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Capítulo V.

- Ya te he dicho que no necesito un perro guardián Nate, empiezas a ser irritante. - entre a mi oficina mientras me realizaba una coleta en el cabello; me encanta como me veo con ella. - Sabes que no soy ninguna niña.

Tomé asiento en mi escritorio mientras le daba sorbo a mi café de la cafetería Grumpy, para mi, Joe y Grumpy es lo mejor en café de New York.

Queria relajarme un poco ya que desde la recaída Nate no ha parado de seguirme y estar a mi lado, siempre al pendiente que no vuelva a consumir drogas.

- No me interesa ser más molesto que una ampolla en tu trasero, pero voy a seguir vigilando tus movimientos. Me convertiré en tu propia sombra. - se acomodó mejor en el sofá de mi oficina con su capuchino en manos. - No quiero que destroces mi piso por décima vez. - Tomó un trago mientras me veía medio sonriente.

Mi rostro se desencajó del asombro. - Disculpa?.

La gran risa de Nate no se hizo esperar al verme tal gesto. - Es la verdad!. Sabes que doña Isabel aún está acomodando todo el desorden.

- Le pagas a doña Isabel para que lo haga. - Cerré la carpeta de las nuevas estadísticas de venta del Whisky en Francia. - Sabes que ese ha sido un golpe bajo de tu parte.

Tomé mi café mientras me giraba en mi asiento para dar la espalda al odioso de Nate y tener una vista panorámica de la ciudad.

Al notar mi depresión en la voz Nate se levantó del lugar en el que se encontraba y se acercó a darme un abrazo. - Sabes que estaba molestando enana. - me dio un sonoro beso en el cabello. - En ningún momento quise hacerte sentir mal.

- Lo sé Nate, pero sabes que igual ando sensible no quise ponerme así.

Alejándose de mi y tomando asiento frente mío dijo. - Sabes qué día es hoy?

Me giré un poco solo para dedicarle una mirada de  " no estoy para adivinanzas". - Es miércoles. y qué con eso?

- Si mal no recuerdo, hoy tenías un pendiente en el Sky Club de Chicago.

La presentación de Samuels viene a mi mente de inmediato.

- Oh por Dios, es verdad... Lo había olvidado por completo, en qué estaba pensando?.- Me lleve las manos a mis mejías. - y ahora qué hago? no quiero quedar mal con Samuels, es mi mejor gerente y  no me gusta hacerle semejante desaire cuando es notable que mi aprobación es muy importante para él.

- Claro que es importante, eres la dueña Khloe. Pero podemos estar saliendo en estos momentos, o seguir lamentando tu falta olvidadiza.

Me puse de pies inmediatamente apagando mi ordenador. - Vamos no perdamos más tiempo. Llama a Smith para que valla haciendo las transacciones del jet en el aeropuerto.

- Ya estoy en eso. - Me respondió con su móvil en mano.

Salí velozmente de la oficina pero antes de cerrar con llave me detuve. - Espera un momento. Mi café... - Entré nuevamente a mi oficina por mi café mientras volvía a salir corriendo sobre mis ocho centímetros de tacones. - Lo tengo! Ahora si, es hora de irnos.

Entramos a mi elevador privado y mientras descendíamos los nueve pisos restantes, la música instrumental horripilante era lo único que se escuchaba. Volví mi vista al marcador de piso y apenas íbamos por el número 5 el del área de diseño y publicidad. - Juro por Dios, que mañana mismo pediré que cambien este puto sonido de fondo, no sé quien le ha puesto sin mi autorización.

La sonrisita de Nate soloe hizo molestar más. - Es la verdad Nate. Que no te encojona escuchar eso? Osea, quiero algo como Scared to be lonely de Matin Garrix, o algo así. Yo qué sé. Solo no quiero volver a escuchar eso.

- Supongo que es lógico que quieras eso; eres dueña de una cadena de Clubs, y de los mejores de hecho. Sería lógico que quieras algo de ese estilo.

