Donde Lance pierde la memoria.

Todo sucedió muy rápido. Keith sacó de allí a Lance como pudo y pidió ayuda.
Estuvo en el hospital con él, sufriendo por verle con los ojos cerrados y sin decir palabra. Él, que no dejaba de hablar nunca.

-Tranquilo... saldremos de esta. -cogió la mano del chico. Y lentamente la fue soltando. Se lo llevaban a una habitación.
Tras eternos y largos 20 minutos, le dejaron entrar a Keith. Seguía dormido.

-Tardará un rato en despertar. Pero está bien.

Está bien, según la doctora. No estaba bien.
Nada estaba bien.

-¿Donde estoy?

-Lance. -el coreano sonrió ampliamente al oírle. -En el hospital. Hubieron algunos problemas pero...

-Perdona... ¿tú quien eres? -el moreno expresaba confusión.

-Anda, no es momento de bromas.

-No es broma. Quién eres. Qué haces aquí. -el cubano se incorporó lentamente.

Días más tarde lo diagnosticaron: amnesia postraumática. Era amnesia producida por un golpe o algo así. Keith simplemente se quedó con lo de amnesia.

-No es una pérdida total definida. -le explicaba la doctora. -Debes ayudarle a recordar cosas importantes.

-Y... ¿será para siempre?

-No si se le ayuda.

Y eso hizo. Acudía todos los días a hablarle, a contarle cosas.
A veces venia el resto. Cuando vio a Hunk fue inmediato. Empezó a chillar su nombre, y el contrario a llorar. Le recordó. Mucho tiempo juntos, después de todo.
Al resto no lo recordó. Shiro le explicó todo con detalle, al igual que Pidge.
El golpe en el estómago fue cuando Lance vió a Allura.

-Joder... ¿y esa chica? Es preciosa... ¿tiene pareja? -Keith se sintió romperse por dentro.

-No... no tiene.

-Genial. Oye estas pálido, ¿todo bien? ¿A ti también te gusta? Que si te gusta no la toco, es tuya. Por los amigos lo que sea. - Keith mostró la sonrisa más dura y falsa que jamas esbozó.

-Si... claro. -se salió fuera. Y Shiro fue tras él. Shiro lo calmó entre sus brazos, dejándole llorar en su hombro.

Al día siguiente le contó otra cosa importante.

-Tu eras bisexual.

-¿Yo? -dijo alucinado. -¿Me iban los tíos? -dijo casi riendo. -Dios... eso es raro. No me lo creo. -dijo un tanto divertido. Para él era una broma, un dato divertido. Para Keith, un trozo de su vida.

Era otra mañana. Keith iba con paso tranquilo a la habitación de Lance.

-Buenos días.

-Buenos días Keith. -no eran los mismos buenos días que antes. No eran como esos buenos días cargados de esa picardía que lo caracterizaba.

-¿Que tal estas?

-Como siempre. Harto del hospital. -dijo con una sonrisa. Le miró a los ojos. -Oye, ¿hay algo que no me hayas contado?

-¿A que te refieres?

-Ya sabes. Te noto vacío. Hay algo que no me has contado. - Keith plantó un silencio entre ambos. -¿Podrías decirme que es? -Keith no le miraba. Miraba las sábanas. Y decidió contarlo.

-Bueno. Resulta que... -su voz era suave. Trataba de no romperse. -A mi me gustaba un chico. Estuve con el durante mucho y... compartimos grandes momentos. Él... era todo para mi. Es raro que te lo cuente así, tal cual. En fin, ahora ya sabes que no soy hetero. -le miró los ojos. Lance seguía siendo diferente. No era el de siempre. -El cambió de golpe y... se fué. Se fué sin decir adiós. Y eso... es duro. -dijo sonriendo con dificultad. -¿Era eso lo que querías saber?

-Creo que sí. -otro silencio entre ambos.

-Iré a por un café. Ahora vuelvo. -al levantarse Lance le miró de arriba a abajo. Su pelo.
Su melena.
Si cuerpo.
Sus brazos y la espada.
Su voz.
Un clic.

-¿Keith? - ahora ese nombre sonó diferente. El mencionado se giró. - Keith.

-¿Lance? -dijo de forma rota.

-¡Keith! - ahora sus ojos estaban brillantes. -¡Eres tu Keith!

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis. 💜 ]