh vamos, eres japonés y dices frases tan clichés.

-¿Eh?

‘¿Cómo…?’

El hombre miró al encapuchado en shock, pues había sido descubierto por aquella persona.

El encapuchado se quito su capucha, mostrando un cabello marrón casi negro.

-¿Quién eres tú?

-¿No sabes quién soy?, pensé que era conocido.

-¡No te conocen ni en tu casa!

‘Que extraño.’

-¿Te suena ‘Kazuma Satou’?

El hombre se abrió sus ojos en sorpresa, aunque al verlo bien recuperó su confianza.

-¡Una mierda vas a ser el!

-…¿?

-El tiene el cabello castaño, el tuyo es casi negro.

Kazuma se miró el pelo al escuchar eso, pues recién lo había notado.

‘Luego de revivir mi pelo paso a ser más oscuro, ¿por qué habrá pasado eso?’

Mientras pensaba las razones, una voz resonó en su mente.

(-Es un efecto por haber invocado a la muerte sobre la tierra, tu cuerpo se adapto a la energía de la oscuridad provocando cambios ligeros.)

(-La misma razón de mi repentina subida de estadísticas, ¿no?)

(-Exacto, aunque aún queda un poco de poder para extraer, veré si puedo hacer algo.)

(-Te lo encargo.)

Kazuma se quedó callado mientras hablaba en su mente, cosa que puso intranquilo al hombre.

-Bueno no importa, sigamos contigo.

Kazuma paso a sentarse en la cama, no sin antes sacar un arco de esta.

-¡Oye, eso es mío!

-Eres un reencarnado y por ello tienes un gran poder, pero solo trabajas una ves al mes.

El arma que tenía en sus manos sin duda alguna era poderosa, el poder que emanaba era suficiente para saberlo.

Kazuma uso ‘análisis’ en ella.

[-Nombre : Ojo de la tormenta.]

[-Rango : S]

[-Tipo : Arco]

[+300 Ataque, Sentidos +58]

[Nacido en el corazón de un cataclismo mundial, con el poder de crear cambios en su interior.]

[Posee el poder del relámpago y la tormenta en cada flecha, dispara un desastre ambiental con precisión.]

-Mas te vale que tu no seas el responsable que crear esa tormenta que mojo mi ropa.

El hombre sonrió confiado, pues cuando vio que Kazuma tomaba el arco sabía que todo iría bien.

‘Ese idiota, la maldición del arco lo consumirá dentro de poco, solo yo puedo sujetarlo.’

-Aunque esta maldición es molesta, que bueno que soy yo.

-¿Q-que?

-Te diré algo de mi habilidad especial, me permite volver soldados inmortales a los muertos, con casi todo su poder.

Kazuma empezó a expulsar su poder mágico, cosa que asustó al hombre.

La cantidad era tan, que sus sentidos mejorados por su reliquia divina estaban saltando del miedo.

La presión era tanta que toda la habitación empezó a temblar.

-¡Tu…! ¿A-acaso e-eres?

En ese momento vio cómo la sombras se levantaban.

-Igris.

Al mirar delante, vio cómo un espadachín negro apuntaba su espada en su contra.

La espada era tan poderosa, que expulsada rayos con sólo empuñarla.

‘Este poder… es igual al mío.’

Kazuma se levantó, dándole una señal a Igris para calmarse.

Igris oculto su espada dentro de su capa, para pararse firme al lado de Kazuma.

Kazuma camino hacia el hombre, el cual cerró sus ojos de miedo.

-Pelea.

-…¿?

Pero la paliza que esperaba, jamás llegó.

Al abrir sus ojos vio como Kazuma le extendía una mano.

-Se tú historia, eras el grupo de asalto principal en las mazmorras del este, pero…

El hombre bajo su cabeza ocultando sus ojos con su pelo, un mal recuerdo pasó por su mente.

-La mujer que amabas resultó usarte por tu poder y fama, te encerró en la sala del jefe para llevarse todo el dinero y fugarse con él tanque del equipo.

-Cállate…

Aquel hombre empezó a llorar.

-No es tu culpa, no sabias que ella era quien era hasta que ocurrió.

-¡Pude haberlo evitado! ¡Fui un idiota al pensar que tendría sería el héroe de la historia! ¡Fui un desgraciado por pensar que todo sería fácil y me quedaría con la chica! ¡Yo…!

-La vida es difícil, despierta de tu maldito sueño y deja de quejarte.

-…

-Sí solo te quedas aquí hablando del pasado, no tendrás nada que gozar en el futuro. Morirás en soledad… otra vez.

-…

-Tu no quieres eso, ¿no es así?

-…

-La respuesta es no, ya que al final de cuentas todos los japoneses somos iguales.

En ese momento Kazuma sacó un traje de su ‘inventario’, dejándolo delante del hombre.

Al verlo el se quedó conmocionado, tomando el traje con nostalgia.

Era el traje que alguna ves uso en sus incursiones, con el que gozo su vida hasta antes de la decadencia.

-No estas solo, hay varios como tu allá fuera, pero este es el momento en el que decides morir en soledad o vivir tu vida.

Kazuma le extendió su arco, el cual empezó a liberar rayos.

-Este es el momento de ser el protagonista de tu vida.

Las palabras eran sencillas, cualquiera las pudo haber dicho.

-G-gracias…

Pero cuando alguien toca fondo, incluso el más mínimo apoyo significa mucho.

Tener las esperanzas de alguien sobre ti, luego de perderlas en ti mismo, eran capaces de entrar en el corazón de las personas.

