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Consiguiendo amigos

Luego de lo sucedido hace un par de días intente que Tadano-san y Komi-san se acercaran, lo cual resultó bastante bien. Ahora los tres éramos amigos, pero eso no bastaba y con eso me refiero a que a pesar de todo, aun le costaba incluso mirarnos y viceversa.

Pero eso era porque ella era demasiado atractiva. Su piel era pálida, su cabello era suave, sus ojos eran granes y profundos, además de que siempre olía bien. Literalmente deslumbraba conforme aminaba por el pasillo.

—Buenos días, Komi-san —la saludé.

Ella simplemente me miró sin responder nada.

—Eh, estaba pensando que deberíamos practicar tus habilidades de comunicación, trata de decirle a alguien "Seamos amigos", no creo que nadie te diga que no. A diferencia de mí.

Y para demostrarlo le dije eso al primer chico que pasó por el pasillo, pero solo me miró de una forma nerviosa y dijo que no para después irse corriendo.

—¿Lo ves? Aprende de mí y no uses ese tono de voz —dije mientras me volteaba para verla— ¿Komi-san?

Ella se había petrificado, ya fuera por los nervios o porque quizá pensó que las personas la rechazarían igual que lo hicieron conmigo. La trataba de llamar pero no reaccionaba, su grado de desorden de comunicación era demasiado alto. Al final terminamos entrando al aula y por lo menos fuimos capaces de saludar a Tadano-san, a nuestra manera desde luego. También terminé por hablarle del objetivo de Komi-san, él también se ofreció a ayudar.

—¿Qué tal si nos acercamos a cualquier compañero y le decimos simplemente que Komi-san quiere ser su amiga? —sugirió Tadano-san.

—¿Qué te parece eso? —le pregunté a Komi-san.

Ella asintió, por un momento pareció que le salieron orejas de gato de lo emocionada que estaba. Tadano-san igual lo notó y en su rostro se reflejaba la sorpresa, pero no fue mi caso. Decidimos ponernos en acción y Tadano-san se acercó a esta chica, de cabello castaño quien reía con otras dos chicas, parecía bastante amable.

—¿Yamai-san? —la llamó Tadano-san.

—¿Hmm? ¿Qué sucede Tadano-kun? —dijo ella.

—La verdad es que Komi-san, quiere... hacer amigos.

Yamai-san había tomado a Tadano-san por el hombro y se acercó a su odio, aun así pude escuchar todo lo que decía, su sonrisa se había desvanecido y había dado lugar a una mirada casi asesina.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué le dices de esa manera? Al ser una persona tan importante debes llamarla Komi-sama, no seas un creído solo porque te sientas cerca de ella. También te he visto hablando con ella hace un momento ¿Entiendes el milagro que es que ella te hable? Escoria, una mierda de caballo como tú debería estar agradecido de poder tan siquiera respirar el mismo aire que ella...

Era una total yandere, mientras ella seguía insultando a Tadano-san a tal punto que se necesitaba censura, la tomé del hombro y ella se volteó.

—No es necesario insultar tanto, todos somos amigos ¿No es así? —dije, mientras trataba de hacer una sonrisa.

Ella parecía aterrada, y dejó de hablar con ambos. Se retiró junto con sus dos amigas.

—Eso no salió como lo esperaba —dijo Tadano-san.

—Lo sé.

Pasaron las siguientes clases con normalidad hasta que llego la hora del almuerzo. Komi-san comía sus onigiris con elegancia, a su lado estaba Tadano-san con sus manos sobre el rostro. Al final, terminó recibiendo algunas respuestas similares por parte de otros compañeros, y ninguno tenía más conocidos para intentarlo.

Cada uno se lamentaba por haber fallado en la promesa de ayudarla, Tadano-san estampó su rostro contra la mesa gritando "Soy un inútil", llamó la atención de algunos incluyendo de otra chica que estaba unos lugares más adelante. No la reconocí al instante, pero luego de unos segundos de verla mejor supe de quien se trataba, ¿De verdad? Podría ser una solución.

