Capítulo XIII
Hace dos días que los maromeros de circo llegaron a New York. Según el plan de Marketing del mes que Nate me presentó, ellos harán sus presentaciones los jueves y viernes. Pero en los contratos, algunas cláusulas de peticiones para que ellos aceptaran; está, el cubrir sus gastos de alojamiento y otorgarles un área de entrenamiento. Muy aparte de su sueldo, teniendo así un horario de lunes, martes y miércoles por la mañana entrenamiento. Jueves y viernes presentación. Sábado y domingo libres.
- Espero que con la llegada de ellos, más la campaña publicitaria que se ha invertido en este proyecto; sea igual o mejor de exitoso que en Chicago. - Tecleé un correo para el gerente del Whisky en Francia. Estaban disminuyendo las ventas un 6% y eso no me agradaba.
- Claro que tendrán el mismo éxito, aunque el perfil esperado es, que sobrepasen los resultados de Chicago. Además que me encargue en pedir a los mejores. - Nate se encontraba sumergido en su macbook tecleando mientras me respondía.
- Confió en tus excelentes calificaciones universitarias Nate. - Le dirigí la mirada sonriente en espera de su respuesta.
- Sabes que no soy ningún inexperto en la materia Khloe. He logrado mejores cosas desde que inicié con tigo, que muchos de tus grandes especialistas. - Buscó mi rostro con un entrecejo fruncido.
Sonreí abiertamente. - Lo sé, pero me gusta verte molesto.
- Pff... - Giró sus ojos y luego se concentró en lo que estuviera haciendo en la laptop. - Que no se haga costumbre Khloe, a mi no me gusta molestarme con tigo.
- Está bien, Está bien. Relaja ese vena Nate... Estás muy estresado últimamente. - Tomé el batido de frutas que tenía a un lado para disfrutarlo un poco.
- Como no estarlo si, administrativamente Karla tenía un completo desorden con la documentación del Club. No sé como pasó desapercibido por tres meses.
Recordar la irresponsabilidad y desorden administrativo que dejó karla, solo hace que mi humor cambie al instante. - Lamento enviarte a limpiar todo ese desastre Nate. Y que también lleves responsabilidades de asistente. Buscaré una asistente cuanto antes. No quiero ver que empiezas a perder el cabello producto del estrés.
- Elevó su mirada para conectarla con migo. - No es necesario khloe, yo puedo con esto. - Me dedicó una sonrisa reconfortante. - Por cierto. Hoy será el debut de los chicos, espero verte en el Club.
Me encontraba muy cómoda con el tazón de palomitas en mi regazo mientras veía la serie de Dr. House. _ Me fascinaba esta serie._ Un incesante sonido en la puerta me hizo poner en pausa la serie.
Dos toques más sonaron fuerte mente mientras colocaba el tazón en una mesa. - Ya voy, un momento. - me dirigí a la puerta y abrí.
- Pero que diablos estás haciendo así vestida khloe?. - Colocó sus manos en las caderas mientras me observaba de pies a cabeza. - Dios mío, si hasta tienes la mascarilla de antes de dormir puesta.
Me gire ciento ochenta grados para regresar nuevamente a mi cómodo sofá dejando a April en la puerta. - Es obvio que estoy tomando tiempo para mi. No veo donde eso sea un delito. - Tomé nuevamente mi tazón de Palomitas para luego tomar asiento donde me encontraba minutos antes.
Escuche el ruido de la puerta cerrándose y los tacones de April repiqueando contra el suelo. - Que sucede con tigo khloe? Primero sales hecha un lío el martes de la cafetería, luego estás evitándome y ahora estás ahí tirada en ese sofá con esas palomitas. - tomó el tazón del cual iba a introducir mi mano para tomar palomitas y lo colocó nuevamente en una de las mesas que se encontraban cerca. - Estás en pijama de conejos y con pantuflas. Acabas de matar tu estilo con esto por Dios.
