Al Administrador ahora miraba de forma tranquila a Kazuma.

Kazuma se incómodo, bajando del cuerpo caído de la estatua de piedra.

Ya se estaba cansando.

-¡Tu maldito juego no es nada!

El poder de Kazuma se empezó a escapar junto a su autoridad, provocando una visión que distorsionaba su alrededor.

Pero el Administrador sólo se burló con una risa.

-Te crees muy poderoso, pero no estas enterado. Puede que hayas superado a los dioses, felicidades... Uno más del montón.

De repente todo el poder de Kazuma empezó a ser redirigido hacia el Administrador.

Kazuma se alteró.

-... ¡!

En la mano del Administrador ahora había un orbe de poder oscuro, era la energía de Kazuma en su estado puro.

-No eres especial, eso te quisiera decir.

El Administrador intentó opacar la oscuridad con la luz, pero no fue capas de ello.

Solo logró que la oscuridad se condensara más, aumentando de forma abismal el poder que había en sus manos.

Al final una explosión de energía oscura se libero.

*¡Sacudir!*

Toda la habitación tembló por unos segundos, cosa que no había logrado durante su lucha con las estatuas.

Kazuma sintió que toda esa onda era puramente su propio poder.

-El universo tan gigantesco, parece una hormiga en comparación a ti.

El Administrador señaló a Kazuma.

-La oscuridad y la muerte son más que simples palabras que suenan genial. Estas son el fin del inicio y el inicio del fin.

De repente la habitación se empezó a distorsionar, mostrando el espacio.

-En el universo, en todos los universos, apenas hay un poco de luz en comparación a la oscuridad.

El espacio estaba conformado por cientos de millones de estrellas, o incluso más.

Pero en comparación con la oscuridad del espacio, estas no eran nada más que un poco de tierra en el océano.

La oscuridad en comparación de la luz siempre será muchísima más.

La oscuridad siempre tapara a la luz hasta que esta se debilite para poder consumirla.

-Tienes que estar... ¡Preparado!

El Administrado movió el espacio a una velocidad que parecía a la de la luz.

Kazuma comenzó a experimentar un viaje sideral, viendo y sintiendo millones de experiencias a la ves.

El Administrador le estaba mostrando todo el universo en unos segundos.

Cada raza, cada mundo, cada cultura, cada significado, cada ser.

Kazuma comenzó a experimentar la información de todo el universo en una fracción de segundos.

Sus ojos pasaron a ser blancos por la cantidad de conocimiento que se almacenaba.

Sin embargo, no sería algo que el no fuera capas de manejar.

Ring~*

[¡El conocimiento del "Jugador" ha sobrepasado el límite!]

[Las habilidades "Heraldo de la Paciencia" y "Heraldo de la Sabiduría" han sido eliminadas.]

[Las habilidades mágicas han sido eliminadas.]

Toda clase de habilidad que requería conocimiento había sido eliminada por completo.

Ya no hacía falta que estas siquiera existieran.

Ahora Kazuma tenía su mente en un plano superior, logrando adaptar su mente al uso cotidiano de aquella inteligencia y sabiduría.

Kazuma tenía un rostro tranquilo.

-...

El Administrador sonrió al ver esto.

-¡Menuda maravilla! Lo has soportado.

Kazuma tenía la mirada sin rumbo alguno, como si estuviera hueca.

-¿Qué aprendiste?

-...

Kazuma movió lentamente sus labios.

-Que nada importa.

Kazuma le devolvió la mirada hacia el Administrador.

-Raza, mundo, incluso la bacteria más pequeña, el ser más grande. Nadie importa realmente.

Kazuma comenzó a encoger la representación del universo a su alrededor, mirándolo como un mapa.

-Lo único que de verdad importar son la vida y la muerte.

Dos colores se vieron delante de él.

Uno era claro y el otro era oscuro.

-Todo conocimiento deriva de la gracia de la vida, todo conocimiento está basado en la muerte.

Kazuma ahora estaba entendiendo mejor lo que significaba aquellos dos.

-Si algo es algo, entonces es "Vida". Pero si ya no queda nada del algo, entonces es "Muerte".

El Administrador veía que Kazuma estaba empezando a entenderlo todo.

Todo estaba yendo tal y como se había acordado.

-Tu... Monarca de las Sombras.

El Administrador regresó la habitación a su verdadera forma, mientras volvía a ver a Kazuma.

-¿Por qué te haces fuerte? Una ves que logres obtener todo lo que quieres ¿Qué harás?

