Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Mi Hija

El rey del planeta Tierra había vuelvo a su dominio luego de un período de tiempo

Después de tanto, Kazuma estaba volviendo a sentir nerviosismo.

Caminaba un largo pasillo en dirección recta, incluso pudiendo sentir una gota de sudor debido al nerviosismo, la cual caía por el costado de su rostro.

Makima estaba a su izquierda, y Yunyun a su derecha. Ambas caminando al lado de Kazuma.

Kazuma comenzó a imaginar cientos y incluso miles de millones de posibilidades en solo segundos.

-Tu nombre era Yunyun, ¿no?

-Eh... Ah, si, así es.

-¿Puedo preguntar que relación tienes con mi señor?

Makima miraba a Yunyun con un rostro sereno, claramente ocultando las verdaderas intensiones que sentía hacia ella.

Cuando Kazuma, su señor, llegó de manera repentina junto con aquella mujer, en Makima nació una sensación de celos.

Si ella no fue capaz de ver o estar con Kazuma durante mucho tiempo, ¿por qué ella si podía?

Estos celos se volvieron en un rencor silencioso.

-Yo...

-No es por ser grosera, pero a simple vista creo que te falta un poco de clase para estar con...

-Ya detente, Makima.

Kazuma miró de reojo a Makima, claramente para defender a Yunyun y así evitar una confrontación.

Makima abrió un poco sus ojos en sorpresa, aunque tuvo que aceptar los deseos de su señor.

Ella solo optó por quedarse callada el resto del camino.

Finalmente habían llegado a una habitación al final de toda la habitación, la cual estaba en el último piso de la asociación de Héroes.

Makima se paro al lado de la puerta y le dio la bienvenida a Kazuma, casi abriendo la puerta.

-¿Esta listo?

-Si.

-Bien, puede liberarse un poco si así lo desea. Está habitación fue hecha en específico para retener el poder de su hija.

-Ábrela.

-Cómo ordene.

Makima abrió la puerta, dejando ver una habitación de paredes blancas y con dibujos en todas ellas.

Habían cosas para niñas y entre demás juegos o objetos de entretenimiento, mostrando una habitación algo grande.

Pero lo que más resaltaba era una mujer de cabello rubio, ella era Alice, quien tenía en su regazo a una niña de apenas 5 años de edad.

Kazuma camino hacia delante, siendo la primera ves que el vio a su hija.

-Hola.

Alice miró a Kazuma, pues ella ya había sido avisada de su llegada.

-Hola, Kazuma. Ha pasado un tiempo desde que te vi.

-Si, así parece.

Un corto silencio tomó la habitación, para después llevar la atención de la niña en el regazo de Alice.

Kazuma se acercó a ella, aunque la niña se aferro un poco al pecho de su mamá.

Era normal, para ella Kazuma era un extraño que simplemente se acercó así sin más.

-...

Kazuma había intentando tocarla, pero decidió mejor no asustarla.

Su hija era bastante hermosa, eso era un hecho. Con su cabello tan negro como el azabache, pero una piel tan blanca y fina como la porcelana.

'Ella nació con "Longevidad".'

Claramente la sangre de Kazuma en su cuerpo mortal era por mucho perfecta o la más perfecta del universo.

Su hija había adquirido un gran regalo genético por esto, habiendo nacido prácticamente como una inmortal.

Al ver bien a su hija, el se dio cuenta de la abismal cantidad de poder mágico que tenía.

'Es como la de un rey... '

Una niña que apenas tenía 5 años y jamás había luchado en su vida ya tenía las reservas mágicas para ser un gran rey.

-Tu...

La niña había dicho una corta palabra, pero eso fue todo lo que bastó para que Kazuma entendiera.

Su hija había sentido a su padre frente a ella, lográndolo gracias al uso de la autoridad.

-¿Quién eres tú?

La niña no tenía conocimiento de su origen, pero sentía una gran comodidad con Kazuma.

Kazuma sólo se acercó a ella mientras se inclinaba en una rodilla frente a ella.

-Yo... soy tu padre.

-... ¡!

Los ojos de la niña saltaron al escuchar esa palabra, su corazón empezó a brincar de la misma forma.

-P-papá...

Finalmente había dado con el origen, dejando de su cuerpo se moviera a voluntad propia.

El afecto paterno era algo que la niña deseo con ansias una ves que dio con aquel origen.

La niña se lanzó hacia los brazos de Kazuma, empezando a abrazar a su padre.

-¡Papá, papá, papá!

Kazuma sentía la emoción y entre demás emociones que la niña estaba liberando, entiendo la razón detrás de esto.

Su miedo se fue cuando se dio cuenta que su hija también lo quería conocer.

-Si tengo... ¡yo si tengo un papá!

