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El rey de los gatos

Era un nuevo día, el festival cultural y todo relacionado había quedado enterrado semanas en el pasado, excepto todos aquellos momentos en los que pasé al lado de Komi-san, por alguna razón siempre aparecían en mi mente de forma inesperada... pero no me quejaba de aquello era como ver una comedía romántica dentro de mi cabeza.

Fuere como fuere, recién comenzaban las clases pero vi como Komi-san levantó su libreta apenas me senté en mi lugar.

"... Y eso fue lo que vi en televisión ayer"

Si bien Komi-san había estado comunicándose a través de pequeñas y concisas frases lo que me había terminado de relatar era demasiado largo para que ella hablase todo el tiempo, para resumir había visto el anuncio de un nuevo café con temática de gato y Komi-san adoraba los gatos.

Por lo que a pesar de ser solamente palabras escritas podía sentir la pasión que emanaba de ella a la hora de escribirlas, e inesperadamente escribió algo más después de un rato.

"¿Quieres ir conmigo a ese lugar?"

Probablemente esa era la razón por la cual se había quedado pasmada sin hacer nada los últimos cinco minutos, debió haber estado reuniendo el valor suficiente para poder invitarme de esa manera... Y aquí les preguntó, qué hubieran hecho ustedes.

—Sí.

—...Esa fue una respuesta inmediata.

El comentario de Tadano-kun hizo darme cuenta de mis acciones, había aceptado a ir con ella sin pensarlo dos veces, pero ya habíamos bailado juntos, tenido una cita en vacaciones, habíamos ido a casa del otro y demás cosas juntos... Una salida a comer a un café no era cosa del otro mundo podía manejarlo.

—¿Y por qué estás temblando? —preguntó Tadano-kun.

—...Alergias

Mentí, no necesitaba que mi emoción se saliera por algo tan simple. Komi-san desde luego invito a nuestras demás amigas y a Tadano-kun pero misteriosamente ninguno más pudo ir, tan solo seríamos ella y yo.

Luego de las clases que a mi parecer se pasaron volando, pues estaba dormido y fantaseando con todo aquello, por fin pudimos llegar al Neko Café que tenía por nombre "Gateau"

—Realmente nunca había venido a este tipo de lugar —comenté—. No sé que esperar ¿Es como un maid café, pero las chicas se visten de gato?

Komi-san negó varias veces con la cabeza. La curiosidad me estaba matando así que no tardamos entrar al lugar.

¿Y qué fue lo que me encontré?

Gatos, gatos y más gatos. Todos ellos rondaban libremente por el lugar, había incluso pequeñas camas y lugares en los que pudieran recostarse. Nos aproximamos a la recepción y sentí como un gato comenzó a frotarse entre mis piernas, al principio me sobresalte un poco pero pude acostumbrarme. Escuché también una pesada respiración a mi lado.

Volteé tan solo para ver a Komi-san con los ojos bien abiertos acercándose lentamente al gato que estaba entre mis piernas. Era una faceta que nunca antes había visto, sabía que le gustaban los gatos pero no a tal extremo.

Llegamos a una pequeña sala con un sofá y algunos cojines en el suelo, cuando me senté más gatos se acercaron a mí.

—Sí que los gatos tienen una libertad total aquí ¿No? Además, están tan acostumbrados a las personas que incluso se acercan a alguien como yo ¿Qué te parece Komi-san?

Vi que ella estaba sentada con la mirada clavada en el suelo y temblando, ningún gato se le había acercado en todo este tiempo, cuando me moví un poco para darle uno de los que estaban conmigo, todos se abalanzaron sobre mí y comenzaron a lamerme.

—¡No, no! ¡Basta!

Aunque su lengua era áspera, me estaban dando cosquillas y no pude evitar reírme. De hecho era la primera vez que me reía tan fuerte que incluso las lágrimas salieron de mis ojos, los gatos se detuvieron cuando olieron algo de comida y por fin me dejaron respirar. Cuando me recobre vi a Komi-san haciendo un puchero diferente al que había visto en otras ocasiones.

Si algo me había enseñado Tadano-kun es que esa era la expresión más pura de celos que podía haber.

—M-mira Komi-san —le dije rápidamente—. Ahí hay uno que está dormido, ¿Por qué no vas a acariciarlo? No escapará de ti.

Ella se levantó y caminó lentamente hacia el gato dormido pero lejos de tocarlo comenzó a caminar de un lado a otro, conociéndola estaría pensando que no quería despertarlo aunque trataba de llamarlo muy levemente y con mucha vergüenza.

—Incluso es mala para comunicarse con los gatos —murmuré.

Nos sirvieron un poco de café y unas rebanadas de pastel luego de unos minutos, fue algo difícil comer con todos los gatos tan pegados a mí, me sentía mal por Komi-san, ningún gato se quería acercar a ella, legué a la conclusión de que tenía el mismo efecto que en las personas, quizá incluso aplicaría a todo ser vivo de Japón.

Finalmente cuando estuvimos a punto de irnos un gato gordo y negro se acercó a ella y puso su pata sobre su brazo, al final se sentó sobre su regazo. La dependienta de la tienda se acercó a nosotros cuando vio todo aquello, y puso una verdadera expresión de sorpresa.

—¡Wow! Es sorprendente, Chocolate nunca había tratado de acercarse a nadie antes.

—Miau...