-...

La repentina pregunta logró calmar el pensamiento de Kazuma.

La respuesta había sido creada en unos solos segundos.

Kazuma ahora tenía un conocimiento superior a cualquier mortal, incluso superior a cualquier dios.

Solo había una respuesta a esa pregunta.

-Yo me hago fuerte por que es necesario.

Su único motivo era la causa, ese era el efecto que su alrededor le obligaba.

Pero en Administrador no estaba satisfecho, así que continuó.

-¿Y cuando logres acabar con esa necesidad?

-...

Los labios de Kazuma se distorsionaron en algo que hace tiempo no se miraba en el.

Era una sonrisa sincera.

-Ya no lo querré.

-... ¿?

El Administrador abrió su boca de la confusión, arqueando su ceja.

Pero Kazuma ya se había decidió.

El solo soñaba con volver a ser un simple humano del cual su vida jamás fuera importante.

Quería ser uno más del montón, quería vivir una vida que no se pueda predecir.

Quería reír, quería llorar, quiera divertirse, quería deprimirse.

El poder había sido su peor maldición.

-Nunca me importo quienes son el Monarca, el Gobernante, los dioses, los héroes... Jamás me importo nada.

Kazuma reposo su mano en su pecho, sintiendo su corazón humano latir.

-Eso es todo lo que quiero.

-...

De repente el Administrador se quedó callado.

-... ¡¡¡!!!

En una fracción de segundo el Administrador extendió sus alas angelicales de piedra, acercándose a Kazuma.

Solo pudo tener un segundo.

***

El Administrador estaba abrazando a Kazuma.

Esta acción dejó sin palabras a Kazuma, quien no se había esperado esto.

Pero el Administrador sólo sonrió, está ves tenía una sonrisa alegre.

-Entonces si eres el indicado.

-... ¿?

El Administrador se separó de Kazuma, mostrando su fragmento de luz brillante.

-Aquel que es vida vio algo más que sólo muerte y oscuridad en ti.

La luz del Administrador logró alejar la oscuridad de Kazuma por poco tiempo.

-Te apoyará en tu decisión, Kazuma Satou.

El Administrador ya no estaba viendo al Monarca, sino solamente a un humano llamado Kazuma Satou.

Había pasado tanto tiempo desde que el empezó a verlo, ahora estaba seguro.

'Tuve razón.'

El Administrador había estado vigilando a Kazuma desde el primer momento.

Aunque era capas de controlar el código del universo, este jamás fue capas de predecir o ver a Kazuma como era.

Solo podía esperar a que pasara.

Poco a poco me tomó interés, siendo algo nuevo para el autor del libro personal.

Había esperado que Kazuma fuera lo suficiente maduro y capas de soportar aquella carga mental.

Había pasado por enojo, tristeza y felicidad. Todo para que finalmente fuera capas de afrontar esta prueba.

El momento clave fue el pensamiento de recuperar su humanidad.

Esa fue la llave que inició este laberinto, del cual ahora Kazuma estaba viendo la salida.

-He pensando tanto sobre ti. Ahora puedo decirte finalmente esto...

El Administrador chasqueo sus dedos, causando que una enorme puerta se abriera detrás de ambos.

Kazuma vio la entrada de la puerta abrirse, solo viendo una luz muy brillante.

Eso provocó el grito de la Monarca.

(-¡¡Kazuma!! ¡¡Hagas lo que hagas no entres ahí!!)

Kazuma estaba curioso pero a la ves alerta, eso gracias a la repentina advertencia.

-¿Qué es esto?

-Mi regalo para ti. Lo único que se te puede dar, lo único que puedes aceptar.

-¿Qué hay ahí?

-Algo especifico para ti, para nadie más que tu. Una vez que entres puedes tomarlo e irte, no te detendré.

Kazuma empezó a caminar hacia la puerta de luz.

Ignoraba todos los gritos de la Monarca en su mente, por alguna razón se sentía cálido.

Esa luz lo estaba llamando.

'¿Qué es este sentimiento tan nostálgico?'

Kazuma sintió su pecho latir con fuerza, su corazón humano estaba palpitando igual que hace mucho no hacía.

Kazuma extendió su mano hacia la luz que salía de la puerta, viendo como esta los abrazaba.

Pero decidió alejarse un poco.

Kazuma se giro para ver al Administrador.

-No creo que... Algo así pueda existir.

Kazuma comenzó a dar varios pasos hacia atrás, su cuerpo le estaba obligando.

