Cortando las leyes del Universo
La noche era fría y calmada.
Akayuki estaba frente a Kazuma, ambos sin decir ninguna sola palabra.
Pero Akayuki había notado algo que la molestaba, mirando hacia ese fastidio.
-Preferiría la privacidad.
-… ¿?
-Dijiste que querías hablar, espero que sea… a solas.
-… Como quieras.
Desde la sombra de Kazuma emergió Chomusuke, tomando su forma humana apenas tocó el suelo.
Chomusuke miró a Akayuki de pies a cabeza, luego sonrió de forma gatuna.
-Nyo hagan tanto alboroto.
Una leve sombra emergió de Chomusuke, devorándola hasta desaparecer del lugar.
Kazuma y Akayuki finalmente estaban en completa soledad.
Pasaron un par de segundos sin decir alguna palabra, hasta que Kazuma decidió tomar la delantera.
-Perdón por lo…
-No lo menciones.
-... Bien.
Kazuma sintió la hostilidad que Akayuki le tuvo por casi mencionar la muerte de Dark.
Estaba claro que ella aún no lo había aceptado.
-Has estado mucho tiempo matando a los de la brigada, pero tu cuerpo no lo va a resistir.
-...
-Siento la carga sobre cada uno de tus fibras musculares, y recuerda que tu a diferencia de mi… eres una humana normal.
Akayuki se mantuvo calmada ante las reprimenda de Kazuma, sin alguna reacción ante ellas.
-Te necesitan de vuelta, todos están muy preocupado…
-Yo te necesite.
-… ¿?
Pero la calma finalmente había sido destruida, sólo con la mención de su necesidad.
-¡Yo te necesite ese día!
Y el débil cascarón que cubría el dolor de Akayuki, finalmente se empezó a quebrar.
-¿Dónde estabas? ¡Cuando Dark más te necesito! ¿¡Dónde estabas!?
-… Tenía mis propios pro…
-¿¡Y nuestros problemas no eran nada para ti!? ¡Te atreves a sonar tan egoísta después de que todo esto sea por tu culpa!
Akayuki se acercó a Kazuma reprochándolo, pues todo esto había iniciado únicamente por tu culpa.
-Ese día fuimos a intentar remediar el problema que… ¡tu y solo tu iniciaste!
Akayuki se tomó unos segundos para respirar, intentando calmarse un poco.
Nuevamente volvió a poner un rostro calmado, sorprendiendo a Kazuma por su casi perfecto manejo de las emociones.
-Pero ahora ya no importa, nada cambiada si me pongo a llorar y echar culpas.
‘Eso es bastante maduro de su parte.’
-Pero no por qué me haya rendido, sino por que quiero que tu me ayudes con algo.
-… ¿Eso sería?
-El deseo. Aquello que los dioses nos prometieron a los héroes con tal que derrotemos al rey de los demonios. ¿Lo recuerdas?
Por un segundo la mirada de Kazuma se volvió afilada hacia Akayuki.
Pero Akayuki ya la había notado, ignorándola para continuar.
-Dark era y es mi mundo, yo no quiero vivir una vida sin el. Así que para perdonarte… quiero que me ayudes a matar al rey demonio.
-¿Ayuda?
-Si no fuera por la maldita brigada iría yo misma, pero ni yo tengo la fuerza para aniquilar un ejército por mi propia cuenta. Pero tu… si eres más que capas de ello.
-Me temo que no se va a poder.
-… ¡!
Al escuchar de repentina negación de Kazuma, Akayuki arrugó su frente en enojo.
-¿Por qué no?
-No eres la única que quiere ese deseo.
-… Tu.
Aunque Akayuki no era muy inteligente, seguía siendo bastante perspicaz.
Recordó que Kazuma antes de la llegada de la brigada siempre quiso erradicar con las fuerzas del rey demonio.
Pero no tenía sentido que fuera tan lejos solo por una voluntad heroica, ella sabía que el no era así.
‘El también… quiere usar el deseo.’
Akayuki inconscientemente tomó la empuñadura de su espada.
-Yo quiero usar ese deseo desde hace muchos años, y no pienso abandonarlo sin razón.
-… Hijo de la gran…
-… Pero.
Kazuma dejó de expulsar un aura intimidante, calmándose con una sonrisa calmada.
Gracias a “Heraldo de la Paciencia” y “Heraldo de la Sabiduría” el había empezado a comprender los hechos de forma casi perfecta.
Entendió que el deseo ya no significaba nada para el, pues fácilmente podría pedir ese favor luego de que los dioses le deberían tanto.
Terminar la guerra le daría el voto de los cielos, así que ese deseo ya había perdido importancia.
Pero Kazuma sabía que Akayuki era necesaria para no perder esta batalla, buscando una forma de persuadirla.
-Hazme daño, esa será la condición. Si tu me demuestras que eres lo suficientemente necesaria, entonces yo mismo pediré el deseo de traer a Dark de regreso.