Volví a levantarme de mi cómodo sofá para tomar nuevamente mi tazón de palomitas. - A pesar de escuchar lo que has dicho, no encuentro el delito. - Llevé un puñado de palomitas a mi boca mientras le miraba fijamente. - Si he estado evitándote es porque estoy molesta con tigo. - Su rostro de asombro y desconcierto me hacen molestar un poco más. - Preferiste quedarte con el idiota maromero después de haber sido odioso y ofensivo con migo, en vez de seguirme y largarte con tu amiga. Pero no, a la señorita no le importó y se quedó clavada a la par del hombre que solo la utilizó en su cumpleaños. - Giré mi cuerpo por completo para dar play a mi serie.
- Quiero pensar que no has querido decir esto último khloe. - Volvió a arrebatarme mi tazón de las manos. - Puedes darme un poco de tu atención por favor.
Le arrebaté mis palomitas de nuevo pero April no cedió, así que empezamos a forcejear por ellas. - Vas a tirarme mis palomitas. - Tiré fuertemente en el momento que April aflojaba su agarre, haciendo de esta forma que ella lo soltara por completo y la fuerza con la cual halé el tazón hiciera que todas las palomitas saltaran en mi rostro. - Ves lo que has hecho tonta.
Las carcajadas de April no tardaron en llegar a mis oídos. - Por Dios, se te han quedado pegadas algunas en la mascarilla de aguacate, parecen verrugas. - más risa por parte April ambientaban la sala principal de mi Ático.
- Si has venido a verme ya lo has hecho y puedes irte. - Me giré y empecé a caminar rumbo a mi cocina. - Necesito preparar otro tazón de palomitas.
El sonido de los tacones de April me hace saber que viene atrás mío. - Khloe, quiero disculparme por no haber salido con tigo de la cafetería. El deseo y la estupidez me gano y cuando reaccioné ya te habías ido.
Me giré al rededor de la isla y le miré seriamente. - April me preocupa que te conviertas igual a un cohete con este chico y cuando el ya no esté, te vengas de picada. - solté el aire que tenía retenido para luego girarme y sacar una nueva bolsa de palomitas de la alacena.
- Lo sé. Y tengo miedo de ello. - Su confesión fue casi un susurro. Pero lo suficientemente alto para poder escucharla. - El, El, El me hace sentir diferente khloe. Es un magnetismo que sentimos mutuamente...
Le miré fijamente mientras introducía la bolsa de palomitas en el microondas. - Sé que ese chico está pegándote donde absolutamente nadie te ha tocado. Pero debes ser muy cuidadosa April. Sabes que si el te lástima física y emocionalmente voy a mandar por su cabeza. Y tú no querrás eso verdad?.
Miró el piso unos segundos mientras cambiaba su peso de un pies a otro. - No, lo último que quiero es ver el cuerpo de Thiago en los noticieros. - Mordió su labio inferior como muestra de preocupación.
- Exactamente, por ello. No quiero que te ilusiones demasiado con él. Si te lástima, él pagará las consecuencias. - La alarma del microondas anunciado que las palomitas ya estaban listas rompió el silencio que se había formado.
- Perfecto, lo he captado. Ahora es hora que vallas a tomar una ducha y te arregles para ir al Club. - Su enorme sonrisa volvió a apoderarse de su rostro.
- No pienso ir a ningún sitio esta noche. - Vertí la bolsa de palomitas en un nuevo tazón mientras le miraba fijamente. - Así que no insistas.
Su enorme sonrisa se fue apagando con cada segundo que pasaba y notaba que no cambiaría de opinión.
- Eres la vieja menopausica más horrenda que he conocido. - Se giró sobre sus botas de ocho centímetros y se dispuso en salir como ejemplo de un energúmeno.
- Gracias por el cumplido April. Muy dulce. - El sonido de la puerta cerrándose fuertemente fue lo único que escuche de su parte.
No me sentía mal al respecto. Osea, simplemente no tenía ánimos para salir a ningún sitio esa noche. Además, que mis ganas disminuían considerablemente al saber que vería al idiota de Jared. Volví a mi cómodo lugar en el sofá de mi sala y me dispuse en continuar viendo mi serie.