Me levanté de mi lugar y me acerqué.

—¿Najimi-chan? —dije.

Ella con una gran sonrisa me habló.

—Veo que ya te recuperaste de la estampida de hace dos días. ¿Qué sucede, tienes algún asunto importante con tu amiga de la infancia Osana Najimi?

Osana Najimi es una persona que se adapta fácilmente.

—Oh, y veo que también están Tadano-kun y... ¿Komi-san?

No me había percatado que ellos estaban detrás de mí hasta que los mencionó, uno normalmente habría brincado del susto o la sorpresa pero no fue mi caso, mi mirada de seguro estaba estoica. Aclaré mi garganta y la presenté.

—Komi-san, Tadano-san. Ella es una amiga de la infancia, Osana Najimi.

—Lo sé —dijo Tadano-san—. Ella y yo nos conocimos en la secundaria. Un momento ¿Ella? ¡¿Ella?! ¿por qué llevas puesta una falda?

—¿De qué hablas? —preguntó Najimi-chan— Soy una mujer, es natural que lleve falda.

—No, no, no —negaba Tadano-san—. En secundaria tú eras Najimi-kun. Un chico.

—Creo que te estás confundiendo —dijimos tanto Najimi-chan como yo.

—Yo recuerdo haberla conocido como una chica —agregué.

—De ninguna manera —Tadano-san sacó su celular— ¿Lo ves? En esta foto llevas un uniforme de chico.

Sí, así era Najimi-chan. Recuerdo que le gustaba mentir para divertirse con las personas, era alegre y el punto a favor en nuestro plan es que ella...

—¿Najimi, viste eso ayer? —dijo un chico

—¿Te refieres a la caminata de los fuertes? Claro, el líder era lento pero genial ¿Cierto? —dijo Najimi.

—Najimi, ¿vendrás a ver los clubes después de clases? —dijo una por fuera de la ventana.

—Hoy no puedo ¿Qué tal mañana? —Le respondió a la chica.

—Gran Najimi, aquí tienes la novela que me prestaste ayer —dijo un tercero.

—No hay de qué, espero que te haya gustado.

Las interrupciones seguían, muchas personas más se acercaban para hablarle. ¡Ese era el punto fuerte de Najimi-chan! Era la persona más sociable que uno podría conocer, era un superpoder.

—Najimi, ¿quiénes son todos ellos? —preguntó Tadano-san.

—Mis amigos de la infancia, por supuesto ¡Todos en esta escuela son mis amigos de la infancia!

Por la mirada de Komi-san podía saber que ella estaba realmente impresionada.

—Najimi-chan —le dije—, hay un favor que quisiera pedirte.

—Claro, ya que es un favor que mi amigo de la infancia me pide —dijo ella tocándose el pecho— ¿Acaso quieres descargar la lujuria contenida con mi cuerpo? ¡Aunque ten presente que Tadano-kun y Komi-san están aquí.

—No es eso.

—Oye, oye —dijo Tadano-san—. No hagas eso siendo un chico, es raro.

Najimi-chan solo reía.

—Muy bien Komi-san, como lo practicamos en la mañana —la alenté.

Komi-san solo miraba a Najimi-chan en silencio. Los minutos pasaban y nada sucedía. Pero parecía temblar y eso obviamente asustó a Najimi-chan. Tadano-san tuvo que intervenir.

—Ah, ella quiere decir "Seamos amigos" ¿No es así?

—Lo siento, pero no puedo —dijo Najimi-chan.

Con esas palabras terminó petrificando a Komi-san del shock, Tadano-san también estaba sorprendido por al respuesta. Ninguno de nuestros intentos por reanimarla funcionaban, la dejamos un momento y arrastramos a Najimi-chan fuera del salón.

—¿Qué demonios fue eso? —dijo Tadano-san— Tus habilidades sociales son fácilmente las número uno en todo el país ¿Por qué rechazaste a Komi-san?

