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Continuación capítulo 12
Donde Keith es un esclavo y
Lance es un un príncipe
grecoromano / persa
Lance había conseguido un terreno arenoso para que pudiera practicar su combate. Ese combate sería el que marcaría su camino de por vida.
Pasaría de ser un simple esclavo a un guerrero, a un militar. Al menos cenaria algo en condiciones y no los restos de la comida de gente que da de buena fe.
Se lo explicó después de una de las miles de noches juntos.
Tiene su cuerpo pegado al suyo, con sus piernas enredadas en las ajenas, la nariz rozando su rostro y sus manos acariciando su pecho.
-Si derrotais a las bestias y quedas en pie en el combate cuerpo a cuerpo... -tira el aliento al sentir las manos de Keith recorrer su cuerpo lentamente. Sus manos están en las curvas de sus glúteos. -...entonces sereis militar y subireis de clase... ganareis privilegios... -los labios del moreno se pegan suavemente en los del azabache. Se separan, unos centimetros, muy pocos.
-Si gano...
-Si ganais... -susurra. -Pero ya hablaremos eso mañana... -y peinando su cabellera negra, se coloca sobre su cuerpo de nuevo. -Ahora no es lo más importante... -murmura antes de soltar el primer jadeo de la noche.
Ahora Keith está desenvainando su espada en medio de la arena, con el pelo recogido y pegado a la piel. Las gotas de sudor que corren por su cuerpo acaban cayendo contra la arena.
Una pequeña sonrisa se pinta en su rostro al verle moverse con agilidad en la arena. Está peleando contra su hermano, otro posible futuro militar.
-No sabía que esto funcionara como coliseo funcional. -un cuerpo aparece a las espaldas del príncipe Lance. Otro príncipe, el príncipe Lotor. El moreno desvía su mirada al verle a su lado,asomado al balcón de piedra que da cara a la costa.
-No lo es. Es el único lugar con arena y espacio. El resto lo ocupan los navíos.
-Ya veo... -el príncipe Lotor observa a Shiro y a Keith. Gruñen entre movimientos acelerados. -¿Es ese Shirogane?
-El mismo.
-Veo que no le cuesta blandir la espada.
-Ya oiste al pueblo: el mejor guerrero en el Coliseo hasta ahora. -apoya su cara en su mano.
-¿Son persas?
-Si. -se queda en silencio. -Los dos.
-Ese joven...
-Su hermano.
-Persa.
-Si, ya os lo dije.
-Lance... -el chico moreno de pelo largo mira hacía él. -Corren rumores de que son cercanos.
-Si, es mi amigo. Paso las horas junto a él.
-Dicen las malas lenguas que su amistad fue a más...
-¿A que os referís? -el chico de melena castaña mira al príncipe que habla. Frunce el ceño. De fondo de escuchan las espadas.
-No es mi vida, y menos mis asuntos, pero corren rumores por la polis de que se os ha visto juntos y acompañados. -Lance tira el aire por la boca y mira el horizonte, donde acaba el mar.
-Y que si es así.
-La princesa Allura va a traer al mundo una criatura con vuestra sangre. Los dioses enfureceran.
-No enfureceran porque Cupido -el moreno sonríe y señala al cielo. Después, se señala a sí mismo. - está de mi parte.
-Sólo advertirle de las consecuencias del azar.
-Se sus consecuencias. Y es un flechazo en el corazón. -el moreno tira el aire y desaparece entre las cortinas.
-¿Que os dijo el rey Persa?
-¿Debe decir algo?
-Ese persa de cabello noche es...
-Mi amigo. -el moreno se gira. -Lotor, os agradecería que dejaseis mi vida a un lado y os centraseis en su pacto con los griegos. -el de la melena suspira.
-Si.
-Gracias. -y tras una mirada que desafía hasta a la misma Luna, el castaño desaparece totalmente de la vista del chico de piel morena y melena larga.
Y aparece en el terreno de combate.
Ambos futuros soldados están sudando, con las espadas en la arena.
-¡Suficiente, por los dioses, os quedareis sin piel en el combate! -alza la voz, sonriendo. Keith hace lo mismo al verle gritar eso.
El azabache corre a él, con sus paños llenos de sudor.
-Me gustaría tomar una ducha.
-Y tal vez sanar esas heridas. Demonios Keith, ¿no sabéis tener un mínimo de cuidado con vuestro cuerpo? -el azabache ríe. Entra al alojamiento cedido por la polis y busca los aseos.
Lance entra junto a él.
Nada más entrar, Keith se quita las telas que cubren su cuerpo.
Todo su cuerpo brilla por el sudor. El moreno lo observa de arriba a abajo, aguantandose la sonrisa endiablada que se le va a escapar.
-Bañaros conmigo. Siempre es menos aburrido.
-Después debemos curar tu cuerpo.
-Tal vez pueda curarse en este baño.
-No tientes a la suerte así. -murmura entre risas.
Sólo necesita medio minuto para sumergirse en el agua del aseo, acercarse a él y besar sus labios con delicadeza.
Cuando pasa sus manos por las heridas, Keith suelta jadeos de dolor.
Y después de esos jadeos, sigue el beso entre murmullos molestos.
Quedan 2 días para el combate.
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[💜 Nota de la autora porque puede y porque quiere oír a los lectores(?) :
Si queréis segundas partes de algún One Shot de los publicados, comentarlo y lo tendreis.
Si tenéis alguna idea que os hace ilusión, comentarla y se pondrá en marcha. 💜 ]
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