Corazón de Héroe
Mitsurugi se logro poner de pie, para así ver cara a cara a su doppelganger.
A diferencia suya el tenía la armadura intacta, sin mencionar que en sus manos estaba la espada Gram.
Mitsurugi pensaría que el era exactamente idéntico a él, pero dejó esas dudas cuando vio sus ojos.
Ya que él color que estos tenían asemejaban al de una luz muy brillante, pareciendo un luces celestes de neón.
'¿Está es la prueba? Que manera más literal de enfrentar tus demonios internos.'
Mitsurugi sabía que no podía flaquear sólo por tratarse de sí mismo, preparándose para el combate.
Pero antes de que siquiera pudiera empuñar su espada, el filo de Gram estuvo cerca de cortarle el cuello.
-... ¡¡!!
Gracias a sus reflejos, Mitsurugi fue capas de esquivar aquel repentino ataques. Con un gran salto hacia atrás, se generó distancia entre ambos.
-Eres patético.
-... ¿?
Mitsurugi arqueo una ceja luego de escuchar a su doppelganger hablar.
-Ni siquiera sabes quien eres, y aun así quieres darte un título. Actuar como un héroe de fantasía y novela, eso es...
En ese momento, las palabras que Mitsurugi tanto odio durante muchísimo tiempo serían escuchadas de nuevo.
-... Bastante cliché.
-...
Esa era la única palabras que podía hacer caer la determinación de Mitsurugi, una que lo estaba siguiendo desde su inicio hasta su presente.
No podía negarlo, todos sus méritos hasta ahora podían ser repetitivos, o típicos de una historia de héroes.
¿Qué lo motivaba a hacer todo esto?
En un inicio pensó que eran por las historia que le contaba su madre, pero dejó esa idea hace mucho tiempo atrás.
Se había logrado el título de héroe entre la gente, pero jamás pudo hacerse con él verdadero título en su alma.
¿Qué era un héroe?
Era una respuesta que lo dejaba sordo y mudo, sin poder responder a algo que sonaba tan fácil.
Y peor aún... ¿Cuál era su razón para ser un héroe?
El no sabía la respuesta de ninguna de las dos, únicamente poniéndose de pie para desenfundar su espada.
-¿Y que si parezco un cliché?
Un brillo de determinación comenzó a surgir del alma de Mitsurugi, brillando de forma abstracta.
-¡¡Es mi maldita vida!! ¡¡Y haré con ella lo que se me plazca!!
El doppelganger de Mitsurugi solo afilo su mirada, preparándose para el combate.
-¡Te lo estas diciendo a ti mismo, idiota!
Ambos corrieron el uno hacia el otro, cargando con mucha fuerza y poder en sus armas.
Sus espadas chocaron haciendo resonar el impacto de sus metales, ejerciendo fuerza en el mango para darle más poder a la hoja.
¡Kashin!
Pero antes de que algo más pudiera llevarse a cabo, el doppelganger actuó antes que Mitsurugi.
-[Gran Escudo].
-... ¡!
De la palma del doppelganger apareció un escudo de mana, el cual impacto de lleno en el rostro de Mitsurugi.
¡Poom!
Aquella habilidad de defensa golpeó con tanta fuerza el rostro de Mitsurugi, que incluso llegó a romperle la nariz.
Sangre comenzó a gotear de esta, mientras Mitsurugi comenzaba a tomar distancia.
'¡Mierda! ¡El sabe usar mis habilidades mucho mejor que yo!'
Luego de darse cuenta de la gran diferencia entre sus dominios, Mitsurugi pensó en un segundo plan.
'Deberé hacer eso... '
Sin esperar ni un segundo más, Mitsurugi comenzó a correr hacia su doppelganger.
En el camino lanzó su espada hacia el, la cual fue bloqueada por Gram.
-¡Muy lento!
Mitsurugi había logrado pasar las defensas de su doppelganger, preparándose para usar sus artes marciales a corta distancia.
-¿Seguro?
