Nada, no había manera. Keith no podía dormir. Daba vueltas en la cama y lo único que conseguía era sacar la sábana del sitio y ponerse aún más nervioso. Y le tocaba levantarse y ponerla bien. Y de nuevo tratar de dormirse. Y otra vez la sábana. Y así en bucle. Se sentó en su cama,mirando el suelo con sus piernas separadas. Decidió salir y respirar aire que no fuese el de su habitación. Bebió agua y se sentó de nuevo en su cama. Ni una pizca de sueño, y aún así estaba cansado. No quería hacerlo pero... el cansancio le obligaba. Sus pasos le condujeron al cuarto de Lance. Tocó la puerta y salió el suso dicho con el antifaz en la cabeza.

-¿Keith?... -dijo adormilado. El coreano miró el suelo.

-No puedo dormir...

-¿Y yo sirvo de algo?...

-Puedo...¿dormir contigo?

-Agh... -el cubano le dió el visto bueno mediante un bufido pesado y un tanto cansado. Aún así, le dejó entrar. Keith le siguió y tras él, se cerró la puerta. -Ahora no podré dormir yo... -el coreano parecio palidecer al oír aquello. Lance rió negando. -Es broma, tranquilo.

-No te molestaré.

-No molestas. Ven. -le dejó un hueco a su lado y le miró. -Has acabado en mi cama.

-No puedo dormir en la mía.

-Aquí podemos dormir y hacer lo que tu quieras. -dijo con una sonrisa socarrona. Keith negó y se abrazó a él por la cintura. Escondió su cabeza en su abdomen. -¿Keith?

-Buenas noches...

-¿Pero has entendido mi indirecta sobre...

-Si, la he pillado. Calla y duerme. -su voz estaba cansada y envuelta en una suavidad más que rara en él.

- Keith... -al oír su nombre en un susurro, le hizo caso y le miró. -Descansa. -el coreano sonrió. Se acercó a sus labios y dejó un suave beso.

-Buenas noches.

-Y tanto que buenas. -la mejor parte fue cuando Pidge y Hunk,que desayunaban juntos, les vieron salir juntos de la habitación del cubano de pleno.