Después de salir del elevador, nos dirigimos al Audi R8 de Nate.

El nerviosismo en Nate empezó a ser evidente.

- Qué quieres Nate? - Mi voz sonó algo condescendiente.

Su mirada se instaló inmediatamente en mi. - Yo? No! No!. Yo... No quiero nada Khloe.

- Anda dime y deja de hacer el ridículo.

-  Hamm no hay inconveniente en que Sofía venga con nosotros?. Yo cubriré con todos los gastos.

Me giré sobre el asiento del copiloto para verle fijamente y con cara de seriedad. - Qué estás loco?.

Su rostro palideció y me interrumpió de inmediato. - No. Yo solo estoy consultandote, no te enfades ok.

No pude contener más tiempo la risa y solté a reír en voz alta.
- Claro que puede venir bobo, me gusta que en verdad esté resultando lo que había planeado entre ustedes.

Su rostro se relajó visiblemente. - Si tenías razón, era imposible no enamorarme de Sofía si es una chica dulce, comprensiva y delicada. Hemos compartido muchas cosas esta semana. Creo que lo nuestro a sido amor a primera vista. - Giró su rostro del camino para verme y darme una sonrisa de felicidad.

- No sabes lo feliz que me hace saber eso. Pero no seas muy dramático novelista Nate. - Me Sonreí con su cara de serio y volví a hablar. - Debemos pasar por ella en su departamento.

- No te preocupes por eso, ya va en un taxi rumbo al John F. Kennedy.

Al llegar al eropuerto y abordar mi jet privado, el cual fue una de mis primeras adquisiciones debido a que estoy viajando constantemente por las extensiones de mi empresa en otros países; mi sorpresa fue no solo ver a Sofía en una de las butacas, si no a April en otra. Desde el día del incidente no he vuelto a hablar con ella. La única vez que me habló al teléfono estaba en una junta y no pude atenderle.

El rostro de enfado por parte de Nate pudo evidenciar que no sabía nada al respecto.

- Hola Khloe, Cómo has estado querida?. - me abrazo y me dio un beso en la mejía. Su mirada se posó en Nate. - Por el rostro del niño, quiero pensar que le duele el estomago y que no es por estar incomodo con mi presencia.

Justamente en el momento que iría a responder. Nate soltó su bocota.

- Pues la realidad es que no tengo ningún dolor de estómago; es más, si lo tengo. Pero me inició al ver tu rostro.

Los ojos de April amenazaron con salirse de sus sitios en respuesta de las palabras de Nate.

- Pero qué sucede con tigo niño de la calle? Tu no sabes con quien estás hablando, soy amiga de Khloe desde antes que nacieras, así que cuida tus palabras. - El enojo era evidente en su voz.

La típica risa de sarcasmo por parte de Nate adornaba su rostro.- Si, se nota lo mucho que la conoces cuando justamente en tus narices recayó nuevamente. Eres una estúpida nada más.

- Nate por favor. No sigas.- El dolor que sentía al ver a dos de las personas más importantes en mi vida discutiendo y ofendiéndose a tal grado me puso muy mal.

- Estás demente!. Khloe no tuvo ninguna recaída esa noche.

- Tu que sabrás, si estabas demasiado ebria y entretenida con un pene en tu vagina para darte cuenta de Khloe.

- Nate por favor ya basta!.  No quiero que los asistentes sigan escuchando. - Dirigí la mirada a una azafata que estaba al pendiente. Haciendo que esta regresara a la cabina de mando. - Al igual, quiero un viaje en paz y tranquilidad. Así que se callan los dos en este momento.

La mirada de April estaba clavada en mi analizando la situación.

- No puede ser Khloe. En qué momento amiga, por qué? Yo creí...

No pude seguir aguantando ver la culpa y remordimiento en los ojos de April. En el fondo ella no tenía la culpa, Al final yo solita busqué mi problema.

