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Pirate! AU
El barco se tambalea en el mar. Aún queda una semana para llegar a tierra firme y poder tirar del barco al maleante que es Lance McClain. Es escoria allí dentro. Al menos eso deja claro el capitán.
Está ahí, atado al mástil mayor, en pose de indio. Sus manos están inmóviles en la madera. Se le han dormido, además de las piernas. Esta mirando un punto fijo, con cara de pena.
-Esto... capitán. - Keith mira de reojo a Hunk, sin apartar de su vista el mapa que ha desplegado. Su cuerpo permanece cara al timón.
-Dime.
-¿No cree que igual deberíamos soltar al preso? Igual el remedio es peor que la enfermedad... -el capitán del barco, un chico de melena azabache y cicatriz en la mejilla, dirige la mirada al moreno. Ahora se están mirando. Se miran de forma seria.
-No. - sentencia. El de piel morena, el que ha empezado la conversación, traga saliva. Con sólo pensar el dolor de sus muñecas se le eriza la piel.
-Podría limpiar la cubierta. Es que... los integrantes nos tropezamos con él y no hace más que hablar y hablar y...
-¿Si molesto tanto por que no me tiráis por la borda? - el moreno abre la boca, ladeando su cura y retando a Keith con la mirada. El azabache bufa.
-¿Y? - le ignora. Sigue hablando con Hunk.
-Que igual es mejor si está haciendo trabajo sucio y no...
-Se me duermen las piernas, y este mástil está roido. Y húmedo. ¿Acaso no limpiais? -el capitán gruñe y pega el mapa en el pecho de Hunk. Baja los pocos escalones de la zona del timón y se dirige a Lance.
-Escúchame, pedazo de mierda. -coloca su espada en su cuello, en su delicado cuello. El cuerpo de Lance se tensa. - O dejas de hablar o comenzaremos a tener problemas. Y saldrás perdiendo tú.
-Vale vale. - murmura.
-Hunk. - el chico de melena negra mira hacia su compañero. - Vigiladlo. No le solteis. En ninguno momento. - el chico con bandana en el cabello solo puede asentir entre angustias.
-Si, mi capitán. - dice sin mucho ánimo. Lance solo puede reír.
-Vaya cara. Te hace ilusión eh.
-Cállate por favor. - murmura de nuevo.
-¡Atadlo a la pasarela! - alza la voz Keith. El moreno sólo niega, encogiendose.
-¡No no no no no, me callo me callo! - si hay algo que no quiere Lance es estar atado en la pasarela. Sentir que las olas chocan contra su cuerpo, atado con cuerdas rígidas y ásperas que provocan heridas en su piel y no le permiten moverse le pone la piel de gallina.
Se tira todo el día ahí, atado.
Keith le lanza varias miradas sádica y amenazantes. Lance sólo sonríe y ladea su cara.
Permanece callado toda la tarde.
Excepto en la cena. Tiene hambre.
Todos terminan de cenar y exceptuando los más relevantes, la gran mayoría se retira a sus habitaciones. Bueno, a sus tristes cuartuchos con olor a sal y arena.
Keith se encuentra en la proa, con su brujula entre sus dedos, atento a donde indica. Deben llegar al norte cuanto antes.
-Oye. - murmura Lange. El azabache no se gira. - Tengo hambre. -el cuerpo del capitán se gira lentamente.
-¿No crees que has dado las suficientes molestias por hoy? -hablan en voz baja.
-Hablo en serio. - susurra. - Aunque sea pan. Estoy acostumbrado a comer pan. - el azabache bufa y desaparece de allí. Había que intentarlo, piensa.
Dirige la mirada al cielo. Hay muchas estrellas. En pleno mar siempre las hay. También está acostumbrado a eso. Le encantan las constelaciones. Les une algo, al igual que el mar.
Al rato resuena la madera. Son pasos.
-Quedaba pan y sobrasada. Lo siento. Sigues sin caernos bien. - Lance sonríe y acerca el plato con un pie. Sigue atado.
-A mi esto me parece casi hasta una declaración de amor. Pan con algo, hacia meses que no comía algo así. -mueve sus piernas como puede. No puede comer con sus manos. A Keith se le have humorístico y a la vez tierno y penoso.
-Espera. - murmura. Desata sus manos y se coloca frente a él. - Un paso en falso y directo al mar. Y estamos en pleno mar.
-Ya lo se. El barco parece que se va a hundir, vaya oleaje, tardareis días en llegar... - susurra.
E
ntiende de mares y barcos, piensa Keith.
-¿Por qué nos has atracado, a qué ha venido eso?
-No se. Necesito dinero.
-Se quien eres. Te conocemos. Estabas en búsqueda y captura.
-Lo importante es que has oído hablar de mi. Esta carita no se te va a olvidar tan fácilmente. - sonríe y acaricia su barbilla con su pulgar y el dedo índice. Keith niega y pone los ojos en blanco.
-No, desde luego que no... - bufa. Se aleja de él y se acerca a la proa de nuevo. Lance no se mueve del mástil mayor.
-¿A dónde vais?
-A Altea.
-Eh... ¿sabéis que está en pleno saqueo? - Keith tan solo asiente.
-Si. Por eso.
-¿Queréis uniros a la fiesta o que?
-Nos están quitando lo que es nuestro. - susurra. Y con eso finaliza el tema. Lance termina de comer su pan y se pone de pie. Se acerca a él a paso lento. Keith está agarrando su espada.
-No voy a hacerte nada. Me acabas de dar de comer después de 1 mes. No voy a tirar por la borda a quien me ha alimentado. - murmura. Suspira y mira el cielo. - Tardareis 3 días. Más mareas son del este, y las corrientes os van a desviar un poco. Si todo va bien, el viento no soplará fuerte mañana. Las nubes están quietas así que en 3 o 4 días estaréis allí. - susurra. Keith sólo le mira de reojo.
-¿Como sabes tanto?
-Llevo años en alta mar. ¿Que te crees? - hablan en voz baja.
-Que eras un simple ladrón.
-No hombre. Tengo mis gustos y aficiones.
-Como el pan.
-Si, bueno, me encanta comer pan mojado con sabor a sal. - Keith sonríe al escuchar ese comentario irónico.
-Vuelve al mástil. Debo atarte.
-¿No puedo estirar un poco las piernas? - el azabache suspira. Le mira de arriba a abajo. ¿Que va a hacer? Estaba en ayunas, desarmado y en territorio enemigo.
-Lo que tarde en asegurar el camino e irme a dormir. - susurra.
Estaba bajo supervision "enemiga".
Pero al final son todos de la misma condición...
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[💜 Nota de la autora para oír a sus lectorxs:
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]
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