Capítulo 26
—Youngmi, Minki, Yangmi… —Jungkook va repitiendo por lo bajo cada nombre que le aparece frente a la pantalla, pero ninguno le convence.
《Todo sería más sencillo si el bebé hubiese nacido gato》 Protesta mientras se masajea la sien con la yema de sus dedos.
Entonces, una idea viene a su mente, de hecho se siente un tonto por no haberlo pensado antes.
— ¡Eso es! —exclama en voz alta—. Le pondré Yaong, ojalá TaeHyung no se enoje mucho conmigo cuando sepa el significado del nombre del bebé.
Justo en ese momento, escucha un maullido tras de sí y se voltea con prisa para toparse con aquellos ojos avellanada, observándolo fijamente.
— ¿TaeHyung? —pregunta casi en leves susurros.
El felino camina hacia él y se refriega en sus piernas en busca de atención. JungKook se alegra de saber que este ya se encuentra animado y, sin perder el tiempo, se aleja en dirección a la cocina para buscarle algo de comer.
Justo cuando está bajando las escaleras, escucha el sonido de una puerta de automóvil cerrándose. Curioso, se asoma a mirar entre las cortinas abiertas de la enorme ventana de la sala.
El pelinegro, boquiabierto, abre los ojos tanto como puede en una clara señal de espanto mientras observa al taxista ayudándolo a SeokJin a bajar el equipaje de la cajuela del auto.
¡Llegó varias horas antes! A JungKook no le dan los pies para subir las escaleras a toda prisa y encerrarse en la habitación. Allí camina de un lado a otro con evidente nerviosismo mientras torpemente aprieta los números en su teléfono.
—Atiende Jimin, mierda ¡Atiende! —repite con insistencia.
— ¿Y Ahora qué? —responde un adormilado Jimin del otro lado de la línea.
—Jin, gato, bebé ¡código rojo!
—No te entiendo nada, habla más lento, ¿qué sucede con el gato?
— ¡Vino mi hermano! ¡Ven a ayudarme!
— ¿Y cómo podría yo ayudarte?
—Ven por el bebé y llévatelo un momento, hasta que hable con él.
—No me haré cargo de tu hijo, ya te dije que…
JungKook escucha el sonido del timbre y se pone mucho más nervioso.
— ¿Qué sucederá si el bebé llora antes de que logre hablar con él? Necesito prepararlo para la noticia ¡Por favor! —implora trastabillando con sus palabras de tanta prisa que tiene al hablar.
—Muéstrale el bebé y no expliques nada. No puedo cuidar ni a mi pez y quieres que cuide a tu hijo, estás loco JungKook, definitivamente no lo haré.
—Te compraré ese puto videojuego que querías.
—En cinco minutos estoy allí, déjame la puerta de atrás abierta.
JungKook siquiera responde, corta la llamada con prisa, mete rápidamente las pocas pertenencias del bebé en su mochila de la universidad y la deja cerca de la puerta. Luego se quita su camisa, se pone la primer playera que encuentra y cierra la puerta tras de sí procurando no hacer demasiado ruido, le conviene que el pequeño siga durmiendo.
En menos de un segundo baja corriendo las escaleras, quita el seguro de la puerta de atrás y mientras se peina los cabellos con la yema de sus dedos, se dirige a abrirle a su hermano, quien sigue tocando timbre con insistencia.
Agradece haber limpiado todo el desastre que había en la sala mientras esperaba a Jimin, al menos se siente aliviado por ello.
Respira profundo y trata de tranquilizarse a medida que abre la puerta, topándose con el rostro cansado de Jin, quien aún mantiene su dedo índice en el timbre.
— ¡Jinie! No te esperaba tan temprano, estaba regando las plantas en el fondo.
—Ya estaba creyendo que no estabas en la casa. Que alivio, no sabes lo cansado que estoy, el viaje estuvo realmente agotador. —El mayor entra arrastrando su equipaje, lo deja a un lado y se desploma en el sillón de la sala.
—Bien, cuéntame, ¿cómo estuvo todo? —pregunta JungKook intentando disimular sus nervios mientras no deja de observar la puerta de atrás.
