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🌸8🌸

Royal!AU
Donde ambos son príncipes
y de la realeza.

Siempre la misma mierda.
Los pantalones le sientan de muerte, y la americana. Y los zapatos también. Y la rosa azul que asoma en el bolsillo de tu traje ya ni te digo. Pero... pero que es una mierda.
Hará aproximadamente 5 años de la última fiesta. Tendría 15 años por aquel entonces, y fue una basura estar rodeados de señores mayores, de diferentes palacios, todos bien ataviados, con sus esposas de piel tersa y vestido elegante, bebiendo vino caro y comiendo mierdas de lujo.
Está cansado de estar entre viejos, con sus padres fardando de él.

-Vamos Lance. -murmura su hermana mientras se peina el pelo tras la oreja.

-¿No te aburre esto? -pregunta a la vez que se cruza de brazos.

-Pues si. Pero es lo que toca. Vamos. -y cogiendo parte de su vestido, baja las escaleras que conducen al salón.
Está lleno de gente. Mucha. Pocos de su edad. El último que vio de su edad era un niño de unos 16 años. Algo era algo.

-Mirad. Mirad que guapos. -murmura la madre de Lance. -Veinte añitos. Mira, mira que porte. -bromea. Los acompañantes de sus padres ríen.

-Heredero. Heredero de las cosechas y los barcos. Los navíos no navegan solos. Y que mejor que mi hijo. -Lance sonríe y asiente. Se la soplan esos asuntos.

-Si si. Quien se negaría. Su hijo tiene buen futuro. -murmura un acompañante.

-Padre, voy a tomar algo. -asiente el padre.

-Claro hijo, ves, disfruta de la noche. -y desaparece. Su hermana acaba enganchada por su madre.
La música comienza a sonar y Lance coge su primera copa.
Beberá vino en el balcón hasta que la fiesta sea menos coñazo. O sea: hasta el final.

En el fondo del salón llega otro príncipe, está vez el de Marmora. Ahí va, con su traje rojo y su cabello recogido. Sólo puede mirar a su alrededor, buscando a alguien de su edad. Sólo gente mayor. Puta mierda...

-¡Oh, duques de Marmora... pero vaya hijo más guapo, vaya joya de criatura! -otra sonrisa falsa de Keith.

-Gracias. -murmura.

En cuanto puede desaparece.
Y en la lejanía, en el balcón, observa un cuerpo que se acomoda en la barandilla.
Y mira hacía el salón. Cruzan miradas.
Se conocen. Bueno, se reconocen.
Keith da pasos lentos hacía el balcón. Lance sonríe y se acomoda en la barandilla. Con la copa de vino entre sus dedos, recibe a Keith.

-Y yo que pensaba que te había comido la tierra, príncipe melenas.

-Muy gracioso. -susurra el azabache. Y con una sonrisa, se dan por saludados. -Cuanto tiempo.

-Y que lo digas. -bebe el culo de la copa y ladea la cara. -Pensaba que iba a morir sólo aquí dentro.

-Yo también. -mira el interior del salón. -Estas mierdas de fardar de herencias a hijos...

-Como oiga otra vez algo sobre barcos me mudo a uno. -Keith ríe. -¿Tú?

-Tierras. Todo tierras.

-Podrás ligar... -Lance ríe y mira el jardín. Está prácticamente vacío. El salón está a reventar de príncipes, reyes, duques, reinas y princesas.
Y cuando se quieren dar cuenta, la música comienza a sonar.
Y la gente empieza a bailar.

-No... -bufa Keith.

-Ven. -sin mirarle extiende su mano.

-Que pretendes.

-Si bailamos juntos nadie nos pedirá bailar con ellxs, como todos los años. Vamos. -busca su mano con la suya mientras vigila el salón. Keith la coge. La cara de Lance gira a la suya, y sonriendo, camina hacia el salón.
Y bailan juntos.
Lance es quien coge la mano de Keith, invitandolo a bailar. Escucharian algún suspiro inquieto, pero pasan de bailar con señorxs de turno.
El olor a vino, incienso y terciopelo de apodera de ellos. Eso y las ganas de pasarlo bien.
Igual no bailan tan bien como para que sus padres puedan fardar de ellos y ponerse el pin de rey y reina del año, pero ellos se divierten.
Entre risas, Lance inclina a Keith.
Y entre más risas, huyen del salón al escuchar a los marqueses.

-Vamos Lance, baila conmigo. -y el moreno, haciéndose el sordo, agarra la mano de Keith con fuerza y huye con él. -¡Lance, príncipe Lance! -y entre risas, huyen al balcón.

Y en él, comentan la situación.

-¡Había una mujer que no te quitaba el ojo! -ríe Lance.

-¡Por que no dejabas de inclinarme, notaba el suelo cerca de mi!

-¿Tu pelo tiene radar o qué? -y Keith no tiene otra que reír.

-Sentía el suelo en mi cabeza.

-Más quisieras tu acabar en el suelo. No lo permitiría. -el azabache ríe y mira el cielo.

-¿Que hora crees que puede ser? -Lance suspira.

-A saber. Las dos. Las tres tal vez.

-Aún queda mucha noche. -Lance asiente. Mira de reojo a Keith. No le recordaba así. Tan... adulto. Si, tan mayor. Tan atractivo.

-¿Quieres otro baile, my Lady? -Keith ríe. Lance vuelve a estar extendiendo su mano, esperando la de Keith.

-Será un placer, sir Lance. -y entre risas, coge su mano.

-Baila mejor que anda, príncipe Keith. -bromea el moreno.
Y de nuevo está cogiendo su cintura.
Entre risas, llega el silencio, las miradas y las sonrisas.
Igual es un poco el alcohol, la adrenalina y la pubertad ya posterior. Igual es la noche, la poca cordura entre riqueza y el olor a rosas que echan los rosales.
Están en un rincón del balcón, pegados.
Lance peina su melena tras su oreja y sube sus ojos a los ajenos. Keith le estaba mirando los labios, hasta que le imita y sube a sus ojos. Sólo puede sonreir de forma tímida.
Y acariciando su mejilla, ladea lentamente su carita hasta encontrar los labios de Keith. Su dueño ha cerrado sus ojos y ha colocado sus manos en su pecho. La otra mano de Lance está en su cintura, y le acerca poco a poco a él.
Pena que el beso se quede en algo suave, lento y puntual.
Bueno, esos besos. No es uno, son varios. Besos y caricias.
Y se agotan en cuanto escuchan tacones hacia el balcón. Comienza a salir la gente a fumar. Entre ellos los reyes de Marmora. El rey, exactamente. Keith se aleja lo suficiente para que no parezca lo que es. El moreno traga saliva y le observa de arriba a abajo.

-Keith, cariño ven. Ven, mira quien está. -y Keith sólo puede alejarse. Cuando desaparece entre la gente, no sin dedicarle una mirada a Lance, aparece su hermana.
Ha presenciado ese intercambio de miradas y el sonrojo de Lance inmediato.

-Lance. Por fin te encuentro. -la princesa sonríe y se acerca a él. -Vaya cara llevas.

-Es que estábamos hablando y... -sonriendo, se acerca a él cogiendo su brazo.

-¿Te gusta el príncipe de Marmora? -Lance abre sus ojos.

-¡Qué dices!

-¿Te gusta, te gusta?

-¡No digas memeces!

-Mírate, que mono. Estás rojo. -ríe y acaricia su brazo. -Hasta la próxima fiesta no le verás.

-No me gusta. -mira de reojo las cortinas. Le ve a la lejanía hablando. -Y si que le veré...

Pues si, igual si le gusta.

Es una pena que dos príncipes varones no puedan estar juntos...

▫▪◽◾◾◽▪▫

[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]

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