Tadano-kun tiene demasiado trabajo
El día de hoy parecía ser bastante normal, hasta que al entrar al salón luego de ir un momento al baño vi a Tadno-kun siendo bombardeado con peticiones. Era cierto que él era el presidente de la clase... Aunque técnicamente lo obligaron a serlo.
—Tadano, necesito que recojas los documentos en el aula de profesores —pidió nuestra sensei.
—Tadano, es sobre el festival cultural... —dijo otra compañera.
—¡Tadano! ¿Cuándo planeas instalar las cámaras ocultas para tomarle fotos a Komi-san? —le preguntó Yamai-san.
—Tadano, dejaré el asunto sobre cambiar el "Comité de clase" a la "Guardia Imperial de Komi" en vuestras manos —dijo un tercer compañero.
Por cierto ¿Qué rayos era la Guardia Imperial de Komi? ¿Y por qué razón me sentía en la necesidad de formar parte de ella?
El punto era que esa cantidad de trabajodescomunal era excesiva incluso para alguien como Tadano-kun. Najimi-chan quien tenía la función de vicepresidente vio como Tadano-kun parecía desfallecer con todo eltrabajo y estuvo a punto de salir corriendo hasta que otra compañera llamada OnemineNene-san lo impidió. Ella era una chica delgada y alta, bastante atractiva.
—¿Necesitas algo también Onemine-san? —le preguntó Tadano-kun.
—Ah, no... Realmente vine a ayudarte.
—¿Quieres que te deba un favor?
Pobre Tadano-kun, parecía que todo el trabajo había podido con él y ahora tenía un pequeño problema de confianza, aunque Onemine-san tan solo se rió ante esa pregunta.
—No, realmente veo que tienes mucho trabajo así que te daré una mano.
Onemine-san literalmente ordenó que Najimi-chan fuera al aula de profesores a encargarse del papeleo que la sensei había pedido momentos antes y luego me vio a mí. No me daba un buen presentimiento. Tomó toda la pila de papeles y la dividió en tres partes iguales, Ella cargó una y me la entregó, luego tomó otra y la que quedaba disponible era para Tadano-kun.
—Tú —se dirigió a mí—. Nos ayudarás.
¡Lo sabía! Debí haber corrido cuando tuve la oportunidad. Mi rostro estaba serio pero no quería trabajar honestamente, aun así Onemine-san se acercó demasiado a mí. ¡Tranquilo! ¡Tranquilo! No debo caer ante ese viejo truco de la chica linda.
Piensa en algo más.... ¡Piensa en Komi-san¡ ¡Una Komi-san, dos Komi-sans! ¡Tres Komi-sans!
—¿Tienes algún problema con eso? —me preguntó Onemine-san mientras me sonreía.
—No realmente —contesté automáticamente.
No pude ganar la batalla contra ella. Komi-san nos vio desde su asiento, parecía que quería ayudar y de hecho incluso Tadano-kun le pregunto eso, pero Onemine-san dijo que con nosotros tres sería suficiente. Salimos y ahora nos encontrábamos caminando por los pasillos.
—¿Y qué tal ha ido la escuela? —pregunto ella.
—¿Por qué tan de repente la pregunta? —dijo Tadano-kun—. Ah, veamos...
—¿Acaso los han estado molestando? —interrumpió ella.
—¿Qué? —preguntamos los dos al unísono.
Onemine-san se aclaró la garganta, como si pareciera un poco incomoda decir lo que fuera a mencionar en ese momento, pero también como si su curiosidad fuera más grande y realmente quisiera saber más sobre esta situación.
—Bueno, Tadano-kun no sabe decir que no a los favores que todos le piden. Y es bastante dócil a la hora de actuar.
Ante la mirada caída de Tadano-kun no pude evitar sacar una muy pequeña risa. Pero Onemine-san luego siguió conmigo, para este punto ya habíamos entregado los papeles y estábamos de regreso.
—Y bueno tú.... He estado pensando esto durante un tiempo y no había tenido la oportunidad de hablar contigo hasta ahora pero... ¿Eres masoquista?
—¿Qué?
Mi tono de voz esta vez sí que había cambiado a uno de completa sorpresa, y fue el turno de Tadano-kun de reír. Onemine-san se rascó la cabeza algo nerviosa.
—Bueno, es que hay rumores sobre lo difícil de tratar que es Komi-san y entonces alguien como tú, quien siempre parece estar a su lado bueno... hay mucha gente que te mira con ojos asesinos. Por ejemplo Yamai-san a veces te mira como si ni siquiera fueses un ser humano.
