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Capítulo XII

- Cómo que Nate será el nuevo Gerente del Sky Club de New York?. - la voz April era de total desconcierto.

- El día de tu cumpleaños puede encontrar a Karla conversando con Steven, el Vicegerente; estaban organizando el vender drogas dentro del club. - Mis manos se trasladaron de mis mejías a los documentos que tenían las hojas de despido más las demandas para ambos individuos.

El rostro de April era de completo asombro. - Pero que hija de ...

- April... - Mi voz de regaño la interrumpió antes de terminar la oración.

- Juro que voy a darle una fuerte golpiza por idiota. Qué está demente en hacer esas cosas dentro de tu club?.

Empezaba a marearme, ya que no dejaba de trasladarse de un lado a otro mientras hablaba y acusaba a Karla con los peores apelativos bajos y sucios que podían venir a su mente.

- No sigas estresandote April, ya están listos sus despidos, las demandas por daños y prejuicios a propiedad privada. Además que por eso mismo irá Nate, no sabemos cuantos  empleados más se encuentren en la misma situación. - Me acomodé mejor en mi asiento mientras ponía algo de shakira en los alta voces de mi ordenador.

- Tienes razón, necesitas limpiar el Club de esas ratas sin que los medios se enteren. Debe ser un exterminador de la casa. - Se rascó la barbilla un segundo mientras pensaba. - Nate es el indicado.

Solo giré mis ojos ante su respuesta tan obvia por que era la que pensaba realizar desde el primer momento. - Wow, eso es genial April, gracias. - El sarcasmo se apoderó de mis cuerdas bucales haciéndome responder a April de esa forma.

- No hay de que khloe, para eso estoy. - Sonrió descaradamente al saber que solo estaba molestándome. - Sube el volumen a esa canción khloe, es una de mis favoritas.

Una semana después...

- No y No y completamente No. Nate, no insistas más en ese tema.

- Por qué no?... Khloe, varios clientes del club se han retirado por los rumores del despido de Karla. Necesitamos un giro al negocio, algo que lo vuelva atractivo sobre cualquier especulación.

- Ingenia algo entonces. Pero no vas a traer a esos maromeros.

- Hablamos luego Khloe. Ahorita siento que estoy tratando con un muro de ladrillos. - Tras esto el mal educado de Nate me colgó la llamada.

- Bueno, y este que le pasa colgándome el teléfono....?. - Miré fijamente la pantalla de mi móvil mientras buscaba el número de April.

- Señorita Oconaill. En qué puedo ayudarle?

- Necesito tus servicios de golpizas profesional...

Una sonora risa se abrió paso por el móvil antes de responderme con voz seria. - Qué sucede? A quién hay que matar? Perdón, golpear.

- A Nate. Se ...

- Cómo?

- Dejadme hablar April.

- Sí, disculpa. Continúa.

- Se le ha ocurrido traer a los maromeros de Chicago, que dizque según él, las estadísticas de rendimiento están disminuyendo por los comentarios del despido de Karla.

- Pero, qué tienen que ver los maromeros con Karla?.

- Hoy no has consumido nutrientes April!. - Exhale el aire de mis pulmones. - Ellos no tienen nada que ver con Karla, el quiere traerles porque en Chicago han sido un éxito para el club. Así que quiere volver a subir las estadísticas del Sky Club de acá.

- Qué? No. No! No lo puedes permitir Khloe, eso sería verles cuando visitemos el club. Que horror... No... Para cuándo vendrían?

- April!...

- Qué?... Solo estoy consultando... Tú sabes que Nate no es del tipo que se queda con un no por respuesta.

- Por eso estoy pidiendo tu apoyo. Pero veo que la noticia solo te ha entusiasmado.

- No te preocupes Khloe, puedes decirle que hable con el dueño de la Academia y no envíe a tu maromero, así no tendrás estrés por tener que verle.

Mordí mi labio inferior mientras pensaba en la opción de April... En verdad no quería verle? O sí moría por hacerlo?

