Ante el salir del sol con el amanecer, el último día de Mitsurugi en la aldea había llegado a su fin.

Los aldeanos se reunieron en la salida del muro, entregándole varios suministros para su viaje.

Aunque Mitsurugi vio algo preocupado la acción, sin saber si sería lo correcto.

-No hace falta que me den tanto.

-Pará nada, joven Mitsurugi. Usted lo necesita más para su viaje, aun no tienes un destino fijo.

-Si…

Mitsurugi tocó levemente la daga de Freya en su cinturón, no tenía idea hacia a dónde ir.

Lo único que sabía era que la daga lo dirigía hacia el norte, pero no hacía algún punto exacto.

-Pero ya encontraré el modo de llegar al lugar que busco.

-No dudo que lo harás, te deseo suerte en tu viaje.

-Si, cuiden a Kato.

Mitsurugi se inclino para llamar a su inesperada mascota, siendo el tigre blanco que había sometido hace días.

Luego de ser sometido por Mitsurugi, la bestia felina había pasado a un estado sumiso y obediente.

-Nos será bastante útil para la caza, y a los niños les gusta.

El tigre blanco se dejó acariciar por algunos niños, incluso dejando que uno se subiera a su lomo.

Mitsurugi vio esto con una sonrisa amigable, para luego subirse encima de su corcel blanco.

Levantó la mano para despedirse de la aldea.

-¡Nos vemos!

Y su corta estadía en aquella aldea llegó a su final, pero el no era consiente de algo. Eso era de la gran ayuda que le había ofrecido a aquella aldea en medio de la nada.

Jonathan vio como Mitsurugi se iba en su corcel, deseando lo mejor para su viaje.

‘Espero que logres encontrar el significado… De ser un héroe.’

***

Las cordilleras de Brydle eran hermosas, desbordando una majestuosa vegetación.

Mitsurugi sintió como el mana natural se hacía cada ves más fuerte, entendiendo por qué la nación de los elfos estaba más cercana a Brydle.

Las bestias mágicas de la zona ya no eran tan agresivas, incluso ignorando el paso humano por la zona.

‘Si que son buenos domesticando’

Una cosa por la que este país era famosos, era por su gran experiencia domesticando bestias mágicas.

Entre ellas estaba su mayor logro, los dragones y wyvern, los cuales incluso eran patrimonio nacional.

La flora y fauna de Brydle eran pacíficas, casi no podía creer que una persona como Dust hubiera crecido en estas tierras.

-Este lugar es lindo, ¿no lo crees?

Mitsurugi le dio unos toques a su corcel, el cual relincho en respuesta.

Hiiiii

-Veo que también piensas lo mismo.

Aprovechando la calma del lugar, Mitsurugi se puso a pensar en todo su avance del mes.

Había logrado llegar al límite de fuerza humana, se podría decir que estaba en el estado más perfecto para su cuerpo.

Su mente y sentidos también habían superado el rasgo humano, siendo tan refinado como la de un animal.

La espada sagrada que tenía también había sido llevada hasta el máximo, al igual que todas las habilidades que sabía.

‘Pero un así…’

El tuvo una mirada algo frustrada, viendo la palma de su mano con concentración y un ligero sentimiento de fracaso.

Esto tenía una razón, y esa era el no poder replicar el poder que había utilizado en contra de Valac en la primera batalla de la guerra.

Aquel poder recorrió todo su cuerpo y alma de forma calidad, llenando su espíritu y corazón de determinación.

El recordó el sentimiento, uno el cual lo volvía ligero y pesado a la ves.

A palabras de Aqua, el había logrado despertar el “Corazón de Héroe”, algo bastante inusual sin decir imposible.

-Un poder tan grande en las manos de este idiota.

Esa era la fuerza que tenían los héroes para superar cualquier adversidad, un poder el cual ahora el casi ansiaba de forma egoísta.

Aunque la razón de ello era su estancamiento, el cual no le permitía ir a mas de su genoma humano.

Incluso envidio a Kazuma, ya que el podía crecer sin límite alguno.

