Mi digno poder
Heracles estaba furioso.
Concentro toda esa furia en el agarre de su espada larga, golpeando con mucha fuerza a Mitsurugi.
El impacto mando a Mitsurugi varios metros hacia atrás, pero sin lograr hacerlo caer.
¡PLAM!*
Mitsurugi estaba lleno de heridas de pies a cabeza.
La sangre estaba saliendo en la misma cantidad que su sudor, todo su cuerpo gritaba la palabra : dolor.
Pero Mitsurugi aún no podía ir en serio.
'Aún no...'
Mitsurugi miró hacia atrás, viendo cómo varias personas desmayadas o con heridas seguían en el lugar.
El no podía usar toda su fuerza si eso significaría dañar o incluso matar a esas personas.
Esa era la razón por la que solo podía intentar contrarrestar los ataques de 3 seres que eran equiparables o incluso superables a los reyes.
-Yo aún... no... me he dado por vencido.
Mitsurugi levantó su espada en contra de Heracles, quien apretó sus dientes con furia.
El tampoco estaba del todo bien, pues también estaba bañado de heridas.
-¡Mierda! ¡Solo es un maldito héroe de cuento para niñas!
Yuu también estaba bastante furioso, pues todo su cuerpo estaba lleno de golpes y cortes.
Incluso con su nueva regeneración activa constantemente, los ataques de Mitsurugi eran difíciles de sanar.
Kaneki estaba regenerado una pierna por detrás, siendo el único que recibía daños verdaderamente letales de Mitsurugi.
Esto ya que el sabía que Kaneki se podría regenerar.
Pero esto también fue la razón de la furia del trío de la brigada.
'¡A pesar de estar en esta situación! ¡Ese bastado!'
Estaban furiosos por que Mitsurugi se estaba conteniendo, no sólo por no lastimar a los demás, sino también por ellos.
Jamás pudieron sentir alguna intención asesina de Mitsurugi hacia ellos.
Eso los llenaba de frustración y de odio hacia Mitsurugi.
-Los lazos...
Yuu comenzó a recordar su pasado, odiando a Mitsurugi por hacerlo recordar.
Una horrible escena en la cual un baño de sangre acababa con gente igual a él se visualizo en su mente.
Yuu estaba eufórico de la ira.
-¡¡Son algo que se rompen tan fácilmente!!
-... ¡¡!!
Yuu lanzó una gran lanza de sal hacia los civiles desmayados, amenazando con matarlos.
Pero el cerebro de Mitsurugi logró reaccionar a tiempo, aunque su cuerpo le gritaba lo contrario.
La lanza fue parada por el cuerpo de Mitsurugi, no por que no pudiera pararla.
¡PLUSH!*
Sino por que si lo hubiera hecho, la sal se hubiera esparcido por todo el alrededor.
Mitsurugi ya había deducido la forma de luchar de Yuu, pensando en varias oportunidades en su contra.
La inteligencia de batalla de Mitsurugi había sido mejorada sin que el se diera cuenta, siendo un sabio en ese ámbito.
-... Ar-argh.
Mitsurugi estuvo a punto de caer, apoyándose en una rodilla mientras recibía todo el dolor.
Vio sus manos llenas de su propia sangre, sonriendo por ello.
No había muerto nadie.
Esa sonrisa fue lo que explotó la paciencia que le quedaba a Kaneki.
-¿Por qué...?
Su ojo izquierdo brillo en un tono carmesí de manera intensa.
-¿¡Por qué no te das por vencido!? ¿¡Por qué no has caído!? ¿¡Por qué te estás levantando!?
Una docena de tentáculos de carne emergentes aparecieron desde la espalda baja de Kaneki.
Kaneki ya recuperado se dirigió hacia Mitsurugi dispuesto a darlo todo.
Mitsurugi también se empezó a levantar.
-La verdadera pregunta es... cuando yo los haga caer...
