🍋26🍋
Ahora el que había bebido de más había sido Lance. Shiro había tenido que llamarle. Keith había estado tan ocupado como para no poder salir y pasar un buen ratito.
Lance en cambio, había arrasado. Había bebido, bastante. Había intentado ligar, también bastante. Y las hostias que se había llevado del pedo que llevaba se notaban en sus pantalones y sus manos.
-Que voy bien... -dijo con voz cansada. Keith negó. Le llevaba andando, casi arrastras, sujetandole de la cintura, con uno de los brazos del cubano en sus propios hombros.
-Cállate anda. Tienes que descansar. -le tumbó en la cama y suspiró. -Te traeré agua. Si te mueves te parto la cara. -le amenazó, como si sirviera de algo. Al llegar le vió intentandose quitar la camiseta. Vaya escena más ridícula... -Lance, quieto.
-¿Quién hace estas camisetas?... -si voz enredaba vocales y consonantes. Keith negó.
-Para anda. -le ayudó a quitarse la camiseta, dejando su torso y su abdomen, su buen puto abdomen, a la vista. -Ahora a descansar. -le tendió el agua. Lance negó y se acercó a él.
-Quítatela tú también... -dijo acariciando su cuello. -Hace calor...
-Tu tienes calor. Estas borracho Lance. -dijo riendo. Lance miraba su boca. -Anda duérmete.
-Bésame.
-A dormir, Lance. -negó riendo. Él, en el fondo, se moría por comerle la boca.
-¿Echamos un polvo? -ni puto caso. Lance ahora estaba más cerca de Keith. El coreano estaba sentado en la orilla de la cama, y Lance estaba en medio, acercándose a él. Si aliento olía a vodka y limón, o naranja, o vete tu a saber qué.
-Lance, ahora no.
-Estas buenísimo. Te haría de todo... -ahora pasaba sus manos por su pecho. -Estas muy jodidamente bueno.
-Lance. Estas borracho. - Keith posó sus labios en los ajenos. Al separarse vió como Lance seguía buscando su boca. -Mañana si estás en condiciones, todo lo que pidas.
-Tengo calor...
-Bebé agua.
-Estas tan bueno...
-Te estás repitiendo un poco. -Lance se dejó caer de espaldas sobre el colchón. -¿Sueño?
-Si... duerme conmigo.
-Vale... -se acostó suavemente a su lado tras quitarse la camiseta. Lance se le quedó mirando, embobado.
-Estas buenísimo.
-A dormir. - Keith dirigió su mano a su cabello. Comenzó a acariciarle las raíces con sus finos dedos. Lance se quedó mirandole. -¿Que pasa ahora?
-Eres muy guapo.
-Cállate ya. -dijo riendo, abrazandolo.
-Calor...
-Tarde. Estoy cómodo así.
-Bueno...yo también. -dijo en un susurro un poco difícil de entender. Demasiado bebido.
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