Capítulo 28
JungKook lleva tanta prisa que siquiera le da una explicación a su hermano, quien lo ve salir con una expresión turbada y corriendo como loco en dirección a la calle.
Jin lo sigue varias cuadras pero luego lo pierde de vista, así que regresa a la casa a buscar su teléfono. Ruega que JungKook haya llevado el suyo.
El pelinegro sabe que el departamento de YoonGi no queda lejos de allí. La adrenalina que corre por sus venas es tal, que no siente cansancio, más bien siente un gran temor, temor de que tal vez su bebé pueda estar en peligro.
No es solo porque su instinto paternal ha florecido al cien por ciento en cuanto vio por primera vez al pequeño, sino también porque si al bebé le sucediera algo ¿Con qué cara se lo diría a TaeHyung? Él jamás se lo perdonaría.
Fue un estúpido al dejar algo tan importante al cuidado del idiota bueno para nada de Park Jimin.
A medida que corre, va insultando a su mejor amigo de mil maneras posibles, está seguro de que este se ha puesto a follar con su novio y ha descuidado al bebé.
En cuanto llega al departamento, presiona el botón del ascensor, pero este se demora tanto que decide subir las escaleras, de todas formas es en el primer piso.
No tarda en toparse con la puerta con el número veintitres pintado en ella, la cual comienza a golpear con tanta desesperación que podría tirarla abajo.
Jimin le abre demasiado lento, su rostro acongojado lo dice todo.
— ¿A caso piensas con la que te cuelga entre las piernas, Park? —pregunta JungKook retóricamente, ya que conoce la respuesta.
— ¡Lo siento tanto JungKook!, te juro que fue un segundo, no sé cómo pasó.
JungKook revisa desesperadamente en cada rincón, pero la actitud de YoonGi hace que se detenga a observarlo con curiosidad.
El pálido está sentado en el suelo con sus piernas refugiadas entre sus brazos, este se mueve hacia atrás y hacia adelante mirando un punto fijo en la pared y susurra una y otra vez:
—No es posible, no es posible, no es posible.
Parece un loco y ello asusta más a JungKook. ¿Con quién ha dejado a su bebé?
—Jimin, ¿tu novio es esquizofrénico? —pregunta en un susurro.
—N-no…no es eso. JungKook…
Jimin agacha la cabeza y el pelinegro, conociéndolo tan bien, sabe que ha pasado algo más, que este no le está diciendo todo. ¿Qué puede ser peor que hayan perdido a su hijo?
—Dímelo ya, Park. ¡Deja de perder el tiempo!
—YoonGi vio cómo tu bebé se convertía en gatito y huía por la ventana. Está en un estado de shock, cree que está loco por lo que presenció.
JungKook está horrorizado, ha sucedido lo que más temía, ¡su bebito puede convertirse en gato al igual que TaeHyung!
Bien, sabe que le será muy difícil lidiar con algo así, pero no por ello lo quiere menos y la preocupación por saber si se encuentra bien es tal, que no tarda en recomponerse y correr hacia la ventana.
— ¿Por qué no lo siguieron? ¡Puede estar en cualquier lugar! —vocifera con enojo.
— ¡Lo hice!, pero no alcancé a agarrarlo, estaba caminando por el borde del balcón y yo le tengo miedo a las alturas, YoonGi seguía como menso moviéndose de un lado a otro y repitiendo incoherencias ¡No supe qué hacer!
Mientras ambos se miran con total desespero, logran escuchar un maullido agudo proveniente de afuera.
Los dos miran por la ventana, la cual está abierta, pero no logran ver nada. Así que JungKook, corre hacia el balcón y se estira intentando divisar a Yaong.
— ¡Allí está! —señala Jimin—. ¡Está sobre el árbol!
JungKook se lleva ambas manos a la boca, no puede creer cómo llegó allí, por más que ahora sea un gato, no deja de ser un bebé.
JungKook trata de estirarse pero el gatito bien aferrado con sus uñitas afiladas, comienza a bajar por el tronco. Saben que si se baja, será demasiado difícil encontrarlo, aparte está muy cerca de la calle, le puede pasar cualquier cosa.