El corazón de Mitsurugi latió con determinación.
Su espada brillo con el poder de la justicia.
Mitsurugi se dirigió hacia Kaneki mientras abalanzaba un corte horizontal.
-¿¡Ustedes se levantarán!?
En un segundo casi todos los tentáculos de carne fueron cortados por la espada de Mitsurugi.
Nadie vaciló.
Heracles y Yuu se unieron a la batalla, dando todo de si, usando algo más allá de lo que sus cuerpo les permitía.
Pero Mitsurugi era el único que recibía ataques verdaderamente mortales.
Sin embargo Mitsurugi no se preocupaba por esto, priorizando las vidas de los demás antes de la propia.
Ese era un idealismo bastante difícil de llevar.
Varios pensarían : Si yo estuviera en su lugar entones solo daría todo de mi, hacer eso es estúpido.
Pero estúpido era pensar así.
Obviamente hacer eso era la respuesta más fácil, más no la correcta.
Hacer lo correcto jamás es fácil, pues si fuera así, todos lo harían.
Tomar la decisión más difícil venía de la mano con el perdón hacia el peor ser.
El no descender a ese abismo del cual una ves dentro, jamás vas a salir.
Mitsurugi se había hecho esa promesa, sin importar cuando te costará, cuando perdiera.
El haría lo correcto.
***
La espada de Yuu se volvió una con la sal que se desprendía de su ser.
Mitsurugi la recibió con su espada Gram, causando un fuerte choque de ambos poderes.
Pero Mitsurugi tuvo más poder en ese intercambio.
Sin embargo Kaneki y Heracles aparecieron detrás de él, atacándolo por su espalda.
Varios cortes aparecieron en la espalda de Mitsurugi, siendo los de Heracles los más profundos.
¡Fush!*
-¡Maldito hombre héroe!
Mitsurugi se lanzó hacia Heracles, sujetándolo con fuerza.
Heracles agarro el brazo de Mitsurugi para destruirlo y liberarse.
-... ¿¡!?
Pero vio como no había pasado nada incluso luego de usar toda su fuerza.
'¿¡Que!?'
Mitsurugi le propinó un cabezazo a Heracles con tanta fuerza que le sacudió todo el cerebro.
¡Pam!*
Durante el tiempo en el que su cerebro estaba divagando, Heracles se pudo dar cuenta de eso.
Mitsurugi ya no era ni la sombra de aquel chico al que enfrentó hace un año.
El camino tan difícil que había tomado le habían dado los mejores frutos.
-... ¡¡¡¡!!!!
Cuando vio los ojos llenos de una flama guerrera en Mitsurugi, Heracles tembló.
Sintió miedo por primera ves en mucho tiempo, culpa de sus instintos.
-¡¡Muere!!
Yuu apareció por arriba de Mitsurugi, lanzando un centenar de lanzas de sal.
Kaneki tomó distancia para no recibir daño junto con Heracles.
-¡¡Yo no moriré!!
Mitsurugi comenzó a batear cada una de las lanzas de sal para así destruirlas.
-¡¡Por qué soy un héroe!!
Mitsurugi cargo energía en Gram para liberarla en una onda que acabó con todas las lanzas.
¡Wush!*
-¡¡Los héroes no morimos, nosotros...!!
Mitsurugi dio un gran salto hasta estar por encima de Yuu.
Yuu levantó su mirada para ver cómo la espada de Mitsurugi parecía resplandecer con él mismo sol.
Era el castigo por sus pecados.
-¡¡NOSOTROS NOS CONVERTIMOS EN LEYENDAS!!
La espada de Mitsurugi cayó en el pecho de Yuu, aunque sin causarle daño.
Pero Yuu no se salvo, pues el daño físico no fue el objetivo de Mitsurugi.
-¡¡¡HYAKKKKKKKK!!!
Yuu grito en conjunto al dolor agonizante que comenzó a sentir.
