Continuación capítulo 32
Royalty! AU

-Estás muy guapo Lance. Nos vemos. - y otra familia de clase alta sale de palacio.

-Adiós. - sonríe Lance de manera educada. En cuanto sale por la puerta, tira el aire y cambia su cara a una más seria. Lleva en los brazos una bolsa con regalos para los invitados. Ya que no ha sido capaz de repartirlos, lo hace ahora.
Gira su cara hacia la puerta de madera que conduce al interior del palacio. Ahí están sus padres, hablando y hablando con los galra. Y en el marcó de la puerta, asoma una cabeza tímida. La de Keith.
Lance sonríe, esta vez de forma sincera.
Con la bolsa de regalos en las manos, camina hacia la puerta.

-Donde vas. - murmura su hermana, que camina en dirección contraria, con algunas amigas suyas.

-A repartir regalos.

-Es en la entrada.

-Cállate. - murmura el moreno, sintiendo los ojos de las amigas de su hermana en él. Sonríe y sigue caminando. Verónica sólo puede rodar los ojos y seguir hablando con sus amigas.
El moreno llega al portal, y observa de nuevo a Keith asomar la cabeza. Ambos sonríen. El chico de melena negra sale al exterior sin que les vean los reyes y las reinas.
-Que hacías sacando tanto la cabeza. -bromea mientras se sienta en las escaleras de piedra.

-No, que me aburría y no sabía donde estabas.

-Me echabas de menos.

-Si, bueno, estar un minuto sin ti me ahoga... - Lance sonríe y mira la bolsa.

-Lo sé. Soy irresistible. Estar sin mi es una auténtica tortura. - Keith sonríe y apoya sus brazos en sus rodillas.

-¿Qué es eso, lo de la bolsa? - Lance curva sus labios en una expresión dubitativa.

-No tengo ni idea, si te soy sincero. - saca uno de esos regalos de la bolsa y se lo tiende. - Toma.

-No.

-Que si.

-Que no, que son para los invitados.

-Y tú qué eres. - Keith sonríe y agacha la cabeza. Si le dice lo que cree que es, se pondría rojo. Y si le dice lo que quiere ser, explotaría. - Va, coge uno.

-Que no. - el azabache observa como Lance se queda mirándolo, chasquea su lengua y mete la mano en la bolsa. - Eres imbécil.

-Calla anda. - susurra. Saca una de esas cajita relativamente grandes y la coloca en sus muslos. - Ábrela.

-Lance...

-Es un regalo de mi para ti. No puedes negarte a él. Ni a mí. - el azabache, sonriendo, comienza a abrir esa caja. Lance no tiene ni idea de que hay dentro.
Cuando la abre, encuentra una flor alteana dentro de una esfera ovalada de resina. La flor permanece intacta, dentro, y el cristal crea efectos irisados que contienen todos los colores el arcoiris. Keith sonríe y gira con cuidado la piedra. Lance sólo se dedica a observar a Keith. Sus ojos violetas se mueven sobre el óvalo relleno de flores. Sus labios mantienen una sonrisa dulce.

-Es muy bonito...

-Sabía que te gustaría. - susurra Lance, apoyando su cara en su mano.

-Pero si no sabías que había. - susurra Keith, mirándole a los ojos.

-Claro que si. Te estaba tomando el pelo. - el moreno dirige su mano al mencionado. - Por cierto, cortatelo.

-Ni hablar. -y entre risas, Keith aparta la mano de Lance. Se quedan mirándose, sentados juntos.

-Podríais quedarte a dormir... - susurra.

-No creo que pueda ocurrir... - murmura mientras guarda el regalo en la caja con cuidado. Sube sus ojos a los ajenos de nuevo. - La verdad.

- Bueno... aquí siempre tendrás un hueco en mi cama. - susurra. Keith sonríe y ladra su cara. El moreno mira de reojo el interior de palacio. Sus padres no parecen estar al acecho. Keith se ha preocupado de mirar el jardín.
Y con cuidado, una sonrisa tonta y una mirada a la cara ajena, se dirigen ambos al que tienen delante. Keith cierra sus ojos en cuanto siente la mano de Lance pasear por su mejilla. Su pulgar se desplaza por su pómulo de la misma forma que sus labios resbalan por los suyos. Tiene lo ojos entrecerrados y el corazón a mil.
No podría describir en palabras lo mucho que adora sentir esos labios en los suyos.
Se separa tras plantar pequeños besos, en silencio, con el sonido de los grillos y las fuentes como banda sonora. El azabache se queda mirando esos ojos azules de Lance. El moreno está asegurándose de que nadie les ha visto.
Ahora le está cogiendo la mano, escondiendola entre sus rodillas.
-Ojalá te quedases... - murmura.

-Ojalá... - repite en voz bajita. Lance levanta la mano de Keith entre las suyas. Pretende besar alguno de sus muchos anillos.
Una voz le interrumpe y le hace dar un respingo.

-Lance, Lance hijo, trae la bolsa de regalos. - murmura su padre en un tono alegre. Siguen hablando, eso es bueno.

-¡Voy! - mira al azabache. - Ven. Vamos. - susurra Lance, con la mano de Keith entre sus dedos. Y es al entrar a Palacio cuando la suelta.

Sus padres no le han visto.

Ellos no.

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[💜 Nota de la autora para oír a sus lectorxs:
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]