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🎴Capitulo 09:🎴



–Estas son todas las condiciones que me ha dictado el joven Park, ya las leyó y también firmó los papeles.

El abogado Jeon estaba tranquilo mientras era totalmente fulminado por YoonGi, todavía sentía cierto coraje hacia el joven Park por todas esas condiciones que le parecían absurdamente demandantes.

–Bien. Las firmaré también

Y aunque lo más sencillo era matarlo y arrancarle cada parte del cuerpo que serán utilizados, quería seguir ese pequeño juego, había cierta curiosidad por saber hasta dónde podría llegar ese chiquillo. O simplemente hasta donde creía que alguien como él podría llegar.

Y mientras firmaba las dos hojas del contrato era observado por Jin, quien a pesar de sentirse aliviado por Jimin, también sospechaba que no todo estaba yendo muy de su parte si los ojos astutos del pálido brillaban con malicia.

–Tiene suerte, ¿no lo crees? – Yoongi habló después de unos segundos donde comenzaba a comportarse como siempre, como si todo estuviese saliéndole a la perfección.

–¿Señor? – Cuestiona sin entender muy bien a quien se refería o quizá sabía pero quería asegurarse de que estén en el mismo canal.

–Park, el chiquillo– Indica sonriendo inusualmente, con cierta sospecha.

–Si usted lo dice entonc-

–Es cuestión de tiempo para que esa suerte acabe por completo.

La intención de Min era averiguar qué tanta "suerte" pudo haber tenido un chico como Park al tratar de manejar el asunto él mismo conociendo las pocas agallas que tiene.

SeokJin trató de disimular el cierto sabor amargo que se formaba en su garganta para que el contrario no notase que de alguna manera, él había tenido algo que ver respecto al inesperado acto de valor o rebeldía de Jimin, como quisiera llamarlo.

–No creo que se deba a solamente un golpe de suerte, yo creo que se trata de habilidad, una habilidad que destaca el lazo con su hermana.

Sinceramente, SeokJin no controló bien sus palabras. Creyó de inmediato que Min se enfadaría totalmente, comparar a Jimin con Zara era veneno, pero al contrario, YoonGi sonrió brevemente y asintió tranquilo.

–Lo comienzas a defender– Fueron las palabras exactas que salieron de su boca, tales palabras que hicieron eco en SeokJin. –Todo comienza así, comienzas a estar a la defensiva sin darte cuenta y para cuando miras hasta donde llegaste puedes asegurar que caíste profundo. – Dice con tranquilidad, sus sospechas siendo acertadas después de todo. –El chiquillo está logrando atraparte de una manera tan enferma que no eres capaz de notarlo, es lo exactamente lo que ocurrió con el otro... ¿Cuál era su nombre?.

–No es verdad, todo lo que crees asegurar en este momento es falso.

De verdad que quería creerse esa mentira, que el chico no estaba transformándolo en su protector sin saberlo. No quería repetir la historia, no quería volver a caer tan profundo sin sujetarse de algo que aseguraría su bienestar. Estaba mal y lo sabía por eso temía al futuro.

–Si me aseguras que no es cierto, no te importara en lo absoluto que te transfiera por un tiempo a otra sucursal.

Min es malditamente astuto y por naturaleza también es un total imbécil,un imbécil astuto era dos antónimos juntos pero que lo describían a la perfección.

Seokjin no quería perder así como tampoco deseaba sufrir, aceptó creyendo que era lo mejor.

–En lo absoluto señor, aceptaré sus condiciones sin cuestionarlo.

Min sonrió orgulloso.

Pero lo que nadie sabía era que esa seria de las primeras decisiones que tomaría pero afectaría a gran escala a Park Jimin.

Es el brote de sus nacientes arrepentimientos.

Arrepentimientos que lo harán sufrir como nunca antes.

En la mañana siguiente el joven Park ya era conocedor del intercambio de personal en la mayoría de las sucursales de su cuñado.

Estaba al tanto de que Seokjin, quien para él, en poco tiempo fue un buen amigo, iba a ser trasladado hasta Japón.

No pareció darse cuenta que todo eso fue planeado por Min y tampoco quiso sentirse tan mal como lo estaba haciendo justo allí, mientras observaba por un gran ventanal como SeokJin subía a ese vehículo dándole una última mirada hacia donde justo se encontraba él.

¿Qué significaba esa mirada?.

¿De verdad de nuevo estaba solo?.

Y aunque estaba acostumbrado a que todos desaparecieran de su lado, jamás se acostumbraría al dolor que dejan cuando se marchan.

Supéralo, gritaba su mente pero su corazón no lo escuchaba.

No estaba seguro de nada ahora.

Vio al vehículo alejarse y entonces solamente quedaba él de nuevo.

Las voces altas provenientes de la oficina de Min provocaron su descentración y abrieron una ventana a su curiosidad.

Esas voces no eran del todo reconocidas pero, de las que estaba seguro a quien pertenecían eran las voces del abogado Jeon y el que gritaba bastante fuerte se trataba de su cuñado, estaba lo suficientemente molesto como para sentir como las paredes retumbaban.

Bajando con lentitud las largas escaleras fue testigo de cómo todos los empleados habían desaparecido de la zona, dejando ese lugar como deshabitado.

Su curiosidad era tan grande que si bien quería saber el motivo del intercambio de SeokJin o el enojo de su cuñado, debía solamente acercarse solamente un poco más.

Pero de verdad no debió hacer eso.

Las voces se hicieron más claras y detectó cierto tono de engreimiento en una de ellas.

–Nosotros contamos con los medicamentos más caros y efectivos que jamás podrás encontrar en ningún otro lugar.

–Me importa una mierda la efectividad de sus raras drogas asesinas,¡no estoy, ni estaré tan loco para poder cerrar un trato con ustedes!.

–Puede pensarlo con calma y...

–Ya lo pensé y la respuesta es un no rotundo.

–Yoongi, ambos somos hombres de negocios así como también sabemos que haríamos cualquier cosa para cuidar de los nuestros.

–El señor Min ya ha encontrado una solución a su problema respecto a la condición de la señora.

–Esa solución debe ser muy efectiva entonces, porque oí que ni siquiera reemplazando cada parte de su cuerpo podría tener ni la mitad del por ciento que asegura su pronta recuperación.

–Hoseok, no creo que sean las palabras para...

–Déjame pensarlo unos días, al cabo de ellos te contactaré.

Al terminar esa conversación Jimin oyó los pasos y se escondió detrás de una gran maseta esperando no ser visto por nadie.

Su plan fallando cuando sus ojos se encontraron con aquel hombre de brillante cabello rojo que le sonrió de una manera tan tétrica,superando de alguna forma el temor que sentía por YoonGi.

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