15
flashback
──¿No vas a decirme nada? ──preguntó la coreana.
──No tengo nada que decirte, fuera de mi propiedad, ¿con qué derecho te atreves a venir? ──espetó Tzuyu apretando fuertemente su mandíbula──. ¡Lárgate!
──Las dejaré hablar a solas, yo llevaré a Son a la laguna para que se reencuentre con su amiga ──avisó Jeongyeon dando un pequeño apretón en el hombro de la escritora como acto reconfortante──. Tienen que hablar para poder cerrar el capítulo y cambiar de página. No tardo.
Jihyo esperó a que Yoo se fuera para acercarse a Tzuyu. Para su suerte, ella no retrocedió, se quedó quieta mirándola con los ojos tan fríos y decepcionantes.
──Sé que no tengo cara para venir aquí, pero tenía que hacerlo porque la culpa no me dejaba tranquila. El insomnio me está cobrando con intereses las cosas que nunca te dije.
──No me importa, es lo menos que mereces, por mentirosa ──contestó Tzuyu desviando la mirada hacia algún otro lugar. No era capaz de seguir mirándola──. Ví como eras feliz con alguien más y le pedí a la vida que te brindaran más de lo que yo te dí para que no volvieras, porque no quiero verte, jugaste conmigo, con mis sentimientos, me hiciste sentir como basura.
──Está bien, lo acepto, cometí un error. Todo comenzó siendo un juego, pero después se volvió real y cuando me di cuenta me asusté mucho pensando en lo que la gente diría de mí al enterarse que estaba enamorada de una mujer, mi propia familia, ¿qué diría? Fui cobarde.
──No me vengas con excusas baratas Park. Me engañaste, estás comprometida, ¿no es así? ──preguntó la escritora viendo como la coreana se tensaba──. No me interesa seguir escuchándote, ya no te quiero cerca, ya no siento nada más por ti. Estoy aprendiendo a querer, me estoy dando una nueva oportunidad con alguien que sí vale la pena. Por favor vete.
──Yo no creo que hayas olvidado todo lo que vivimos juntas, esas noches que pasamos, todos los besos que compartimos ──murmuró Jihyo acercándose sigilosamente a la escritora para luego posar sus manos sobre sus mejillas──. Demuéstrame con un beso que ya no sientes nada por mí. Demuéstralo y me iré de tu vida para siempre, no volveré a molestarte.
Tzuyu conectó miradas con la coreana y cuando lo hizo pudo darse cuenta de varias cosas; su corazón ya no latía frenéticamente al tenerla tan cerca, su piel ya no se erizaba al sentir su roce, a pesar de tener sus labios a escasos centímetros, no le apetecía besarlos.
Solo quedaba hacer una cosa más para terminar de comprobar que ya no sentía nada por ella. En un acto impulsivo la tomó de las mejillas para acercarla y conectar sus labios en un efusivo beso que duró apenas unos cuantos segundos.
Nada.
Tzuyu se separó de Jihyo mostrando una leve sonrisa, algo que le dió a la coreana la mayor de las esperanzas.
──Ya no siento nada, ahora cumple tu palabra y vete de mi vida para siempre...
Jihyo asintió con la expresión derrotada. Ya no tenía nada más que hacer ahí. Había sido tan tonta al pensar en la posibilidad de que la escritora pudiera aceptarla otra vez.
──Está bien, me voy. Te deseo lo mejor ──espetó Jihyo con sinceridad. Luego desvío su mirada a un costado, en donde una chica con los ojos llorosos observaba la escena──. Es... ¿es ella?
Tzuyu dió media vuelta para encontrarse con Sana. Su mirada no reflejaba enojo, no, su mirada reflejaba tristeza y decepción..
Una gran decepción.
fin del flashback
─Tzuyu, te estoy hablando, hazme caso ──habló Jeongyeon por tercera vez sacudiendo a la escritora de los hombros para hacerla reaccionar──. Explícame lo que está pasando, no entiendo nada y me preocupas, ¿qué tienes?
Tzuyu no respondió. Tan solo permanecía en silencio observando el camino por donde Sana había partido.
──¡Todo es tu culpa! ─gritó Jeongyeon esta vez dirigiéndose a Jihyo──. No debiste seguirme, yo no estaba de acuerdo. Te dije que ella no quería verte.