—Apenas me voy enterando de eso —murmuré.
¡Pensé que Yamai-san y yo ya éramos amigos! Debo recordar no bajar mi guardia cerca de ella.
—Y entonces pensé que quizá te gustaba todo eso... No me malentiendas, si ese es el caso no soy nadie para juzgar tus gustos.
Seguíamos caminando y escuchaba a Tadano-kun tratando de aguantarse la risa detrás de mí ¡Tadano-kun, esto es un asunto serio! No había temido tanto por mi vida hasta ahora.
—Bueno, estás equivocada en eso —le dije—. Komi-san no es difícil de tratar, lo entenderías si tratases de hablar con ella. Creo que eso le alegraría.
—¿Lo crees? Todos la enaltecen demasiado —dijo ella—. Así que puede que ella nos mire como si...
Sabía lo que iba a decir, y quería aclarar antes que nada que Komi-san jamás miraría a alguien como si no valiera nada o como si ella fuese superior.
—No es así —le dije de inmediato—. Komi-san es una buena amiga y no permitiré que alguien piense mal de ella.
—Oh... claro —dijo Onemine-san.
—Eh, bueno aprecio mucho tu ayuda Onemine-san —dijo entonces Tadano-kun—. Iré a mi asiento ahora. Y de verdad te agradezco.
Seguimos con la mirada a Tadano-kun y gracias a eso nos dimos cuenta que Komi-san nos observaba mientras se asomaba un poco por la puerta. Onemine-san al parecer pensó en lo que dijo y trató de hablarle.
—Ey Komi-san ¿Qué tal...?
Pero no terminó de hacer la pregunta cuando Komi-san se escondió dejándola con la palabra en la boca.
—Eh... No pienses mal —dije rápidamente—. Es un malentendido.
Onemine-san dijo que no había problema y entró al salón. No hablamos más hasta que terminamos las clases y en un momento de distracción no noté como el trabajo de Tadano-kun se había vuelto a acumular. Ella entonces volvió a hacia él y se ofreció a ayudarlo.
Me sentía un poco mal de verlos a ellos dos con todo el trabajo otra vez, así que como no tenía nada que hacer en mi casa, me ofrecí para ayudarlos nuevamente. Y de la misma forma Onemine-san le dijo a Komi-san que no era necesario que ella se quedase. Komi-san asintió pero por su mirada parecía que de verdad quería quedarse y ayudar a sus amigos.
—Ey Komi-san —la llamé antes de que saliera del salón— ¿Qué... qué te parece si me ayudas a mí con esto?
Sus ojos brillaron y acomodó su pupitre junto al mío y ambos comenzamos a trabajar en lo que me habían dicho que hiciera, aunque podía jurar que sentía la mirada de Onemine-san fijada en nosotros sin embargo preferí no decir nada para evitar arruinar el ambiente.
*Al día siguiente*
Era temprano y luego de cambiar mis zapatos vi a Komi-san apunto de subir las escaleras así que fui a saludarla. Pocos segundos después escuché la voz de Onemine-san mientras nos abrazaba a ambos.
—¡Ey ustedes dos! —dijo con alegría.
Como si ya lo hubiera previsto Komi-san comenzó a temblar por los nervios.
—Lo siento, ¿Me excedí? —preguntó Onemine-san.
Komi-san negó con la cabeza un par de veces y luego mostró su libreta.
"Lamento de verdad haber huido ayer cuando trataste de hablarme"
Y luego mostró mensaje que decía "Buenos días"
—No tienes porque disculparte —dijo ella—. Por cierto Komi-san.
Onemine-san se acercó a ella y comenzó a susurrarle algo que ya no pude escuchar, pero lo que haya sido la puso incómoda pues se sonrojó y huyo del lugar.
—¡¿Qué le dijiste?! —pregunté curioso.
Pero Onemine-san tan solo río y después se puso un dedo sobre sus labios.
—Es un secreto entre Komi-san y yo.
*****
Bueno nuevamente otro capítulo nuevo. Como siempre muchas gracias por leer y por todo su apoyo :)
Ya saben que si les gustó pueden dejar su voto y cualquier comentario siempre es bienvenido.
Ya he escrito un par de capítulos más, pero igual no quiero publicarlos tan seguido para tener algo de tiempo para escribir y que las actualizaciones sean constantes. Esperoq ue lo entiendan.
Sin más por decir: Nos vemos en otro capítulo :)
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