Pasar el tiempo con Percy es... entretenido.

Jamás había conocido tan de cerca a un mortal, pero puedo decir que el tiene algo de especial entre los demás.

He logrado experimentar muchas emociones y experiencias gracias a el, más en un año que en una infinidad.

Incluso sabiendo que para mí el tiempo no es más que relativo, me gusta aprovechar cada segundo que paso junto a él.

Comienzo a experimentar una emoción... extraña.

Esta curiosidad me llevó a reunir a mis hermanas en lo que los mortales llaman "tomar el té", para preguntarles.

Nos reunimos en una mesa chica del Gran salón, en el cual se logran ver ventanas hacia toda realidad posible.

Es una especie de cámara de vista, donde normalmente vemos el desarrollo de la creación.

Y ahora... sitio donde pediré un consejo sobre lo que me está sucediendo.

—Eso es lo que he estado sintiendo.

Termine contando con lujo de detalle todas mis vivencias a mis hermanas valquirias.

Sus expresiones al inicio fueron de duda y desconforme, pero luego empezaron a entender mis palabras.

Pero incluso yo no entiendo lo que sus rostros quieren decir justo ahora.

—Aqua... Ni siquiera tienes idea de lo que posiblemente estas viviendo, ¿enserio?

—No... Por eso decidí juntarnos para conversar acerca de este hallazgo, puede ser obra del Gobernante de la Luz o como quieren que lo llamen : Miguel.

—No, no, no. ¿Enserio que ella, la más grande valquiria, no sabe qué está pasando?

—Si supiera que esta pasando, claramente no acudiría a un llamado tan importante entre mis hermanas.

La discusión estaba empezando a iniciar, cosa extraña en nosotras, pues nunca estábamos en desacuerdo.

Pero en la otra esquina de la mesa, vi como mi hermana Freya ya no aguanto mas.

—Es amor.

—... ¿?

De la nada, Freya mencionó al amor como una posible causa de lo que siento.

El amor es un sentimiento creado por Miguel para tener relación entre los seres que gocen de vida.

Pero entre seres como nosotros, el amor es unilateral.

Diferencia de los inferiores, quienes entre mortales se dedican afecto especial a un ser en particular.

Pero sólo para inferiores...

—Eso es francamente imposible, nacimos bajo el poder tan perfecto...

—¿Perfecto? Aqua, si incluso el fuera tan perfecto... entonces no estaríamos a punto de iniciar una guerra en contra de la muerte. Cosa que apenas conocemos.

No puedo negar ese miedo...

Incluso para todos nuestros iguales o incluso superiores, la muerte es algo...

No podemos explicar o entender aquello que jamás hemos vistos o conocido.

Una ves que se encuentren en el abismo de la muerte, entonces ya no hay vuelta atrás.

Incluso ahora nuestra muerte no es más que un siglo de vida, pues los mortales no mueren por así decirlo.

Su alma solamente pasa de cuerpo en cuerpo, así hasta el final de su última llama.

Pero la verdadera muerte... es nada.

No hay nada más que ese final, no hay forma de volver de la muerte definitiva.

Culpa de eso es el por qué de nuestro horror de combatir en contra de esta en su estado más puro.

—Pero incluso si el "Gobernante de la Luz" no fuera perfecto, nosotras fuimos diseñadas así.

—Aqua tiene razón, Freya, no hay manera de que ella...

—Lo sé por que lo he sentido y ahora lo he confirmado.

—... ¡!

¿A-caso Freya...?

—Un guardián fue el que estuvo bajo mi tutela, Odín es su nombre, este es un comandante de guerra y...

Freya miró hacia ningún lugar durante un par de segundos, para luego volver a vernos.

—Me he enamorado de él, pero este solo piensa en cómo evitar muertes en la próxima guerra, esta jugando con el destino incluso luego de perder el apoyo del "Primogénito del Tiempo, Cronos".

—¡Espera, espera, espera! ¿¡Es posible!?

No pude evitar estallar de la sorpresa, pues se supone que eso debería ser imposible.

Pero si Freya cayó enamorada por las fuerzas del amor, eso significa que yo... de Percy.

—...

No dije ninguna palabra más, solo me levante para irme del lugar.

Pero pude sentir la mirada de Freya clavada en mi nuca.

—Ahora que lo sabes ten cuidado, Aqua, el amor especial... es la peor debilidad.