-... ¡!
Mitsurugi se dio cuenta tarde que su plan no iba a funcionar, ya que su doppelganger ya lo estaba esperando.
En ves de ser el quien lo atacará con una lluvia de golpes precisos, fue el quien recibió un golpe en el rostro.
¡Wosh!
Este no fue cualquier golpe, sino que fue uno con la culminación de las artes marciales que tanto le había costado a Mitsurugi.
La fuerza que tuvo detrás, había sido suficiente como para hacer caer a Mitsurugi de espaldas contra el suelo.
-G-gkkkh.
El doppelganger se acercó a Mitsurugi mientras balanceaba la espada Gram, mirándolo por arriba con una mirada gacha.
-¿Pensaste que podrías sorprenderte a ti mismo? No me hagas reír.
'¡Maldición!'
-Cada cosa en la que pienses, también podría haber sido pensada por ti mismo. Ponte a pensar mejor en tu situación, solo pareces un idiota.
-¡¡Cierra el maldito pico!!
Mitsurugi estaba empezando a irritarse por toda la situación, cargando en contra de su doppelganger sin importar el dolor.
Pero este ya lo estaba esperando, recibiendo con cautela cada uno de sus ataques.
El duelo entre aquel espejo de emociones estaba apenas iniciando.
***
Sin importar cuántas veces lo intentará, Mitsurugi no podía ganarse a sí mismo.
Durante mucho rato, sólo pudo recibir cada uno de sus golpes sin poder defenderse.
La batalla entre ambos era arbitraria, o al menos eso se esperaría de una batalla contra ti mismo.
Pero el único que conoce todas tus debilidades, e incluso las que tú mismo no conoces, eres tu.
El cuerpo de Mitsurugi ya estaba bañado en sangre cuando finalmente se comenzó a preguntar.
'¿Por qué quiero ser un héroe...?'
Estaba teniendo esa duda existencial desde ya hace mucho, mas específicamente desde que conoció a Kazuma.
Pensaba que su ideología para hacer el bien sin pedir nada a cambio estaba bien, pero luego negó esa afirmación.
Mitsurugi no podía negar que le gustaba recibir los gritos y ovaciones de la gente al verlo pasar, como el héroe de estas tierras.
Cuando se dio cuenta que sentía eso, se empezó a repudiar a sí mismo.
¿Acaso había vivido todo este tiempo sin saber qué quería hacer?
Inclusive no sabía... quién era en realidad.
Culpa de la gran guerra y también el haberse enterado de la existencia de seres tan poderosos y divinos en el cosmos.
El de pregunto si de verdad valía la pena vivir buscando un motivo.
Solo era un gramo de arena en un desierto infinito, una forma de vida sin importancia entre las tantas demás.
El conocía a seres que sí eran importantes en este bastó universo, que sólo era un grano de toda la creación.
Pero cuando su mente estaba apuntó de perderse en la oscuridad, finalmente logró ver un fragmento de luz.
'Ya lo entiendo...'
Mientras que recibía una tunda de golpes por parte de su doppelganger, la punta de la respuesta que tanto buscaba apareció.
-Yo quiero se un héroe, por que... no se hacer nada mas.
Esa era la respuesta que tanto había estado buscando, durante un muy largo tiempo.
No era tan inteligente como Rachel, tampoco tan talentoso como Akayuki, tan importante como Aqua y sobre todo...
No era tan fuerte como Kazuma.
Pero había algo en lo que el podía ser mejor que todos ellos, y eso era en ser un héroe.
Y si solo en eso podría llegar a ser mejor que ellos, entonces el se aseguraría de una cosa.
-Yo...
Con una determinación que casi estaba extinta, comenzó a ponerse de pie.
-... ¿Cómo...?
Su doppelganger tampoco sabía la razón por la cual el mismo lograba ponerse de pie, después de todo lo que había pasado con su cuerpo.
Pero Mitsurugi le daría la respuesta a todas sus dudas, juntando todo el aire posible para gritarlo a los 7 vientos.
-¡¡Si solo sirvo para ser un héroe!! ¡¡Entonces lo haré mejor que nadie!!
El poco mana que tenía empezó a juntarse en su espada, corriendo hacia su doppelganger.
Un choque entre ambas espadas se ocasionó, pero el resultado no fue el esperado.
¡Crash!
La espada de Mitsurugi fue rota en varios pedazos luego del impacto, culpa de la diferencia entre la energía puesta en cada una.
Fue la segunda ves que había roto un tesoro divino.
-No creas que sólo gritar como idiota te hará ganar un aumento de poder, impotente.
La luz de determinación de Mitsurugi se empezó a apagar, sólo quedando en sí las brasas de la llama en su interior.
Pero incluso las brasas que quedaban luego de un gran fulgor, podían brillar más que la primera ves.
-No creas que...
-... ¡!
Pero el doppelganger no sabía una cosa, la cual significaría el final de aquella batalla. Eso era que...
¡Este solo era el inicio del camino! ¡Del héroe más grande que jamás haya existido!
El brillo que estaba casi extinto, empezó a aparecer nuevamente.
Esta ves no venía de su alma, o de su propia energía. Fue diferente, ya que esta ves empezó a brillar desde su corazón.
¡Ba-dum~!
¡Ba-dum~!
¡Ba-dum~!
¡Ba-dum~!
Una luz incandescente empezó a reflejar todo el camino de Mitsurugi por un segundo, otorgándole aquella fuerza que se había ganado.
-¡¡No creas que me rendiré tan fácil!!
-... ¡¡!!
Y en un segundo, Mitsurugi finalmente pudo despertar nuevamente aquella fuerza que había usado en su primer encuentro contra Valac.
Aquel poder que se transmitía hacia una sola persona en toda la creación, reflejando la determinación en su máxima expresión.
¡Ese era el "Corazón del Héroe"!
Otorgado a Mitsurugi una ves que pudo responder de la forma más sincera la pregunta sobre su vocación.
¡No era por diversión, ni tampoco por devoción!
Ese era un poder que el quería para ser mejor que nadie, el deseo y la respuesta más sincera que se pudo dar.
Todo su cuerpo fue reflejado de aquel poder del héroe, juntándose en sus puños.
'Ya veo... pudo responder algo que hace poco no entendía, todo durante este corto lapso de tiempo.'
El doppelganger sonrió ante el brillo de Mitsurugi, extendiendo sus brazos ante la luz tan cálida que estaba reflejando.
-Estas cerca de pasar, Mitsurugi.
Un susurro fue lo último que dijo, desapareciendo al recibir el golpe de Mitsurugi.
¡¡¡BLAM!!!
Aquella fuerza fue tanta que no solo hizo temblar toda la montaña, sino que también a sus alrededores.
Un estruendo comparado a miles de rayos se escucho en la lejanía, dejando escapar una luz brillante de aquel templo.
¡¡Fush!!
Cuando la luz se escapó, Mitsurugi miró hacia delante, sólo para ver que había ganado el combate.
-...
Volvió a mirar por instinto al pedestal, viendo cómo los fragmentos de luz que antes eran su doppelganger se juntaban.
Comenzaron a tomar forma, terminando en la apariencia de la espada Gram.
-... Gram.
Mitsurugi se acercó hacia el pedestal, apuntó de tomar la espada.
-...
***
La gran batalla había llegado a su final, una ves que el dragón de la muerte cayó.
Hefnar estaba siendo aplastado por la para de Lafcer, mientras que Igris mantenía su espada en el cráneo del dragón.
De la espada de Igris salía tanto poder manifestado en rayos, que Hefnar pudo hacerse una idea de su procedencia.
-Caballero negro, ¿acaso eres tu un rey?
Pero Igris solo ladeo su cabeza en negación.
-Yo no puedo proclamarme como tal, ya que el único rey al que sirvo es a mi señor. El Monarca de las Sombras, Ashborn.
-¿Ashborn?
'¿Existía un rey con ese nombre?'
Hefnar solo aceptó su derrota, viendo como su ejército de no-muertos era brutalmente aplastado por la legión de sombras.
En ellos podía sentir raíces de la muerte misma, incluso mayores a la suya.
'Yo he perdido en mi propio territorio, y en contra de un poder que también dominaba.'
Mientras que la situación se lograba controlar, una presencia finalmente bajo desde lo más alto de la montaña.
Mitsurugi camino hacia Lafcer, quien se percató con entusiasmo de su presencia.
-¡Ya has vuelto, esposa!
Lafcer tomó su forma humana, descendiendo hacia los brazos de Mitsurugi en un abrazo.
-¿Lograste encontrar lo que buscabas?
-Si, lo hice.
-¿Y donde esta?
-No lo tome.
-¡Ehhhhhh!
Mitsurugi bajo a Lafcer hacia el suelo, mientras que Igris se acercaba hacia su posición.
Hefnar sólo se mantuvo tranquilo, ya habiendo aceptado la derrota.
-Yo no podía tomar algo tan importante solo por mi egoísmo. Además...
Mitsurugi sintió el poder que él "corazón del héroe" estaba recorriendo por todo su ser.
-Yo soy más que una espada.
-Eso es bastante admirable, amigo de mi rey.
Mitsurugi vio a Igris, viendo que este se miraba bastante diferente a la última ves que lo vio.
-... Igris.
-Dejar atrás un gran poder, únicamente por un bien mayor. Déjame decirte con sinceridad que eres admirable.
-Hehe. ¿Eso piensas? Si es así, entonces creo que hice bien.
Mitsurugi sonrió, estaba siendo reconocido por aquel que lo había dado una paliza en el pasado.
Igris podía sentir la nueva fuerza que fluía en el alma de Mitsurugi, interesada por ella.
El lo sabía, y eso era que ni siquiera Beru podría ser rival de la fuerza que emitía Mitsurugi.
-Amigo de mi rey.
-Vamos, Igris. Solo dime "Mitsurugi", ya nos conocemos un buen tiempo.
-... Bien. Mitsurugi, de ser posible, quisiera hacerte una pregunta.
-... ¿?
Mitsurugi hizo una seña para que Igris continuará.
-¿Qué eres ahora? O mejor dicho... ¿quién eres?
La repentina pregunta confundió a Mitsurugi, pero el la iba a responder al instante.
-Yo soy un h-...
Pero justo antes de responder, Mitsurugi cambio de idea.
Lo pensó mejor, y estaba listo para dar su respuesta definitiva.
-Kyoya Mitsurugi, nada más.
-Ya veo. Mantendrás tus humanidad hasta el final, respeto eso.
-Hahaha.
Mitsurugi sonrió mientras reía por finalmente haber terminado ese viaje.
-... ¡¡¡!!!
¿O no?
***
Las llamas de la justicia resonaron por todo el universo.
Un objetivo había sido fijado en un mundo lejano, provocando un cambio nunca antes visto.
Del reino divino algo emergió, directamente de la zona más protegida entre los dioses.
Los ángeles y dioses de más altos rangos se desesperaron por ello.
-¡¡Un tesoro celestial ha sido liberado!!
-¡¡Imposible!! ¡¡Que alguien localice al dios que ha rogó las reglas!!
-No ha sido un dios...
Una diosa de bello rostro, con una mirada y piel final, con su cabello largo y de color blanco.
Camino hacia delante, mientras miraba un monitor de estrellas.
Ella era Liva , la deidad guardián de la torre principal de tesorería divina, diosa de la vida.
Entre las divinidades, ella junto con su contraparte, la diosa de la muerte, eran los más importantes entre los dioses.
La calma con la que miraba aquel escenario confundió a todos los demás, deidades y ángeles por igual.
-¡Pero, Diosa Liva! ¡Si un dios invoca su poder verdadero, toda una galaxia podría ser destruida!
Pero Liva se mantuvo calmada, mirando de reojo a los presentes.
-He dicho que no ha sido una deidad, así que no hay problema.
Ella se acercó hacia el gran panel de estrellas, señalando un mundo.
-El arma liberada ha sido Gram, la espada y tesoro celestial de la diosa justiciera, Freya. Y la persona que lo ha llamado ha sido un humano.
Con la menciona del mortal, todos pusieron un rostro pálido y enojado..
-¿¡Un humano!?
-¡Un mero mortal no es digno de portar el arma de la justicia!
Liva arqueo una ceja al escuchar eso.
-¿Estas seguro de ello? Todos sabemos que desde que Freya probó la codicia, jamás pudo volver a usar su tesoro celestial.
-¡Pero aún así...!
-Y ese mortal ha sido capas de invocar el poder de la justicia ha sus manos, y tiene mi aprobación.
Liva aumento el tamaño de la pantalla de estrellas, viendo una visión a tiempo real del universo.
Desde un gran número de mundos, varios fragmentos de la misma espada Gram empezaron a juntarse a gran velocidad.
Esta logro ir incluso mayor que la velocidad de la luz, viajando como un cometa por todo el cosmos.
'Ese mundo ultímate es... bastante peculiar.'
La diosa de la vida, Liva, se acercó al centro de la sala, para llamar la atención de todas las deidades.
-Hermanos y hermanas. Ha llegado la hora de hablar sobre nuestra... "neutralidad".
Y con la mirada de todas las deidades, una charla que traería cambios inició.
***
-¿¡Que esta pasando!?
Mitsurugi se sorprendió de repente, pues todo el cielo se había partido en dos.
Igris empuño su espada por instinto, viendo como una gran luz se dirigía hacia su posición.
'¡No, se está dirigiendo a la montaña!'
Igris vio como la luz se estrellaba directamente en la cima de la montaña, empezando a reflejar un gran fulgor.
Pero el brillo era lo de menos, siendo lo más importante y notable el gran poder sagrado que se estaba liberando.
Esas cantidades podrían igualar a la de una deidad, lo cual aferro a Hefnar.
-N-no puede...
Hefnar comenzó a ser purificado por aquel poder sagrado, viendo su cuerpo ser evaporado como polvo.
Esto pasó poco a poco, dándole el tiempo para pensar.
'Así que está fue la verdadera razón para tener este poder... '
Hefnar miró a Mitsurugi, quien aún estaba conmocionado por la situación.
'Solo fue para probar a alguien que fuera digno, ¿no?'
Hefnar aceptó la muerte, finalmente logrando el descanso eterno con aquella purificación.
El no sintió ningún dolor, sólo siendo abrazado por el cálido toque de la paz eterna.
Wosh
La montaña explotó en un segundo, enviando un pilar de luz directamente hacia Mitsurugi.
-¡Que esta...!
Pero la luz no le hizo daño, introduciéndose a través de su cuerpo hasta su alma.
En ese momento algo apareció en la mano de Mitsurugi, aceptando a su nuevo portador.
El haber negado el título de héroe, fue algo que eliminó finalmente toda codicia que había en su interior.
La decisión de Mitsurugi, la cual quería lograr algo pero sin codicia en ella. Todo eso fue la prueba final que tuvo que afrontar sin notarlo.
Los cielos y la misma justicia lo habían elegido, siendo el primer humano en ese universo que había logrado aquella hazaña.
Un humano que... había conseguido el poder de los dioses.
-G-gram...
Mitsurugi vio como en su mano se formaba a través de la energía una espada larga, siendo esta Gram.
Se miraba diferente, ya no siendo tan grande como una espada larga.
Ahora parecía una espada de una mano, tanto una apariencia más ligera y resplandeciente.
Mitsurugi pudo sentir todo el poder que estaba fluyendo en su interior, y sin notarlo había logrado...
Finalmente acercarse a Kazuma.
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