──Yo... lo siento, solo quería disculparme.
──Eso debiste pensarlo antes de verle la cara mientras estabas comprometida, así que ahórrate tus disculpas ──contestó Jeongyeon mientras frotaba su sien con frustración──. Lo mejor será que te vayas.
Jihyo asintió con pesar. Dió una última mirada a la escritora y susurró un "Discúlpame", que solo ella pudo escuchar. Después abordó su auto y se marchó dejando a la escritora y a su representante a solas en aquel lugar.
──Tzu, ya se ha ido, ahora háblame por favor ──Jeongyeon volvió a insistir con la preocupación palpable en su voz──. ¿Te sientes mal? ──la escritora asintió con la cabeza──. ¿Qué tienes?, ¿qué te duele?
──El corazón ──respondió simplemente.
Con aquella respuesta Jeongyeon pudo armar pequeñas teorías, sin embargo aún no tenía clara la situación. No sabía si Tzuyu estaba triste por Sana o por Jihyo.
──¿Quieres contarme lo que sucedió en la cabaña estos días? ──preguntó la respresentante cautelosamente. Sabía que su amiga no era una persona precisamente comunicativa, por lo que tenía que insistir un poco──. ¿Los sentimientos por Park siguen ahí presentes?
──No, hoy comprobé que ya no siento nada más por ella, por fin lo logré, pude superarla y desprenderme de su recuerdo que tanto daño me hacía ──respondió en un susurro. De pronto recordó algo importante y sus pies se movieron solos por instinto hasta su camioneta──. La carta.
──Espera, ¿a dónde vas?
Tzuyu entró al vehículo en la parte trasera, todo estaba tal y como lo había dejado la última vez. Encontró los libros apilados en uno de los asientos y comenzó a hojearlos todos hasta que en uno de ellos encontró un pequeño sobre blanco.
Para Tzuyu ♡
Era la carta que Sana le dejó el día que se quedó atrapada en su furgoneta. Sin pensarlo dos veces, abrió el sobre rápidamente para sacar aquella hoja de papel.
Hola, mi nombre es Minatozaki Sana. Las probabilidades de que leas ésta carta son casi nulas, sin embargo no imposibles y aún conservo la esperanza.
Si supieras lo que mi corazón calla y mi cuerpo siente, lo que mi boca calla y mi mente grita, lo que solo mi cuerpo puede sentir y solo mi alma puede escuchar...
La primera vez que te ví, recuerdo que pensé: "Sería maravilloso estar a tu lado para siempre".
Sé que no te conozco a profundidad, que solo soy una de tantas seguidoras más que aprecian el arte de tus palabras. Estoy consciente de que tú eres arte y de que yo solo soy un simple garabato en la pared.
Tú eres un montón de atardeceres bonitos, eres la combinación perfecta entre locura y lucidez. Eres una fabrica de pensamientos gigantes y asombrosos. Brillas con naturalidad por la destreza de tu mente y la amplitud de tu encanto. Tú eres la belleza y delicadeza de una flor y al mismo tiempo eres la fuerza y potencia de un tornado. Tu existencia es la prueba irrefutable de que lo extraordinario no es imposible. Eres increíble.
No sé dónde comenzó mi querer, sí inicio en tu sonrisa o en tu mirar, lo único que tengo claro es dónde quiero que continúe, si no es mucho pedir... me gustaría que fuera en tus brazos. Quiero quedarme ahí, aunque sea un ratito, de esos ratitos que duran toda la vida.
Te quiero así, sin verte, ni tenerte. Te acaricio en mis pensamientos. No existe para mí ni la distancia ni el tiempo. Te quiero así, guardándote, con la ilusión de tan solo pensarte, de imaginarte, sin remedio, pero con el alivio de morir por ti, dulcemente y en silencio.
Atte: Tu más grande y fiel admiradora, Minatozaki Sana.
Una pequeña lágrima cayó sobre la carta que había terminado de leer.
──Tzuyu, ¿qué pasa? No entiendo nada ──dijo su representante con frustración.
──Regresaremos a la ciudad ahora mismo ──avisó la escritora.
──¿A-ahora mismo? Pero... hay que empacar.
──No empacaremos una mierda, nos vamos en este preciso momento, tengo que volver a la ciudad ya.
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