Este era el poder más grande que podían dar la simple amabilidad.

El poder de poner a todos de tu lado.

‘Va uno.’

El hombre comenzó a cambiarse, recuperando la imagen que alguna ves trajo respeto en cientos de soldados.

Su arco expulsada relámpagos, toda la casa empezó a liberar una gran cantidad de poder mágico.

‘Es hora de aumentar la fuerza de ataque, todo para… el contraataque.’


***


Los días habían pasado rápidamente.

Kazuma había cumplido con su trato, logrando reunir a los 50 reencarnados dispersos por toda la nación.

Aunque la mayoría había entrado para intentar impresionar a Wiz, pues tener las esperanzas de una chica tan hermosa como ella lleno su determinación con convicción.

Era mejor que no se enteraran que sólo fingía, pues Kazuma le advirtió que no los lastimara luego de que uno volvió con traumas.

Kazuma había pedido una recompensa al rey por su hazaña, cosa que terminó por ser aceptada.

Ahora Kazuma junto a Wiz caminaban por la bóveda de la capital.

Las reliquias que ya había visto Kazuma habían sido reducidas, pues estaban siendo usadas para la guerra.

Eris junto a Aqua estaban desbloqueando las armas para que puedan ser portadas por los humanos.

Pero finalmente el objeto que tanto buscaba apareció.

-Este es, no hay duda.

-¿Eso es?

Wiz miró curiosa la vasija con lo que parecía ser sangre que sostenía Kazuma.

-Esto es sangre de demonio de hielo, según los cuentos que me contó Abrahel esto perteneció a uno de los primordiales, aquel que reinaba en el infierno congelado antes del ‘dragón helado’.

Kazuma le entregó la sangre a Wiz, quien la miró pensativa.

-Cuando lo bebas, obtendrás un poder que ni yo soy capaz de predecir.

Wiz se tomo un tiempo, pero al final se lo bebió de golpe confiando en las palabras de Kazuma.

Gulp*

Gulp*

Gulp*

La vasija fue vaciada en segundos, esta cayó al suelo resonando por la habitación.

Kushn*

-…¡!

De repente Wiz sintió un ardor en su cuerpo, el cual luego pasó a un gran dolor.

Una risa profunda se escucho en su mente.

(-¡Kuhahaha! una hermosa mujer se atrevió a beber mi sangre, que desdicha.)

De repente en el pecho de Wiz apareció un tatuaje negro.

(-¡Va a ser un festín consumir tus emociones negativas! Y ¡cuando se me terminen acabare con las positivas, no quedará nada de ti! ¡KUHAHAHAHA!)

El cuerpo de Wiz comenzó a expulsar un aura gélida, que congeló el suelo a su alrededor.

-Cierra la boca.

(-¿Qué sucede?)

Pero la voz comenzó a escucharse intranquila, pues finalmente había llegado al alma de Wiz.

(-¡Tu alma! ¿¡Quien demonios!? ¡Kuaaaaa!)

Un sonido de lamento se escucho en la mente de Wiz.

El demonio pasó a sufrir.

(-¿¡Como puedes tener tanta oscuridad en tu alma!? ¡Esto no puede ser posible!)

-¡Cierra la maldita boca!

Wiz se levantó con fuerza, empezando a dominar al demonio.

-¡El único ser que puede ordenarle en mi Señor y rey!

(-¡Buaaaaa! ¡Estoy siendo devorado! ¡Mi esencia está siendo devorada!)

-Ahora se útil y entregarme todo tu poder antes de desaparecer.

(-¡Nooooo! ¡Espere demasiado para esto, no puedo morir tan pronto!)

Wiz estaba sometiendo al demonio, devorándolo con su propia alma.

Poco a poco la esencia del demonio fue consumida, hasta que finalmente no quedó rastro alguno de él.

Wiz jadeo un poco, aunque finalmente se calmo.

*Jadeo*

-Listo, lo he conseguido.

Kazuma quién se mantenía de brazos cruzados se acercó.

-Pruébalo.

-Sí, lo haré.

Wiz extendió su mano, tomándose un tiempo para dejar que su nuevo poder recorriera todo su ser.

Abrió sus ojos repentinamente, solo para liberar una onda que congeló todo el pasillo.

¡Bliz!*

Wiz miró sorprendida aquello, pues había sentido lo que logró con su nuevo poder.

-No gasto…

Se giro para mirar a Kazuma, el cual también estaba curioso.

-No gasto nada de mana.

-¿Enserio?

-Sí, no sentí ni la más mínima pérdida de mana en ello, ni siquiera sentí que el hielo tuviera mana en el.

-¿Ósea que…?

Kazuma se acero para tocar el hielo, aunque sacó su mano de inmediato.

‘Está demasiado frío.’

-Es hielo completamente puro.

Wiz miró sus manos, para luego sonreír emocionada.

-¡Muchísimas gracias mi señor! ¡Juro que le seré de utilidad con este nuevo poder que me ha entregado!

-Eso espero.

Kazuma sonrió decidido, pues poco a poco se estaban cumpliendo sus preparaciones.

‘Falta poco, ahora toca recuperar algo importante.’

-¿Qué sigue ahora, mi señor?

-Ahora…

Kazuma extendió su mano, en la cual apareció una marca roja.

Era la ‘marca del pecado’, aunque Kazuma batallo para activarla apenas un segundo.

De repente un portal apareció delante de él, este tenía un color carmesí.

La marca en su mano desapareció, al final Kazuma solo señaló el portal.

-Vamos a visitar a una amiga.

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