Capítulo 43| Te destesto, Kla
Tres estudiantes pasean por el camino del campus, cerca de la calle por donde transita el autobús escolar. Fiat bebe de su Bubble tea en compañía de sus dos amigos de confianza.
—El profesor GornHin me permitió
entregar mi proyecto la semana que viene. ¿Creen que deba proponerle matrimonio? Personas como él no se encuentran tan fácil en la vida.
Su simpático amigo Nam fue el que lanzó la pregunta al aire seguido de un tarareo que demostraba su buen humor y alivio de no ser reprobado.
—Su esposo te mandará al hospital antes de que te puedas arrodillar.—Su amigo Tho mordió su papa frita.
—Ríndete, no tienes oportunidad con el profesor, no cuando compites con el poderoso Medthanan.—Fiat mordió su popote.—Un hombre como él nadie es capaz de vencer. ¡Auch!
Un dolor intermitente se expandió en su hombro izquierdo, no era culpa de su amigo que buscaba vengarse por desmotivarlo, la culpa es del grupo de de estudiantes que pasaron corriendo entre ellos como si fueran invisibles.
Ninguno ofreció disculpas, ni mucho menos se molestaron en ayudar a levantar al basquetbolista que acabó tirado en el césped.
—¿Qué demonios les pasa?—Fiat se agarró su hombro lastimado.—¿Están regalando dinero o qué?
—Es por la ex luna de la facultad de medicina. Escuché que estuvo el año pasado de intercambio en Europa y ahora ha regresado.—Tho le tendió una mano para ayudarlo a ponerse de pie.
—Es un simple alumno, no es como que Bright Vachirawit esté estudiando aquí.—Se sacudió el polvo.—Si es tan famoso ¿Por qué nunca he escuchado sobre él?
—En primera no es un simple alumno, sus padres son gente poderosa, están a la misma altura de los Medthanan, y en segunda nunca te enteras de nada que no tenga relación con tu P'Leo.
Podemos justificar el hecho que Fiat no tuviera idea del estudiante de Medicina famoso, ya que es un alumno de primer año que no todavía no ubica ni a sus profesores.
—Si, tienes razón, no me importa nadie que no sea Leo.—Enfurruñó.—También volverá esta semana de Europa y no veo a nadie festejarlo como lo hacen con ese P'Medico. Mi Leo es mucho mas guapo que ese sujeto.
—Ni siquiera lo has visto y ya aseguras que Leo es más guapo que él.—Tho se rie de lo gracioso que luce su amigo con una hojita de árbol en la cabeza.
—¿Qué hay que comprobar? Mi Leo es el hombre más guapo que existe en toda Tailandia.—Acomodó la corre de su mochila.—Ni siquiera vale la pena compararlo con quien sea ese sujeto.
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No fue un día agradable para Fiat. Todo lo que sus oídos escuchaban eran las alabanzas hacía la ex luna de medicina. Todos hablaban de él, todos se pasaban su horario de clases, todos le tomaban fotos en secreto y las mujeres se daban valor para ir a hablarle. ¿Creen que los profesores fueron la excepción? ¡No! Se pasaron su hora de clase poniéndolo de ejemplo. Según ellos todos debían de aspirar a ser como el tal "Kengkla"
Aspecto varonil, Excelente currículum, reconocimientos en el extranjero, una pasión asombrosa a su carrera y todo un caballero. Esos son los aspectos con los que describieron al exitoso chico.
—¡Ya estoy harto!—Fiat golpeó su bandeja de comida contra la mesa, sus dos amigos saltaron de su asiento y lo miraron asombrados.—Si vuelvo una vez más a escuchar su nombre, voy a enloquecer. ¿Quién le pone Kengkla a su hijo? Es un nombre estúpido.
—Gracias, que halagador.—El llamado estúpido estaba justo detrás de él.—¿Te puedo robar la sal?
Extendió sus labios en una hermosa sonrisa, dejando a la vista sus blancos colmillos de lobo malevolo. Estiró su mano hacia la mesa, bajando la espalda
para quedar su rostro cerca del otro. Fiat echó un rápido vistazo a Kengkla, sorprendentemente los rumores no le hacían justicia a su cara. ¡Era caliente! Demasiado cool para este instituto.
Se sonrojó cuando el lobo malvado cruzó miradas con él y le guiñó un ojo. Segundo más tarde ya le había quitado la sal y ahora se dirigía a una mesa del fondo.
—¡Joder! Creo que soy Gay..—Murmuró Tho sin despegar su vista del hombre que acaba de marcharse.
—Tengo que admitir que eso fue demasiado Sexy.—A Nam por poco se le cae la mandíbula.—¡Fiat! ¿Cómo se te ocurre llamarlo idiota? ¿No ves que es un bombón? Ahora entiendo por que todos están locos por él.
