Continuación 169
Por petición popular.

Keith permaneció en la cama de Lance un rato largo.

-¿Has tirado el condón?

-No, me lo he comido.

-Que asco.

-¡Que es broma gilipollas! -se quejó el coreano. Lance se echó a reír y abrazó al contrario.

-No quiero salir de aquí.

-Pues yo quiero mear.

-Ves al baño.

-Y tengo hambre. -un silenció inundó el cuarto. Keith siguió hablando. -Vamos a comer algo va.

-Bueno. Pero tu sal por otra habitación

Hunk volvió al salón y se sentó junto a Pidge.

-¿Y Lance?

-Estaba cansado.

-Ya... -murmuró poco convencida.

-¿Y ese tono desconfiado?

-Sólo quiero que me digas como estaba en su cuarto.

-Pues con las piernas dobladas y la persiana a medio subir. -Hunk fijó su mirada en el ordenador de la italiana.

-Y cuando estás cansado, ¿tú como te pones?

-Pues tumbado, no se, a oscuras para dormir y descansar. -respondió el samoano.

-Pues ya tienes la respuesta. -la chica empezó a clicar cosas y tras eso, crujió sus nudillos y se acomodó en el respaldo. -Oye podríamos desayunar un... -la puerta de Lance se abrió.

Lance salió con una sonrisa en los labios. Bostezó de forma teatral y se acercó al sofá.

-Hey chicos. ¿Qué es eso del ordenador? -se apoyó en el respaldo del sofa, por atrás. Observó el ordenador.

-He reiniciado y generalizado un nuevo sistema para el ordenador. Es capaz de pillar nuevos canalas de voz y nuevas vías de conexión.

-Lo que no hagas tú no lo hace nadie. -murmuró colocándose bien la camiseta del pijama.
Keith apareció segundos después.

-Hola chicos. -murmuró el coreano, con el pelo suelto y revuelto.

-Hola Keith.

- Que hay. - Hunk y Pidge saludaron, en ese orden. Y miraron a Lance. Seguía pendiente del portátil. -¿Es que no le dices nada?

-Ah, si. Hola. -Keith movió su mano y se agachó a buscar algo de comer. -¡Eh, hay bollos, yo quiero! - Lance corrió al armario al ver los bollos. De agachó y empezó a tontear con el coreano.

-Ves. Era obvio. -murmuró Pidge a su compañero. Lance se giró alzando una ceja.

-¿Qué es obvio?

-Que estabais en la cama. - Keith, que entonces miraba a aquellos dos, sintió un calor inundar sus mejillas. Volvió la mirada al armario. Lance se levantó, herido por esas palabras.

-Obvio que no. ¿Qué piensas, que está a todas horas en mi cama?

-Levanta los brazos. -Lance obedeció. -Y ahí está la prueba. Bueno, pruebas. -los boxers de Lance eran rojos. ¿Qué pasa?Que Lance jamás usaba boxers rojos.

-¡Parece que te han dado una paliza! -la cadera del chico tenía mañanitas rojizas y violetaceas: chupetones. Lance echó un chillido de esos tan suyos y miró a Keith.

-¡Eres imbécil, llevas mis boxers azules! - le echó en cara a Keith. El coreano se levantó con una caja de leche en la mano, ofendido.

-¡El imbécil serás tu, que has salido antes que yo, no me ha dado tiempo!

- Eres un inútil. -rodó sus ojos y sacó los bollos de ahí.

- Es increíble que se soporten el uno al otro. -murmuró Pidge, negando lentamente. Hunk seguía pensando. -¿Que pasa?

- Que ahora me cuadran esos 3 pies bajo la sábanas.

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
S

i queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha.  💜 ]