- Helloo... Khloe aún estás en línea?...

- Sí, si. Aquí estoy... Yo solo ...

- Tu solo quieres verle igual porque ese hombre te gustó. Así que, deja el drama y dale luz verde a Nate con su idea.

- Tienes razón, pero igual le diré que a el Carioca lo excluya de la lista. - Mordí mi dedo índice izquierdo para contener la risa.

- Que excelente idea khloe!... Pero si amanecéis con una ceja menos después de dar esa orden, a mi no me culpes.

Ahora si mi risa no pudo contenerse más tiempo por culpa de la amenaza de April. - Está bien fea, le diré que sea el que despunte la lista.

- Esa es la respuesta correcta cariño. Besos, y no me sigas estorbando que estoy trabajando y pueden despedirme. Bye!

Terminé la llamada con una enorme sonrisa en los labios. - Qué sería de mi ánimo sin ti amiga!?

Entré en Whatsapp para enviar un texto a Nate.

Luz verde para tu petición en la modificación del club, no te olvides de pedir al carioca de primero, ya recibí amenaza latente de quedar sin una ceja si el trasero de ese chico no está en ese grupo.

Postdata,
consigue que el trasero de Jared también venga en la lista; si no, será tu ceja la que no sobreviva. Besos!

Al minuto la respuesta de Nate estaba en mi bandeja de entrada.

👌👨👨 Chicos agregados. :D

Dos semanas después...

- Has que recuerde el por qué estamos aquí? - Mi voz y ánimo eran completamente aburridos.

Ambas salíamos de la camioneta de April mientras nos dirigimos a un starbucks, el cual se encontraba frente al edificio en el que el grupo de seis acróbatas de la academia se alojarían.

- Porque hoy, para ser exacta. - miró su reloj Tommy Hilfiger. - En veinte minutos, Nate aparecerá por esa calle con un grupo de hombres y mujeres que trabajaran para ti.

Tomé asiento en una de las mesas mientras April iba por un par de Cappuccinos.
Al regresar y tomar asiento en frente mío, me tendió mi bebida con unas donus.

- Creo que nunca he tenido que salir a espiar donde se hospedarán mis empleados cuando van a empezar a trabajar para mi. - Doy un mordisco a mi dona mientras clavo la mirada en el rostro de mi amiga con su cappuccino en los labios. - Es algo muy retorcido April. Además que no me daría el tiempo con mis más de diez mil empleados en total.

Giró sus ojos antes de responderme. - Estos no son cualquier empleado khloe. Son los que nos ponen muy cachondas con solo verles.

Mi atención se fue directamente al rostro de sorpresa de una anciana que iba pasando a la par de nosotras.

April al notar el mal rostro de la señora por su cometario, le miró fijamente. - Qué? Como si nunca hubiese sido joven y se hubiera entusiasmado con alguien.

- April... - Amplíe todo lo que pude mis ojos mientras le miraba en forma de reprimenda.

Dirigí mi atención nuevamente a la anciana la cual tenía el rostro doblemente sorprendido. - Disculpe a mi amiga señora, está algo mal de la cabeza. - Le dediqué una enorme sonrisa al terminar mis disculpas, haciendo que la señora solo hiciera un gesto de vergüenza y saliera del establecimiento.

- Mira lo que gano por salir con tigo y hacer estas cosas. - Doy un gran sorbo a mi bebida.

- No sabemos ni como se llama, así que no te preocupes por ella, el mundo está lleno de personas con doble moral, Pff. - Se encogió de hombros y se dispuso en terminar su aperitivo.

Qué haré con tigo April?

Estaba entretenida con mi bota y mi calceta del pies derecho ya que un pedazo de dona se callo justamente dentro de el, así que estaba con la mitad de mi rostro bajo la mesa en la tarea de sacar ese pedazo de dona de ahí, cuando un pequeño grito ahogado de April me asusta y me hace golpear mi cabeza con la mesa.