-Roto… No hay otra palabra… ¡Roto!

Mitsurugi alzó su puño con algo de ira, recordando con un poco de veneno a Kazuma.

-¡Maldito roto! ¿¡Como pude considerarme siquiera un rival!? ¡¡Anda a destruir una montaña!! ¡¡ROTO!!

El corcel incluso se detuvo unos segundos para mirar a su amo, pues ya no era sorpresa la considerable inteligencia de los animales en este mundo.

Mitsurugi ya se había acostumbrado, viendo como el caballo blanco casi parecía pensar como un humano de ves en cuando.

-Fuu~.

Luego de desquitar su frustración, Mitsurugi sólo suspiro cansado.

‘No queda de otra más que seguir adelante.’

Se resignó a continuar su camino, cabalgando a una considerable velocidad a través del prado.

Aunque por su falta de presencia, Mitsurugi no se dio cuenta de un detalle bastante importante.

Y eso era de la silueta que lo miraba a la distancia.

***

Cerca de los altos montes, en los cuales habitaban normalmente los dragones.

Mitsurugi estaba avanzando a pie desde la base del monte, ayudando a su caballo a subir por el difícil camino.

Todo a su alrededor estaba lleno de grandes árboles, aunque estos tenían un color algo peculiar.

-Me recuerdan a los árboles de Sakura.

Las hojas de algunos árboles eran rojizas, aunque no tanto como para ser iguales a los de Sakura.

Pero el tuvo que admitir que aquel bosque tenía un aire japonés, como si estuviera en su hogar.

Aunque dedujo que este sería el continente Asiático del mundo, siendo Belzerg el Europeo de este mundo.

Era fácil de deducir por la realeza de cada país, ya que Dust no parecía tan diferente a él. Eso sin contar por el cabello, ya que sus ojos tenían ese rasgo.

-Aún así, es bueno estar en un lugar parecido a mi casa.

Mitsurugi recordó con nostalgia su hogar, preguntándose que sería de él ahora.

*Autor : Huy, mejor que ni te enteres.*

Pero mientras el divagaba en sus pensamientos, algo lo alertó de forma repentina.

-… ¡!

Sujeto la empuñadura de su espada en un santiamén, mirando con atención hacia las copas de los árboles.

‘Hay alguien arriba.’

El había sentido una silueta moverse a gran velocidad a través de las copas de los árboles.

Lo estaba dejando pasar como un monstruo, pero el tiempo que llevaba pasando ya no era una casualidad.

Finalmente se puso en guardia cuando sintió que se lanzaba directamente hacia el.

-¿¡Quién está arriba!?

Mitsurugi comenzó a reunir mana en la hoja de su espada, sin quitar la vista de las copas ni por un segundo.

La cautela de aquella entidad era bastante, incluso sin usar algún hechizo o habilidad de sigilo.

-¡SI no hablas, voy a atacar!

Mitsurugi flexiono sus músculos, listo para lanzarse por encima de los árboles de un salto.

-Vaya, si que eres desesperado.

-… ¡!

Mitsurugi escucho la voz justo detrás suyo, dando un tajo hacia esa dirección.

-Cuidado.

Pero el tajo de su espada fue desviando por un bastón largo, provocando que la energía se desviada cortando varios árboles.

¡FUSH!

‘¿Cómo pudo desviar un arma sagrada con tanta facilidad?’

Mitsurugi se centro en su nuevo posible enemigo, el cual estaba cubierto de una gran túnica y la sombra de los árboles.

Apenas se había logrado ver su figura, siendo una persona bastante robusta o con algo de sobre peso.

-Hey, ten más cuidado con los árboles. Aún no dan su fruta.

-…

Mitsurugi se paro con la guardia alta, esperando cualquier ataque de la silueta.

-¿Quién eres?

-¿Yo?

-…

-Bueno, eso es algo difícil… Creo que primero te golpeare un poco.

-Pésima elección de palabras.

Los músculos de Mitsurugi se contorsionaron, siendo mejorados por la habilidad “Potenciar” con el mana.