Ese era el castigo, estaba recibiendo el daño que le había causado a todos los demás.
Ese era el tan temible poder de Gram, arma de diosa y valquiria.
Yuu comenzó a caer con fuerza hasta el suelo, generando una fuerte explosión de tierra y polvo.
¡¡POOM!!
Pero ahí fue cuando sucedió.
***
-Hmm.
Mitsurugi bajo al suelo únicamente para quedar paralizado.
Lo pudo ver con toda la claridad una ves que el polvo se disperso.
Un ser alado con cuernos de demonio, ese era su temor.
El era Valac.
-Fue buena idea venir.
-... ¡!
Mitsurugi solo podía sostener su espada en contra de Valac.
Todas sus heridas dejaron de dolerle, sintiendo únicamente la presencia de Valac.
Sabía que no podía ganarle.
Ese era el muro al cual jamás podría superar.
Si Kazuma era un muro que tocaba el cielo, cosa que aún no alcanza por completo.
Entonces Valac era la finalidad de la torre de Babel, aquella que toca al mismo Dios.
-Veo que has obtenido el "Corazón del Héroe" por completo, he incluso portas el verdadero ser de un dios en tu espada.
Valac sonrió.
-Nada mal para un humano que apenas ha vivido algo menos de 2 décadas.
Valac dejó caer a Yuu al suelo ya desmayado, ya no era su prioridad.
Cuando Valac sintió el poder de la justicia siendo portado en contra de Yuu, vino de inmediato.
El resultado le encantó.
-Es hora de mostrarte la gran barrera que no podrás superar, sin importar... que tan grande sea tu esfuerzo.
Valac desapareció en un segundo ante la vista de Mitsurugi.
-... ¡!
Pero Mitsurugi lo logró ver de nuevo, esta ves usando su mano para atravesar su pecho.
-Ha pasado un tiempo desde que toque este corazón.
-...
Mitsurugi terminó de reaccionar por completo.
-... ¡Puahj!
Una gran cantidad de sangre salió como si fuera un vómito.
Valac estaba sosteniendo a Mitsurugi para que este no cayera, no aún.
-Tuve razón en dejarte vivir, gracias por dejarme sentir este sentimiento nuevamente.
Valac empezó a sacar su mano lentamente hasta que finalmente salió por completo.
-Ya no me eres de interés.
Una ves que Valac soltó a Mitsurugi, este terminó por caer al suelo.
Valac lo ignoro y camino hacia Kaneki.
-¿Hmm?
Pero pudo sentir como Mitsurugi seguía aferrándose a la vida, igual que un insecto según el.
-A-aún... n-no... a-aun no...
Mitsurugi intentó arrastrarse para tomar su espada.
-M-me he rendí...
Pero Valac le piso la mano sin lograr tomar su espada.
-Los héroes de verdad no existen. No siempre gana el bien y la luz, no pienses en resucitar, te irá peor.
Con un solo pisotón la mano de Mitsurugi explotó por completo.
¡Plush!*
La mente de Mitsurugi comenzó a verse borrosa.
'Aún no... yo aún puedo... aún... '
De repente su entorno se oscureció.
***
Mitsurugi sentía una sensación nostálgica.
'Esto es... '
Hacia mucho que no la vivía, pero si recordaba, no podía olvidarla.
'La muerte...'
El sentimiento de muerte fue algo que aprendió a conllevar, más nunca superar.
Sentía como todo su cuerpo se perdía en el abismo de la muerte.
Por alguna razón pensó en Kazuma.
'Yo... ya no puedo hacer nada.'
Mitsurugi solo era un fragmento de su alma, apenas manteniendo su forma física.
Su forma astral se arrodilló ya cerca de aceptar su rendición.
'Soy un inútil.'
Jamás pudo demostrar su verdadera valía.
Eso le dio una gran frustración.
Si aún tuviera un cuerpo, entonces Mitsurugi se pondría a llorar.