- Pero qué tenemos por aquí?

Salí del lugar de donde me encontraba para ver quién había asustado a April y había dicho esas palabras. Al fijar mi vista, el rostro del Carioca maromero captó toda mi atención dejándome sin pronunciar ni una sola palabra.

Se situó a un lado de April mientras sostenía su cuerpo con una mano en la mesa y la otra en el respaldar de la silla de mi amiga. Toda la luz del sol de la tarde bañaba su rostro realzando cada detalle de su fisonomía. _ si que tiene buen gusto mi amiga._ miró fijamente sus labios mientras una enorme sonrisa se dibujaba en sus rostro.

- No me digas que has venido a esperar la llegada de tu Romeo? Cariño. - Depositó un sonoro beso en la comisura de April antes de tomar asiento a su lado.

April empezó abrir y cerrar su boca como si quisiera decir algo y no pudiera. - Estás loco!, ni sé que diablos haces aquí.

En ese instante alguien toma asiento a mi lado y la sonrisa socarrona de Jared me recibe junto a su típico guiño de ojo. Mi ceja se arqueó inconsciente al ver el gesto de Jared.

_Señor, sé que casi nunca hablo con tigo, sé que no he sido buena hija; de hecho, he sido muy mala mala, pero por favor. Te pido que me dejes salir ilesa de esto. No quiero que este hombre note como me pongo cuando está cerca de mi. Amén._

- Helloo! Chica de tetas pequeñas... Te ha dado catalepsia o qué? - La mano de Thiago se paseaba frente a mis ojos.

Pestañeo un par de veces antes de clavarle la mirada con mi ceño fruncido. - Quién te ha dado autorización de llamarme pechos pequeños idiota?. - Volví la mirada de enojo hacia Jared al escuchar su risita de burla.

Thiago pasó su brazo por los hombros de April haciendo que esta se pusiera sonrojada. - La misma persona que te autorizó llamarme idiota. - Su sonrisa de triunfo apareció frente a mi.

- Eso Thiago. - La mano de Jared choca con la mano libre de su amigo al darse los cinco en muestra de triunfo.

- Es notorio que ambos son amigos. Tienen la misma capacidad reducida de cerebro. - Exhale todo el aire que tenía en mis pulmones. - En fin, mi buen rato en la cafetería llegó a su a final con la presencia de ambos. Ah, y para que quede claro. Esta cafetería es a la que siempre, siempre! Asistimos. Por ello fue que Nate vio el anuncio de renta en frente. - Me levante y tomé mi bolso. - No se sientan tan importantes.

Salí lo más rápido posible de ese lugar. Esta era mi fuga perfecta. Solo que al llegar a la puerta del Starbucks...

- Khloe espera!

Me giré para ver el rostro de Jared.

- Oh mejor debería llamarte Isabelle?. - Su pregunta suena más a un reclamo.

Mi sonrisa ladeada aparece en acción. - Mi nombre es Khloe Isabelle Oconaill McNaill. - Metí mis manos en los bolsillos de mis jeans ajustados. - No te he mentido respecto a eso... Señor solo Jared...

Se sonrió y se miró sus botas por un instante, luego volvió a verme a los ojos. - Ven, te invito a un café. - Extendió su mano en espera que aceptara su invitación.

Mis ojos no se apartaban de los callos que tenían sus manos, muestra de su entrenamiento con las cintas y esas cosas.

El notó que mis ojos estaban fijos en los callos de sus manos, así que repitió la misma acción que yo había hecho minutos antes.

- Prometo no hacer ningún tipo de propuesta indecorosa que valla en contra de tu pudor. - Sacó su mano izquierda mientras se la pasaba en la parte trasera de su cabeza.