Me gire para verle la cara, ahí me pude dar cuenta que ella... ¿estaba llorando?

—... Fre...

No podía decir nada, era una imagen que había visto por primera ves en la vida.

Nosotras las extensiones de la vida misma se supone que no podemos padecer algo negativo, pues eso es algo vinculado a...

La muerte.

Eso significa que el amor es tan poderoso que puede incluso hacernos caer de la luz a seres como nosotros...

—En el momento en cual vayas a caer por culpa de aquella maldición nacida en la luz, entonces yo iré a rescatarte y me desharé de la maldición.

Ya no puedo seguir sintiendo esto, yo... Debo decidir por un futuro mejor.

***

Un primer ataque fue el que generó el comienzo de la gran guerra.

Un universo entero cayó en solo segundos, una oscuridad infinita comenzó a expandirse sin parar desde ese lugar.

Aunque su mención sólo era de profecías, no había duda de lo que sentí ese día.

El "Monarca de las Sombras" había nacido.

Logramos colocar varios fuentes de reconocimiento a lo largo de las grietas limitantes.

Estas eran espacios de autoridad concentrada, era lo que separaba los terrenos universales.

Aunque algunos estén conectados por caminos o grietas, siendo una de estas en donde estamos ahora.

Pará buena o mala suerte, gracias a esto pude distanciarme de Percy.

Pensar que no lo he visto hace 300 años humanos y aún así no he podido olvidarme de él.

El sentimiento empezó a hacerme daño con el pasar de cada segundo sin el.

Sin duda alguna el amor... es una horrible maldición.

—Estoy empezando a entender el cansancio humano.

Incluso con toda la responsabilidad que tengo delante, a veces solo quiero volver a como era antes.

Relajarme o incluso caer ante los instintos mortales, beber una de esas bebidas que ellos crearon para agasajar.

Me senté en el gran trono del fragmento del Valhala, quería perder mi mente un segundo.

-¿Soy yo o te crecieron las tetas?

—...

Por Miguel, dime que el no...

—Per... ¿Percy?

-Oh, mira que si sabe como me llamo.

Ahí estaba, luego de tanto tiempo sin verlo. Parado al lado mío con un rostro que dejaba ver algo de fastidio.

Un segundo... ¿Cómo pudo pasar por mis sentidos...?

-Me mandas a luchar sin darme explicaciones de una forma muy mala, ¿para que?

Percy se acercó a la mesa, reposando su mano sobre la mesa.

-Pará que a la digna valquiria del agua se largara a no se donde... ¿Sabes cuantas mentiras tuve que decir para encontrarte?

—Estoy ocupada, te voy a enviar a tu siguiente...

-¡Oh, no! ¡No lo harás!

Percy se acercó a mí para sujetar mi muñeca con fuerza.

Podía liberarme tan fácil de esto, pero... mi cuerpo no me respondía.

Luego de sentir su tacto después de mucho es como... si todo de mi y todo mi ser quisiera no dejar de sentirlo jamás.

Estaba a su merced.

-Me vas a decir la verdad y por el bien de tus nalgas no te atrevas a mentirme.

—...

Jamás había notado lo dominante que puede ser de ves en cuando, es como otra persona.

Normalmente alguien a primera vista lo catalogaría como un descerebrado o musculo por mente.

Pero el... es este momento está siendo todo lo contrario a lo que alguna ves pensé de él.

—No lo sé.

-... ¿Huh?

—¡No lo sé!

Podía sentir la confusión que sentía Percy, no lo culpaba.

Pero incluso yo estaba más confundida que el ahora mismo, no sabía cómo expresar en palabras lo que sucedía.

Por nuestro bien, decidí solamente decir aquello que mi ser quería expresar.

—Quiero estar tanto tiempo junto a ti que tengo miedo, por eso decidí alejarte. Quiero tenerte pero a su ves prefiero tenerte lejos, aunque sin abandonarme.

-Eso no tiene nada de sentido...

—¡Se que no lo tiene!

-¡Entonces intenta decir algo claro!

—¡Es más difícil de lo que crees!

-¡¡Pues entonces hazlo de una maldita ves y...!!

—¡¡¡TE AMO!!!

-...

Fuu~.

Finalmente lo dije, así es como se deberían decir esta clase de cosas.

Estoy confesando el pecado de sentir amor especial hacia un ser en particular.

Percy dejó de ejercer fuerza y pude liberarme.