Era un ser sencillo y sensible, culpa de conocer el valor de la vida.
Lo conoció tan bien que jamás pudo pensar en arrebatar una nuevamente.
Ese fue el error que causó su derrota.
Tal ves si hubiera matado a alguien, este hubiera podido ser más fuerte.
'Tal ves si yo... hubiera sido más como... Kazuma...'
La imagen asesina de Kazuma apareció, imaginándose a sí mismo de esa forma.
Se imagino matando sin piedad.
La oscuridad del abismo comenzó a rodear a Mitsurugi junto a esos pensamientos.
Poco a poco se fue perdiendo en el abismo, listo para aceptarlo.
Las sombras lo iban a consumir.
'No... '
Pero no pudieron llegar al núcleo de su ser.
'Ese es el camino fácil.'
Mitsurugi se maldijo por pensar en la muerte como si no fuera nada.
La muerte significaba el final de la vida, y el juro mantenerla todas.
Incluso la suya.
'Yo... yo jamás caeré en este abismo.'
El abismo que había intentando entrar en Mitsurugi no pudo avanzar.
Una luz tan intensa empezó a alejarlo, nacida de Mitsurugi.
'Yo no soy un tipo malo haciendo cosas buenas...'
El brillo de Mitsurugi irradio toda su alma.
'Soy una persona normal intentando hacer algo mejor.'
La luz brillo a tal punto que el abismo se empezó a alejar tanto...
Que el abismo se eliminó por completo.
Y sólo cuando todo el abismo desapareció, una voz se escucho.
-Sabía que tenía razón contigo, Kyoya Mitsurugi.
Mitsurugi levantó su mirada para ver al dueño de la luz.
Solo pudo ver un resplandor que parecía ser rodeado de un centenar de alas doradas.
-Ahora... ¿Qué te parece si le das una lección a ese creído?
La luz del interior de Mitsurugi se visualizo delante de él.
Y cuando él sintió esa calidez, no dudo ni un segundo.
Mitsurugi tomó la luz.
***
Valac se estaba alejando.
Ya no había nada que hiciera ahí, permitiendo a sus soldados exterminar con los demás civiles.
No les importaba.
-¿Huh?
Valac se miró las manos por un segundo.
Estas habían temblado por un solo instante.
'¿Qué está...?'
Algo empezó a incomodar a Valac, tanto que incluso detuvo todo pensamiento.
Una sola imagen apareció en su mente.
-...
Valac lo recordó, abriendo sus ojos de par en par.
-... ¡¡¡¡¡!!!!!
Un asco iracundo nació, junto a ello la comisión vecina.
'¡¡Acaso...!!'
Las respuestas se respondieron en segundo.
De repente un pilar resplandeciente apareció concentrando la tierra y el cielo.
¡¡¡FUSHH!!!*
*¡Iluminar!*
*¡Sacudir!*
La tierra tembló de una manera especial, pues esta no era una sacudida salvaje.
Era una gentil sacudida, como la de una madre despertando a su hijo.
En el centro de todo ese pilar de luz apareció un ser.
Era Mitsurugi.
Valac no podía creer la forma en la que este se veía ahora.
-Bastardo...
Esa luz no podía se desprendida por otro ser que no fuera su ser más odiado.
Los ojos de Mitsurugi parecían dos lámparas irradiantes.
-¡¡Maldito bastardo!!
Ahora Mitsurugi estaba cubierto por una armadura brillante y reluciente.
Una autoridad demandante y superior tomó la tierra y el cielo.
Valac estaba furioso.
-¡¡MALDITO "GOBERNANTE DE LA LUZ"!!
Una ves que Valac nombró a ese ser, todo tuvo sentido.
Mitsurugi había logrado ser digno de portal el poder más grande, del ser más grande.
...
El también lo sabía, aunque no entendía lo que sabía.
Pero se resumía en que....
Mitsurugi era un fragmento de luz brillante.
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