Un incesante sonido me despertó de la nada. Me había quedado dormida viendo televisión así que tenía nuevamente el tazón de palomitas regadas sobre mi rostro.
El teléfono del intercomunicador con el portero empezó a sonar. Me dirigí al lugar en donde se encontraba y descolgué. - Que sucede Vicent. - Estaba retirando restos de palomitas de mi cabello con la otra mano.
- Se encuentra un joven desde hace veinte minutos acá fuera, dice que desea mucho verle y ha pasado llamando a su intercomunicador desde que vino. Como usted no responde, me ha pedido el favor de llamarle por este medio.
Un bostezo salió de mis labios. - Lo lamento. - Me disculpo con Vincent por mi mala educación. -- No se preocupe señorita Oconaill. -- Bien, puedes preguntarle cual es su nombre y la urgencia de verme ... - Giré la vista al reloj que se encontraba en la pared principal de la sala, el cual marcaba las once con nueve minutos. - A esta alta hora de la noche. - Terminé de hablar un poco más despierta.
Escuché murmullos por la línea pero no muy claros para identificar la voz del hombre. Un minuto después la voz de Vicent volvió a llamarme por la línea.
- Señorita Oconaill, el joven dice llamarse Ben Folleman. Que le es urgente hablar con usted. No quiere informarme el tema en específico alegando que es un asunto personal.
La sorpresa invadió inmediatamente mi cuerpo por completo. - Está bien Vicent, has le pasar a la sala de estar, dile que bajare en diez minutos. - Corté la comunicación sin esperar una respuesta cortés por parte de él.
Salí corriendo a mi habitación en busca de algo para ponerme. Tomé unos jeans, unas botas planas color negro, una camisola gris y un suéter negro. Lavé mi cara, cepille mi cabello dejándolo suelto, cepille mis dientes y me dirigí directamente a la puerta para luego tomar el ascensor.
Al salir de el ascensor pude ver a Ben sentado en uno de los sofás de la sala de espera.
Al verme se puso de píes de inmediato. - Khloe. - Pronunció mi nombre en nota de saludo.
- Ben!. - Hablé en el mismo tono. - Sucede algo?. - Cruzo mis brazos sobre mi pecho, ya que el frío de la noche estaba siendo muy fuerte, y aun que hubiese calefacción. Esta era el área más cercana a la calle, por ende siempre estaba más fría.
- Necesito hablar con tigo sobre un asunto. - Me miró fijamente a los ojos. - Me acompañas a un trago en el Bull and Bear?.
Miré hacia afuera para fijarme como se encontraba el clima en el exterior.
Ben notó mi gesto preocupado. - Tengo el auto cerca, así que no vamos a estar por mucho tiempo expuestos al frío. - Su rostro de súplica logra convencerme.
- Dame unos minutos, iré por mis llaves.
Me giré y toqué el botón del ascensor, al entrar presioné el que me llevaría al pasillo del Ático. Al llegar, salí del elevador caminé por la ante sala y abrí la enorme puerta que daba paso a mi espacio personal. Tomé las llaves, mi móvil, y mi bolso con la cartera. Tecleé la contraseña para la alarma de seguridad y salí cerrando con llave mi Ático. Nunca se sabe cuando un delincuente o asesino se cuele por el ascensor. No voy a dejarle fácil la entrada también.
Al llegar a la sala del recibidor, Ben ya se encontraba junto a la puerta de vidrio viendo el exterior.
- Estoy lista. Podemos ir.
Inmediatamente me abrió la puerta de forma caballerosa. - Después de ti.
Salimos a la acera y el frío se coló en mis huesos de inmediato. Me abrace más fuerte mientras caminaba más rápido en dirección al lamborgini de Ben, el cual se encontraba estacionado en el Hall de la Rutunda.
Después de haberme colocado el cinturón de seguridad. Ben salió inmediatamente rumbo a la avenida Park 301. Al llegar le entregó las llaves al valet parking y nos adentramos al bar. Ben tomó mi mano izquierda mientras nos abríamos espacio hasta una de las mesas.
