1
A veces, trabajar con su abuelo en el templo se volvía monótono. No es que no apreciara el lugar; al contrario, lo amaba profundamente. Sin embargo, su abuelo solía relatar historias sobre todos los objetos sagrados o malditos que guardaban allí.
—... esta es la perla de Shikon...
—Abuelo, solo es un llavero, una baratija —expresó con sinceridad. En ese instante, su comentario pareció molestarlo, y la mirada de seriedad que le lanzó el anciano fue espeluznante.
—¿Cómo te atreves a decir eso? —exclamó—. Esto es un amuleto muy poderoso que ha trascendido de generación en generación.
—¿No te parece algo ilógico que, si fueran tan poderosos, no habría sólo un ejemplar de este? —cuestionó, alzando el llavero para respaldar su punto, habían demasiados, simplemente eran copias. Su pequeño gato intentaba jugar con el "amuleto mágico", provocando un suspiro exasperado en su abuelo.
—No lo entenderías —susurró el anciano.
A pesar de la diversión que sentía por la situación, no pudo evitar rodar los ojos.
—Ahora que recuerdo, aguarda un momento, JungKook —dijo mientras rebuscaba en cajas cercanas—. Ya que hoy es el cumpleaños de mi nieto favorito, quiero darte un regalo que tenía guardado para ti.
El pelinegro lo miró con ilusión e intentó hablar, pero toda emoción se desvaneció al ver lo que su abuelo sostenía.
—Es la garra disecada de un monstruo acuático, trae buena suerte, te contaré su historia...
—Debo irme, en una hora debo estar en la universidad y no puedo perder el tiempo —se levantó con rapidez y salió corriendo del pequeño almacén. Con exámenes importantes cerca, la puntualidad era crucial para no perder ninguna materia.
Ascendió las escaleras hacia su habitación y, una vez dentro, se despojó rápidamente de su ropa, apresurándose hacia la ducha. Bajo la cálida lluvia de gotas de agua, permitió que la relajación se apoderara de él.
El origen de la familia proviene de este templo antiguo. En el templo hay un árbol sagrado con mil años de antigüedad y también se dice que hay un pozo escondido. En realidad hay cientos de elementos que conforman su origen, pero la verdad es que nunca les ha prestado atención. No era algo que en realidad le importara mucho, los estudios absorbían completamente su enfoque.
Emergió de la ducha con un suspiro ligero, observando el vapor que se había acumulado en el espacio. Con serenidad, se vistió y, tras recoger su mochila, abandonó la habitación.
—Voy a la escuela —anunció al salir por la puerta de su casa. El camino solía ser tranquilo, permitiéndose tomarse su tiempo, siempre asegurándose de salir lo suficientemente temprano para evitar llegar tarde.
—¡JungKook! ¿Puedes venir un momento? —su hermano lo llamó desde uno de los templos en casa.
—Binnie, sabes que está prohibido jugar en los templos. ¿Sucede algo? —Aunque su hermano era un tanto travieso, pero nunca desobedecía reglas importantes.
—Es solo que Dami bajó y no la veo por ningún lado, me da miedo entrar, es espeluznante —tembló solo de pensarlo.
—No puede ser, llegaré tarde —se quejó mientras bajaba las escaleras. La luz exterior apenas iluminaba el lugar; estaba demasiado oscuro. Notó el pozo en el centro, con pergaminos en las puertas cerradas, provocándole un escalofrío—. ¡Dami! ¿Dónde estás, gatita traviesa? —llamó al pequeño animal que no parecía querer salir—. ¿Dami? —se asomó debajo de uno de los escalones y la vio allí—. Aquí estás —suspiró con alivio, cargándola en brazos—. No vuelvan a entrar aquí, ¿entienden? Si el abuelo los ve, se enfadará...
Un estruendo ensordecedor retumbó detrás de él, y apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió que lo arrastraban hacia el interior del pozo. Lo último que divisó fue la cara de terror de su hermano, gritando su nombre.
