🎴Capitulo:07🎴
La habitación era demasiado, absolutamente demasiado y por ello se sentía mal, no porque no le gustase como estaba decorada más bien porque muy en el fondo sentía y sabía que no merecía nada de eso, él es un pobre diablo no acostumbra a nada parecido a un hogar y mucho menos a una mansión con todas las comodidades.
–Debes de tener mucha hambre.
La voz del antes presentando como SeokJin resonó logrando despertarlo del pequeño transe que se vio envuelto observando la lujosa habitación.
Sus ojos clavaron de inmediato en el mayor, reflejaban culpa y vergüenza tras sentir su estómago crujir. Ya había superado el sentir hambre pero mencionar comida hizo que su pobre imaginación creara un escenario donde el estuviera devorando distintos tipos de platillos que conocía.
–Solo un poco, yo...
–No debes de sentirte regañado, no lo dije de mala manera, solamente lo comenté para informarte que la comida subirá pronto.
La manera tan cortes de aquel sujeto le causaba intriga, estando ahora los dos solos lucía un poco más suelto, más tratable.
– ¿La comida...subirá? – Duda sin entender exactamente, es decir, había algún detalle que olvidaba sobre las mansiones de lujo o solo lo había dicho porque sí. Escuchó la risa del opuesto logrando sacarle un sonrojo de vergüenza, en esos momentos no se sentía muy listo.
–Técnicamente, la comida subirá pero alguien la traerá consigo. –Explica bastante obvio y divertido. Jimin asiente sintiéndose patético.–No todos los días serán de esa forma, cuando se le ordene deberá bajar a comer junto con su cuñado.
Su piel se eriza de inmediato, oír aquello provoca que el hambre ahora fuera mínimo.
–Yo, ¿debo bajar todas las veces? –Cuestiona abrazándose asimismo, no nota la profunda mirada del mayor que lo analiza con detalle.
Compartir un espacio cerrado por mucho tiempo con aquel hombre le resultaba un poco-muy aterrador.
–Pues, si es una orden debe bajar, de eso se trata. ¿Por qué lo preguntas Jimin? –SeokJin quiere saber lo que el pobre niño piensa sobre su jefe. Porque, de lo poco que lleva conociéndolo sabe que no debe de sentirse tan cómodo como cualquier persona creería.
–Es que, yo preferiría no estar mucho tiempo cerca del señor Min. El, da un poco de miedo, no me gusta el miedo. –Susurra lo último ganándose una mirada profunda.
Podría ser que dentro de todo su cuñado no fuera una buena persona, no tan buena como quería parecer.
–El señor Min es un poderoso hombre de negocios, su aura es bastante temeraria pero, una vez que lo conoces descubres que no todo el tiempo da miedo. –Cuenta con una media sonrisa.
Jimin no está convencido y tampoco comprende cómo fue que ambos terminaron hablando del señor Min en esa situación.
Tampoco entiende porque SeokJin ahora le parecía más amable y risueño a comparación de todos los hombres del lugar. Había un aura de comodidad rodeándole.
–Gracias por enseñarme la habitación, también por hablar conmigo.
–No es nada, y cuando quieras hablar de lo que sea, puedes buscarme niño, eres interesante Jimin. –Responde satisfecho para luego girar–Ah, se me olvidaba, llámame Jin Hyung.
Jin Hyung
Las pocas personas que permitieron que les llamara Hyung ya no estaban con él, por eso esperaba que ahora Jin no se fuera también, aunque apenas sabían sus nombres no deseaba que un futuro cuando le tuviese afecto, el también desapareciera. El dolor seria el mismo, jamás se acostumbraría a ello, porque nadie debería acostumbrarse a perderlo todo.
SeokJin desapareció después de desordenar los cabellos del menor.
Minutos después, unas chicas tocaron la puerta, Jimin bastante confundido les abrió viéndolas asombrado antes las cantidad de platillos que cargaban en sus manos. Eran demasiados como para una sola persona pensó, y se cuestionó tanto del porque ellas le sonreían dulcemente mientras le indicaban donde sentarse para degustar los ricos platillos hechos por los chefs del lugar.