Ahora Kazuma empezó a ser abrazado por su hija con mucho amor y afecto.

-O-oh...

Kazuma comenzó a sentir nuevamente un ligero rastro de sentimiento, nacido de la interacción y la felicidad de aquella infante.

Ese era el amor fraternal.

'Ahora soy un padre...'

Kazuma vio los ojos de su hija, viendo parte de su propio pasado reflejado en ellos.

Era como si la mera existencia de su hija finalmente le diera un poco de paz.

'Tienen los mismos ojos.'

Kazuma vio en su hija a Hanna por unos segundos, era una ilusión en la cual ella le deseaba lo mejor.

Era como si ella le dijera : Tu puedes ser feliz sin depender de nadie más que de ti mismo.

Kazuma se dio cuenta en aquella felicidad que no era necesario existir por alguien más, pero si lo era vivir con alguien más.

Con aquel sentimiento de paz y fraternidad recuperado, Kazuma no quiso soltar el abrazo con su hija.

-Y yo... si tengo una hija.

Kazuma abrazo a su hija con cariño y afecto, aquel que solo un padre era capas de dar.

Así siguió por un rato.




***




Kazuma tenía a su hija dormida en su regazo, mientras que el estaba sentando en un sofá de aquella habitación.

Ahora con todo calmado, Kazuma quería ponerse al corriente de lo sucedido.

-Iron.

De repente desde la sombra de la niña emergió el guardián de la misma, siendo este el anterior escudo de la Legión de Sombras, Iron.

Este se arrodillo cuando vio a su rey luego de un tiempo, estando feliz por ello.

-Mi rey...

-Has hecho un gran trabajo, Iron. Sabía que sólo tú podrías hacer esto.

-M-mi rey...

Iron comenzó a llorar de forma cómica por las palabras de Kazuma, el estaba bastante sentimental.

-Si quieres ve y saluda a tus amigos un rato.

-¡¡Muchísimas gracias mi rey!!

Iron volvió dentro de la sombra de Kazuma por un rato, para así ver a sus camaradas en la dimensión de sombra.

Con todo eso hecho, Kazuma ahora miro a Alice.

Yunyun estaba sentada junto a Alice, mientras que Makima estaba parada en la puerta.

Kazuma ya estaba listo para ponerse al corriente.

-Alice, ¿por qué están viviendo aquí?

-Pues...

Inició con un tema serio, pues el recordaba que Alice vivía en su mansión en el distraído de Roppongi.

-Digamos que era más tranquilo vivir aquí que ahí.

-¿Qué los héroes no se atrevieron a hacer guardia para cuidarlas?

De repente Kazuma empezó a liberar un poco de sed de sangre, aunque Alice intentó calmarlo.

-¡No, no, no! ¡No es eso! Es solo que... era bastante incómodo el tema de... ya sabes...

-¿Las miradas?

-Si.

Kazuma se tranquilizo, aquella razón era bastante comprensible poniéndose en el lugar de Alice.

Pero Yunyun no entendía nada, dejando escapar su duda en una pregunta.

-¿Acaso a Kazuma no lo quieren en este mundo?

-Bueno, no creo que a muchos les agrade una persona que conquistó todo el planeta.

-Oh, entonces... ¿¡Conquistar todo el planeta!?

Yunyun se levanto alertada cuando escucho esto, viendo a Kazuma.

Kazuma solo asintió con la cabeza sin problema ni pesadez.

-¡Tu! ¿¡En qué estabas pensando al hacer eso!?

Yunyun comenzó a sentir nuevamente algo de cólera, empezando a jalonear a Kazuma de un lado a otro.

-Ellos empezaron.

-¡Aún así! ¡Aún así!

-No mate a tantos, apenas un par de... millones tal vez.

-¡¡¡Millones!!!

Yunyun se dejó caer en el sofá mientras tenía su mirada en blanco, claramente aquella cifra la dejó en shock.

Aunque después de unos segundos se logro calmar un poco.

-Necesito aire... solo quiero... quiero aire.

Yunyun se levanto para intentar salir por la ventana, aunque una idea de Alice la detuvo.

-Oh, tal ves puedan dar un paseo por ahí. ¿Qué te parece, Kazuma?

-¿Hmm?

Yunyun volteo a ver la interacción de Kazuma y Alice.

-¿Segura?

-Nunca has salido con ella, se que posiblemente sólo estés por hoy aquí, así que sería lindo que pases un rato con ella.

-Bien, eso haré. También era algo que quería hacer, pero antes de eso...

Kazuma acarició el cabello de su hija, finalmente queriendo limpiar una curiosidad.

-¿Cómo se llamaba?

-¡¡Eso se pregunta al inicio!!

Yunyun grito nuevamente con un poco de cólera por el poco tacto que tenía Kazuma.