La confusión y el miedo se apoderaron de él; solo sentía manos que lo aferraban mientras caía, sin fondo aparente, sin el contacto reconfortante del suelo bajo su espalda.
—La perla de Shikon —solo escuchó ese susurro y cuando abrió los ojos estaba acostado en el fondo del pozo.
"¿Qué había sido todo aquello?".
—¡¿SooBin, hay alguien fuera?! —gritó, anhelando que su llamado resonara, pero el silencio era su única respuesta—. Este niño, sí me dejó solo aquí porque le dio miedo, se las verá conmigo —se quejó mientras intentaba trepar por las paredes del pozo. No era una tarea complicada, dado que estaban construidas con piedra. Al emerger, se sintió aún más desconcertado.
"¿Dónde mierda estaba?".
—Este no es el templo. —Ni siquiera susurrando esas palabras podría creérselo—. ¡¿Hola, hay alguien aquí?! —silencio total. Observó a su alrededor, tratando de reconocer algo en medio del maldito bosque. Divisó lo que parecía ser el árbol sagrado de su casa, y un rayo de esperanza lo atravesó; debía estar cerca del templo.
Corrió en esa dirección, esquivando arbustos en su camino y llegó al lugar, sintiéndose sofocado por haber corrido con tanta desesperación. Para su decepción, solo encontró más árboles y... ¿Qué demonios? ¿Era un chico? Se acercó lentamente y subió por las raíces del árbol, quedando cara a cara con aquel hombre de dudosa procedencia. ¿Estaba dormido? Lo analizó, notando sus orejas extrañas encima de la cabeza, blancas y peludas, como las de un gato. Acercó su mano y acarició las orejas, verificando que eran reales. Aquello debió asustarlo, pero se sintió intrigado, comenzó a picar la mejilla del chico con su dedo repetidamente, intentando despertarlo.
—Oye, ¿sabes dónde estoy? —insistió picando su mejilla, pero no obtuvo respuesta, por lo que finalmente se rindió.
"Maldita sea".
—¡Hey! ¿Qué hace ahí? ¡Baje inmediatamente! —un hombre gritó provocando que Jungkook se asustara, pero cuando se volteó, pudo ver a un montón de personas apuntándolo con arcos y espadas.
"¿Qué?".
—¡Baje de ese lugar! —gritó otro.
—Bien, no tienen que ponerse agresivos —bajó con cuidado, tratando de evitar movimientos amenazantes. Sin embargo, su esfuerzo pareció en vano; apenas estuvo abajo, lo agarraron por los brazos y lo amarraron rápidamente—. Oigan, no, basta —intentó liberarse, pero el agarre se intensificó.
—No oponga resistencia o será peor —lo condujeron por un sendero en el bosque, sin tener idea de adónde lo llevarían.
"¿En qué demonios se había metido?".
—Pero qué tenemos aquí —una anciana se acercó hasta donde lo habían dejado los hombres que lo llevaron a ese lugar—. Que ropas raras, chico, ¿cómo te llamas?
—Ju-JungKook —solo atinó a susurrar.
—Lindo nombre. —Aquella anciana se había quedado mirándolo de manera algo extraña cuando lo detalló, pero ni siquiera podía pensar en muchas cosas gracias a las molestas cuerdas rozando su piel—. Dejen al muchacho libre, no es una criatura maligna. Puedo percibirlo.
Acataron la orden al momento y lo soltaron, al fin podía moverse con normalidad.
—Hey, ven conmigo —asintió y comenzó a caminar junto con la anciana, no sabía a donde quería llevarlo, pero estaba en un lugar completamente desconocido, así que solo obedeció—. ¿De dónde eres, JungKook?
—De Busan, señora —se limitó a contestar.
—Nunca había escuchado de ese lugar, ¿acaso es una nueva civilización? —preguntó confundida mientras lo guiaba dentro de su cabaña.
—No, es una ciudad con grandes edificios y... —se quedó en silencio un momento mientras pensaba en lo acontecido— . E-el pozo, caí en el pozo que estaba en mi casa y luego aparecí en este raro lugar.