—¡Diablos!—Fiat salió de su estado de trance.—Sí fuera Leo ahora estaría derretido en el suelo.
—Cierto, todo lo que te importa es Leo.—Nam volvió la vista.—¿Ya viste? Ese P' se sienta en la mesa de los populares, era de esperarse. Ese grupo es una gran leyenda, escuché que secuestraron a la esposa del director cuando quisieron disolver su equipo de fútbol.
Fiat centró su atención en la mesa del fondo, en tal se encuentra un grupo grande de futbolistas con sus parejas.
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—¡Kengkla! ¡Te hemos extraño tanto!—Can pone recarga su cabeza sobre el hombro contrario.—No es la mismo si tú no estás, nada es divertido cuando falta alguien del grupo. Ahora que P'No, P'Type y P'Tharn se han graduado, es más difícil evitar ser expulsados de la escuela. El director antes no se metía con nosotros porque le temia a Type.. Pero ahora busca cualquier pretexto para mantenernos al margen.
—Espera.. ¿Qué no Champ también es de la edad de ellos? ¿Qué haces aquí?—Alzó una ceja el lobo.
—Reprobé el curso, debo retomarlo.—Respondió el otro con indiferencia.—Lo bueno es que podré cuidar un año más de mi Khunpol.—Entrelazó su mano con su novio doctor.
—A nadie le importa, lo que si importa ahora es saber que hacías antier con P'No.—Can se entusiasmó.—¿Acaso van a volver?
Todos lucían intrigados, tanto que dejaron de comer para prestar atención a la reacción del lobo.
—No creo que eso suceda, chicos.
—¿Por qué no Khrab?—Pete lucía triste.
—El hecho de que nos encontráramos no significa que ya por eso vayamos a volver o tengamos intenciones ocultas. Sería demasiado forzado regresar sólo porque he vuelto a Bangkok. Él y yo tuvimos una historia y tal vez lo mejor por ahora sea no retomarla..
—¿Cómo lo haces?—Ae lo miró con recelo.—¿Cómo eres capaz de soportar no ser nada de él? Si a Pete y a mi nos pasara eso, le estaría suplicando que vuelva a mi lado.—Abrazó a su bebé.
—Supongo que.. La distancia nos ayudó a cambiar, a ser pacientes y aprender a soltar.
—Eso sonó duro.—Tay por poco deja escapar una lagrimita de tristeza.
—Debo irme, tengo que recoger un libro de la biblioteca.—Alzó su bandeja, retirándose tras despedirse con una sonrisa.
—¿De verdad todo se acabó entre ellos?—Pete expresó su preocupación.—Nong Kla parece ser una persona distinta a la que conocíamos, antes solía perseguir a P'No a todos lados o hablar de lo mucho que le gustaba.. Ahora luce ¿Apagado?
—La ruptura fue difícil de manejar para mi amigo, no lo culpo que no quiera volver a enamorarse.—Dijo Nic.—Hablar de Techno.. Debe ser duro para él. Lo mejor será no mencionarlo o lo acabaremos lastimado más.
—Es difícil imaginarme un futuro sin ellos como pareja.—Murmuró Pete.
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—Lamento haber dicho que tu nombre es estúpido.
Una conversación que surge a las seis de la tarde, en la biblioteca de la Uni, tras haber Fiat devuelto un libro. Por azares del destino se encontró al lobo en la misma sección de libros.
—Descuida, el tuyo también lo es.— Kla devolvió el libro a la estantería, no le dio importancia al puchero que le hicieron.—Supongo que estamos a mano ¿No?
—Supongo.
No estaba seguro de si sabía su nombre o únicamente lo dijo para molestarlo, prefirió quedarse con la duda.
Kengkla no tenia intenciones de quedarse a conversar con él, ni menos de acercarse a un desconocido, tenía muchos deberes que realizar como para pensar en hacer nuevos amigos.
Sí fuera el Kengkla del pasado, no hubiera dudado en coquetear con él o molestarlo para finalmente invitarlo a una cena como disculpa. Este Kengkla no quería dedicar ni un segundo de su tiempo a perseguir hombres, prefería encerrarse en la facultad de medicina a acabar su investigación que comenzó desde hace ya año y medio.
Se dio vuelta, tras haber dejado el libro y camino a la salida del pasillo.
Ring.. Ring.. Ring..
El celular de Fiat vibró, Kengkla no le dio importancia hasta que escuchó algo que detuvo su pasos.
—¡Hola, P'No! Disculpe me entretuve en la facultad, lo lamento llegaré tarde a nuest.. ¡¿Eh?! De acuerdo, espera voy de camino a casa.—Fiat pasó de largo al lobo, apresurando el paso sin atreverse a correr por miedo a ser regañado por la bibliotecaria.
