Lance estaba dormido. Sus brazos estaban estirados, su boca abierta y un hilo de saliva salía por esta. En fin, una imagen que era para fotografiar. Keith no estaba en su lado de la cama. Y lo notó al removerse y palpar el lado mencionado. Normalmente Lance lo abrazaba y Keith intentaba o escapar de sus brazos debido al calor o acurrucarse en su cuerpo. Pero no, no había rastro de su cuerpo ni de su calor.

-¿Keith?... -murmuró Lance con la voz un tanto rota y gastada. Rascó sus ojos y pudo ver como la luz del baño estaba encendida. Escuchó un sonido un tanto extraño. -¿Keith? - dijo en un tono más preoupado. Se levantó y acomodando su camiseta, entró al baño. El panorama no fue el más agradable: Keith estaba de rodillas, apoyado en la taza del váter, tosiendo y con una cara que no se podía desear a nadie. -Hey, ¿qué ocurre? -el cubano se agachó. Para entrar en detalles, el coreano había estado vomitando: el suave olor y la imagen le delataba. Keith se quejó suavemente.

-Me duele la tripa... mucho... -parecía un niño de 9 años enfermo. Lance creyó morir de amor hasta que su chico tuvo otra arcada y volvió a llenar aquel váter. El cubano le sujetó el cabello desde la frente.

-Cuidado... -murmuró. A ver, Lance no adoraba el vómito, aunque fuese de su querido compañero, pero era Keith. No le dejaría sólo así. -Iré a por agua y una pastilla. No te muevas.

-Como si pudiera... -murmuró el contrario. Volvió a toser y a quejarse en voz bajita en un pequeño gruñido ronco. Lance volvió con lo mencionado.

-Tómatelo.

-Lo vomitaré...

-Que no. Tómatelo.

-No...

-Keith. -el cubano se puso un poco más serio. -Tómatelo. -el coreano puso mala cara y cogió aquello. -Bebe el agua poco a poco. -introdujo la pastilla en su boca y bebió el agua como le había dicho Lance. -¿Puedes levantarte?

-Si lo hago vomito...

-Espera ahí un poco. Enseguida vuelvo. -el cubano le peinó el cabello y se fué hacia algún lugar de la casa. Volvió con dos barreños: uno grande y uno pequeño. El pequeño tenía agua fría y un trapo mojado por esta, y el grande era para accidentes. Volvió al baño, Keith no había vuelto a devolver. -¿Mejor?

-Más o menos...

-¿Te puedes levantar?

-No lo se... -su voz estaba rota y rasposa. El coreano se incorporó lentamente. Fueron segundos los que necesito para saber que se mareaba estando en pie. Lance se acercó a el al ver como se apoyaba en la encimera del baño.

-Ven. -y sin decirle nada mas, cogió al chico en brazos. Keith se abrazó a su cuello. Estaba sudando y tiritando a la vez. Tal vez tuviera fiebre, o tal vez fuera un golpe de calor. O tal vez le sentó mal la comida, vete a saber. Dejó al coreano en su lado lenta y cuidadosamente. - Tienes el barreño al lado, no hace falta que te levantes, ¿de acuerdo? -Keith asintió. Puso el trapo húmedo en su frente y se tumbó a su lado. -¿Prefieres que te deje la cama para ti? -Keith negó rotundamente.

-No te alejes... -Lance pudo notar como su calor se fundía con el suyo: Keith se abrazó a su pecho, escondiendo ahí su cabeza. Si, Lance notó el trapo húmedo en su cuerpo.

-¿No tendrás así calor? -negó con la cabeza. Lance sonrió - Lo que tu me digas. Si necesitas algo despiertame. -abrazó al chico tras besar su cabeza, toda despeinada y desastrada.

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis. 💜 ]