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AU
Donde Keith es 100% galra
y Lance es alteano.
Todo empezó una puta tarde. Una puta tarde en la que Lance decidió salir fuera.
Y mala idea.
-¿Qué haces aquí? -tenía acorralado al chico de pelo azabache, piel lila y ojos dorados entre sus brazos.
-Nada que te deba importar.
-Dijimos que nada de paseitos cerca de Altea. ¿Qué no entendistes de esa conversación?
-Agh Lance. -el chico se liberó de sus brazos y se separó del árbol. Ah si, que su espalda estaba contra un árbol. Bueno, parecido a un árbol vaya. -No venía a verte. Ya está. Déjame. -intentó alejarse. El alteano, que ahora tenía el cabello blanco, ase acercó a el a paso apresurado. Se oía de sobra sus pies corretear por el césped.
-¡Keith, venga va te perdono, no te vayas! -el alteano se pegó a su lado, y cogiendo su muñeca, hizo que le mirase. -Joder Keith. Ya no me haces caso. -murmuró el alteano. Keith suspiró y le dedicó una pequeña sonrisa.
-Lance, cerca del castillo no es buena idea que nos vean juntos.
-A la noche. Aquí. Bajaré en cuanto... en cuanto... -miró su alrededor y localizó en su cintura su confiada espada. -En cuanto cortes una rama y la oiga caer.
-¿Valdrá la pena?
-Valdrá la pena. -el alteano cogió sus manos y las acarició con sus dedos. -Te lo prometo Keith.
-Bueno. No tardes. Eres un lento de mierda.
-Y tu un gatito apestoso. Y oye, por algo seguimos quedando.
-¡No soy un puto gato, mierda de elfo albino!
-¡Keith, yo de ti me callaría! -le dedicó una risa de lo más melódica y se retiró del lugar.
Y escuchó a la noche una rama caer.
No dió muchas explicaciones: cogió abrigo y salió disparado a lo que era aquel bosque.
Y allí estaba el chico galra, sentado en el suelo.
-Vaya, hoy puntual.
-Valdrá la pena. -le guiñó un ojo y le condujo a un sitio más alejado.
Y se sentaron. Y tras hacer los tontos numerosas veces, del tipo darse empujones, golpes e insultos, Keith acabó encima suya.
-Siempre me haces caer en tus garras.
-Por algo será.
-Que estás buenísimo, por ejemplo.
-¿Y ya está?
-Y porque me gustas.
-Exacto. - el albino besó su rostro numerosas veces.
-¿Siempre que quedemos me harás recordarte que me gustas?
-Si. Tal vez. - el albino mordió el labio del contrario, acariciando su cabello con sus dedos. Tan suave...
-¿Nos vamos a meter mano?
-Yo aprovecharía, cerca del castillo no es aconsejable. -y el chico galra sonrió, y se acercó a él.
-Pues perfecto. -y no dudó en meter su mano bajo la tela que cubría su abdomen y pecho. -Calentito eh.
-Si te parece... -y el alteano acarició su espalda, y bajó a su culo. Y lo pellizcó. El dulce gatito soltó un suave quejido. -Durito como una piedra.
-Una piedra es la que te voy a reventar contra la cabeza. No me toques el culo.
-Si si si. -levantó su rostro y le hizo que le mirara. -Anda, cómeme la boca un poquito.
-Un poquito. -repitió el azabache con una sonrisa sarcástica. Ambos sabían que no era cierto.
-Si, si. Un poquito. Venga. -y fundió su boca con la ajena.
Y metiéndose mano, comiéndose la boca y compañía se hicieron las tantas de la mañana.
Como decía, todo empezó una puta tarde.
▫▪◽◾◾◽▪▫
[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]
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