- Quita ese rostro de pena April, tu no te enteraste porque estabas dormida para ese momento. - Dirigí la mirada a Nate quien solo me esquivó. - Le dije a Nate que tú no sabías nada al respecto; porque así fue. Pero tranquila ya pasé lo peor, ahora solo tengo que controlar un poco la ansiedad y los dolores de cabeza. Nada que no conozca ya.

April se lazo sobre mi envolviéndome en un fuerte abrazo mientras lloraba. - Oh Khloe esto ha sido mi culpa, si yo no te hubiese dicho que fuéramos o no me hubiese quedado dormida, tu nunca abrías recaído.

La rodeé con mis brazos mientras acariciaba su cabello. - No te culpes por nada April, toma asiento mejor. Además que quiero decirles algo a los tres.

Se separó de mi mientras tomaba asiento nuevamente en su butaca. Seis pares de ojos se dirigieron en mi dirección sin dudarlo en espera de lo que tenía que decir.

- Quiero  que sepan que  los tres son mi única familia acá. Y si no fuera por mis padres, serían mi única familia en el mundo. - Les miré fijamente a los rostros. - Por ello, me duele muchísimo ver que entre ustedes mismos discutan. - Nate y April bajaron las miradas al suelo un poco avergonzados. - Al igual que agradezco la forma en que están pendientes de mi, de mi salud y de este problema; el cual ha sido únicamente provocado por mi misma. Si recaigo o no, y las ocasiones que lo he hecho, quiero que sepan que ha sucedido por mi, y no por terceras personas; por ello soy responsable de todo. Les amo, les quiero y por eso no vuelvan a discutir porque aquí todos tienen la misma calidad para mi.
Ahora aseguren sus cinturones y disfruten de sus dos horas y cuarenta de viaje.

- Que carajos khloe. Hace poco creí que nos harías bajar del jet como castigo.  - Se sonrió abiertamente.

- Pues no me tientes April... Aún estoy a tiempo.

- Ya! Ya! Ya! Olvidalo. - Elevó sus manos en señal de rendición. - En todo caso, baja al niño también.

- Aquí no hay ningún niño, loca desquiciada.

- Pues venga, que justamente estoy viendo a uno en este momento.

- Que estás viéndome a mi, y yo no soy ningún niño. Tu si eres una loca des...

No seguí escuchando su tormentosa discusión ya que me puse mis audífonos best buy  inalámbricos y me dispuse en escuchar música.

Al llegar a Chicago nos instalamos en The Península Hotel. Ya que se encuentra muy cerca del Club. Dejamos nuestras cosas y al salir ya había llegado el auto que Nate había rentado, así que mientras Nate y Sofía tomaban asiento adelante, April y yo nos situábamos en los asientos traseros.

- Enciende la radio niño, quiero escuchar música. - La cabeza de April se encontraba en medio de Nate y Sofía.

- Khloe será mejor que controles a la menopausica de tu amiga. No quiero dejarla tirada en este instante.

- Ja! Ya quisieras que fuera menopausica, así podría joderte la vida sin que khloe me esté regañando.

- Ya April, deja tranquilo a Nate por un segundo. Que hasta a mi me llevas estresada.

- Epaa, la princesa Sofía por fin decidió hablar. No sabía que venías aquí. - El sarcasmo de April en ocasiones, por no decir siempre, era algo grosero.

- Ya, April!. En el Club podrás escuchar toda la música que desees.

- Sabes que llegamos dos horas después de la supuesta presentación que Samuels ha preparado.- Me informó Nate mientras aparcaba en el estacionamiento del Club.

- Lo sé, pero de igual manera hablé con Samuels mientras me encontraba en el Hotel. Hará que los chicos hagan una nueva presentación para mi.

Al llegar al Sky Club de Chicago, era igual que estar llegando a cualquier otro, ya que todos tenían el mismo diseño arquitectónico, decoración y calidad de servicio.