Un mesero nos dio la bienvenida y nos ayudo en la ubicación de la mesa luego de tomar asiento y la presentación de Fred, el cual sería nuestro mesero; Ben le pidió una botella de vino Domaine Leroy Chambertin Grand Cru.
- Brindaremos por algo especial?. - Se que mi pregunta le llamó la atención.
Fijó sus ojos en mi. - Quiero hacerte una propuesta. - Pasó sus dedos derechos sobre sus labios como muestra de estar estudiando mi reacción.
No voy a negar que esto de una propuesta me pone nerviosa al respecto. - Soy toda oídos. - Sonreí a Ben para luego dirigir mi sonrisa a Fred, el cual llegaba con un par de copas para luego servirnos el vino a ambos.
Tomó un poco de vino de su copa, cerro los ojos mientras lo saboreaba. - exquisito. - Abrió sus ojos para concentrarse en mi. - Necesito tu ayuda.
Mi ceja derecha se arqueó perfectamente después de escuchar esas palabras. Terminé de ingerir el vino que tenía en mi boca para responderle. - Disculpa?. He escuchado mal, o el grandioso Ben Folleman está solicitando la ayuda de alguien?. - Mis labios se curvaron hacia arriba con un poco de malicia.
Se acomodó mejor en el asiento, en una versión más segura de él. Cosa que es difícil ya que siempre tiene presente ese aire de superioridad en él.
- Mi madre ha escuchado todas las noticias de farándula, ella vive para eso. - Tomó una respiración profunda. - Así que ha visto, leído y escuchado las especulaciones en referencia a nosotros. Hace una semana quise aclararle que lo nuestro solo fue una aventura de semana. - Sus ojos se clavaron en mi de una forma extraña. - Pero, en el momento que mencioné el tema, no me dejó concluir. Así que está demasiado emocionada con conocerte como mi prometida.
- Qué???. - El Chambertin Grand Cru salió por mis fosas nasales después de escuchar tal noticia. - Pero tu estás loco o qué Ben?. Cómo pudiste decirle tal cosa a tu madre. - Tomé la servilleta que el estaba tendiéndome en ese instante para limpiar mi rostro.
Puso un gesto comprimido después de mis preguntas. - Lo sé Khloe, y te juro que yo también reaccioné igual. Ya que mi padre fue el de la idea. El... - Miró un punto neutro del lugar mientras pensaba en algo. - El me puso un ultimátum. Si no me caso con una buena mujer como tú. - Me dirigió una mirada de pies a cabeza. - Me desheredara y me quitará la firma y me reducirá a la nada.
Mi mente se encontraba trabajando a millones de kilómetros por hora. No podía creer lo que escuchaba. - Eso no puede ser posible Ben. Es tu padre, jamás haría eso. - Le miré pensativa.
- Mi padre no es todo lo que aparenta ser Khloe. Es un hombre muy duro e injusto - Tensó su mandíbula como si hablar de su padre le resultara difícil. - Está chantajeandome al respecto.
- Yo... - Volví mi vista de la punta del mantel de donde la tenía, a esos dos pozos azules. - Yo no creo poder ayudarte en esto Ben. Es cierto que me gustas, y que la hemos pasado bien. Pero no me siento como para ser una mujer casada. Menos, sin amor.
- Yo te comprendo Khloe, y sabía que me darías esta respuesta. - Posó su mano sobre la mía. - Así que la ayuda que necesito de ti, es que te presentes como mi prometida ante ellos. Asistimos a un par de encuentros juntos, y luego no sé. Inventamos algo para acabar todo y rompemos el compromiso, así mi padre me dará espacio para buscar a alguien que en verdad desee casarse con migo. - Bajó la mirada con cierto resentimiento.
Resentimiento que me removió los sentimientos y la conciencia por haber jugado con este hombre. - Está bien. Lo haremos Ben, pero bajo la condición que esto durará un mes. Luego de eso, romperemos nuestro compromiso.