—Muy bien, mi jefe pensó en mi debido a lo responsable que he sido todo este tiempo, también porque dice que soy bueno para hablar y suelo caerle bien a la gente. Creí que haría el ridículo, pero al parecer les caí bien, varios empresarios están interesados en fusionar nuestra pequeña empresa con la de ellos, así que tal vez, consiga un ascenso.
—Tuviste bastante trabajo —musita JungKook, aún distraído.
—Fue agotador al principio, pero no todo ha sido trabajo. Hasta pude conocer la ciudad y fuimos a una fiesta.
—Sinceramente, me alegra saber que te divertiste, nunca antes habías salido de vacaciones a ningún lado.
—Sí, tuve un poco de diversión. Pero no tanto como tú.
JungKook lo mira atónito y aunque abre la boca para preguntarle la razón, la cierra con prisa, prefiere guardar silencio.
—Allí arriba hay unas pequeñas luces de colores que antes no estaban, y apesta a cigarrillo.
—N-no, yo…
Justo en ese momento, su teléfono suena.
—Debo atender, espérame un segundo —se excusa.
Camina rápidamente hasta la cocina y atiende.
—Ya estoy aquí afuera ¿Entro? —pregunta Jimin.
— No aún, yo te avisaré.
Jin da un sonoro bostezo y se incorpora del sillón, dirigiéndose a las escaleras.
—Iré a tomarme una ducha.
El pelinegro camina a toda prisa para subir antes que su hermano, solo por si a este se le ocurre curiosear en su habitación.
—Apresúrate, mientras te prepararé algo para comer, ¿quieres pastas? —sugiere JungKook intentando estar calmado.
—Me parece estupendo —Jin camina hasta su habitación y cierra la puerta tras de sí.
El menor aprovecha ese momento para abrir la puerta, cargar la mochila a su hombro y tomar a Yaong entre sus brazos.
Este se chupa el pulgar con insistencia mientras sigue sumergido en un profundo sueño.
JungKook baja las escaleras, esta vez con mucho cuidado pero sin dejar de mirar hacia atrás.
Al llegar a la sala, camina hasta la puerta trasera de la cocina y la abre con tanta prisa, que hace que Jimin, quien se encontraba apoyado sobre esta, cayera de espadas al suelo.
— ¡Ouch! —se queja mientras se incorpora—. Creí que me ibas a avisar antes.
— ¿JungKookie? ¿Te encuentras bien? —Pregunta Jin desde la planta alta.
— ¡Sí! —grita el pelinegro mientras que a toda prisa entrega el bebé en brazos de Jimin y lo ayuda a colocarse la mochila.
—Será tan solo unas horas, por favor no hagas tonterías. Lo iré a buscar en cuanto pueda, ¿de acuerdo?
—Procura que sea rápido.
—Si tu madre pregunta…
— ¿Estas loco? —interrumpe—. Iré al departamento de YoonGi. Mi madre no lo puede ver, luego de las preguntas que le estuve haciendo durante toda la semana, creerá que es mío.
— ¿Estarás con YoonGi?, Jimin, por favor no lo descuides.
—Tranquilo, YoonGi ya esta acostumbrado, no se va a sentir mal por ello.
—Hablo del bebé, ¡idiota!
—Oh, sí, sí, no le quitaré la vista de encima, lo prometo.
—Por cierto, YoonGi desconoce lo de TaeHyung, ¿qué le dirás?
—Le dije que el bebé es tu primo. Que lo dejaron a tu cuidado pero no podías hacerte cargo debido a tu incompetencia.
Jimin no espera respuesta, se aleja cargando al bebé y la pesada mochila.
— ¡Por cierto, se llama Yaong!
Jimin detiene sus pasos, pero JungKook en seguida cierra la puerta.
Por un momento se queda pensando en si haber dejado al pequeño al cuidado de Jimin haya sido una buena idea, no sabe por qué, pero tiene un mal presentimiento.
—Yaongie, tú y yo nos vamos a divertir —le habla Jimin al pequeño mientras camina por la calle, directo al departamento de su novio.
—
¡Gracias por el apoyo,os amo!
💜
ℹYaong es la onomatopeya (sonido) que los coreanos utilizan para describir un maullido de gato, nosotros decímos: "Miau"
ellos "Yaong".
Salvo por los tatuajes, este edit me recordó a la historia...
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