Tomé aire y un poco de fuerza para adoptar una actitud indiferente. - Lo lamento, desde el día de ayer ustedes firmaron un contrato de relación laboral con mi empresa, directamente pasan a ser parte de mi planilla. Y yo, señor Jared; no tomo ningún café  con mis empleados. Ahora si me disculpa, tengo pendientes que resolver. -Me gire sobre mis botas negras y me dispuse en llamar a un taxi que estaba pasando en frente de mi. Ya que April se encontraba muy a gusto con el idiota del Carioca.

Subí al taxi y al cerrar la puerta pude ver el rostro de desconcierto de Jared. Si no me hubiese hecho recordar ese incidente, tal vez mi respuesta hubiese sido otra. Pero tengo algo muy fuerte que se llama orgullo y es el que dicta gran parte de mis decisiones.

Al llegar al Ático, entré y lo primero que hice fue poner algo de música. Necesitaba un relax y unas cuantas canciones de Shakira con una copa de vino mientras me  tomaba un baño en la enorme tina, me hará muy bien.

Estaba en la cúspide del placer de la relajación después de saborear un poco de mi Grand Vin de Chateau Latour, cuando una llamada interrumpe mi silencio.

Tomé mi celular que se encontraba a un lado de la tina para dar un vistazo, lo que me llevó a la sorpresa de ver un número desconocido, fruncí mi ceño ya que este número es el personal y no el laboral. Por ende casi nadie tenía este número registrado.

- Hola!

- Sabes que es de muy mala educación rechazar la invitación de un café.

Me acomodé inmediatamente en la tina para sentarme, no podía ser que Jared tuviera mi número. El rostro de April amoratado producto de mis golpes empezaba a formarse en mi mente.

- Puedes decirle a April que voy a cortar su cabello por haberte dado mi número personal.

Un silbido se escuchó tras la línea. - Pobre April, ya empezaba a gustarme su cabellera. Pero no, la respuesta a tu pregunta, es que ella no me ha dado tu número.

- Estás mintiendo, es la única que pudo haberlo hecho.

- Yo de ti no estaría tan seguro Khloe.

Odio que las personas posean información de mi sin que yo esté al tanto de cuanto es su conocimiento. Me deja en una postura de incertidumbre, y no me gusta sentirme así con absolutamente nadie.

- Te distraes muy fácilmente Khloe, llevo como diez horas hablándote y tú no respondes. Te has vuelto a quedar en el limbo?.

- Tal vez no tengo ganas de responder a tus absurdas palabras.

- Auch, eso dolió Isabelle.

- No vuelvas a llamarme así. - Mi voz se escuchó demasiado tensa para mi gusto.

- Por qué? Si con ese nombre te presentaste con migo.

- Porque ya no quiero que me llames así, para ti soy Khloe. No! mejor dicho; Señorita Oconaill.

Una enorme carcajada me hace retirar el móvil un poco. _Este tipo es un mal educado._ Pongo cara de fastidio al escuchar hablarme nuevamente.

- Ni de coña pienses que te llamaré Señorita Oconaill. Al menos que sea para algún tipo de juego sexual y te disfraces de colegiala.

Sentí la saliva pesada haciendo un ruido considerable al tragar. Si este hombre continuaba diciéndome esas cosas me haría pecar con él. Y yo, eso es lo que menos quiero.

- Eres un cerdo asqueroso. Deja de fantasear con migo que me siento sucia al respecto.

Pude escuchar un suspiro tras la línea. - Como voy a disfrutar cuando estés rogándome por follarte Isabelle.

Mis ojos se abrieron de tal forma que temí en que se salieran de sus sitios. - Primero muerta antes que rogarte algo a ti.

- No sabes cuanto voy a disfrutarlo Isabelle. -  Escuche su risa sarcástica antes de colgar la llamada.

Miré por unos segundos la pantalla de mi teléfono. - Eres un idiota Jared. Eres un completo idiota... - Coloqué mi móvil nuevamente en donde se encontraba antes de recibir la llamada del imbécil. Respiré profundo, tomé todo el vino que quedaba y volví a retomar la posición en que me encontraba antes tratando de controlar mi ritmo cardíaco.

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