Donde Keith y Lance son cazarecompensas.
Continuación capítulo 100

Las 2 y media.
Ahí esperó el coreano, con un cigarro en la boca. Vaya vicio más insano.
Y allí apareció el cubano, con la chaqueta vaquera desgastada, con ropa urbana y que daba más que desear.

-Que vas, ¿a atracar un banco?

-A estas horas no que está bien vigilado. -dijo no muy en broma. -A otro lado. Quien no dice que es una trampa. -murmuró el cubano. Y el coreano de empezó a seguir.
Keith no tuvo que dar muchas explicaciones a Shiro:

-Dónde vas a estas horas.

-Dar una vuelta, no puedo dormir.

-Pues que valga la pena. -se refería a que volviera con dinero.
Keith iba junto a Lance, quien entablaba una conversación un tanto costosa.

- ¿Quieres que bebemos algo? - Keith asintió y alzó sus hombros.
Entraron a un bar pequeño y se sentaron en una mesa aparte. Lance miró al camarero y ordenó dos vasos cargados. Uno para cada uno. A Keith le daba igual.

-A base de sustos no se consigue nada. -pronunció Keith tras un rato de conversación y tras darle un trago a su vaso. Lance le miraba, apoyado en la silla, con una mirada llena de curiosidad y algo similar a travesura.

-Que no sean tan hipócritas: gastando dinero en abrigos de pieles cuando hay críos pasando hambre en las calles. Les escupiria en la cara. Los sobrinos pasaron penurias y me repatea los huevos que la gente vaya de aprovechado. Y los sustos tienen resultado. -le mostró un fajo cargado. -200 pavos. En 2 meses. Renta un poco.

-¿Y sólo los consigues así? - Lance dió otro trago, pidió otro vaso para los dos y le respondió.

-Y trapicheando. Ya sabes, lo básico. -murmuró el chico. Observó a Keith, quien colaba sus dedos por su pelo. -Quien diría que esa melena es de un chico como tú...

-¿Algún problema?

-Que igual un día te confunden con una pava. -y sin descaro, el cubano alzó su pie y chafó su paquete. -Imposible. Eres un tío. Y vaya tío.

-¿Apartas tu pie de ahí? -dijo el coreano, bebiendo del vaso y dejándolo a mitad.

- Bueno. -lo apartó y bebió de su vaso.

Al rato salieron de aquel recinto. Eran las 3 y media.

-¿Y tu navajazo?

-Vendado. Anda que una navaja. -el chico se apoyó en una pared y le miró. -¿Tienes un cigarro? -asintió y le dió uno.

-Tu vas con una pistola. SharpShooter.

-Soy famoso.

-Un poco. -el coreano se colocó frente a él, y tras tirar el humo del cigarro a un lado, le miró los ojos. -Dime, ¿de donde sales tú y por que tanta curiosidad en mi?

-La verdad, por que se te ve solitario, de los que ganan para sí mismos. -y el cubano tiró el humo en la boca del chico. Demasiado cerca estaban. -Y porque la verdad, estas buenísimo. Y parece mentira, pero me gusta conocer a la gente. -el cubano volvió a colocar el cigarro en sus labios. Keith posó una mano en uno de los lados de la cabeza del chico.

-McClain, ¿has querido emborracharme?

-Te he dejado un poquito pedo.

- Si quieres liarte dilo.

-¿Sólo liarnos?

-Que quieres, ¿un polvo bajo la luz de la luna en un callejón?

-No sería la primera vez.

-No voy a acostarme con el enemigo. -se acercó al chico, y colocando una pierna entre las ajenas, sonrió de lado. Si aliento chocaba contra sus labios. -Pero puedo comerle la boca e irme a mi casa.

Y así fue.
Keith le comió la boca, apenas dejaba respirar al latino, quien agarraba su sudadera y se reía en las pausas. Muy bebido, pensó el asiático.
Fue al volver a casa cuando se fijó que le faltaban los 50 pavos que le había dado.

-Hijo de...

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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]