Capítulo 21| Fusión de feromonas
Ese mismo día por la noche llegaron los productos que Kengkla había comprado por vía internet de una conocida marca que únicamente la gente más adinerada era capaz de comprar. Lo usual era que el envío tardara máximo dos semanas, sin embargo como el cliente era el todo poderoso Alfa, programaron el envió para el mismo día.
El pobre tráiler del repartidor casi sale volando de la carretera con el fin de cumplir la hora estipulada de entrega. El conductor se sintió en ese momento como Vin Diesel grabando rápidos y furiosos. Fue todo un desafío para él.
Por supuesto el Ceo Kengkla apreció su compromiso, y lo recompensó con una enorme cantidad de dinero, que podría alcanzarle hasta cuando se jubilara. El repartidor nunca estuvo más orgulloso de su trabajo incluso le dio su número oficial al presidente con el fin de que lo contactara cuando se le ofreciera otro servicio.
Una vez finalizada su charla, llegaron los obreros que se ocuparían de armar los objetos que venían empaquetados.
Su intensión era era convertir el cuarto vacío de la mansión en una habitación digna de P'No, Para ello compró todo lo indispensable para dejarlo como un palacio en miniatura, hasta contrató a una decoradora de interiores para ello.
Por fortuna su querido P'Techno no se encontraba en casa debido a que había salido de paseo con su Mejor amigo. A Kengkla no le agradaba mucho la idea de que un Alfa se quedara junto con su ahora Omega, no obstante no quería ser el villano al impedirle salir a jugar a su gatito juguetón.
Ya más tarde encontraría una forma de hacer que Techno lo recompensara por ser un buen novio.
En lo que dejaba que el resto trabajara en la habitación, se dirigió a la cocina en busca de un vaso de leche tibia. Al prender las luces sorprendio a P'Mamá asaltando el refrigerador, y con un taco tieso en la boca. Parecía un ratoncito al cual atraparon robando queso.
—Siéntase cómoda de tomar lo que guste— Kengkla trató de cambiar la atmosfera incomoda—. Y encienda la luz, no necesita escabullirse, no voy a molestarme.
—Sé que puedo hacerlo, pero es más divertido cuando pretendo que te lo estoy robando— Respondió la mujer.
Kengkla sonrió por su rareza, después procedió a servirse un vaso de leche, y meterla en el microondas a calentar.
—¿Qué adulto toma leche en la noche?— Cuestionó la mujer como si fuera la cosa más extraña del mundo.
Kengkla la miró de arriba a abajo
—¿Qué adulto duerme con pijama de Paw Patrol?— La atacó.
—Más cuidado con lo que dices que Techno también tiene una— Advirtió.
—Descuide, ahora que soy su novio dormirá sin pijama todos los días— En cuanto cayó en cuenta de lo que había dicho su rostro calmado cambio a uno asustado—. ¡Perdón! Yo no quise...
El microondas sonó anunciando que el liquido ya estaba lo suficiente caliente como para ser consumido.
—Descuida— La apretó el botón del microondas para abrir el microondas, y sacar cuidadosamente la taza—. Ahora que tienes a mi hijo, ya no te hará falta calentar leche, eso ya viene incluido.
—¡P'Mamá!— Exclamó sonrojado.
En lo que los adultos conversaban, en otra parte de la ciudad se encontraban los mejores amigos caminando dentro de una sex-shop, metiendo a la canasta cada mínima cosa que encontraban aún si no sabían para que funcionaba.
—¿Guantes eléctricos?— Type leyó el reverso de una caja en un estante—. ¡Me los llevo! Amenazaré a Tharn con electrocutar su Pene si se lo mete a otra persona.
A Techno le dolió de sólo oírlo.
Continuaron mirando los estantes con la esperanza de encontrar algo distinto a los clásicos dildos, aceites, y anillos.
—¿Qué es el orgasmatron 3000?— Preguntó Techno al visualizar una caja hasta arriba de la estantería. Type se lo bajó con estirar la mano, y se lo pasó—.