-Oh... Era eso, ya lo sabía.

—... ¿?

-Digo, en primer lugar estamos hablando de mi, no es una sorpresa que caigas ante mis encantos... Ni siendo una maldita valquiria, diablos Percy.

—... Te voy a...

¡Lo voy a destruir en mil pedazos!

-Pero también... es porque todo lo que estas sintiendo vendría a ser lo mismo conmigo.

—Tu...

-Es curioso, al inicio podía dármelas de vago, pero hacía mi tarea solamente para poder pasar más rato contigo.

—Esto... esta mal.

Intente alejarme de él, se claramente que todo esto está mal de alguna forma.

Pero Percy me sujeto con fuerza por la cintura y me atrajo hacia su pecho.

-No está mal, amar no es malo.

—¡Pará mí si! ¡El solo pensar en que será de mi una ves que tu limitado tiempo termine hace que yo...!

-No me iré...

Percy comenzó a acariciar mi cabeza al mismo tiempo que dejaba sentir todo su calor.

Este afecto... es diferente a todo el que alguna ves sentí o presencia a lo largo de mi tan basta existencia.

Esto es... único.

Por primera vez, de la boca de Percy en ese momento salió unas palabras sinceras.

-Te prometo que siempre estaré ahí para ti, sin importar de que forma... Porque yo...

La única vez que tuvimos intimidad jamás había tenido este tacto.

El había juntado sus labios con los míos, era una sensación extraña con sabor dulce.

Esto es... ¿Lo que los mortales llaman beso?

A pesar de todo lo que pueda pasarnos ahora, algo dentro de mi me dice que...

Puedo confiar en el, confiar en su palabra.

Porque ahora y para toda la eternidad, el había hecho un juramento.

Una promesa en la cual me juro que jamás me dejaría.

Al sentir eso cerca de mí, yo...

Caí ante la maldición del amor.

Esa fue la primera promesa que alguna vez me hicieron.

***

Esa fue la primera promesa que rompieron.

Un instante tan largo pero fugaz, una vida a su lado duro tanto y tan poco.

En la última de las batallas tuve que presenciar como todo eso se perdía para siempre.

Nunca debí dejar que Percy, el hombre al cual tanto ame. Se enfrentará contra el primogénito de los demonios, Baran.

Porque aunque ganó el combate y exterminio a aquel ser de la existencia misma, lo que pasó después...

Me destrozó...

No podía decir nada, no había forma de siquiera decir alguna frase.

—P-per...

Mi voz se volvió tan pesada como para no poder cargarla jamás.

Frente a mi, solo veía como Percy me extendía su mano y queriéndome tocar con ella a la distancia.

-A-Aqua...

Pero incluso aquella frase no pudo ser terminada, culpa de lo que acontecía.

Pues el tirano del poder, Valac, había atravesado el corazón de Percy con su espada.

Era la primera vez que lo veía sangrar así, el no tiene que sangrar tanto...

¡No debe! ¡No puede simplemente...!

-... H... H-huye...

Cuando vi como la luz abandonaba los ojos de Percy, yo finalmente... reaccione.

Y mi ser libero un grito desgarrador nacido desde mi existencia.

—¡¡¡¡PEEEEEERCY!!!!

Quería ir a tomar su mano, pero no podía.

Uriel, uno de los serafín, me había sujetado por el brazo y empezó a jalarme lejos de Valac.

—¡Aqua! ¡Ya perdimos a dos serafines, debes hacer el círculo con las demás! ¡Solo así podemos acabar con Valac!

—¡No! ¡Percy va a...! ¡¡Percy!!

Uriel giro su cabeza para ver a Percy, notando como Valac estaba liberando su autoridad hacia el.

Por ver esta escena, el serafín sólo pudo maldecir por lo bajo.

—Lo lamento...

Intente ir hacia Percy, pero no podía liberarme del toque de un serafín.

Fui testigo de los últimos momentos de la vida de Percy, quien comenzó a desaparecer en una luz oscura.

De la boca de Valac logre escuchar un susurro.

—"Erradicar".

Solo bastó un momento, maldije quién era por el dejarme ver aquello que no todos pueden ver.

En ese instante... Percy desapareció frente a mí.

Ahora lo entiendo, este es el precio a pagar por aceptar un fugaz placer con el amor.

Este dolor... es... horrible.

—¡¡¡PEEEERCY!!!