Komi-san había maullado

En ese momento dejé de pensar en porqué el gato se llamaba "Chocolate" pues esa escena había hecho que mi mente se pusiera en blanco y mi corazón explotara, era peligroso dejar que Komi-san hiciera casi cualquier cosa cuando dejaba de ser tímida porque era realmente adorable.

Ella pasó un rato jugando con el gato y llegó la hora de marcharnos.

—Parece que te hiciste famosa al ser la primera persona que jugaba con ese gato —comenté.

—P-pero... tú tuviste más gatos. Y-yo solo uno.

Komi-san no había escrito esta vez quizá porque aun seguía emocionada por aquello, aun así su comentario dejo en claro que quería jugar con todos los gatos del café y vi un poco de decepción en su mirada, no dijimos más pues era momento de separarnos.

Me quedé pensando en lo que Komi-san había dicho hasta que de camino a casa pase frente a una tienda de ropa y vi algo que llamó mi atención. Sí, con eso podría hacer que su día fuera un poco mejor, a pesar de la vergüenza que me hizo pasar el comprar esa cosa lo pude hacer.

Di media vuelta y corrí hacia casa de Komi-san, no me atreví a tocar la puerta por temor a que su madre o su padre abrieran así que trepé la pequeña barda y me colé en su patio, finalmente escale como pude hasta llegar a la ventana que sabía daba a su habitación y di ligeros golpes para llamar la atención.

—Espero que esté ahí sino no solo será la vergüenza de usar esto, sino que además tendré problemas con la policía por meterme a una propiedad privada —murmuré—. Eso si no se me vencen los brazos antes de tiempo sino caeré y me quebraré el cuello.

Estaba colgando y tratando de resistir con todas mis fuerzas, lo hacían ver tan sencillo en las películas que a veces olvidaba que esto era la vida real. Pero por fin pude escuchar como la ventana se abría y a Komi-san mirando a través de ella.

—¿Qué hay de nuevo?

Pregunté de una manera casual para que no viera como estaba dando mi máximo esfuerzo. Pero fue un momento muy largo de un silencio algo incómodo, ella parecía estar tratando de analizar la situación.

—Eh... Komi-san ¿Me ayudarías a subir?

Mis palabras parecieron traerla a la realidad y jaló mi brazo con todas sus fuerzas, pude por fin escalar y entrar a su habitación, una vez adentro me recosté boca arriba tratando de recobrar mi respiración.

—¿Q-qué es eso?

Escuché como Komi-san preguntaba eso, me puse de rodillas y alcé mis puños ¡Ah! Lo que hago por esta chica que es técnicamente mi mejor amiga.

—N-nya

Imité a un gato. Justo ahora estaba usando un pijama de cuerpo entero que funcionaba como un disfraz de gato, sentí que me veía realmente tonto, pero quería que komi-san tuviera otro "gato" cerca aunque se tratase de mí.

Komi-san no dijo nada tan solo me miró en silencio.

—Es más vergonzoso que me des esa mirada a que me digas cualquier cosa ¿sabes?

Bajé la mirada, pero escuché una ligera risa que terminó por convertirse en casi una carcajada. Debería sentirme avergonzado o quizás un poco molesto por la situación, pero no era nada de eso. Era la primera vez que la escuchaba reír así.

—¿Por qué? —preguntó Komi-san entre risas.

—Pensé que esto te animaría, dijiste que tan solo tuviste un gato... Bueno aquí tienes a quien atraía todos los gatos, vestido como uno. En pocas palabras soy el rey de los gatos y vine a visitarte.

Komi-san se sonrojó bastante pero no por eso dejo de reírse. Oye esto ya me está preocupando, no deja de hacerlo cada vez que me ve.

—¿Tan mal me veo? —pregunté.

Komi-san se limpió las lágrimas que le habían salido de la risa, y puso su mano sobre mi cabeza.

—Todo lo contrario —esta vez sí que había hablado con más timidez—. T-te vez adorable... c-creo que incluso más que cuando... estabas riéndote esta tarde.

Sentí el calor subir por mis mejillas mientras veía como Komi-san seguía igual de sonrojada, un silencio se produjo, estuve por decir algo cuando ella bajó su mano de su cabeza y la colocó en mi mejilla.

—G-gracias —dijo—. R-realmente eres el mejor amigo que jamás pude haber tenido.

Y luego de eso una calidez inundo mi cuerpo, Komi-san me había abrazado, era la segunda vez que pasaba pero se sentía inexplicablemente bien ¡Maldita sea tengo que controlarme, siento que mi cuerpo está tratando de desmayarse por no saber qué hacer!

—¿P-puedo acariciar tu cabeza "Rey de los gatos"?

—Con gusto.

Respondíautomáticamente y Komi-san jugó más que nada con aquellas orejas falsas quetenía la pijama. Terminé por regalársela sabiendo que eso le gustaría.

*****

Nuevo día, nuevo capítulo. Gracias por seguir leyendo esta historia.

Ya saben que si les gustó o no pueden hacérmelo saber por medio de todos sus sensuales comentarios 7u7

Como lo prometí ya lo subí hoy xD realmente me costó mucho trabajo hacerlo ya que por el horario de mi actual trabajo me roba todo el día y literalmente toda la energía alv. Justo ahora estoy escribiendo esto medio adormilado así que so hay errores espero que lo comprendan

Sin más por decir: Nos vemos en otro capítulo :)

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