A ambos no les dan los pies para bajar las escaleras hasta la planta baja y llegar a la base del gran árbol junto a la entrada.
— ¡No lo veo! ¿Será que ya bajó? —pregunta Jimin, observando de un lado a otro.
— ¡Allí! —JungKook señala con su mano temblorosa hacia una rama, no está tan alto como antes, pero sí lo suficientemente alto como para no poder alcanzarlo sin una escalera.
—Bueno, al menos los gatos caen de pie, lo importante es que ya sabemos donde está. —dice aliviado.
— ¡Jimin!
—Es cierto, y si no cae de pie, le quedan seis vidas.
JungKook prefiere no responder las estupideces que dice Jimin y procede a arremangarse el abrigo para trepar el árbol.
—No te quedes ahí parado, ¡ayúdame!
Justo en ese momento su teléfono en el bolsillo comienza a sonar.
— ¿No vas a atender? —pregunta Jimin a medida que se agacha para tomar a JungKook del pie y ayudarlo a trepar.
—No, seguro es Jin, prefiero llamarlo luego, cuando esté seguro que Yaong se encuentre bien.
—De acuerdo, ahora apresúrate que no pesas dos kilos.
JungKook trepa por la base del tronco ayudándose con las ramas para balancearse hacia arriba. El pequeño gatito está cada vez más cerca. Este maúlla mientras intenta seguir bajando, pero no logra hacerlo.
El pelinegro intenta alcanzar una siguiente rama, con tanta mala suerte que esta se rompe, haciendo que caiga de espaldas al suelo.
Adolorido, se incorpora con ayuda de Jimin y se masajea en donde se ha golpeado mientras piensa cómo rayos va a bajar a su hijo del árbol.
En ese momento, una viejecita, con un gato siamés entre sus brazos, se acerca curiosa y se pone a observar la escena.
—Siga caminando señora, ya tenemos todo bajo control —le dice Jimin fingiendo una sonrisa.
— ¿Quieren que vaya por mi escalera? —pregunta la viejita.
—No hace falta —se apresura a responder JungKook. Lo único que quiere es que la señora deje de curiosear antes de que pueda llegar a suceder una desgracia.
—Mi departamento está en la planta baja de este edificio, no será molestia ir por mi escalera —insiste.
—De acuerdo, vaya por su escalera —responde Jimin ayudándola a subir el escalón de la entrada al edificio.
—Estamos llamando demasiado la atención —se queja JungKook por lo bajo.
Justo en ese momento, los maullidos se transforman en el llanto de un bebé.
— ¡Joder! —maldice JungKook mientras tembloroso observa cómo ahora su pequeño bebé cuelga entre las peligrosas ramas de un árbol.
Desesperadamente intenta trepar una vez más mientras Jimin observa de un lado a otro, procurando que no se acerque ningún curioso. ¿Cómo reaccionarían los vecinos si ven a un bebé colgando de la rama de un árbol? Eso sin duda sería un desastre.
Lamentablemente, el bebé llora cada vez más fuerte y la viejecita se está demorando con su escalera.
JungKook logra llegar bastante cerca del pequeño, pero como una de las ramas se ha caído, es imposible sujetarlo, al menos no de una forma segura, tiene miedo de moverlo y no lograr tomarlo firmemente, es peligroso, no quiere poner a su hijo en más riesgos.
Jimin comienza a gritar, llamando a YoonGi, rogando que este los escuche. Cree que este podría ayudar.
El pálido se asoma por el balcón y al observar al bebé sobre el árbol, reacciona y corre escaleras abajo, por más traumas que ese pequeño le haya causado, no deja de ser un bebé, y no puede quedarse observando de brazos cruzados.
Este aparece a los pocos segundos con una silla.
— ¿Y la escalera? —pregunta Jimin observando escéptico aquella silla, que no sirve para nada.
—No tengo escalera, lo siento.
En ese momento, se escucha el grito de una mujer. Con miedo a lo que puedan llegar a encontrarse, todos se dan vuelta lentamente, y ven a una pareja parados justo detrás de ellos, observando al bebé colgando en el árbol y a JungKook aferrado hasta con los dientes en el tronco.