Aquí dice que simula la velocidad y el ritmo de una lavadora? ¿Cómo saben qué así se siente? No sabia que se podía tener seco encima de una lavadora en función.
—Yo tampoco. Lo comprobaré con Tharn, llévatelo de todos modos.
—Pero se ve muy caro— Observo la enorme caja pesada—. ¿Cuál crees que sea su costo?
—Deja que Tharn se preocupe por eso— Sacó de su bolsillo la tarjeta negra que le robó a su novio esta mañana.
Los hombres salieron de la Sexshop cargando al menos cinco bolsas cada uno, y con una gran deuda que Tharn deberá liquidar, pero que sabrá que fue una buena inversión cuando utilice los objetos en su novio.
—Listo, ya tienes las armas para que Kengkla te tome esta noche, lo único que debes hacer es apegarte al plan.
Techno miro inseguro el contenido de las bolsas. Todo estaba perfecto, pero algo no le cuadraba..
—¿Fue buena idea que comprara condones? Después de todo intento hacer que me embarace.
—No te apresures, recién se hicieron pareja, no va a dejarte embarazado al instante, así que usen el condón. Dar pasos chiquitos es lo más seguro para atrapar a ese hombre. Si sabes como seducirlo, te puedo apostar que te va a suplicar que por favor lo dejes hacerte un bebé.
—¿Y si no funciona?
—¿Has visto cómo te mira? Parece que quiere hacerte veinte hijos en una sola noche. Va a funcionar maldito Techno, no dudes de mi sabiduría.
—Pero hoy no creo que sea posible. Mi Mama vino de visita, planea quedarse a dormir.
—No lo hará, me invitó a unas copas en un Club con hombres calientes. Tharn me ha desentendido estos días, planeo ponerlo celoso para que me castigue.
A P'No le impresionaba lo fácil que era para su mejor amigo hablar sobre estos temas sexuales e incluso el valor para entrar a una Sexshop sin avergonzarse. Era bastante confiado, confiable. Quizás todo era gracias a que Tharn entró en su vida aunque no sólo en su vida... 🤫
Tal como su mejor amigo le había dicho al llegar a casa no encontró a su madre, solamente estaba Kengkla quien se veía muy entusiasmado de ver llegar a su novio.
En realidad el Ceo bajó las escaleras a la velocidad de la luz cuando Techno ya se encontraba en la esquina. Era como si su olfato fuera capaz de oler el aroma corporal de Techno a larga distancia.
—¡P'No, volviste!— Besó su mejilla.
El Omega se sonrojó por la bienvenida dulce. Nunca pensó que convertirse en su novio, haría al Alfa magnante y todo poderoso comportarse como un tierno perrito que espera ansioso a su dueño.
—Ya estoy en casa— Respondió tímido.
—¿Qué compraste?— Observó con curiosidad las bolsas de plástico.
—Te lo enseñaré al rato, por ahora quiero darme un baño— Escondió las bolsas detrás de sus piernas.
—Supuse que llegarías cansado así que me adelanté a llenarte la tina. El agua sigue caliente, anda ve pequeñito.
—Gracias, eres tan atento.
Puso un besito cerca de la comisura de sus labios con el poder suficiente para hacer que se emocionara. Sus mejillas se sonrojaron, su corazón latió y sonrió. P'No casi podía ver la cola imaginaria del lobo sacudirse de un lado a otro con entusiasmo.
En lo que Techno se bañaba, su novio fue a ver que el nuevo cuarto estuviera en orden. Desde hace una hora todos se habían marchado, dejando un decorado impecable. Kengkla estaba emocionado por mostrarle su habitación, le hacía tanta ilusión ver su sonrisa, y tal vez se ganaría otro besito suyo.
—¡¡Klaaa!!
En cuanto escuchó la voz de su Pinito salió corriendo rumbo a la puerta del baño. Le idea de que se haya resbalado cruzó por su mente por lo que llamó a la puerta casi tirándola a golpes.
—¡¿Estás bien P'No?!
—Sí.. ¿Me pasas una toalla?
El lobo Alfa se puso rojo.
«Mantén tus ideas salvajes bajo control, Kengkla. Tu omega quiere una toalla, es tu deber dársela. Respeta su privacidad y no te atrevas a mirar su desnudes» Se lo repitió mentalmente con el fin de no ceder a sus impulsos masculinos.
Caballerosamente entró por la puerta, pero mirando hacia otra dirección con el fin de no incomodar a su omegita. Al poner la toalla en el lavamanos, volvió hacia la puerta.
—Kengkla.
La voz de P'No lo detuvo.
—¿Qué pasa?— Preguntó sin mirar hacia atrás, permaneciendo inmóvil con un pie ya fuera del cuarto de baño.
—Mírame.
No fue una demanda, fue una solicitud dulce y hasta diría seductora. Su voz lo estaba engatusando por lo que no pudo desobedecer.
Contuvo la respiración al ser testigo de una de las más hermosas imágenes que sus ojos hallan presenciado. Su Omega se encontraba de pie en la tina, usando lencería sensual que exponía su lechosa piel la cual parecía hecha para que Kla dejara las marcas de sus besos en él.
El vapor del agua caliente cubría en un manto delicado su zona más privada, la cual se encontraba tapada por un ligera prenda que deseada que le arrancaran con los dientes.
Se quedó hipnotizado por la belleza del Omega. No era la primera vez que veía a un hombre desnudo, y aún así P'No conseguía dejarlo mudo, y caliente.
Techno en su rol de seducir, se dio la vuelta dejando a simple vista su grande, redondo y jugoso trasero de melocotón.
Únicamente había un delgado hilo de la prenda atravesándolo por en medio. Y si prestaba atención podía notar que un liquido cristalino bajaba de sus piernas.
Techno estaba húmedo.
Eso bastó para que el elástico del bóxer de Kengkla fuera incapaz de contener el enorme bulto que ahora estaba por explotar. Necesitaba a ese Omega o se volvería loco.
Las salvajes feromonas del Alfa estallaron, fusionándose con el olor a galleta que desprende su apetitoso P'. De pronto el baño se perfumó de una rica fragancia erótica capaz de hacerlos jadear de deseo. El olor bastó para que las piernas del omega temblaran, y de sus labios escaparan gemidos obscenos.
Ambos se contemplaron con hambre. Uno de ellos era el cazador y otro la presa que no dejaba de tentarlo.
—Acércate lobito— Suplicó Techno.
Como guiado por el canto de una sirena, se metió a la bañera sin quitarse la ropa o siquiera los zapatos. El mayor sonrió orgulloso de contar con el poder de tener a su hombre bajo sus ordenes.
El Omega excitado decidió jugar un juego previo con su Alfa para ver su reacción. Decidió actuar despistado e inocente como si nunca hubiera sido su intención seducir a su lobito caliente.
—Necesito bañarme, sal rápido.
Quizás Kengkla lo hubiera obedecido hace unos dos minutos, pero ahora que se encuentra duro y agitado, no iba a dar la vuelta tan fácilmente. El único modo se calmar su mente nublada es entregarse al placer.
El Alfa besó delicadamente el cuello de su amor, causándole un escalofrio en la parte baja de la espalda. Kengkla era un imán de tensión sexual. Un toque suyo tenia el poder de hacerlo temblar.
—Kla, necesito bañarme— Insistió.
Posesivo estrujó el trasero redondo, dejando la palma de su mano marcada declarándolo como de su pertenencia.
—¿Quién necesita agua cuando puedo bañarte de mi Semen?
Dicho esto rompió de un tirón el hilo que dividia su trasero, en todo el baño se escuchó la prenda ser desgarrada.
Kengkla volteó a Techno, y lo empujó ferozmente contra la pared de al lado quedando su trasero como ofrenda a él. Sin perder un segundo, se dejó caer de rodillas e hundió sus dientes en uno de los bultos de carne dejando una marca.
—¡¡¡Kla!!!
No le dio tiempo de procesar lo que sucedía, muchas cosas sucedieron en un par de segundos, prácticamente lo estaba devorando un lobo salvaje. Al sentir la lengua ajena rozando su zona intima por poco sus piernas se vuelven de papel. Nunca pensó que el Alfa fuera capaz de hacerle algo tan obsceno como eso, y joder se sentía malditamente bien
—¡Ah! ¡Ah! ¡Ohh!
Sus dedos se resbalaron en la pared de mosaicos, se le era imposible sostener. Kla lo estaba llevando de paseo de ida vuelta por el universo con una lamida. Aparte de excitación, sentía un poco de celos y envidia por los omegas con los cuales pulió sus habilidades orales.
Techno sabía perfectamente que el hecho de que su Alfa sea tan bueno en eso es debido a las constantes practicas. No tenia nada en contra de la anterior vida sexual de su novio, solamente le causa inseguridad el hecho de no ser tan apetitoso como otros Omegas con los que ha estado Kengkla.
Después de todo él es un omega recesivo, lo que significa que sus feromonas no causan el mismo nivel de excitación que el de un Omega normal o mejor aún un omega dominante. En otras palabras le preocupa que su novio no lo encuentre lo suficiente seductor.
De pronto las dudas lo abrumaron.
Kla obviamente se percató de la mirada distraída de su pequeño por ende lo trajo devuelta a la realidad metiéndole un dedo en su canal ahora suave por las lamidas previas. Se quedó maravillado al sentir las paredes blandas tragándose su dedo y negándose a dejarlo ir. Su P estaba tan apretado, tan necesitado, y demasiado húmedo.
—Bebé, no pienses en nada, solamente enfócate en mi y en como te follan mis dedos— Ahora su voz había cambiado, aún quedaban los destellos suaves en su tono, pero predominaba su entonación dominante.
El pasivo giró la cabeza con el fin de descubrir el estado actual del activo. Su pecho se hinchó de orgullo cuando vio que el color de sus ojos había cambiado drásticamente. Eran oscuros y agudos.
Se veía descontrolado.
De la cintura para abajo su ropa se encontraba mojada por el agua, de la cintura para arriba por sudor excesivo. No le resultó asqueroso o antihigiénico, todo lo contrario, se veía fascinante con la camisa ahora transparente pegada a su pecho destacando sus pectorales, su abdomen ejercitado y zonas que nunca creyó que podrían excitarlo de un Alfa.
A todo eso añádele que vestía ropa sofisticada de oficina. En conclusión tener a un Ceo en la bañera, agachado, y con sus manos en su trasero parecía un sueño hormonal de un hombre Gay en plena pubertad.
—¿Te gusta aquí?— Presionó un segundo dedo en un bultito que sobresalía de las paredes del túnel.
—¡Ahhh!— Curvó su trasero.
De tantos estímulos perdió la noción del tiempo, pasó tantos minutos con la vista pegada en el techo que ni siquiera sabia cuantos dedos ya le habían metido. Kla era ágil y meticuloso en el movimiento. En ningún momento hizo sentir a P'No incomodo o adolorido. Sabía en donde tocarlo, como presionar sus puntos con el fin de hacerlo gemir y cuando debía frenar la velocidad.
Muchos hombres siempre cometen el error de meter su pene porque creen que eso les da satisfacción a su pareja, pero en realidad el juego previo, los toques, los besos y las miradas son lo más importante a la hora del sexo. Es eso lo que estimula a alguien. Y Kla lo sabía.
La muñeca de su mano hizo un movimiento de adelante hacia atrás, curvando sus dedos para entrar aún más profundo, pero sin olvidarse de tocar su punto potencial. Los gemidos de Techno fueron como el canto de las olas del mar. Entre más presionaba,
más feromonas emergían de su cuello pálido.
«Quiero morderlo, quiero marcarlo, quiero que me pertenezca en cuerpo y alma» Rugió su lobo interior, ese lobo desquiciado que enloquecía cada vez que escuchaba a Techno respirar.
¡No!
Frenó su impulso de perforar con sus colmillos la piel de porcelana. De hecho el filo de sus dientes se detuvo a un centímetro de marcarlo.
Marcar a un Omega es una de las decisiones más importantes que se deben tomar en pareja. No se puede permitir ser egoísta, y marcarlo a su conveniencia. Primero debe saber la opinión de su Techno.
—¿Qué pasa, Kla?— Preguntó el otro girando su cabeza con curiosidad por saber lo que su novio quería hacerle.
—No es nada, solamente pienso que eres demasiado hermoso— Sustituyó la mordida por un besito sobre su hombro desnudo—. Te quiero mucho ¿Lo sabes?
¡Claro que lo sabía! Era evidente considerando que siempre lo cuidaba, se preocupaba por él y hasta confiaba en su palabra. Techno sabía que su alfa lo quería, y eso le dolía mucho porque no estaba siendo del todo honesto con él.
El Omega fue incapaz de darle una contestación a su declaración, no por no saber que decir o dudar, la cuestión fue que no le dio el tiempo suficiente de responder. Cuando menos lo pensó ya lo tenía de nuevo abriendo sus labios para jadear.
Uno, dos, tres movimientos de dedos más, y acabó lanzando un chorro de semen contra la pared de mosaicos. Había conseguido venirse sin que lo tocaran por enfrente.
Lentamente se deslizó de regreso a la bañera, ya no podía seguir más tiempo de pie sobre todo al tener un clímax de ese tamaño. Kla sonrió orgulloso de su trabajo, besó los hombros de su amor, y le frotó suavemente sus pezones.
Techno parpadeó cansado.
Un parpadeo
Ya estaba cargado en sus brazos.
Dos párpados.
Lo subía por las escaleras.
Tres parpadeos.
Lo metió a una habitación desconocida.
Cuarto parpadeo.
Fue arrojar a una cama esponjosa.
—¿Qué es esta habitación?— Volteó la cabeza de derecha a izquierda tratando de abarcar con la mirada cada mínimo espacio.
—El lugar donde te haré el amor. Vamos a estrenar tu nueva cama, bebé— Arrastró sus labios por el cuello hasta llegar al lóbulo el cual mordió.
|🐺|
Techno jadeó de lo bien que se sentía cada mínima palpitación del falo que se adentra en el túnel de su perdición, por donde expulsan y arrojan fluidos que lubrican las zonas conectadas e incitan a que se deslicen más rápido en un deseo descomunal.
Sin saberlo, el celo de ambos había coincidido causando que se perdieran en un estado desenfrenado donde su única prioridad es llegar al orgasmo.
Sobre el suelo yace un paquete repleto de condones usados, todos utilizados en las primeras dos horas. Actualmente ya han pasado cinco horas.
Dado que el celo dura tres días, y que nubla tu sentido de racionalidad, no se detuvieron para comprar más. Primero necesitaban saciar su deseo, obtener la liberación y seguir enlazándose hasta volverse locos por el placer.
—¡Ah P'No!
Se irgió de nuevo, condujo sus manos a la parte posterior de los muslos de su omega, y con la misma velocidad que lo alzó, tiro de ellos hacia abajo volviendo a perforar y llenar aquel húmedo lugar donde tantas veces se había corrido.
Un destello hambriento deslumbró en sus ojos ahora dorados al ver chorros de su semen escurriendo inmoralmente por sus apetitosos bollos de carne. Una vez más continuó empujando, primero suave, luego lento, turnándose así con el fin de disfrutar la vista de su pene empapado de los fluidos de su novio.
—¡Kla! ¡Mgh.. Ahhhh..! — Alargó uno de sus gemidos al sentir el prolongado falo ser extraído de su interior para luego embestirlo en un movimiento brusco.
Exasperado oprimió al omega contra la pared, aplastándolo, reduciendo el más mínimo espacio entre ellos. P'No alzó la barbilla al tiempo que un grito obsceno
salía de lo profundo de su garganta. Kla aprovechó ese segundo para clavar sus dientes en su hombro, marcándolo para siempre.
—Te amo, P'No.
Las caderas del alfa se movieron mecánicamente entre los muslos del pasivo, haciendo que sintiera su duro falo en todo su esplendor. Un chapoteo húmedo fue la melodía que sonó en su habitación a medida que lo follaba con mayor agresividad. El grosor de su falo rozó el punto palpitante que hizo a su omega enroscarse a medida que grita por las salvajes embestidas que nunca cesan.
—¡Ahhh! Kla~ ya no puedo.
El sonido del choque de la carne se volvió mas constante, más ruidoso, más intenso. A Techno le preocupaba que la pared se cayera de tan fuerte que está siendo taladrada por ellos.
—Ah~ déjalo salir, galletita
Estimuló su próstata de un modo que le sacó la respiración a Techno. Movió las caderas en círculos sin bajar el ritmo, y enfocándose en que cada golpe fuera directo al punto delicioso.
—¡No pares! ¡Más, Ah!
Embistió en lo más hondo haciéndolo abrir por completo la boca del placer, continuó metiéndolo en una vaivén de lo más delicioso, meneando su vara con la intención de amoldar las paredes de su Omega, y de este manera su cuerpo recordara la textura de su miembro.
—¡¡Ahhh!!
Techo sollozó cuando las manos de Kengkla estiraron sus piernas dejando que bajara más hondo que al inicio.
—Quiero que te entre toda.
Observó hambriento el bulto que se formaba en una zona alta de su linda barriga. Sin duda lo estaba recibiendo completamente. Las uñas de Techno se clavaron en su espalda, no fue capaz de enderezarse o recomponerse porque ya se encontraba tocando la cúspide de el orgasmo. sus piernas se volvieron cada vez más suaves y a base de gruñidos, gemidos, y sollozos se corrió.
Inhaló desestabilizado. Ni siquiera sabía quién era, dónde estaba, ni cómo había llegado a los brazos de Kengkla. Lo único que sabía en mente y alma es que estaba enamorado de él.
—Te amo, Na Kla~
El corazón del Alfa palpitó de felicidad.
Él no tenía ninguna duda, lo quería a él, quería tenerlo, besarlo, amarlo, darle la vida de príncipe que se merecía. En un
efímero momento de consciencia tuvo la valentía de expresarle sus deseos.
—Tengamos un hijo, Na P'No.
El Omega enmudeció, no porque odiara la idea, de hecho desde que se enteró que su única forma de librarse de la maldición era concibiendo un hijo se sintió aterrorizado. Tenía sus dudas.
Pero por primera vez su corazón dejó de presionar hasta sangrar.
Firmemente creyó que si Kengkla se quedaba a su lado vencería todos sus temores. Formaría una familia feliz, le daría más hijos y sería protegido por su Alfa. En este momento no deseaba nada más que convertirse en su Marido.
Anhelaba eso: La felicidad..
Con ambas manitas tocó las mejillas rojas de su Alfa excitado. Puso un beso sobre su boca, y frotó sus narices con el fin de demostrarle cuanto lo amaba.
—¿Me estás pidiendo matrimonio?
Los ojos del Alfa se iluminaron de esperanza por la pregunta que le hizo. Claramente se pasmó el sentimiento de emoción en toda su cara. Estaba feliz.
—¡Sí! Exactamente eso quiero contigo. Quiero verte caminando por el pasillo del altar, quiero confesarte mis votos, quiero besarte, y hacerte mi esposo. Muero por compartir una vida contigo.
Los ojos de su Novio se llenaron de lágrimas de la felicidad. Nunca había sido tan dichoso en su vida. Era amado, amado de verdad, y eso era suficiente.
—¿Tendremos una boda?
—Tendremos tres si lo deseas.
—¿Y habrá maripositas y colibrís?— Sonrió extasiado por la fabulosa idea de tener la boda de sus sueños.
—Sí, y habrá un jardín precioso donde llevaremos a nuestros hijos a jugar.
—¿El pastel puede ser de chocolate?
—Puede ser de lo que tú quieras. Solamente cásate conmigo, por favor.
Llevados por la Euforia del momento se besaron apasionadamente. Kla empujó sus caderas hacia adelante, liberó sus fluidos y anudó a su Omega.
Esa noche Techno quedó embarazado.
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