En las puertas de la entrada al Club se encontraba Samuels con su exclusiva sonrisa e imagen impecable que le caracteriza al moreno ojos gris.- Que gusto que al final hayáis podido asistir Señorita Oconaill.

Saludándole con un beso en la mejia respondí.- Hoy fue un día muy estresante para todos nosotros, y hasta este momento tuvimos el tiempo para asistir.

- No hay inconveniente, vinieron justo a tiempo.

Después de entrar al local los demás chicos se saludaban con Samuels, así que nos dirigimos a la mesa central frente al escenario para admirar la presentación de clausura.

Las notas de It's a man's world empiezan a inundar el Club mientras las luces se enfocan en el centro del escenario, una bañera se apodera de la atención de todas las personas que estamos viendo, cuando un hombre empieza a salir de la misma y en ese instante sentí mis hormonas reaccionar al ver el cuerpo excelentemente trabajado de ese hombre, sus sexys movimientos al ritmo de los acordes me tenían hipnotizada y en ese momento me di cuenta de lo que hablaba Samuels ya que si pudiera vendría todos los miércoles y jueves para ver a ese Dios griego haciendo todas esas piruetas.

- Es increíble...

No me había percatado que había soltado ese pensamiento en voz alta hasta que Nate soltó.

- Pff ese maromero de circo les gusta?. Por favor! qué sucede con las mujeres hoy en día...

Sofía tomó la mano de su novio o lo que fueran y le dio un beso para relajar el ánimo de Nate, ya que por primera vez no era el centro de atención de las féminas.

- Lo que sucede es que ese hombre si tiene un cuerpo de Dios griego, y sabe mover cada fibra de ese regalo que tiene por cuerpo. - Habló April mientras le dirigía la mirada a Nate. - No como otros niños flacuchentos que se creen el ombligo del mundo.

No puse atención a la discusión que se formó luego entre los tres que estaban en mi mesa ya que mis sentidos estaban puestos en el hombre que estaba en el escenario.

Al terminar Sofía le pidió a Nate que le acompañase a una burbuja ya que no le agradaba estar en medio de todas las personas. Obviamente lo que quería era que mi hermanito le metiera mano en privado.

- Bueno Khloe, ese maromero castaño me está llamando con esos ojazos y esa sonrisa de perdición así que iré a que me invite a bailar el resto de la noche.- Girándose para verme fijamente mientras me tomaba de ambos hombros habló seriamente. - Por favor, no cometas algo estúpido porque juro por Dios que te daré la golpiza del año.

Giré los ojos mientras terminaba de hablar. - Tranquila mamá gallina, no soy tan idiota para joderme la vida, además que hoy he visto una nueva víctima.

- Eso suena fenomenal amiga, ya era hora que distraigas tu mente. Te quiero. - Concluyó depositando un beso en mi mejía.

Tras eso la alocada de April se dirigió directamente a la barra cerca de uno de los bailarines acróbatas de la Academia; por el vestuario del chico, parece que su presentación fue de bombero.

Terminé mi té helado ya que estoy en abstinencia de alcohol también y me dirigí a las oficinas en la segunda plata, necesitaba hablar con Samuels.

Al abrir la puerta de vidrio polarizado, encontré a Samuels conversando con un hombre muy atractivo entre unos treinta y con un cuerpo de infarno, claro no como el chico del cierre pero no estaba mal.

Samuels al verme se puso de pies inmediatamente y salió detrás de su escritorio. - Señorita Oconaill, estaba a punto de solicitar su presencia. Quiero presentarle al señor Fitcher, Chris Fitcher, es el dueño de la Academia de la cual ya le he comentado y ha podido apreciar el trabajo hace unos minutos. - Giró su atención al hombre. -  Señor Fitcher, sin más que decir; ella es la señorita Khloe Oconaill, presidente y dueña de toda la cadena de  Clubes Sky del país, al igual que del Whisky más exclusivo de Europa y estados unidos.

