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«Hora Cero: Momento de la caída de la playa.»

«13 horas después de la Hora Cero.»

«En un juego sin rey, la reina tendrá que tomar posición al lado de la Sota de Corazones. Oh, Sota de Corazones, ¿dónde estás? ¿por qué te escondes?»

Tener a Alex para mí era todo lo que quería, y ahora lo estaba cumpliendo. La tenía frente a mí, dispuesta a hacer todas las cosas que muchos otros desearían y eso me volvía loco. La pequeña habitación en la que estábamos contrastada con la poca iluminación que entraba por una ventila hacia no solo más excitante el encuentro, sino también más satisfactorio.

Alex cerró la puerta tras de sí y se abalanzó a mis labios, que gustoso acepté y correspondí con la misma intensidad. Aquel beso fue el inicio de los sucesos de esa noche, nos necesitábamos mutuamente y solo podía perderme en mis pensamientos hasta que me devolvió a la realidad pasando suavemente su mano por el bulto creciente entre mis piernas.

Alex sabía lo que hacía, pero le gustaba parecer despistada. Bajé mis besos a su cuello al mismo tiempo que mi mano apretaba su trasero, dejando salir varios suspiros por su boca que inútilmente intenta contener, quizá con el miedo de que nos escuchen al otro lado de la habitación. Yo quería que nos escucharan, que todas las personas supieran que Alex suspiraba solamente por mí.

—No te calles para mí, preciosa. —susurro en el espacio que me permite al estirar el cuello, dándome más acceso al mismo, dejando besos húmedos en esos lugares.

—Sé que has estado esperando por esto. — dice, en medio de un jadeo, pues le estoy dejando una marca para que todos vean a quién pertenece. — Pero yo también lo he hecho, así que no te contengas.

Esas palabras son suficientes para que tome la iniciativa. Quito su blusa mientras ella toma la hebilla de mi cinturón y la desabrocha, después masajeo sus pechos por encima de la tela del brasier que me permite delinear con los pulgares el contorno de sus senos, y me agacho a besarla nuevamente, mientras me dirijo hacia la mesa que se encuentra en la habitación.

Es como una muñeca delicada, la tomo por las nalgas y la siento, y sin dejar sus labios deslizo mi mano por entre sus piernas. Bendita falda que me da más acceso, ella se retrae un poco ante el tacto provocado por mis manos frías, pero abre un poco más las piernas dejando que mi cuerpo se coloque en medio. Quitó su sostén y lo lanzó al otro lado de la habitación. Tomé sus manos y puse la mía encima detrás de su espalda, así logrando que esta se arqueara. Debido a la excitación, sus pezones estaban endurecidos, con la mano libre acaricié su piel y ella gimió levemente. Mis húmedos besos dejaron un camino, comenzando por la boca y tomándose el tiempo en sus pechos, logrando así que los sonidos que su boca emitía fueran más.

Ella me deseaba tanto como yo lo hacía, de eso no había duda alguna. Sus ojos lujuriosos me lo gritaban. Aún besando sus senos, deslicé una mano por su entrepierna, palpando sus bragas que se encontraban ya humedecidas. Sonreí para después, sin abandonar la acción de mi mano, subir hasta verle la cara sonrojada y los labios entre abiertos que devoré gustoso.

—Lista para mí. — le susurré en el oído, para después dejar un pequeño mordisco en el lóbulo de la oreja. Pude quitar la mano de encima de las de Alex porque ella se estaba sosteniendo ya por sí misma, con ambas palmas sobre la mesa de cristal.

Deslicé las bragas de Alex por sus piernas, aún dejando la falda encima. Entonces, y ante su atenta mirada lujuriosa, deslicé uno de mis dedos entre sus pliegues, provocando que un suspiro de placer emanara de su boca, y al ver lo que provocaba supe que debía darle más placer a mi princesa. Mi cara se encontraba ya frente a su coño, y comencé a estimular su clítoris con el pulgar para ver su reacción, que fue dejar ir la cabeza hacia atrás, pero que cambió frenéticamente cuando mi boca lo sustituyó.

