Donde Lance es ese tipo de bailarín.
Continuación capítulo 126
(última parte)

Keith estaba en la cama, vagueando, Wolf acostado al lado, revisando el móvil.

-Vaya mierda de tarde... -paso su mano libre por la cabeza de su amigo y le miró. -¿Te aburres también no? -sonriendo volvió a mirar su móvil. Y se acordó de él: Lance.
Hacia ya 2 días que no le veía y la verdad, tenía ganas de hacerlo. Hacerlo refiriéndose a verle, pero que oye si se presentaba un polvete...
Buscó en la agenda de contactos:
Lance Blue paladin 💙 .
-¿Le llamo o...? - Keith sintió un escalofrio al recordar su voz, sus manos en su cintura y su sonrisa traviesa. Y apretó a llamar.

-¿Si? -murmuró desde la otra línea una voz jodidamente sexy. Para Keith lo era y punto.

-Hola Lance. Soy...

-Keith, lo se. Te he agregado. -dijo con un tono simpático.

-Me has robado el discurso. -dijo riendo el coreano. -Me preguntaba si te gustaría quedar esta tarde un poco. No curro y tengo la tarde libre.

-Yo no la tengo libre Keith. Hoy me toca una sesión a las nueves y media. Oye, ¿y si te vienes a verla? - Keith se mordió el labio. Cogió aire para responder si, pero no lo hizo. No tenía dinero.

-No tengo pasta Lance. Sigo igual.

-Invito yo. Yo ahora lo hablo. A las nueve y media allí.

-Vale. Gracias Lance.

-Nada. Te espero allí, no me falles.

No lo hizo. Keith aparcó en el mismo callejón que Shiro aquella vez y entró al lugar.

-¿Keith? -preguntó un señor con un bigote llamativo y unas arrugas muy bien llevadas. El coreano asintió. -Todo pagado. -le sirvió un gintonic.
Keith agradeció todos aquellos tratos. Pero más agradeció lo que ocurrió segundos después. Miro la hora: nueve y media.

-Y ahora lo que todo el mundo estaba esperando, en la tarima más alta el chico de origen latino y ojos como el mismo mar, el visto y no visto de la barra, el ninja con medias en las piernas, el paladin azul: Lance McClain. -y tras una pequeña ovación salió el chico. La música sonó unos segundos antes de aparecer la figura delgada del cubano.
Lance le miraba, miraba a Keith. Le guiñó un ojo y empezó su contoneo. Keith notó esa ráfaga, esa corriente eléctrica al verle pegar su espalda a la barra que parecía fría al tacto. Sonreía en cada movimiento. Keith estaba embobado. Sus ojos se habían clavado en él, y los de Lance en los de Keith. Ambos se miraban y ambos se tenían las mismas ganas. Keith sintió su piel ponerse de gallina y la necesidad de morderse el labio al verle abrir las piernas y engancharlas a aquel bendito acero.
No tardó más de dos minutos en terminar el espectáculo y Keith salió tras darle propina a aquel tipo del bigote tan amabke para coger aire. Le había dejado calentito.
Y allí fuera se encontró al mismo bailarín del infierno, del bendito infierno.

-¿Te ha podido el bailecito? -dijo divertido el cubano, sonriendole.

-Tu me dirás.

-Me ha encantado que hayas venido. -murmuró, acercándose a él.

-¿Por que me mirabas tanto al bailar? -se arriesgó.

-Joder Keith. -se echó a reír. -Te tomé por alguien más listo. ¿Por qué crees que te miraba al bailar? -Lance se acercó aún más a él. No había casi espacio entre ellos, el aliento de Lance chocaba contra Keith y joder, que tentador.

-Lance, tu a mi también me gustas. -sentenció. -Pero no quiero meterte en líos.

- Que dices de lios. -Lance sonrió y pasó sus brazos por los huecos de su cintura. -Tu déjame a mí el trabajo. Eso es lo de menos. -miró su cuerpo y esbozó una sonrisa. -Deberias plantearte trabajar aquí, pagan bien sabes. Me encantaría ver tu culo pegado a la barra.

-Ni en broma.

-Bueno, se puede negociar. - dijo convencido. Y acercó su torero un poquito más a él.

Y si, si hablaron del tema.
Lo hablaron al despertar en la misma cama, bajo la misma sábana, juntos. Keith se negó a trabajar allí. No por nada.
Es que Keith no sabía abrirse de piernas.

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]