El señor Fitcher inmediatamente me tendió su mano en manera profesional. - Es todo un placer conocerla señorita Oconaill, espero que nuestro trabajo haya complacido sus estándares. - El sudor producto de los nervios perlaba su frente.

No sabe cuanto me complació! respondía mentalmente mientras  aceptaba su saludo con otro apretón de manos. - El placer es mio señor Fitcher. Tiene una excelente Academia. Muy buen trabajo.

Giré mi atención a Samuels. -  De hecho había venido para darte mi completa autorización respecto a tus planes y a decirte que me envíes una copia del contrato con la Academia  a la cuenta de mi correo en cuanto esté terminado.

La gran sonrisa se dibujo en el rostro de Samuels y de Chris Fitcher al saber mi veredicto. Así que para despedirme de ambos hablé.

- Sin más que agregar me despido. - Tendiéndole la mano a ambos. - A disfrutar de mi club deseándoles éxitos en las metas laborales. Si me disculpan me retiro.

Después de escuchar la despedida de ambos, salí de la oficina rumbo a la barra del segundo piso y me senté en un taburete de la misma.

Miré al barman que me Sonreía. - Un Té helado por favor.

El barman nuevo con el nombre de Tom, sin saber que iba a servirle a la dueña del club, me dedicó una sonrisa y se dispuso a prepararme la bebida. - Aquí tiene.

La pagué y me giré a un lado para ver desde arriba a las personas que bailaban en la pista.

Estaba muy lleno el club para ser día miércoles. Pero bueno, para eso le pagaba a Samuels una cantidad exagerada. Su trabajo era que el club estuviera así de lleno siempre.

- Un Sky a las rocas doble por favor.

La voz gutural de una chico a mi lado me sacó de mis pensamientos ya que nunca había estado presente cuando alguien pedía un trago de mi whisky en mi presencia sin saber que yo era la dueña, siempre he sentido que lo hacen por el compromiso de estar frente a mi.

Al girarme para verle el rostro, el barman sonrisa baja bragas le entregaba su trago, así que tuve más tiempo para ver su rostro y llevarme la sorpresa del mundo. Era el maromero que me cautivo en el escenario... Ahora si lo tenía de frente y uff, que calor; era mejor aún.

Al notar mi mirada fija en él, se giró y me vio a los ojos. - Es un nombre estúpido no creés?

Con el mayor asombro del mundo me quedé fuera de bases ya que no sabía a que se refería. - No sé a que nombre te refieres.

Su sonrisa ladeada envió una descarga eléctrica a mi centro.

- Me refiero al nombre del whisky y del Club. - Hizo un gesto para que viera el trago en sus manos y luego volvió su mirada en todo el lugar. - Solo a una mujer se le va a ocurrir ponerle a un whisky Irlandés tan bueno como éste, un nombre tan delicado como Sky. Al igual que ir y poner el mismo nombre a todos sus clubes. Pero bueno, así son ustedes. Algo lentas para los negocios de hombres.

No podía terminar de asimilar semejante palabrería. Estaba criticando algo muy importante  para mi, hablaba de mi mayor obra maestra, estaba criticando mi sentido común para los negocios y se había burlado inconscientemente de mí y mi capacidad de elegir nombres. Lo más seguro es que no sabía con quien estaba hablando, y por primera vez agradecí al destino que así fuera; puesto que si el supiera quien era en realidad no me hubiese dado su punto de vista de una manera tan clara.

- Qué sucede preciosa, te comieron la lengua los ratones? - Su risa de burla me sacó de mis pensamientos.

- No, solo que no sé como sabes de donde es el whisky, si en las etiquetas ni en la información sale de donde es exactamente. Más si dice que parte de su producción es de estados unidos.

Dio un nuevo sorbo a su bebida mientras sonreía. - Eres una chica lista, de todo lo que dije eso es lo que más te llamó la atención; en tu lugar otra solo me hubiese dado la razón para tratar de ligar con migo. Pero ya que estás en duda respecto a mi conocimiento, quiero decirte que algo dentro de mi, que no sé que es... Me dice que es un whisky Irlandés; tengo como que buen paladar para reconocer a los whisky, vinos y muchas otras cosas que ni yo mismo sé de donde saco todo ese conocimiento.