-…
La mirada de Akayuki se volvió asesina en un segundo, expulsando una sed de sangre que alertó a los instintos de Kazuma.
Estaba claro que ella había cambiado demasiado en pocos meses, y la muerte de Dark era la razón.
Su cabello antes negro como una bella japonesa, ahora era completamente albino.
Kazuma dedujo que se debió al estrés extremo por el que tuvo que pasar, sumándole su nueva aptitud calmada.
Dejó de ser la mujer imperativa que fue alguna ves, finalmente aparentando una espadachín hecha y derecha.
Kazuma estaba curioso por lo que Akayuki pudo haber logrado, buscando una forma de que siguiera avanzando.
-¡Más te vale que vayas con todo! Si es que quieres hacerme apenas unas cosquillas.
***
Akayuki se puso en guardia.
Sujeto su espada con firmeza y fuerza, manteniéndola fija hacia Kazuma.
-… ¡!
Pero mientras ella calmaba sus sentidos, pudo sentir una fuerza aterradora emerger desde Kazuma.
Sus ojos se volvieron a un brillante dorado, mientras que Kazuma mantenía su sonrisa calmada.
‘¿Qué es este sentimiento…?’
Las manos de Akayuki temblaron por un segundo, culpa de haber sentido directamente la autoridad actual de Kazuma.
Pero ella no iba a retroceder, pues tenía delante la manera de volver a ver a Dark.
‘No voy a dudar, nunca más.’
La mente de Akayuki se volvió blanca en un segundo, limpiando todo pensamiento de su cabeza.
Sus sentidos tomaron el control de toda su integración con el exterior, centrándose únicamente en Kazuma.
-… ¡!
Y en un segundo Akayuki desapareció de su lugar, para nuevamente aparecer detrás de Kazuma.
Una ráfaga de cortes iniciaron, pero estos no eran los que Akayuki estaba acostumbrada.
¡Wosh!
¡Wosh!
¡Wosh!
¡Wosh!
¡Wosh!
¡Wosh!
¡Wosh!
¡Wosh!
-… ¿?
Kazuma pudo sentirlo, pues ya no eran sólo una decenas o incluso cientos de cortes.
Akayuki lo había cortado miles de veces en un solo segundo, moviéndose a una absurda velocidad.
‘¡Que gran velocidad! Es incluso… superior a la mía.’
Pero Kazuma no se alteró ni un poco, alertando a Akayuki por su gran tranquilidad.
-¿Cómo…?
Akayuki no pudo sentir tocar alguna ves a Kazuma, incluso después de cortarlo tantas veces.
El no lo había esquivado, Akayuki podía percibir que el no se había movido ni un poco desde que inició.
Kazuma se señaló a sí mismo, apuntando hacia sus ojos.
-Lo que acabas de presenciar es algo similar al infinito.
-… ¿?
-Ya que se que no entenderás, solo diré una cosa. Acabas de cortar un espacio sin final que me protege sin final.
Kazuma ya tenia más de un mes desde que había vuelto de la Tierra.
El había logrado practicar con los ojos del administrador, aprendiendo a usarlos de mejor forma.
Su mejor hallazgo hasta ahora acababa de ser visto, denominado como la defensa perfecta.
Rodeando su cuerpo había un campo de tiempo y espacio, el cual lo protegía de todo daño.
El sabía que la intangibilidad lo volvía inmune, pero a la ves no le dejaba atacar hasta desactivarla.
Por ello decidió probar varios cambios, pensando en ellos gracias a [Heraldo de la Sabiduría].
Se cubrió de una gran cantidad de capas de autoridad en ambos campos, obteniendo un resultado asombroso.
‘Pensar que funcionaria.’
Con el tiempo retrocedía el tiempo de toda cosa que entraba en contacto con el, y con el espacio creaba una distancia imaginaria entre ambos.
Entre el y su oponente se interpuso un camino tan extenso como el universo entero. Pero eso no era todo lo que había logrado.
Pues en la última capa puso una grieta que conectaba con las demás, haciendo un portal en sí mismo.
No importaba con que lo atacaran, mientras que sus capas no desaparezcan, no habría forma de siquiera tocarlo.
-¿Ya te has rendido?
Akayuki apretó sus dientes enojada, sujetando su espada con tanta fuerza que incluso empezó a expulsar sangre de su palma.
-“¡¡Murasame!!”
Un espíritu guardián emergió desde la columna de Akayuki, sujetando varios pares de espadas.
Ahora que Kazuma había llegado a este punto, por fin había logrado percibir la existencia verdadera de aquel espíritu.
‘Un dios…’
Podía sentir energía divina de gran poder en aquel espíritu, fácilmente era la de un dios superior.
Akayuki empezó a controlar su postura y respiración, fusionando su ser con aquel espíritu.
Con unos ojos más agudos que antes, los músculos de Akayuki explotaron cuando se dispararon a gran velocidad.
Un nuevo intercambio comenzó.
***
La batalla era bastante duradera.