—¿El pozo? —se quedó pensativa unos segundos y se acomodó en el suelo ofreciéndole asiento también al menor—. Ese pozo fue una fosa de cadáveres de criaturas malignas, está plagado de energía oscura, no me sorprende que algo así sucediera.
—Pero no me entiende, al parecer esto es otra época, todo es demasiado... antiguo —apretó los puños es su pantalón de uniforme y cerró los ojos con fuerza, quería llorar, pero debía contenerse —. Algo me arrastró aquí, el pozo estaba completamente cerrado, incluso con pergaminos de protección encima. Sentí como algo me jaló dentro y lo otro ya lo dije, aparecí en este lugar.
—¿Viste a esa criatura, algo que nos permita identificarla? —JungKook negó con la cabeza—. Estamos acostumbrados a tratar con este tipo de monstruos. Buscaré una manera de enviarte de vuelta a tu época.
Intentó hacer memoria, pero no había visto nada, aunque lo que aquella criatura susurró le vino a la mente de inmediato.
—Hay algo —la mujer lo miró interesada al instante—. Susurró algo sobre... ¿la perla de Shikon? —mencionó lo último en tono dudoso.
La reacción fue inmediata; ella lo miró sorprendida, incluso podría decir que exaltada.
—¿De dónde sacaste ese nombre? Necesito que me respondas.
—Esa criatura lo mencionó, ni siquiera sé qué es. —Aunque recordaba perfectamente la conversación con su abuelo sobre el llavero que tenía esa misma perla, algo le decía que esta situación era mucho más complicada de lo que pensaba.
Quería irse de ese lugar de inmediato, el miedo de no poder volver lo invadía, se sentía totalmente perdido, fuera de lugar. Era una situación tan irreal que podía sentir que en cualquier momento despertaría de un sueño y todo volvería a la normalidad, pero sabía que no sería así. La anciana salió dejándolo solo, cosa que agradecía, porque necesitaba pensar.
El resto de la tarde se la pasó sentado dentro de esa cabaña mirando a la nada, estaba abrazando sus piernas esperando un milagro que nunca llegó. Decidió mantenerse un poco al margen y dar una vuelta por el pueblo, quizás pasear por los alrededores lo distraería un poco.
Y quizás no se equivocaba, las personas en aquel lugar eran bastante simpáticas, cuando lo veían pasar le dedicaban una disimulada sonrisa y un ademán de manos, lo que le hizo replantearse si en realidad eran malas personas, teniendo en cuenta como lo trataron al inicio. Pudo ver a la anciana que prometió ayudarlo junto a varios niños quienes la rodeaban mientras le hacían preguntas, cosa que provocó una risa en el menor.
Continuó caminando y llegó a una parte un poco más alejada, donde ya casi comenzaba el bosque. Solo se podía escuchar el sonido del viento contra las hojas de los árboles y el de los grillos entre la espesa hierba, era un ambiente demasiado tranquilizante, que si no estuviera en aquella situación tan extraña, lo más probable es que lo disfrutaría con cada fibra de su ser.
Pero la tranquilidad no parece durar mucho para él.
Escuchó un estruendo ensordecedor proveniente de una de las casas del pueblo. La estructura estalló en pedazos y de su interior emergió una criatura que podría ser sacada de sus peores pesadillas, un ciempiés gigantesco con la cabeza de una mujer. Al escuchar su voz, supo que era la cosa que lo arrastró a ese lugar. Aunque estaba algo alejada, la alarma ya se había extendido entre los habitantes del pueblo. Lo miró fijamente por unos angustiosos segundos antes de dirigirse hacia él con paso firme. Entre el pánico solo atinó a correr hacia el bosque, confiando en que los árboles pudieran despistarla, aunque sin tener idea de hacia dónde se dirigía.
Mientras se adentraba más en el bosque, menos esperanza tenía de perder a esa criatura, detrás de él la maleza sonaba cada vez que pasaba sobre ella, podía sentirla a sus espaldas y su miedo se intensificó cuando casi cae por culpa de una gran raíz.