Los ojos iluminados de ese hombre se clavaron en mi rostro demostrando lo feliz que estaba. - Gracias por esto khloe, estaré eternamente agradecido con tigo... En verdad, muchas gracias.
Retiré mi mano debajo de la suya y la coloqué en mi regazo. - Si, bueno. Sabes que esto es solo por ayudarte nada más. No creas que esto se hará realidad.
- Tranquila Khloe, sé que estoy ante una persona con corazón de piedra. Además que ya he entendido que tu no sientes lo mismo que yo siento por ti.
Desvíe la mirada por vergüenza. Si, vergüenza en que aquel hombre que tenía de frente sabía la verdad sobre mi. - Si, yo.. Lamento no poder corresponderte a como te lo mereces Ben.
- No te preocupes por mi, Khloe. Tu tranquila. Mañana pasaré por ti en la oficina cuando termines de trabajar. - Mi cara de desconcierto le hizo aclarar mejor sus palabras. - Iremos a elegir el aniño de compromiso, luego a planificar nuestra historia con detalles por que mi padre hace ciertas preguntas estratégicas. - Mi rostro de susto se posicionó de inmediato en mí. - Iremos a cenar con ellos.
Tomé todo el vino que se encontraba en mi copa. Necesitaba digerir todo aquello en lo que me estaba metiendo. - Que fuerte es todo esto Ben.
- Lo sé. Y en verdad, agradezco mucho tu ayuda.
- Ahora comprendo tu urgencia de hace unos minutos atrás.
- No quise incomodar con mi visita Khloe. Lo lamento.
- No, no tranquilo. Está bien. No hay ningún problema. Pero, si ya es tarde y necesito descansar. Mañana tengo junta a primera hora.
- Oh, si claro. Disculpa en verdad, estoy desvelandote. - Llamó a Fred para pedir la cuenta. - Solo cancelo y podremos irnos.
Le dedique una gran sonrisa de armonía.
Al llegar al ático respiré profundo. - Estaremos en contacto Ben. - Retiré el cinturón de seguridad.
- Si Khloe, a las cinco estaré en tus oficinas a tu espera. Por cierto la cena es a la siete treinta.
Eso me sobre saltó. No tendré mucho tiempo para cambiarme. - Está bien Ben. Te esperaré, que descanses. - Abrí la puerta de auto y salí de él. Al cerrarla nuevamente me Sonreí con él antes de girarme y entrar al edificio.
Al salir de ascensor la puerta de mi Ático estaba abierta. Esto encendió mi alarma interna inmediatamente ya que la alarma de seguridad parece no haber hecho su trabajo.
Tomé mi pistola Taser que siempre manejaba en mi bolso. Ya que mi SIG SAUER P226 Se encontraba en su funda debajo de mi cama. Me retiré las botas para hacer el más mínimo ruido al entrar. Con mi Taser en alto listo para ser disparado, entré y todo el lugar se encontraba a oscuras.
Empecé a inspeccionar el Lobby y estaba despejado, así que me dirigí a la sala principal... Al llegar al marco que unía el Lobby con la sala pude ver a un hombre sentado en uno de los sofás de la esquina, la cual se encontraba iluminada por una sola lámpara, pero igual la capucha de su suéter me impedía verle.
El brillo de sus ojos me indicó que tenía puesta su mirada en mi.
Una ráfaga de escalofríos se filtraron por mis huesos y mi piel. Parte del miedo me tenía ahí, estática apuntándole a ese hombre sin dispararle. En momento de tirar del gatillo para disparar el Taser, este se tiro al suelo en un movimiento calculado, girando sobre su cuerpo como si fuese una pelota.
Disparé una segunda descarga en su dirección la cual venía hacía donde me encontraba. De igual forma ágil logró esquivarla nuevamente.
_ Dios mío perdona mi alma._
No tuve oportunidad de otro pensamiento, ya que el puño del desconocido impacto fuertemente en mi rostro, haciéndome de esta forma caer en un abismo oscuro y profundo.
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