—Seguro es otro P'No.—Se dijo Kla volviendo a retomar su rumbor.
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Una escena extraña ocurrió en la sala de la enorme mansión de Fiat. Tres hombres se encuentran sentados, dos cerca uno del otro y uno en un sillón individual. Los dos principales tienen una expresión incomoda mientras que el tercero hierve de rabia.
—¡Ow! ¡P'Leo, no te enojes!—Fiat trata de persuadir usando su dulce Voz.— Fuiste tú el que dijo que me consiguiera a un entrenador, solo seguí tu consejo, no entiendo por que estás enfadado.
—Sí, yo te di ese consejo y recuerdo claramente que también te dije que yo lo elegiría por ti. Eres descuidado al contratar, siempre acabas engañado o estafado de alguna forma.—Mantuvo su ceño fruncido.
—No digas eso, P'Techno, no es de esos.—Se agarró del brazo del futbolista, causando que Leo pasara de un rostro enojado a uno hirviendo de celos.
—Sé que no es un estafador, he revisado su historial, bastante limpio he de admitir. El detalle aquí es que el baloncesto no es exactamente su fuerte. ¿O me equivoco señor Techno? Usted se especializa más en el fútbol. Hagamos fácil esto, no quiero que desperdicies dinero cuando puedes invertirlo en un verdadero entrenador profesional de baloncesto.
—¡Leo!
—Nong Leo tiene razón, Fiat, entenderé si quieres cambiar de entrenador, uno más capacitado que yo te llevará a las nacionales, yo no puedo prometer eso. Lamento haberle causado inquietudes, será mejor que me retire.—Ofreció una disculpa al estilo tradicional, juntando sus manos e inclinando la espalda.
—Espera P'.—Fiat se puso de pie, antes de salir detrás de él, agarró un cojín y se lo lanzó al culpable.—¡Leo, idiota!
Para cuando salió, el mayor ya había arrancado su moto, dejándolo atrás al menor. Fiat no se rindió fácilmente, tomó las llaves del auto de su padre y fue a perseguirlo. Ambos vehículos se estacionaron delante de la casa del futbolista.
—¡P'No, espera!—Fiat se bajó del auto sin molestarse en cerrar la puerta.—¡P'No no hagas caso de lo que dijo Leo!
El mayor continuó caminando a la puerta principal de su casa, guiándose de los faroles para no tropezar a causa de la oscuridad. Fiat no soportó más ser ignorado por lo que lo jaló del hombro para que se diera la vuelta.
Un rostro manchado en lágrimas fue lo que acabó encontrándose de ese adulto que siempre solía sonreírle desde que se conocieron. Fiat no solía rodearse de amigos a los que tuviera que consolar, siempre era él el primero en llorar, por lo que basado en su experiencia le dio un abrazo. El tacto cariñoso siempre le reconfortaba. Te hace sentir protegido.
—P'No no llores, Sé que Leo se excedió, pero no quería decirte cosas crueles, él no es esa clase de persona, solo que es demasiado precavido por errores que cometí en el pasado.—Dio un masajito a su espalda, llevando la mano de arriba a abajo.
—No es eso Nong.—El llanto se mezcla con sus palabras.—No dejo de sentirme despreciado. Siento que no importa lo que haga, siempre será insignificante a los ojos de los demás. No puedo ver los rostros, no tuve grandiosas notas en la Universidad, ni un currículo perfecto, no soy lo que los demás quieren que sea. Pero lo intento, me esfuerzo por ser impecable en las cosas que puedo hacer para recompensar las carencias que poseo.. Y aún así sigue sin ser suficiente. ¿Qué está mal en mi?
Sabes que ha sido demasiado dolor del que puedes soportar cuando lo único que quieres es descansar, tomarte un respiro largo y pedirle a tu mente que deje de llenarte de pensamientos que afectan tu autoestima. Tal vez muchos puedan entender lo agonizante que es soportar tanto hasta el grado de estallar en lagrimas en los brazos de alguien y no en la habitación de baño donde era tu refugio.
Tal vez por eso Fiat pudo conectar con P'No cuando apenas llevaban poco de conocerse. Ambos son extrovertidos que han intentado demostrarles a los demás que pueden superar obstáculos y aún así siguen sin ser aceptados. Es una dura realidad que muchos viven.
—Nada está mal en P'.—Apretó su abrazo.—P' es demasiado bueno para este mundo, eso es todo. No importa lo que diga Leo, no dejaré que P' deje de ser mi entrenador.
—Pero hay mejores que yo.
—Pero yo te quiero a ti.
Si esas palabras conmovieron su corazón, les aseguro que ese no es el caso del Médico parado en la puerta de la casa.
Te queda un capítulo más, continua ↓
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