Mi entrecejo solo se intensificó un poco más con su respuesta. - Así que piensas que la dueña está loca al elegir ese nombre para el whisky y la cadena de clubes? - Mis ojos se clavaron intensamente en los suyos.

Se giró en su asiento para quedar frente a frente con migo. - Así que eres una chica muy curiosa,...

Dejó una pausa para saber mi nombre así que después de unos segundos entendí y le dije mi segundo nombre y mi segundo apellido, los cuales no eran reconocidos.

- Isabelle McNaill.

Su sonrisa ladina apareció inmediatamente mientras me estrechaba la mano. - Un placer conocerte Isabelle McNaill. - Soltandome la mano pidió otro trago de Sky y volvió a dirigir su atención en mi. - Así que eres Holandesa?

Nunca me había sentido nerviosa mientras entababla una conversación con un hombre, pero este poseía algo que alteraba mis nervios de pies a cabeza. - Si, mis padres son de ahí, nací en Holanda pero para mi adolecencia me traslade a Estados Unidos. Y tu eres...

- Jared, Solo Jared.

No pude evitar  enarcar  mi ceja ante su respuesta, ya que estaba convirtiéndose en un misterio para mi al no querer decirme su apellido. - Un gusto conocerte solo Jared.

Las sonrisas entre ambos fluyeron de una forma natural.

- Por lo que veo no tomas nada que contenga alcohol. - Habló mientras tomaba un trago a su bebida y señalaba la mía, la cual había desatendido por darle mi atención completa a este enigmático hombre.

- Si! No!... Yo, hoy no tengo ganas de consumir nada que contenga alcohol. - Le dediqué una de mis mejores sonrisas atrapa hombres.

El también respondió a mi sonrisa pero haciendo un gesto de negación al mismo tiempo. - Eres una experta en el tema de seducir a un hombre Isabelle.

No pude ocultar mi asombro ante tal comentario ya que nunca me habían dicho tal cosa. - Yo creo que te equívocas con migo. - Mi voz cargada de nervios me pone en evidencia.

Con un chasquido y terminado su segundo trago de Sky, respondió. - Claro que no me equivoco, no soy ningún tonto y me doy cuenta siempre que las mujeres tratan de seducirme.

- Yo no estoy tratando de seducirte.- Mi enfado era muy notorio.- Eres un hombre demasiado egocéntrico, no creas que por tener tantos músculos en tu cuerpo te convierte en el hombre más deseable del planeta.

Algo furiosa me giré para quedar frente a la barra y dejar de observarle, ya que estaba robando más atención de mi parte de la que se merece.

- Solo digo lo que sé señorita McNaill. - Habló mientras arrastraba de forma sexy y sensual el Naill de mi segundo apellido. Haciendo que toda mi piel se achinara. - No me siento como el hombre más deseable del planeta por mis músculos, pero si por lo que hago entre las piernas de las mujeres.

El trago de Té helado que acababa de ingerir salió por mis fosas nasales al escuchar tal cosa. Nunca pensé que este hombre diría semejante cosa, haciéndome quedar como una idiota. Al igual que calentándome más que cualquier otro hombre sobre la faz de la tierra.

- Usted es un Narcisista de nacimiento señor Jared. - Hablé mientras me limpiaba con una servilleta el rostro. - Lástima que los hombres así no son mi tipo.

- Así que no estaba herrado al decirle que estaba coqueteandome desde un principio.

- No me interesa jugar su juego, solo que para su conocimiento usted me habló primero.

- Después de ver como me  desnudabas y follabas en tu cochina imaginación cuando estaba dando mi presentación. - No pudo contener su sonrisa ladeada mientras yo abría y cerraba la boca desmesuradamente como un pez fuera del agua. - Así que por eso te hablé, pensé que serías más fácil y podríamos haberlo pasado bien esta noche. - Su ceja se arqueó después de decir eso.