— ¡Que irresponsables!, ¿cómo permitieron que ese indefenso bebé se subiera al árbol? ¿Dónde están los padres de estos mocosos? —grita la mujer lo suficiente como para que varios vecinos se asomen por sus balcones a observar la escena, que se ha salido oficialmente de control.
— ¡Fue un accidente! Fue mi culpa, pero ya casi lo tenemos —se excusa Jimin, aunque nada de lo que diga hará que aquello sea menos grave. Tampoco que pueda explicar la situación sin terminar internado en un loquero.
YoonGi se acerca al árbol y se agacha para que Jimin se suba sobre su espalda y logre llegar hacia dónde JungKook se encuentra. Este solo necesita unos centímetros más para lograr dar con el bebé.
Lamentablemente Jimin pesa demasiado y YoonGi no resiste.
—¡Intenten al revés! —dice JungKook con el poco aire que le queda, sus brazos se están acalambrando en esa posición y no cree resistir mucho más. Por otra parte el pequeño no deja de llorar y patalear sobre la rama que no saben cuánto tiempo más va a resistir.
En ese momento, un auto se estaciona frente al edificio y baja un periodista precedido de dos hombres con sus enormes cámaras, enfocando la escena. Sin duda alguno de los vecinos los han llamado.
JungKook quiere morirse en ese mismo instante, Jamás pensó que las cosas se saldrían tanto de control, que la noticia salga en los medios va a ser algo terrible, incuso podrían llegar a quitarle el bebé por irresponsable.
YoonGi se sube sobre los hombros de Jimin esta vez y este finalmente llega hasta los pies de JungKook que a duras penas están sosteniéndose del tronco. Este es el envión suficiente que el pelinegro necesita para que, de punta de pies sobre las temblorosas manos de YoonGi, tome al bebé con un brazo mientras se sujeta firmemente de una de las ramas y ahora, sintiéndose seguro, comienza a descender.
YoonGi no lo suelta por completo sino hasta ver a JungKook parado y seguro sobre una de las ramas más bajas del árbol.
—Cuando creímos haber visto todo aquí en Seúl, nos topamos con tres jóvenes intentando bajar a un bebé de un árbol —dice el periodista mientras narra todo con lujo de detalle y entrevista a los vecinos.
Finalmente, JungKook está en tierra firme con su bebé en brazos. Este ya se siente seguro así que ha dejado de llorar.
En menos de un segundo, el periodista se le acerca y comienza a exigirle que explique lo que acaba de suceder.
—El bebé es mi hermanito, se ha caído por el balcón por la imprudencia de su niñero ¡Es un milagro que no le haya pasado nada! —miente Jimin, ya que JungKook aún no logra recuperar el aliento.
—Los balcones son de concreto, ¿cómo un bebé tan pequeño se ha caído por ahí? Necesita trepar primero hasta el borde y ello es imposible, este pequeñito siquiera debe saber gatear —refuta el hombre mientras detrás, los camarógrafos filman absolutamente todo.
—No lo sabemos, lo importante es que el pequeño está bien, ya no hay nada que ver aquí —dice Jimin mientras toma a JungKook del brazo y casi que lo arrastra hasta la entrada del edificio.
—Hoy día los padres son unos imprudentes, tienen hijos y luego los dejan al cuidado de otros, y es por ello que pasan estas cosas —se queja una de las vecinas.
Los periodistas intentan seguir a Jimin y a JungKook pero estos se apresuran a entrar y cierran la puerta.
YoonGi está intentando recuperar el aire y cuando uno de los periodistas intenta abordarlo, comienza a hablar en chino y en seguida lo dejan tranquilo para seguir preguntándole a aquella chismosa mujer, quien no tiene ningún problema de figurar en las cámaras.
YoonGi entra al edificio y mientras espera el ascensor, ve cómo una mujer muy anciana camina a paso demasiado lento, lleva una escalera bajo sus brazos. Se pregunta hacia dónde se dirigirá.
—
¡Gracias por sus lecturas, os amo!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro