Inocencia.
Una noche pesada para Kim Namjoon se resume, en hacer algún trabajo de limpieza, el tener que castigar a la gente que no entiende el concepto de trabajo limpio, aquellos que lo hace irritar, que rayan en la incompetencia, maneja una empresa de exportaciones, pero también tiene concesiones en negocios de bastante peso, pero ser amable no le serviría con tan amplia competencia, así que desde que empezó a hacerse cargo del negocio de la familia, sabia que tenia que tener carácter, fuerza e inteligencia, tenia que ser alguien que temieras en cada ámbito.
Así que no solo su apariencia era de temer, también su cerebro, para cada negocio sabia como hacerlo a su favor, su poder de negociación además de la intimidación, consistía en un buen discurso y que las proyecciones que se presentaba fueran tan palpables para los futuros aliados que no pudieran negarse.
¿Quién lo haría?
Si solo el hecho de escuchar su nombre en alguna cena de negocios, hacia a todos temblar, se decía que no tenía corazón para nada más, que la manera tan cruda en la que pensaba lo hacia aun mas peligroso, no duda, el ejecuta.
Estaba cerca de los cuarenta años, así que todo lo que había hecho en este tiempo le aseguraban un retiro cómodo, pero antes de que eso pasara debía de buscar un sucesor, ya que no tenia descendencia, las mujeres que había pasado por su cama, siempre se aseguraran de que no procrearan, no deseaba un bastardo hijo de las mujerzuelas con las que se topaba, solo servían para saciar sus ganas y después debían ser desechadas, así que había decidido buscar a su sucesor dentro de su circulo de negocios, así fue como dio con el joven Jung Hoseok, un pequeño empresario que también era un tiburón en los negocios, pero le faltaba un poco de carácter, lo había tomado como su discípulo y protegido.
Así que esta noche que se entero que alguien lo amenazo tuvo que ir a recordarse que a su gente no se toca.
—Pensé que te había quedado claro todo lo que te dije hace poco Kang, pero al parecer no fue así.
—Llevo trabajando para tu familia mucho mas que ese mocoso, no puedes ponerlo sobre de mí.
—Claro que puedo, porque se me da la puta gana.
El moreno se subía las mangas de la camisa, mientras el otro sujeto se quitaba la chaqueta.
—Tómalo como una pequeña advertencia, si te doy una orden debes de cumplirla, eso no se discute, así que como tu primera falta en estos años te estoy dejando defenderte.
Ambos hombres entregan sus armas a sus asistentes, Namjoon quita su camisa dejando ver su musculatura que ha ganado en estos años, cada marca en su moreno torso, cada cicatriz relucía aun mas con lo marcado de su abdomen, los tatuajes en sus brazos eran la pieza faltante a toda su apariencia de hombre rudo.
Al colocarse en posición de combate se veían las venas tensas en sus brazos, apretó la mandíbula y trono su cuello, la mirada asesina que poseía intimidaba a cualquiera, así que cuando su contrincante dio el primer golpe, aunque logro acertar en la mejilla del moreno, sus piernas lo traicionaron de manera inmediata haciendo que el golpe contrario lo tumbara de lleno al piso.
Sin piedad Namjoon golpeo una y otra vez el rostro del contrario, dejándolo inconsciente en el piso, el moreno se levanto antes de matarlo, se limpió un poco los nudillos y miro al tipo en el suelo.
—Llévenlo al hospital, asegúrense que entienda lo que le ordene, y díganle que si vuelve a desobedecerme sus años de lealtad se irán con él en un ataúd.
—Si jefe.
Del otro lado de la ciudad en una cafetería conocida del centro, una chica estaba por terminar su turno como mesera, tenía poco que la vida la había dejado sola, sus padres habían muerto en un accidente y tuvo que ingeniárselas para salir adelante desde ese entonces, aunque no la dejaron desamparada, todo lo administro bastante para poder tener un techo donde vivir, y poder pagar la escuela media, respecto a la universidad se tendría que tomar un tiempo en lo que ahorraba lo suficiente para tomar la carrera que deseaba ya que no le seria barato.
Lo que Lee Aerum tenia a su favor era su determinación, que era bastante positiva, y sabia perfectamente que no seria sencillo, pero confiaba en que podría hacerlo, suele ser algo torpe, pero es muy organizada, su corazón es algo blando y siempre trata de ayudar a las personas.
—¿Puedes quedarte un poco mas de tiempo? Es que Alice se enfermo y no tendré como reemplazarla.
—Me sirve el tiempo extra, no se preocupe señor Baek, yo me encargo.
—Gracias, mientras come algo para que resista también el turno nocturno, aunque ese no es muy movido, sigue siendo pesado.
—Si, ¿Puedo?
—Si, sabes que la cocina es tuya cuando lo desees.
—Mil gracias.
De lo que mas le gustaba de trabajar ahí es que la dejaban poder en practica lo que mas le gustaba hacer, el cocinar.
Además el señor Baek la trataba como si fuera su nieta, no dudo en darle el trabajo, a pesar que ella nunca había trabajado siempre pone lo mejor de su parte para aprender rápido, sin mencionar que los clientes quedan fascinados con ella cuando los atiende.
—¿Qué harás ahora?
El parrillero principal se hace aun lado para dejar a la chica cocinar de manera libre.
—Algo simple, tengo ganas de pan francés, no hare nada complicado, ¿Te preparo?
—Amo lo que cocinas, sabes que si.
Aerum se sujeto el cabello en una coleta sencilla, fue a lavar sus manos y tomo lo que necesitaba de la cocina, un bol, un par de huevos, mantequilla, azúcar, canela, leche y el pan rebanado, le pidió al cocinero cortar algo de fruta, este la obedecía sin pestañear, ya que le gustaba mucho, si ella se quedaba tiempo extra el se quedaba acompañarla siempre, así podía llevarla a su casa de manera segura, pero no se atrevía a decirle nada, le gustaba compartir el tiempo de esta manera, y si ella lo rechazaba no quería que se volviera incomodo el trabajar.
—Siempre me pregunto ¿Por qué no trabajar en un restaurante?
—No tengo un título de cocinera, además de que no en todos lados me aceptarían por mi situación, se que soy algo joven, sin mencionar que un chef jamás me dejaría tocar su cocina, por eso me es mejor aquí, se que en un año pronto tendré el dinero para iniciar la carrera de gastronomía, así que soy feliz.
—Pero a que un chef no es ni la mitad de agradable que yo.
—De eso no tengo duda, eres muy agradable Jimin.
Aerum tenia la habilidad de que algo tan simple como un pan francés, se volviera una delicia culinaria, el aroma de la mantequilla con el capeado dulce del huevo lleno el lugar, preparo dos platos uno dulce con fruta, azúcar glas y un poco de dulce de leche quemado, para el segundo uso el pan francés para hacer un sándwich de queso con jamón.
El dueño había ido a la parte de la cocina para probar también ya que el aroma le había hecho aguar la boca, aprovechando que no había clientes los tres comían de manera tranquila, hasta que escucharon la campanilla de la puerta.
—Yo iré, termina tu cena —el dueño tomo una servilleta para limpiarse las manos y la comisura de los labios antes de salir.
Paso un rato, entro el dueño con cara algo asustada y moviendo las manos de manera nerviosa, parecía sudar en frio.
—¿Y la orden?
—¿Puedes preparar más de esto Aerum?
—Claro, ¿el cliente lo pidió?
—Dijo que quería exactamente lo del aroma, y eso es tu pan francés.
La chica sin pestañear se puso a elaborar un poco mas de los pedidos, pero precisamente no sabia si quería del dulce o del salado, así que hizo ambos, su jefe se veía cansado, tal vez por eso no pidió más indicaciones.
—Listo, esta la orden.
—Déjame llevarlos —trata de tomar los platos, pero la chica no lo dejo —¿Aerum?
—Ya váyase a descansar Jimin y yo nos encargamos, se le ve agotado.
—Tu no debes de atender a esta persona, deja que me encargue.
—Tranquilo, tengo buen servicio al cliente.
Antes de decir algo más, la chica salió de la cocina con los platos en las manos, miro la única mesa ocupada y se acerco a dejar el pedido.
—No sabía cuál de las cosas quería, así que le traje las dos, espero la disfruten, ¿Quieren mas café? O prefieren algo más de tomar.
El moreno miro a la chica con curiosidad, no se notaba nerviosa, se veía tranquila, su manera poco prolija de sujetar su cabello la hacía verse adorable.
—Café está bien.
—Enseguida.
La chica miro las manos del sujeto Moreno, se veían lastimadas y tenia una herida que sangraba un poco, cuando regreso con la jarra de café, también traía un trapo húmedo.
—¿Señor me permite?
—¿Disculpa?
—Perdone usted a mí.
La chica tomo la mano del moreno, el asistente intento sacar su arma, pero Namjoon le dijo que no con la cabeza, la chica limpio la herida que sangraba y le coloco una bandita de color rosa.
—¿Le puedo traer hielo para su mejilla?
—Así estoy bien —miro la plaquita con el nombre de la chica — te puedo pedir un vaso con agua Aerum.
—Si, enseguida se lo traigo.
Namjoon miro la bandita en su mano y después miro en dirección a la chica que se metía en la cocina de nuevo, en verdad no le temía, tampoco se veía forzada su actitud, ella solo parecía estar trabajando con naturalidad.
Namjoon dio un bocado al pan francés, el sabor era algo que jamás había experimentado, es rico y no es pesado ni muy dulce, la amargura que traía en su paladar se borraba con facilidad, nunca pensó que algo tan sencillo fuera tan delicioso.
La chica regreso con el vaso de agua, noto que algo le dijeron los sujetos dentro de la cocina, ella solo sonrió y frunció el ceño negando con la cabeza, regreso a su mesa y dejo el vaso aun lado de Namjoon, este se estiro un poco al sentir un ligero aroma a cítricos despedir del cuello de la chica, parecía que se había mezclado con su sudor, miro como se marcaba su clavícula por el cuello de su uniforme, la extensión de su piel tersa hasta el mentón, tenía un pequeño lunar en el cuello.
Jimin observo desde la cocina la escena, era como cuando un depredador analiza a una presa, el tipo se veía aterrador, ella en realidad no presentía el peligro que ese sujeto emanaba.
—Vendré en unos minutos para ver si necesitan algo más, disfruten su cena.
Terminaron de cenar y fueron a tocar el timbre de la barra, salió el dueño, la chica se veía lavando los platos al fondo de la cocina, aun lado estaba un joven rubio vestido de blanco que le platicaba algo, esta solo asentía y contestaba con gestos amables.
—La cuenta, no me salgas con que corre por la casa, dame una cifra.
—Le entrego su recibo.
Namjoon dejo una cantidad mas arriba de lo pedido, ya que al parecer la comida de la chica no estaba en el menú.
—Este es el numero de mi oficina, a primera hora mañana quiero el horario de su camarera, no quiero juegos, no quiero pretextos, si llego y no me entregan lo que me estoy pidiendo, vendré de nuevo, pero no vendré tan amable —miro al dueño a los ojos —¿Entendió?
Este solo asintió, tomando la tarjeta que le extendía el moreno, no quería exponer a Aerum a ningún peligro, pero la amenaza era real, no podía arriesgarse a algo mas grave. Mientras tanto el señor Kim Namjoon acariciaba la bandita con la yema de su dedo.
Hola de nuevo, esta historias es de esas con las que sueño de repente, asi que no se cuantos capitulos vaya a tener, pero se que no sera larga, tambien actualizare de vez en cuando no formara parte de las historias principales, les juro que trato de contenerme pero no puedo TwT.
En fin dejo el primer capitulo conociendo un poco a nuestros dos protagonistas, espero que me quede como deseo, de ahi en mas, las amito y besitos sucios.
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