Mitsurugi se lanzó con gran fuerza en contra de la silueta, la cual sólo esquivo su ataque ladeando su cuerpo.

-Piensas mucho tu ataque.

-¡Pará poder dar el segundo!

Mitsurugi hizo un juego de mano con su espada, dirigiendo su filo directamente hacia el cuello de la silueta.

Pero el bastón nuevamente desvío el tajo, esta ves moviéndose de tal forma que mandó a volar la espada.

-… ¿¡!?

-Confías demasiado en tu fuerza.

Mitsurugi quedó asombrado por unos segundos, pues una espada bendita sagrada y llena de poder, había sido alejada de sus manos con sólo un juego de fuerza.

Su oponente no había ejército mucha fuerza como para dar marcha atrás a su cuerpo, sólo había sido técnica.

‘Pero yo no me fio solo de mi espada.’

Mitsurugi apretó sus puños con fuerza, usando “Reforzar” en sus nudillos para aumentar el poder de sus golpes.

Con un limpio juego de pies, el se lanzó hacia la figura dando varios golpes típicos del box o las el muai tai.

¡Gosh!

¡Fush!

¡Roash!

Pero todos sus golpes fueron evadidos, impactando únicamente en los árboles, partiéndolos de un solo ataque.

-Hombre. Que te he dicho lo de los arboles.

La silueta sujeto su bastón, poniéndola entre el suelo y el rostro de Mitsurugi.

-… ¡!

Mitsurugi dio un paso hacia atrás para evitar cualquier ataque, pero el hombre se lanzó hacia delante para impactar un golpe preciso por debajo de su nariz.

¡Bam!

‘Q-que…’

Aquel golpe había impactando entre sus fosas nasales, causando una reacción en cadena que le sacudió el cerebro. Eso provocó un mareo instantáneo por respuesta de su cerebro al chocar con su cráneo.

Mitsurugi quiso tomar posición nuevamente, pero se detuvo cuando vio el bastón justo en su cuello.

-¿Ya te cansaste?

-…

-Bien, mejor ahora. Podemos hablar en calma.

El hombre sujeto su bastón nuevamente, posándolo a través de la luz entre los árboles.

Esa acción dejó ver la forma del bastón, cosa que llamó la atención de Mitsurugi. Ya que el bastón tenía una forma similar a un tallo largo de bambú.

‘¿Bambú?’

Ahora con calma y curiosidad, miró detenidamente a aquella silueta robusta.

Cuando el hombre se posó en una gran luz, finalmente dejó ver su rostro. Aunque a Mitsurugi casi se le salen los ojos al verlo bien.

-¿¡Un panda!?

Pues el rostro del hombre era bastante similar al de un panda, siendo idéntico. Vistiendo un traje de maestro bastante normal en China.

-Un panda, eres el tercero que me ha llamado así.

-¿Y c-como te llamas…?

-Mi nombre es Puoo.

-¿Poo?

-No, Poo no, es Puoo.

-¿Poou?

-Que no, que es Puoo.

-Puoo… ¿¡Por qué un panda tiene nombre!?

-Sígueme niño.

Puoo empezó a caminar hacia la copa de la montaña, siendo seguido por un curioso Mitsurugi.

-¡Hey, espera!

Por detrás de Mitsurugi, lo venía siguiendo su caballo. El cual relincho desganado por tener que abandonar su corto descanso.

***

Una ves en la cima, Mitsurugi quedó asombrado por ver una casa de estilo chino.

Esta tenía un gran patio que cubría casi toda la cima del monte, decorado de una gran cantidad de flores bien cuidadas alrededor.

Parecía un santuario shaoli chino, reconocido por Mitsurugi gracias a algunas revistas de artes marciales.

Siguió a Puoo hasta una roca cerca del acantilado, donde el hombre panda se sentó a mirar el paisaje.

-¿Entonces eres un demi-humano?

-Si, esa sería la mejor forma de describir a mi raza.

-¿Hay más como tu?

-Lo dudo, si vieras uno vivo seria una gran hazaña. Y ya lograste ver a uno.

-… ¿?

-Escucha.

Puoo se dio la vuelta para mirar a Mitsurugi, quien se sentó por instinto de forma tradicional.

-Hace muchos años mi aldea fue devastada por unos mercenarios que querían el fruto de mi pueblo. Algo que nos dio el respeto de toda la nación de Brydle.

-… ¿Fruto? ¿Uno que daría algo como vida eterna?

-No… Es algo metafórico, me refiero a algo como…

Puoo reposo su mano en una roca, la cual en unos segundos quedó hecha añicos.

¡¡Cruash!!

Mitsurugi quedó impresionado, pues no vio alguna señal del uso de fuerza en Puoo.

-Mi pueblo creo las artes marciales hace milenios, estas se hicieron populares como trabajos en otras naciones.

-Si, he odio de los artistas marciales. Ellos usan mana para mejorar sus golpes.

-Imperfecto. Nosotros usábamos la corriente vital para ello, no usábamos el mana.

-Entiendo todo… ¿pero por qué me trajiste aquí?

-Por esto.

Puoo sujeto su bastón de bambú, reposando la otra punta en el pecho de Mitsurugi.

-Te he estado observando de cerca, tienes un gran corazón niño.

-No, yo no…

-98 personas, esa es la cantidad de gente que has ayudado de forma desinteresada. Jamás pediste nada a cambio, y todo solo desde que empecé a seguirte.

-Eso…

Era verdad que Mitsurugi de ves en cuando ayudaba a la gente con la que se topaba, pero no lo hacía para ganarse el reconocimiento o algo por el estilo.

Si podía hacerlo y no tenía nada más que hacer, entonces no habría razón para no hacerlo.

-Las artes marciales originales de mi pueblo morirán conmigo, eso es algo que no puedo permitir. Por eso he buscado durante décadas a alguien como tú.

-¿Cómo yo?

-Alguien débil.

-… Débil…

Mitsurugi tuvo un aura pesada, pues le habían hecho recalcar ese hecho.

-Veo que tu has sido débil alguna ves, por eso ahora que eres fuerte la sabes valorar.

-¿Eh?

-Sabes el valor de la fuerza, por eso sabes valorarla y no usarla de mala forma. Incluso buscas hacerte más fuerte por alguien que no eres tú, pero ya has llegado al límite, pero eso no te ha detenido en tu viaje.

-No, yo no soy alguien de confianza… Yo…

Mitsurugi apretó sus puños en cólera, no merecía ser llamado fuerte y valiente luego de no poder haber hecho nada.

Heracles lo había tratado igual que un saco de boxeo, y Valac había destruido su armadura y espada sólo con sus golpes.

-Y justo ahora recuerdas la poca debilidad. ¿Y que si te derrotó alguien más fuerte?, solo debes aprender a usar la poca fuerza que tienes.

-… ¿?

-Las artes marciales son el arte para que el débil se defienda del fuerte, a él y a los demás. Por eso quiero enseñarte este arte.

Puoo había logrado ver algo dentro de Mitsurugi, algo que un simple humano normal no sería capas de ver.

Valor ante la debilidad, coraje ante la fuerza. Pero apresar de todo un sentido de moralidad que no era justo ni imparcial.

Lo existe persona completamente buena, y tampoco persona completamente mala. Puoo sentía como Mitsurugi se mantenía en una calma perfecta entre ambas, decidiendo lo correcto.

-Come algo.

Puoo golpeó el árbol de su lado, dejando caer una fruta justo en las manos de Mitsurugi.

-… ¿Eh?

-Créeme… Lo vas a necesitar.

Mitsurugi pensó en sus posibilidades, entendiendo que no aceptarlo sería una estupidez.

Ahora tenía la oportunidad de poder extraer lo máximo de su fuerza, no era algo a lo que se pudiera decir que joc.

-¡SI! ¡Lo acepto con mucha gratitud!

Mitsurugi dio un mordisco a la fruta, empezando su nuevo camino.

Krunch.