—Lo siento, pero no soy tan buena con ella. Verás, como sabrás todos son mis amigos de la infancia, eso la incluye a ella. Una vez la conocí cuando éramos pequeños y a pesar de mis esfuerzos por hablarle, ella simplemente me ignoraba. El impacto de que ella fuera la única persona en no ser mi amiga fue tan grande que me dejo postrado en cama una semana.

—Veo que Komi-san es así desde pequeña —dije.

—Al igual que tú —me respondió Najimi-chan—, desde la primaria tienes esa cara de "No me hablen"

—Gracias —dije, intentado no sonar del todo sarcástico.

—En fin —continuó Najimi-chan—. Cuando la miró a los ojos me dan escalofríos.

—Aún así, me harías un favor enorme sí pudieras, no sé, quizá volver con ella después de la escuela. Esto seguro que la comprenderás una vez que hables con ella —dije.

—Veo que la apoyas mucho ¿Acaso te gusta? —preguntó Najimi-chan.

—Eso es tema aparte.

No iba a negar que no me atrajera físicamente, como a todos los hombres en esta escuela.

—¡Eso sí que es nuevo! —gritó Najimi— ¡Es la primera vez que te veo rojo!

Caí en cuenta que sentía el calor subir por mi rostro. Creo que ese era el poder de Komi-san, lograba ese efecto en mí.

—Te diré una cosa —dijo Najimi—. Sólo porque esta es una imagen única, lo haré por ti.

Así quedó decidido todo, al final de la escuela Najimi-chan le pidió a Komi-san que volvieran juntas a casa. Tadano y yo decidimos seguirlas por si alguna situación se daba. Y de verdad que parecía incómoda y algo forzada, pero ambas chicas seguían caminando.

—Perdona que haya dicho que no podía ser tu amiga. No quise sonar grosera.

Komi-san no la miraba a los ojos. Esto sería un desastre.

—En realidad parece estar tan nerviosa que no la puede ver —dijo Tadano-san

—¡Ah cierto! ¿Recuerdas que tú y yo nos conocimos hace mucho tiempo? —preguntó Najimi-chan.

Komi-san dejó salir un simple seseo. La explicación de Tadano-san era que por los mismos nervios le era difícil modular su voz, este chico realmente era bueno para leer el contexto de la situación, quizá por eso se había hecho amigo de personas como nosotros.

De repente dos chicos corrieron en dirección a las chicas, llamando específicamente a Najimi-chan. Aquel tipo alto y fornido al que su amigo lo llamó Maa-kun se le había confesado a Najimi-chan, pero ella lo rechazó de una manera muy rara.

—Imposible, soy un hombre —dijo Najimi-chan sin dudarlo.

Ahora entendía a Tadano-san, ella, él, eso me confundía sobre su verdadero sexo. Pero no era momento de pensarlo porque el tal Maa-kun había tomado a Najimi del brazo y lo sujetaba con fuerza, pero Komi-san le tocó el hombro llamando su atención, cuando Maa-kun se giró ella extendió su mano mostrando una llave.

—Yo... Ma... te... —decía con una voz muy entre cortada que nadie entendía.

—¿Acaba de decir "Yo maté"? ¿Mataste al último hombre que le hizo algo a Najimi, y con las llaves de su propia casa?

Komi-san solo lo miraba fijamente.

Los dos sujetos terminaron huyendo de miedo, según Tadano-san lo que en realidad quiso decir era "Es tuyo. Toma, se te cayó". Pero ella se veía decaída, quizá por que nuevamente la malentendieron, Najimi-chan solo se echó a reír.

—Después de todo, parece que sí seremos amigas —dijo ella— Te había malinterpretado. Pero eres buena persona después de todo. En fin Tadano-kun, ¿No quieres acompañar a tu viejo amigo a casa?

Tadano-san asintió y yo me quedé solo con Komi-san.

—Bien Komi-san. Ahora tienes una nueva amiga más, te faltan 97.

Debía reconocer que Komi-san se estaba esforzando por cambiar.

Eso me hizo soltar una ligera risa. Komi-san sacó la libreta que le había dado y escribió.

"¡Al parecer, sí que puedes reír!"

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