Kazuma apenas golpeaba ligeramente a Akayuki, se contenía para no causarle mucho daño.
Pero que incluso después de que Kazuma se contuviera, Akayuki no fue capas de darle ni un solo corte.
-¡Woaaaaah!
Ella gritaba de la desesperación y la frustración, sin siquiera ser capaz de sentir el ligero tacto del cuerpo de Kazuma.
‘¡Debo lograrlo!’
Ella sabía que Kazuma era un hombre de palabra, y que la simpatía no servía con el.
Si ella no lograba causarle un mínimo daño, entonces jamás volvería a ver a Dark.
‘Quiero verlo de nuevo… ¡Solo quiero que vuelva!’
Estaba sobre forzando su cuerpo ya cansado, exigiendo hasta la última gota de sangre y sudor de su ser.
‘¡Pelea maldita sea! ¡Pelea!’
En lágrimas las fibras muscular de Akayuki empezaron a arder como el infierno.
Pero la barrera tiempo espacial sobre el cuerpo de Kazuma era imposible de atravesar, al menos no con ataques normales.
Pero Kazuma sabía que de no ser por ella, Akayuki ya lo habría cortado.
‘Es difícil seguir su velocidad, esta acelerando cada ves más.’
Kazuma tuvo que reducir su tiempo de percepción del mundo para poder seguir la velocidad de Akayuki.
Ella había llegado lejos, su velocidad normal ya había superado a la del sonido por mucho.
Kazuma incluso la comparó con la de la misma luz, imposible de seguirla sólo con sus instintos.
-Veo que no quieres tanto a Dark, que pena.
-… ¡¡¡!!!
Esa provocación no hizo más que enfurecer aún más a Akayuki, deseando cortarle la cabeza a Kazuma.
Pero Kazuma lo había hecho para rascar lo último de ella.
¡Cruck!
-… ¡Argh!
El sonido de quiebre se escucho, proviniendo de la pierna derecha de Akayuki.
‘¡Me excedí!’
Por haber puesto tan presión sobre su cuerpo, sus huesos no pudieron seguir manteniéndose en pie.
Se habían quedado al igual que un cristal al caer de una gran altura.
Akayuki empezó a caer al suelo, ya sin fuerzas para seguir luchando.
-Se terminó…
Una cúpula los rodeo a ambos, deteniendo el tiempo que los rodeaba.
Kazuma había decidió detener el tiempo, para así sanar la herida de Akayuki y mandarla a dormir.
-Había esperado más, pero creo que puede seguir intentándolo luego.
Kazuma camino hacia Akayuki, manteniendo el tiempo detenido a su alrededor.
-… ¿?
Pero el noto algo que lo inquietaba, y era la mirada de Akayuki.
Pues parecía seguir manteniéndose fijamente en su posición, cosa imposible.
‘Que extraño.’
Kazuma iba a sujetar la espada de Akayuki, pero el ya no pudo avanzar.
Cuando iba a tomarla, sus sentidos le gritaron con desesperación, gritando que se alejara lo más pronto posible.
-… ¡¡¡!!!
Gracias a su velocidad el fue capaz de girar su cuerpo de lado, viendo algo que lo dejó sumamente impresionado.
Pues la espada de Akayuki comenzó a seguir avanzando, comenzando a cortar todo lo que tenía por delante.
Y en un segundo la bajó, mandando un tajo que rompió la cúpula de tiempo sobre ellos.
¡¡¡BISHUN!!!
El corte siguió avanzando, cortando el tiempo y la misma materia.
La tierra y el cielo fueron partidos en un corte limpio, llegando hasta cortar una montaña a cientos de kilómetros.
Pero Kazuma pudo ver más allá, logrando ver como aquel tajo salía incluso de la vista de la misma gravedad.
El tajo había cortado la gravedad, la materia y el tiempo mismo.
‘E-ella…’
Kazuma se giro para ver a Akayuki levantando su espada para atacar.
Su fuerza de voluntad le había permitido llegar incluso más allá de cualquier limitación, preparándose para decapitarlo.
-¡¡KAZUMAAAAAAAAA!!
-… ¡!
Kazuma ya no se podía mantener a la defensiva, impactando un fuerte golpe en el cuello de Akayuki.
Pam
Por la presión sobre su cuerpo, ese golpe causó que finalmente perdiera el conocimiento.
Akayuki cayó en los brazos de Kazuma, quien la miraba con atención y análisis.
-…
No podía creer aquella hazaña, era algo que ni el había logrado hacer.
El corte que partió en dos a toda su dimensión, cortando incluso a los mismos conceptos que regían el universo.
Kazuma abrió un portal delante suya, cargando a Akayuki en sus brazos.
-Quién lo diría.
Kazuma sintió una gota de sangre bajar por su cachete, ya que no había logrado esquivar el corte por completo.
-Supongo que deberé mantener mi promesa contigo, Akayuki.
Kazuma entró al portal cargando a Akayuki, desapareciendo del lugar.
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