-Quería encontrar el momento.

-¿¡Cuando es momento de saber cómo se llama tu hija!? ¡¡Tu hija!!

-Tampoco te altere tanto.

-¿¡Que no me altere!? ¡Perdón señor me entere que tenía hija y nunca la vi!

-Yunyun, tu... has agarrado mucha confianza, ¿no?

-¡¡No eres quien para hablar!!

Mientras que Kazuma y Yunyun seguían discutiendo, Alice solo rio un poco por ver aquello.

Esto llamó la atención de ambos.

-Perdón, es que... esta vista me trae nostalgia.

-...

Kazuma entendió a que se refería Alice, dejando escapar una pequeña mirada triste por ello.

Pero Alice decidió mejor cambiar de tema, respondiendo la pregunta de Kazuma.

-Bien, su nombre es...




***




Kazuma paseaba junto con Yunyun y su hija por las calles de París.

Quiso llevarlas a conocerse aquella ciudad, la cual también era una de las pocas que no visitó en su tiempo en la Tierra.

La ciudad del amor, un gran lugar turístico y con variedades de puntos para poder disfrutar.

Pero algo que llamó completamente la atención de Yunyun fue la vestimenta de la gente, empezando a mirar sin parar.

Kazuma río un poco por esto, así que habían pasado a comprar ropa más moderna para los 3 mientras paseaban.

Yunyun estaba feliz, aún más la hija de Kazuma, quien no paraba de llevar a su padre para todos lados.

Era claramente la emoción de un infante el cual paseaba y disfrutada un buen rato con su padre.

Luego de ver y pasear por casi todo el día, finalmente se pasaron a descansar en la cima de la torre Eiffel.

Los 3 ahora estaban comiendo un helado, mientras que el sol empezaba a perderse en el horizonte.

-Oye, Kazuma...

-¿Si?

-¿Esta bien que estemos aquí?

-Si, solo hice una llamada.

-¿Qué es una llamada?

-Luego te digo.

Un gran privilegio de ser practicante dueño de toda la tierra, era el mismo hecho de ser dueño de todo en un planeta.

Yunyun no estaba contenta con la respuesta, pero la dejó pasar por que tenía una duda aún mayor.

-Siendo mana recorriendo constantemente tu piel, ¿Qué pasa?

-Oh, es que active una magia de ilusión. No es bueno que la gente vea al gobernante supremo caminar por ahí.

-¿Por qué?

-Luego te digo.

Kazuma miró a su hija, quien comía su helado en su regazo, haciendo a entender que habían temas que no se debían hablar frente a la niña.

La niña casi estaba terminando su helado, pero su mente inocente también quiso preguntar algo.

-Papá...

La niña giro para ver a su padre, teniendo una mirada algo triste.

-¿Por qué tu no vives conmigo y con mamá?

-...

Kazuma sabía que llegaría el momento de hablar sobre eso, pero no esperaba que fuera tan pronto.

La audacia de su hija era evidentemente alta, claramente esa hija suya.

-Yo soy una persona que no puede estar mucho tiempo en un lugar, porque... pasan cosas que no deben pasar.

Kazuma acarició el cabello de su hija para buscar aliviarla.

-Pero que eso no te engañe, yo te amo, también quiero mucho a tu madre. Por ustedes dos yo haría lo que fuera.

-Entonces... ¡entonces quiero vivir con papá!

Yunyun puso una mirada triste al ver esa escena, pues le recordó a su propio pasado.

Pues su madre era alguien a quien ella no pudo ver durante mucho tiempo, hasta que llegó el momento que jamás pudo volver a hacerlo.

Entendía el dolor de la niña.

-No puedo hacerlo, al menos no por ahora.

-¡Pero...! ¡Pero los niños viven con sus padres! ¡Con su familia! Solo tengo a mamá y la quiero, pero... pero yo...

La pequeña empezó a soltar algunas lágrimas de impotencia, sin saber lo que eso estaba desencadenando.

Sus emociones tomaron poder sobre ella, dejando liberar su mana junto con su autoridad.

De repente el cielo empezó a nublarse con una cortina densa y oscura de neblina.

Kazuma acercó su mano a la cabeza de su hija nuevamente, usando su propia autoridad para repeler la expuesta.

-Te prometo que cuando todo termine, todos viviremos juntos.

-Lo...

La niña bajó la mirada durante unos segundos, para luego ver a su padre directamente a los ojos.

Una mirada de esperanza pura nació por esta acción.

-¿Lo prometes?

Kazuma cerró sus ojos durante unos segundos, al mismo tiempo que Yunyun tomó su mano.

Luego de un rato, Kazuma le devolvió la esperanza a su hija con unos ojos sinceros.

-Te lo prometo, Yumi. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro