Banquete de Reyes
Posiblemente sea una reunión incluso con más importancia que el mundo en el que estaban.
En una mesa gigantesca, estaban sentados aquellos reyes de todo el mundo entero.
Los invitados para aquel banquete tan galardonado eran todos los pináculos de sus razas.
El rey de las bestias y representante de los elfos, Kurst.
El rey de los gigantes, Legia.
El rey de los demonios, Kouichi Sakaguchi.
El rey de los espectros demoníacos, Yogumunt.
Reina de los humanoides monstruosos, Dunkana.
Representante de los humanos, Iris.
Representante de los elfos de hielo y última sobreviviente, Clemea.
Reina del mar y las profundidades, Atlea.
Reina de los súcubos, Abrahel.
Esos eran los reyes que restaban en el mundo, luego de la caída y la muerte de los anteriores.
Cada uno estaba acompañado por dos escoltas, siendo hombres de sus máxima confianza.
El ambiente era tenso, pues varios de ellos estaban peleados o al menos tenían conflictos con algunos de los reyes de la sala.
Varios ojos recayeron en el rey demonio, pues este se había ganado el odio de varios en la sala.
Este mismo haría gala del odio que se había ganado, rompiendo el silencio que había en la habitación.
-Vaya... Quien diría que no vendría el viejo, seguía tenía miedo de plantar cara por generar todo... esto.
-Di lo que tengas que decir sin ocultarte en lindas palabras, demonio.
Iris se mantuvo con los brazos cruzados, logrando demostrar respeto hacia su nombre a pesar de ser la más joven.
El rey demonio hizo una sonrisa de oreja a oreja al escuchar eso.
-Bueno, que puedo decir... Fue tu reino el que acogió al Monarca, ¿no?
-El... tiene un punto.
El rey de los espectros demoníacos Yogumunt apoyo la frase del rey demonio.
Este tenía la apariencia de un hombre viejo rodeado por metal y un aura espectral.
-No olvidemos que la mayoría de nuestros reinos sólo se ven afectados por sus batallas.
-Esta guerra inició en Axel, ciudad del país de Belzerg. Quien con uso de su poder militar... anexo a los otros reinos humanos.
La reina de los humanoides monstruosos se unió a la conversación.
Ella era una mujer orca, aunque fácilmente se lograban ver varios rasgos de otras razas en ella.
Lo más destacable era que ella portaba una armadura, a diferencia de vestimenta formal como el resto.
Kurst vio esto con algo de desaprobación.
-Dunkana... Esta cena era de correspondencia elegante.
-Pará un orco no hay nada más elegante que una armadura que está bañada en sangre. Pensé que estaba permitido no abandonar nuestra cultura.
-Creo que ya la abandonaron mucho, digo... ¿No es tu pueblo el que secuestro varios de mis ciudadanos para usarlos como procreadores?
-¡Es mi orgullosa nación!
-¡Apoyo al perro! ¡Deja en paz a mi gente, violadora!
El rey demonio apoyo de forma sorpresiva a Kurst, claro que por motivos personales.
Pero a pesar de eso, Kurst se levantó molesto de su lugar.
-¿¡A quién le llamas perro, falso demonio!?
-¿¡Como que falso demonio!?
-¿Quieres que cuente algo sobre nuestro matrimonio?
Abrahel se unió a la discusión mirando de mala forma al rey demonio.
Este se sentó nuevamente, claramente no se sentía cómodo con ella en la habitación.
Lilith, quien estaba escoltado al rey demonio junto al antiguo mago más poderoso, miró con pena a su madre.
-Madre nosotros...
-Yo solo tengo una hija, ella jamás me ha robado algo.
-...
Lilith se quedó callada, claramente sintiendo mucha tristeza por tener que escuchar eso de su madre.
Abrahel ya había superado a su antigua familia hace mucho, pues el desprecio que sentía era mayor.
Pero incluso así, ella seguía sintiendo algo de pena por su hija.
Aunque antes de que siquiera pudiera sentir algo, Vanir puso su mano en su hombro.
-Noi, Noi, Noi.
-...
Abrahel aceptó los deseos de Vanir en silencio, pues gracias a él ella estaba sentada ahí.
No entendía por qué Vanir había decidido ponerla como representante del infierno, pero lo agradecía.
Nuevamente la habitación se lleno de silencio.
***
Luego de una hora entera en silencio, varios en la sala empezaron a sentirse ansioso e impacientes.
No era normal esperar tanto, aunque tal vez ellos habían llegado muy pronto. Esto culpa de que no había una hora exacta en la invitación.
Incluso si quisieran hacer problemas, habían suficientes guardias en la sala como para alertar a aquel que no querían molestar.
Entre los más destacables estaban las mismas fichas de la brigada. Siendo estos : Anna, Yuu y Heracles.
Iris se dio cuenta de sus avances, pues ahora sólo quedaban 4 de las 8 fichas que habían tenido en un inicio.
Pero su sonrisa decayó cuando recordó todas las que habían perdido hasta ahora.
'Ahora que Mitsurugi está desaparecido y Kazuma no aparece... Estamos casi iguales.'
Por parte de sus fuerzas solo quedaban : Iris, Rachel, Kojiro y Akayuki. Aunque a la última no la ve hacia mucho tiempo.
Pero antes de que ella pudiera continuar con sus pensamientos, algo llamó su atención. Siendo este un toque ligero por parte de Claire, su acompañante junto a su hermano debido a la muerte de Rain.
-Princesa...
-... ¿?
Iris miró donde recaía la vista de Claire, logrando notar como de repente el cielo exterior comenzaba a anochecer rápidamente.
Esto llamó la atención de todos en la sala, aunque varios sintieron por sus instintos algo viniendo desde la puerta principal.
Al verla, está de repente se abrió mostrando a dos siluetas.
Valac había entrado a la habitación con Wiz al lado, dando a entender que la reunión había iniciado.
-Ya era hora.
—Lamento el retraso, tuvimos algunos inconvenientes...
Valac le sonrió a Atlea, reina del mar.
Valac se acercó a la silla principal, pero no se sentó en esta. Cosa que llamó la curiosidad de varios en la sala.
Pero entre todos ellos, solamente había un par de personas quienes miraban con incredulidad a la acompañante de Valac.
'¿Q-que hace W-Wiz ahí...?'
Claire miraba con sorpresa a Wiz, pues se sabía con seguridad que ella era una fiel servidora y la mano derecha de Kazuma.
Su presencia en la sala sólo podía significar una cosa, algo que no podían creer.
'N-no puede ser...'
Iris se levantó de su lugar, llamando la atención del resto de reyes.
Ellos no entendían el por qué de sus acciones, pero se pudo saber el por qué cuando algo más se escucho.
Unos pasos ligeros, pero que se sentían como meteoros por el peso que emitían.
Tap*
Tap*
Tap*
Luego de esperar unos segundos, una silueta apareció por la puerta.
Varios reyes se quedaron en silencio, entre ellos reinaba el miedo y la sorpresa... Pero aún más era un respeto hacia aquella figura.
No entendían por qué, pero sentían lo que significaba aquella figura.
De entre toda la oscuridad terminó apareciendo Kazuma, quien camino a paso lento hacia entrar a la sala.
El le dio un vistazo rápido a los invitados, mirándolos sin mucho interés.
—...
Kazuma se acercó a la silla principal, siendo acomodada por Wiz antes de que Kazuma se sentará en ella.
Una ves ahí, Kazuma se mantuvo en silencio mientras mantenía un pose elegante en el asiento.
Valac llamó la atención de los invitados al extender sus alas, aunque ellos no podían perder sus vistas de Kazuma.
—Antes de iniciar con el banquete, quiero presentarles al actual representante de la "Brigada de la Resurrección" y al "Rey de la Muerte". Aunque varios de ustedes ya lo conocían.
Aunque varios en la sala ya sabían quién era Kazuma, los que no ya se hicieron una idea por las tantas leyendas que corrían con su nombre.
Pero Abrahel fue de la única que aún lo conocía, no sabía cómo explicar quien estaba delante suyo.
Una imagen de la última ves que lo vio se comparó a quien miraba ahora, apenas podía creer que el pasar de tan pocos años hubiera cambiado tanto a Kazuma.
'¿Quién es la persona que tengo delante?'
Abrahel supo en ese instante que ella no podía volver a hablar o dirigirse a Kazuma como alguna vez lo había hecho.
El se había convertido en algo que no podía siquiera explicar, pues ni ella ni nadie podía sentir la presencia de Kazuma en la habitación.
No siquiera Yogumunt podía sentirlo en el limbo, lugar donde el normalmente recidiva.
Una ves que Valac había presentado a Kazuma, este mismo junto sus manos en un único aplauso.
Clap*
—¡Entonces doy por comenzado el banquete! Ya luego se hablara de algún tema importante.
***
La cena transcurrió con normalidad o al menos eso era algo que se podía ver por encima de la atmósfera tan pesada que había nacido.
Nadie podía saborear los verdaderos sabores de los platillos, incluso habiendo sido preparados por los mejores chefs que pudieron existir en esta era en todo el universo.
Simplemente nadie podía continuar comiendo hasta saciarse, aunque esto era para todos los externos de la brigada únicamente.
Todos los guardias se habían retirado de la sala, dejando únicamente a cada rey con sus dos acompañantes.
Por su parte, Kazuma hablaba con sus acompañantes ignorante a todos los reyes.
—¿Esto no es carne de Kulaho?
—Oh, veo que lo notaste. Si, le tomo 3 meses al cazador poder tener suficiente para la cena.
—Hubiera sido mejor si tu mismo hubieras ido, siervo desamparado.