Pero el Administrador ya había visto detrás de toda esa acción.

El Administrado tocó la espalda de Kazuma con su palma.

-Se tu quien elija.

-... ¡¡¡¡!!!!

De repente una ráfaga horrible recorrió todo el cuerpo de Kazuma.

El Administrador había puesto en Kazuma el fragmento de luz brillante, aunque sólo por unos segundos.

Aunque este poco tiempo fue suficiente para lograr el cometido del Administrador.

De repente toda la oscuridad del cuerpo de Kazuma se separó de su ser, aunque sea por un momento.

Por un solo momento Kazuma pudo sentir como se quitaba un peso de encima.

Solo por ese momento, el volvió a ser un humano.

*Temblar*

Kazuma comenzó a temblar de la repentina emoción que era sentir su humanidad nuevamente.

Aunque lo había sentido todo ya, aún seguía sintiendo gusto al estar junto a su lado humano.

Los ojos de Kazuma perdieron todo brillo intenso, regresando a su tonalidad humana.

'Acaso... ¿Acaso yo...?'

Kazuma miró hacia delante lentamente, moviendo sus labios.

-"Perfil".

Kazuma llamó al "Sistema del Jugador" para ver sus estadísticas.

Pero nada paso.

Y cuando el miró esto, no pudo hacer nada mas que llorar.

Si había forma de volver a ser un humano, todo había válido la pena.

-Durará poco ya que te estoy forzando. Tu debes aceptar todo para que regrese el otro.

Kazuma giro hacia la puerta que desprendía aún mucha luz, acercándose nuevamente.

Ignoro todo a su alrededor, únicamente centrándose en la puerta.

Había sido tentado con un brillo que antes aborreció.

Primero entró su mano, siguiendo calidez y afecto en aquella luz que lo recorría.

Todo el dolor que causó la oscuridad empezó a ser sanado en solo segundos.

'Bien...'

Cuando Kazuma se decidió, finalmente dio un largo paso hacia delante.

Kazuma entró en la puerta de luz.

***

El lugar era extraño.

Kazuma no era capas de terminar de analizar su posición actual.

Llevaba caminando hacia delante un buen tiempo, viendo solamente luz.

Luego de caminar una hora entera, Kazuma logró ver algo mas que sólo luz.

Eran rastros de algo claro y trasparente, parecido a las nubes que sobrevolaban los cielos.

Kazuma más intento tocar, pero por alguna razón se resistió a hacerlo.

Sentía que no debía tocarlo.

'Este lugar es extraño. '

Kazuma quería pensar en algo malo, pero no podía conseguirlo.

Todo lo que sentía era calma y tranquilidad, estaba en su nirvana.

*Nirvana : Estado supremo de paz y felicidad.*

Todos los males que alguna ves infectaron su mente había sido eliminados durante ese poco segundo.

Sabía que no iba a ser eterno, así que decidió disfrutar.

Caminar sin preocuparse, esa era la vida que siempre quiso vivir.

Pero cuando se quiso relajar, logró notar algo por encima de él.

'¿Qué es...?'

De repente lo que parecía ser nubes se empezaron a mover, mostrando una gran entrada.

Kazuma se quedó asombrado por el colosal sitio que estaba mirando, era divino.

Cuando fijo su mirada, Kazuma logró ver varios seres alados volar.

Eran cientos de miles.

'Ángeles.'

Kazuma ya había conocido a un ángel antes, así que sabía cómo eran.

Pero ver a tantos solo le pudo responder la duda de su posición.

-El reino... Divino.

Kazuma ahora entendía bien donde estaba, era el hogar de los dioses y de los que están en paz.

Jamás pensó tener acceso a este hermoso reino en su vida.

'Pero... ¿Por qué..?'

Kazuma aún no sabía por qué estaba en este bello lugar.

Su mente empezó a pensar en cientos de miles de millones de opciones.

Pero cuando dio con una posible respuesta, algo se lo confirmó.

-... Kazuma.

-...

Kazuma no podía creerlo.

'No puede...'

Tenía miedo de girar y verse con una mentira o un engaño.

Pero algo dentro de su corazón le estaba dando el permiso de girar.

Sus nervios fueron superados por la emoción y la felicidad.

Kazuma giro para ver quien estaba ahí.

-... H-ha...

La mujer más hermosa de todo el universo, así la miraba Kazuma.

No había otra igual, no había forma de imitarla, no podían engañar su corazón.

El sabía que era ella.

-Hanna...