Delante de él apareció nuevamente el gran árbol que vio cuando llegó a ese lugar, con diferencia de que el hombre en él se encontraba despierto y este no se inmuto cuando lo vio caer de rodillas en la tierra.
—Sabes que esa cosa viene hacia acá, ¿verdad? —mencionó, mirando algún punto entre los árboles.
El pelinegro solo lo miró por un momento, pero demasiado cansado para retomar su camino, con ese paso terminaría siendo devorado por esa cosa, en el peor de los casos.
—Quítame esto y te ayudaré a matarla —volvió a hablar refiriéndose a la flecha.
JungKook dudó, en el pueblo parecían tenerle miedo a él, por cómo reaccionaron, pero ya en ese lugar nada le sorprendía y si ese hombre podía acabar con lo que sea esa cosa, definitivamente tomaría la oportunidad.
—¿Eres mudo? —el menor solo rodó los ojos y se acercó a él.
—Tu hablas mucho —subió por las raíces y ambos estuvieron cara a cara—. ¿Qué procede?
—Bueno, con estas manitas —señaló las manos de JungKook—, agarra esta flecha y quitala.
—¿No te duele?
—Es más desesperante estar aquí atrapado sin poder moverme —no escuchó nada más y agarró la flecha con sus manos, pero antes de quitarla fue interrumpido.
—¡Alejate de él, no escuches lo que dice! —cuando se volteó vio a la anciana de la aldea, quien tenía un arco en su mano y se acercaba a paso lento.
—¿Y tú quién eres? —preguntó con sorna el peliblanco.
—Veo que no me recuerdas, TaeHyung —rio—. Soy la hermana menor de JungHoon, a él quizás sí lo recuerdas. —Luego de mencionar ese nombre, la expresión de TaeHyung se endureció y le lanzó una mirada de soslayo a JungKook. La mujer volvió su atención al pelinegro—. Aléjate de ese demonio.
TaeHyung la miró con sus ojos entrecerrados y bufó.
—Ay, por favor... —su queja quedó a medias cuando la criatura fue visible nuevamente para ellos y JungKook quiso apresurarse a quitarle la flecha al mayor, pero se resbaló, aunque no llegó a caer.
La criatura los rodeó con rapidez y el pelinegro quedó atrapado contra el torso de TaeHyung, sintiendo cómo cada vez lo apretaba más, a ese paso terminaría rompiéndole las costillas. Ante la situación desesperada, decidió tomar medidas drásticas. Agarró la flecha con fuerza y la retiró de un tirón, lo que provocó un destello cegador que envolvió el bosque e hizo desaparecer la flecha, liberando al demonio.
—No sabes lo que acabas de hacer —fue lo único que escuchó de Kaede antes de que TaeHyung atravesara al ciempiés con sus garras, haciendo que JungKook saliera disparado al ya no tener nada que lo aferrara al árbol. Sin embargo, esta opción pareció ser la peor, ya que la mujer se lanzó hacia él y mordió su costado derecho, de donde comenzó a brotar un destello color perla, similar al de la flecha. De repente, una perla lila salió disparada de su costado, la cual el monstruo tragó de inmediato.
La anciana y TaeHyung miraron la misma escena, pero de una forma diferente, mientras la mujer vio la escena horrorizada, él la miró casi con admiración.
—Por fin... —susurró el peliblanco.
JungKook miraba todo a su alrededor, casi sin poder moverse. La herida en su costado le estaba haciendo perder sangre, pero a pesar de la conmoción, observaba con atención cómo TaeHyung se movía con agilidad, esquivando los ataques del demonio. Su visión comenzaba a nublarse lentamente, pero aún podía sentir la presencia de Kaede a su lado. Cada movimiento de la criatura, cada golpe evitado por TaeHyung, parecía ser una danza mortal en la oscuridad del bosque.
El tiempo parecía ralentizarse mientras la batalla se desarrollaba frente a sus ojos, y el pelinegro luchaba por mantenerse consciente, aferrándose a cada instante con desesperación.