Wiz insulto de manera disimulada a Valac, aunque el claramente noto las intenciones detrás de sus palabras.
—Perdón, ¿me lo puedes repetir? Tengo problemas para entender el poco amor propio.
—Entonces hablar con tus pensamientos debe ser algo tedioso.
—No tanto como hacer onanismo en el baño todos los días a las 8 en punto. Justo la hora para entrar luego de que cierta persona vaya.
—... ¡!
Wiz miró a Kazuma mientras se avergonzaba de las palabras de Valac, esperando que este no hubiera prestado atención.
Por su parte Kazuma solo siguió comiendo, cosa que le dio a entender a Wiz que el... ya lo sabía.
—Tengan más pudor, estamos en una cena elegante.
—Tu no me vengas a pedir pudor, se que te le quedas viendo a Anna secarse el cuerpo.
—¡E-eso fue otro tema!
—¿Escusa?
—... Quería... ver su cara.
—...
Valac le quito la copa de vino a Kazuma sin llamar mucho la atención, aunque eso solo era su intención.
—Creo que ya bebiste mucho.
—Aunque no me puedo emborrachar.
—Si, que chafa, ¿no?
-¡¡Ya basta!!
De manera repentina, un golpe en la mesa que mandó por los aires todos los alimentos se dio.
Lo bueno fue que Kazuma reaccionó antes y mantuvo los alimentos flotando en el aire con la "Autoridad del Gobernante", ahora mirando a la responsable.
Iris se mantenía con un rostro furioso, mirando a Kazuma con unos ojos llenos de ira y rencor.
-Como puedes... actuar tan amistoso con ese hombre... ¡Con el maldito hombre que erradico a tus amigos! ¡El asesino de Rain!
—A defensa mía, esa chica atacó primero.
-¡Kazuma! ¿¡Por qué mierda estas aquí!? ¿¡Por qué mierda estamos todos...!?
Lamentablemente Iris no fue capaz de terminar sus quejas, pues una fuerza colosal la envió a estrellarse contra el muro.
¡Plam!*
El golpe fue tal, que Iris apenas y podía mantenerse consciente luego de aquel ataque.
Sus acompañantes se levantaron de sus sillas en guardia, siendo éstos Claire y Jatice.
-¡Kazuma! ¡No se que esta pasando, pero aún estas a tiempo!
-¡Has sido reconocido por padre? ¿¡Cómo puedes atacar a mi hermana!?
Jatice estuvo a punto de desenvainar su espada para atacar a Kazuma, pero este no fue capaz de siquiera acercar su mano.
Tanto el como todos los presentes comenzaron a sentir terror, un horror nacido de la liberación del poder de Kazuma en el ambiente.
De repente todo se volvió oscuro, únicamente viendo unos ojos brillantes que veían a través de toda la oscuridad.
Era como si sintieran una orden directa : No más desorden.
Luego de ello, Kazuma regresó su poder y logró normalizar nuevamente el ambiente.
Aunque la sensación de miedo y respeto se mantuvo intacta, nadie podía moverse o siquiera volver a tocar alimento.
Yogumunt, quien se mantuvo callado en la esquina de la mesa, finalmente comenzó a comprender lo que realmente era Kazuma.
'Esto no es la muerte y el renacimiento del limbo...'
Un sudor frío y espectral recorrió la frente de Yogumunt, mirando a Kazuma como una criatura que no podía existir frente a sus narices todo el tiempo.
'Esta es la muerte definitiva, un final sin retorno... ¿Cómo puede siquiera existir algo así?'
Era de saber que la muerte sólo era un concepto de renacimiento de la vida, al menos así era en el universo antes de la llegada de Kazuma.
Yogumunt finalmente entendió el por qué hacía tiempo que el ya no sentía el limbo, pues este ya no estaba siquiera operativo.
En el pasado, una pesadilla lo despertó de su largo letargo. Ahora Yogumunt sabía que está pesadilla era más bien visión de su presente, la llegada de su rey... púes el vivía en la muerte sobre la vida.
***
Iris cayó del muro hacia el suelo frente de sí misma, estrellándose pues todo su cuerpo sentía un gran dolor por aquella fuerza.
De forma lenta y elegante, todos los platillos volvieron a sus respectivos lugares y la gran mesa pareció no haber sido perturbada nunca.
Kazuma volvió a tomar sus cubiertos, y de forma casual comenzó a comer nuevamente.
—Hablaremos de asuntos políticos una vez termine la cena, por ahora... continúen.
Iría se levantó a duras penas, entendiendo su posición en este momento. Aunque mentalmente estaba fastidiada, a regañadientes tendría que esperar por las respuestas que tanto quería.
Ella se volvió a sentar, tomando los cubiertos y de una forma algo molesta comenzó a comer parte del banquete.
Todos los reyes y acompañantes miraron a Kazuma, pues todos tenían casi el mismo pensamiento :
'No hay manera de volver a comer ahora...'
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