La rabia inundó todo mi cuerpo, la música desapareció, el Club entero desapareció, solo podía escuchar un silbido de furia en mis oídos y ver el blanco que quería matar. y este que se cree que es para decirme fácil y que pase la noche con él?. En el momento menos esperado le solté una bofetada en la mejía, tan fuerte que hasta me dolió la mano.

Se llevó la mano directo a la mejía en la cual acababa de propinar la bofetada, mirándome de una forma extraña.

- No vuelvas a faltarme el respeto a ese nivel. Si no quieres que realmente acabe con tigo. - Mi voz sonó completamente cargada de furia.

Su rostro pasó de serio a divertido después de escucharme. -  Y Cómo piensas hacerlo? A punto de bofetadas?. - Su risa gutural no tardó en llegar al terminar la pregunta.

- No me tientes pedazo de idiota...

- Creeme, eso ya lo hice preciosa.

En el momento que iba a cantarle las cuarenta y que en su vida volviera a llamarme preciosa... Apareció April en acción.

La que faltaba!

- Te he buscado como loca por todo el Club. A que no sabes lo que sucedió con el idiota maromero de quinta?.

El rostro de diablo poseído me decía que no había sucedido nada complaciente para April.

- No, dime que sucedió?

- El muy idiota quiso ser astuto y quedar como el gracioso del grupo. Me acerqué sutilmente y le Sonreí, al notar que él responde a mi sonrisa me acerco hasta donde está con sus amigos y le dije que me invitara a bailar esa canción. Sabes que me respondió el maromero barato?. - Me cuestionó mientras hacía un gesto exgaerado con sus manos mientras su rostro estaba congestionado de cólera.

- Humm no...

- Que el no bailaba con viejas Oxigenadas y ...

La risa escandalosa por parte de Jared interrumpió la narración de April, cosa que no le sentó bien a mi amiga.

- Y tú maromero de quinta junior de qué te ríes?

- De ti.  De quien más?. Lo más seguro es que haya sido Thiago el que te ha mandado a tomar vientos en frente de todos.

El humo salía por todos los orificios de April, estaba más que furiosa, nunca la había visto llegar a tal nivel de furia.

- Pues no me interesa quien sea el estúpido maromero barato de circo que tengas de amigo. Ese imbécil es un troglodita de primera y que agradezca que no quiero saber más de él, si no, soy capaz de lo inimaginable. - Su dedo índice se interponía entre ella y Jared de forma divertida.

La risa de Jared volvió a resonar entre nosotras.

- Ambas son amigas, eso es notorio. No me digas que también vas a castigarle a punto de bofetadas?

El rostro de April quedó desconcertado tras la pregunta del maromero, así que decidí responder en vez de April. - No me tientes que tengo ganas de empezar hacerlo en estos momentos. - Estaba un poco indignada al verle que se burlaba de ambas.

- Puedo quitarte esas ganas si me lo pides pero en un lugar más privado preciosa.

Le hice un rostro de enojo y repulsión, con el cual solo logré que el muy imbécil se burlara más de mi.

- Vamos April, no tengo ganas de tolerar a este pendejo maromero.

Me baje del taburete en el que me encontraba y tomé de la mano a April.

- Esperen un momento chicas.

Al escucharle nos giramos para verle y solo fuimos capaz de ver el flash de una cámara en sus manos.

- Listo pueden irse. - Habló mientras se giraba de nuevo en su taburete con su Iphone en mano.

- Y tú quien te crees para tomarnos fotos así sin más? Voy a demandarte demente. - Así que April de igual forma sacó su Samsung S7 y le saco un par de fotos donde Jared posaba muy a gusto.

- Vente April, no desperdicies tu tiempo en un idiota como ese. Tenemos que irnos ya.

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