—JungKook, no cierres los ojos, la herida no parece tan grave, pero necesito que te mantengas despierto. Mientras pongas presión en ella no perderás sangre con tanta facilidad —indicó, tratando de ayudarlo a levantarse del suelo, aunque con algo de esfuerzo lo logró—. ¿Puedes mantenerte de pie?
—Sí —afirmó en un susurro.
La mujer casi corrió hacia donde estaban peleando ambos demonios, tensando la cuerda del arco con firmeza mientras seguía sus movimientos para no fallar al disparar. JungKook no sabía a cuál de los dos dispararía primero, pero cuando la mujer ciempiés se giró para ir hacia él, supo que era a ella a quien iba dirigido el flechazo, aunque la rapidez con la que la criatura casi llegó a él fue sorprendente.
En un movimiento rápido, TaeHyung se interpuso delante de JungKook, preparado para el enfrentamiento. Con un gruñido gutural, el hombre lanzó un ataque feroz con sus garras, cortando el cuerpo de la mujer ciempiés en dos mitades con una precisión escalofriante. La escena dejó a JungKook en estado de shock, observando con horror cómo el cuerpo de la criatura se desmoronaba ante sus ojos.
—¡JungKook, la perla! —gritó Kaede, sacándolo de su aturdimiento. Con determinación, el pelinegro corrió hacia el cuerpo de la criatura y escudriñó a su alrededor en busca de la perla. Sus ojos finalmente captaron un destello, y se apresuró hacia allí, extendiendo la mano para agarrarla.
—Gracias por hacerme el trabajo más fácil —dijo TaeHyung con una sonrisa de medio lado, mientras observaba la escena con calma desde donde estaba.
Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, la anciana sacó lo que parecía ser un collar de perlas negras y colmillos, y lo lanzó hacia TaeHyung. En un instante, el collar se acercó al cuerpo del demonio, que se abrió para recibirlo, envolviendo el collar alrededor de su cuello de manera ominosa.
—¡¿Qué me hiciste, vieja loca?! —agarró el collar entre sus manos, pero no había manera de que lograra quitarse este.
—¡Niño, da alguna orden para tranquilizarlo!
—¿Qu-qué orden? —se puso aún más nervioso cuando el demonio agarró la mano donde tenía la perla, desde la muñeca.
—Terminemos con esto de una vez, a menos que quieras morir en este lugar —eso último lo susurró, solo para que el menor lo escuchara.
"¿Qué podría decir?".
—¡Siéntate! —Fue lo primero que vino a su mente, y para su sorpresa, funcionó. El peliblanco cayó de bruces al suelo.
—¿Qué mierda? —Se quejó intentando quitarse nuevamente el collar—. ¡Quítame esta cosa!
JungKook por un momento quiso reír, porque se le hacía ridícula la situación, pero el cansancio comenzaba a apoderarse de su cuerpo y el dolor se estaba haciendo más intenso, pudo darse cuenta que la sangre comenzaba a coagular, pero tenía su ropa llena de suciedad y eso provocaba que se sintiera mucho peor.
—Es inutil, es un conjuro que nunca vas a poder deshacer —informó la anciana, acercándose al pelinegro para tomarlo de su brazo libre y dirigirlo otra vez camino a la aldea, debía curar su herida de inmediato.
No sabía ni qué pensar. Miró hacia atrás y vio a TaeHyung, que se había quedado sentado en el suelo. Sin embargo, mientras ellos se alejaban, comenzó a caminar detrás de ellos, manteniendo distancia. Era un chico muy peculiar, pero en ese momento, ya no sabía qué esperar de ese lugar. Si algún día aparecía un hombre mitad araña, no se sorprendería en lo absoluto. Sin embargo, preferiría no estar ahí para presenciarlo.
Volvió este fic, no crean que se me olvidó, solo que me bloquee en una escena, pero ya va a volver también.
Creo que este lo estaré actualizando una vez al mes, ya que Enchanted Passion es una vez por semana.
Espero que les haya gustado el capítulo.
Se les quiere 💜✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro