🌸53🌸
Continuación del capítulo 51
Donde Keith tiene 5 años.
Keith volvía a estar trasteando en el suelo. Lance se entretenía viendo cuando basura en la tele, pero aquel enano no, tenía que estar jugando y desastrando el salon. Y dile de jugar con él, que encima se niega. Pero acaba siempre pidiendo que juegues con él.
-Lance. Tengo hambre. -dijo mirándole desde el suelo.
-¿Que quieres?
-Galletas.
-¿Y zumo? -el menor asintió. Se levantó y miró al chico. -No te muevas ¿eh? -y se dirigió a la cocina.
Keith pensaba que Lance era tonto. Escuchaba los pasitos que Keith intentaba no destacar. Lance los oía. Y fue genial coger la comida del chico y oír sus pasos correr al salón. De repente estaba en el sofá, tirado como un cojín. -Keith.
-Estoy jugando.
-No mientas que eso está mal. Te he oído venir a la cocina. -le dió la comida y suspiró. -No comas en el sofá. Ves a la mesa. -el coreano se dirigió a la mesa y se sentó. Desde alli, miraba a Lance. ¿Qué problema tenía aquel chico con la soledad y con el cubano?
Lance miraba de reojo sus piernecitas moverse de forma rítmica, y sus mofletes moverse por el cúmulo de galleta y zumo. Vió como le llamaba con la mano y le tendía una galleta. -Es tu comida, cómetela tú. -y no insistió mucho más. Al rato terminó de comer, y Lance tuvo que llevarse el vaso del zumo. Y adivinad... -Keith.
-Qué.
-No me sigas.
-Es que no quiero que te vayas. -y otra vez lo mismo.
-No me voy enano. Voy a lavar sólo el vaso. Ves al salón y espérame. -Keith no hizo caso. Miró el suelo y pateo ligeramente este con su pie. -Venga Keith. Hazlo por mi. No tardaré. Te lo prometo. -el coreano se alejó un tanto inseguro. De vez en cuando se asomaba, hasta que pareció cansarse.
Lance volvió, y la imagen no podía ser mejor: Keith estaba abrazado a su peluche, pegado a la rinconera del sofá, tratando de ocultarse. Al verle esbozó una gran sonrisa.
-¡Lance! -comenzó a palmear su lado, indicándole donde podía sentarse. El cubano negó riendo.
-Estas hecho un trasto. - se sentó en el dicho sitio y el coreano se tiró encima suya, colocando su cabeza en sus muslos. Y entre murmuros a su hipopótamo y miradas tanto a Lance como a la tele, se durmió.
Lance nunca entedería el agobio y la angustia que suponía estar sólo para el menor. Y le tocaría vivirlo por mucho tiempo.
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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis. 💜 ]
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