Jimin no sabía que decir o como debería explicarles que ellas a pesar de ser tan lindas estaban haciéndole sentir ahogado y sobre todo, presionado.
Sujeta el arma y apuntas al sujeto sin temblar, ¿oíste?
Sacudió su cabeza ante el horrible recuerdo, no quería volver a sentir esa sensación recorrerle cada célula del cuerpo.
–Hay tantos platillos por elegir.
–Variedades de carnes.
–De verduras.
–Salsas.
–Solo dinos y nosotras te serviremos.
Jimin suspiró bastante frustrado, en el día habían sucedido millones de cosas y no estaba ni de cerca acostumbrado ni a la idea de donde ahora estaba viviendo temporalmente.
–Estaré bien, gracias de verdad... quiero estar solo por favor, estoy un poco c-cansado, muchas emociones por un día– Expresa sincero logrando que las chicas comprendiera de inmediato.
–Lo entendemos Joven Park, esperamos que pueda disfrutar su comida, nosotras saldremos, no olvide tomar un baño antes de dormir, hay ropa en el armario.
A ella quien parecía ser más segura y flexible le había dedicado una bonita sonrisa en agradecimiento.
–Gracias...
–Hyuna,Kim Hyun Ah.
–Gracias Hyuna.
–Ha sido un placer.
Todas las jóvenes habían desaparecido del lugar dejando al rubio bastante tranquilo mientras suspiraba aliviado al no tener que lidiar con muchas personas a la vez.
Mira la mesa curioso y aunque todos los platillos que estaban allí se veían apetitosos, no había nada mejor que esa jugosa sopa de verduras. El sabor de la libertad, el del amor y por supuesto, el sabor de la esperanza.
Quizá mañana pueda ser mejor que hoy
Jimin degustaba en silencio su comida ignorando completamente el hecho de que, a través de las cámaras era observado por SeokJin y el mismo YoonGi.
–Parece un niño común y corriente.
–¿Esperabas una especie de matón a sueldo? –Duda divertido. –Por supuesto se trata de un niño común y corriente, tiene como diecisiete y ha vivido casi siempre en las calles, no esperes muchas sorpresas de él.
–No me refiero a eso, quiero decir...se supone que Zara y el son extranjeros por su padre, su madre, bueno ella es coreana, entonces, ¿Dónde están ahora?, porque dudo mucho que haya estado solo por mucho tiempo, sobreviviendo a todo con solamente esa cara y esos brazos tan débiles.
SeokJin suspiro pesado.
–Hay cosas que pasan y no tienen una lógica exacta, pero tampoco pueden parecer imposible. Lo que sabemos es que ha sobrevivido pero no importa como en verdad. Él está aquí y puede ayudar a Zara, ¿no es eso lo importante?.
Yoongi analiza las palabras del opuesto, quien tiene toda la razón, pero es que en momentos se preguntaba qué tan suertudo era ese niño.
–Si esto fuera en otra situación no creería nada de lo que me dijeras–Expresa el pálido apagando la cámara al notar que el niño se dirigía con cautela en dirección al baño. – Pero ahora no tengo otra alternativa. Tenemos que buscar la manera de hacerle donar sangre, lo antes posible. – Sentenció.
SeokJin asintió observando los documentos en sus manos, faltaban solo unos meses para que Jimin fuera mayor de edad, entonces podría ser totalmente responsables de sus actos hasta podría pudrirse en la cárcel si Min YoonGi lo decidía de esa forma.
–De acuerdo Señor. Dejaré los documentos por aquí.
Salió de la habitación con pasos largos dejando al nombrado solo y en silencio.
YoonGi suspiró frotándose el rostro.
Podría parecer que nada le afectaba delante de sus hombres pero, eso no quería decir que su interior no estaba hecho un caos.
Le preocupaba constantemente la estabilidad de Zara, y la única manera de salvarla estaba dándose una ducha en la habitación de huéspedes, no se consideraba un hombre noble pero la idea de tener que arruinar la vida de un niño también le resultaba espantosa pero, era el sacrificio que tenía que hacer si quería salvar a su esposa, la mujer que más ama y confía.
Todo se trata de eso, por Zara, por nadie más.
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