—¡Oh, mierda! — salió de su boca, acompañado de otras palabras obscenas dignas de una película pornográfica cuando introduje el primer dedo en su mojada vagina, bombeando hacia adentro y hacia afuera de forma lenta y tortuosa. Sus brazos comienzan a debilitarse, y la ayudo a acomodarse mejor en la mesa, ahora completamente recostada, mientras otro dedo entra en ella y no abandono mi tarea de darle placer con la boca. Sus caderas ahora se mueven al ritmo de las embestidas que le dan mis dedos, mientras ella me ruega por más con la boca. Sigo su orden al pie de la letra, y no tarda mucho en correrse y yo en saborear lo que había provocado, pasando los dedos por mis labios para introducirlos en la boca y que ella lo vea.

Me levanto un poco para apreciarla mejor en este momento, tiene la mirada perdida, pequeñas gotas de sudor surcan su cuerpo, la respiración intentando controlarse después del orgasmo que le propicié es lo que más resuena en la habitación.

Se recompone en unos segundos, mientras yo la levanto de la cintura para poder besar sus labios con fervor. Mis labios besaban su boca, mordían sus labios, mi lengua buscaba el contacto de sus pezones erectos.

—Me encanta que te corras para mí. — murmuro entre sus labios. Alex apenas es capaz de pronunciar palabra.

—Es mi turno ahora. —dice, y baja de un solo salto de la mesa, aunque se tambalea un poco porque las piernas le fallan.

Sin ninguna duda en su actuar, Alex baja la cremallera de mis pantalones mientras yo la ayudo con la camisa, se relame los labios cuando baja el bóxer, exponiendo mi creciente erección que ella misma ha provocado. Está duro y el líquido preseminal brota de él. Ella lo mira, acariciando, antes, con la punta de mi polla sus labios, hasta que momentos después desaparece porque su boca ha tomado posesión del mismo. Con las manos estimulaba toda mi polla, y con la boca creaba un vacío para hacer todo más placentero. Tuve que tomarme de la mesa y pensar en muchas cosas para no correrme por el placer que estaba sintiendo en ese momento. El verla así era tan excitante, le tomé del pelo alzando una coleta y con ella y mis caderas la guie para que fuera más fácil.

Mi respiración comienza a cortarse, ella saca mi polla de su boca y un hilo de saliva nos conecta. Entonces no puedo más, necesito poseerla. La tomo por la cintura y la espalda para inclinarla sobre la mesa. Paso mi polla por entre sus pliegues, porque sé que el rose le causa placer.

—mmm...más...—me pide, y luego es sustituido por una ola de gemidos de ambas partes cuando entro de lleno en ella.

Regocijándonos con la ola de placer que despertaba nuestros cuerpos. Alex cerró los ojos, y acunada entre nubes, empezó a moverse debajo y yo pasé una mano para estimular su clítoris y que el placer fuera máximo, porque ella lo merecía. Aumento la potencia porque me lo pide, le doy dos nalgadas porque me grita y exige que lo haga. Y me mira, sus ojos con lágrimas de placer, la boca entre abierta gritando.

—¡Niragi! —. Se corre, echa la cabeza hacia atrás gritando mi nombre. La sola idea de que en la otra habitación alguien nos escuche me enloquece más y yo también lo hago, agachándome lo suficiente para besar sus labios. Tengo que tomar su pequeño cuerpo con cuidado, porque el orgasmo ha sido tan potente que sus piernas flaquearon.

Nos quedamos quietos de nuevo. Sintiendo como nuestra agitada respiración se tranquilizaba y se relajaban nuestros músculos, le doy otro beso en la frente, otro en cada una de sus mejillas hasta finalmente darle uno en los labios.

Ha sido maravilloso, pero tengo que irme, y ella lo sabe, porque su semblante cambia a uno triste, y no puedo despedirme, porque no sé si volveré.

[...]

—Auch. — una piedra acaba de golpearme la cabeza, escucho...¿agua? No caminé hacia un río, no que yo lo recuerde. En realidad no recuerdo mucho de lo que sucedió después de lo que le hice a Alex. — Alex...

—Mueve ese trasero, idiota. —dice una voz que conozco bien. — Hay que movernos, no tenemos idea de quién mierda nos esté escuchando o mirando.

Abro los ojos lentamente, la luz del sol es tan potente que no soy capaz de acostumbrarme a ella a primera instancia.

—¿Cómo mierda es que estás vivo?

—Hierba mala nunca muere, y eso lo sabes muy bien. —me responde Last Boss, quien ahora solo trae una katana consigo mismo, además de diversos cortes por todo el cuerpo. —Tenemos que ir al hangar, ya.

El hangar. El lugar que Aguni designó para cuando la Playa cayera. Era un buen plan, se debe de admitir, tenía unas 5 habitaciones en el subsuelo y las últimas semanas habíamos estado robando comida de la Playa para poder tener víveres y todo lo necesario para nuestra huida.

—Hay botiquines y todo lo necesario para estar listos. —recordó Last Boss, tendiéndome la mano para que me levantara. —Te ves terrible, no sobreviviremos si no nos curamos.

Pero no lo escucho más, apenas me levanto un poco el cuerpo comienza a arder y camino hasta encontrarme frente al desagüe de aguas negras de Tokio.

Sabría por Alex que las quemaduras no son tan graves, pero la piel se ha encarnado con la camisa que usaba. Por lo menos no he llegado a la punta de infección, y la mayor parte está en el abdomen.

—¿La perra de Chishiya hizo todo eso? —pregunta, y al ver la violencia con la que giro aclara. —Me refiero al mismo Chishiya, no a Alex.

—Alex...

—Lo vi todo. — y aunque en primera instancia su mirada es de asco, gira los ojos con una mueca de disgusto. —De todas formas, te ha perdonado la vida, no le pagues dejándote morir.

—Yo no...—pero no me deja seguir, porque comienza a avanzar en dirección al hangar. Serían unas horas de caminata, y en nuestra condición aún peor.

—¿Quieres salvarla? ¿Quieres ser de ayuda para ella? — su pregunta no necesariamente busca una respuesta o afirmación de mi parte, porque sabe que la tiene. —Entonces debes salvarte primero a ti mismo, hay mucha mierda que desmantelar aquí, y no somos jodidos Scooby Doo como para estar buscando pistas, así que te necesito en forma porque iremos de cacería en dos días.


[...]

Las personas que siguen a QOH desde el principio recordarán que me gustaba dejar notas al final de los capítulos para pedir opiniones o por otros motivos, pero que una vez concluidos borré dichas notas para no perder la continuidad de la historia — y también para que mis colapsos fueran menos evidentes—.

Bien, les traigo hoy por fin el primer capítulo de Knave of Hearts, esperando que la premisa del mismo sea de su agrado.

Asimismo quisiera compartirles que últimamente tengo muchas ideas en la cabeza, más allá de las que encajarían con la trama de KOH pero que no quiero dejar en el limbo de las ideas que nunca realicé, por lo que se me ha ocurrido que podría hacer un libro de One Shots de Alice in Borderland con todas estas ideas. ¿Qué les parece? ¿Les gustaría? También tendría una sección de pedidos abiertos basándome en ideas que ustedes tendrían. Habría de todos los gustos, formas, y sabores.

Mi único conflicto con los One Shots es que nunca me ha gustado el tema de _____ o t/n, por lo que pienso tener un nombre base para todos, así como Alex lo ha sido en QOH. ¿Cuál nombre sugieren? ¿Preferirían que sí implementara a ____?

Los leo, y les mando un fuerte abrazo.

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