Capítulo 24
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TaeHyung está viendo televisión en la sala y comiendo cereal mientras JungKook, recorre toda la casa con una enorme bolsa. Está limpiando el desastre que dejaron en la fiesta de la noche anterior.
Siente una resaca terrible y se lamenta haber bebido tanto.
Hay una realidad, beber alcohol de una manera despreocupada con sus amigos, ya no es divertido como antes, las cosas han cambiado y por más que quiera regresar el tiempo atrás y fingir que nada ha cambiado, no puede, no se puede librar de los problemas, ya no puede ser aquel chico. Lo tiene que enfrentar. No más fiestas.
— ¿Quieres salir a tomar aire? Hay una plaza aquí en frente —sugiere JungKook mientras se desploma en el sillón completamente agotado, siente que le vendría bien respirar un poco de aire fresco.
TaeHyung no le responde, sigue compenetrado con la televisión. Ha descubierto el poder de aquel cubo mágico y las personas diminutas que viven allí dentro. Lo encuentra demasiado fascinante como para salir y perdérselo. ¿Quién necesita de una aburrida plaza cuando se tiene televisión?
JungKook sonríe levemente debido a lo tierno que se ve TaeHyung de esa forma, cubierto con una manta, aferrado a sus cereales y observando fijamente las imágenes en la pantalla.
No lo puede evitar y se le acerca a darle un beso en la mejilla. Se lo queda mirando de cerca y admirando su belleza. Por más que busque, no logra encontrarle siquiera una imperfección, aquél cabello lacio cayéndole en el rostro, su piel suave, sus ojos avellana tan profundos y a la vez tan cálidos; el corazón del pelinegro comienza a latir con fuerza y se siente un tonto, un tonto enamorado. Sabe que podría estar allí, observándolo por horas, pero hay mucho por hacer. Así que a regañadientes, decide dejar de babear por su novio y ponerse a hacer los quehaceres de la casa, comenzando por regar las flores de Jin, aquellos pequeños encargos que su hermano le ha dado, son los primeros que tiene que acatar, cuando el mayor regrese, tiene que estar todo a la perfección.
Toma una regadera y la llena con agua, luego se dirige al jardín de atrás, por la puerta del fondo.
Pronto será verano y se nota en los días que cada vez se vuelven más largos y cálidos. Permanece allí, regando las flores y escuchando el sonido de los pájaros.
Pero, la calma que ha estado sintiendo, de pronto se ve afectada por la voz de TaeHyung, quien comienza a llamarlo. Por el tono de su voz, es evidente que es algo importante.
— ¡Voy! —Dice desde afuera. Entonces deja la regadera, y camina con prisa hasta dónde el castaño se encuentra. Este, está llorando y mantiene su cara cubierta con ambas manos.
— ¡Lo siento mucho! —Solloza.
— ¿Qué sucedió?, ¿Por qué lloras? —JungKook da una rápida mirada al televisor, piensa que quizá TaeHyung ha visto algo que pudo haberlo asustado.
—No sé cómo decirte esto. —Susurra TaeHyung sin dejar de cubrirse el rostro.
JungKook da un paso hacia adelante para acercarse pero TaeHyung le hace una señal de alto con la mano.
—Puedes decírmelo, ¿Qué sucede?
—Yo… me hice pipí. —Musita llevando nuevamente ambas manos a su rostro, sintiéndose de lo más avergonzado.
JungKook se acerca y lo examina, entonces puede deducir que ello solo puede significar una cosa, TaeHyung ha roto fuente.
Enseguida lleva una mano al cabello del contrario y trata de tranquilizarlo, le dice que ello no es pipí, que es algo natural, que su cuerpo poco a poco se está preparando para recibir al bebé. Si bien por fuera se puede decir que JungKook es una personificación de la paz, por dentro está muriendo de nervios, lleno de impotencia se debate en lo que debería hacer, pero la realidad, es que no tiene idea, lo único que está en sus manos hacer, es tranquilizar a TaeHyung, demostrarle que todo va a salir bien.
Con mucho cuidado, lo toma en brazos y lo lleva escaleras arriba a la habitación, quizá no debió haberle permitido levantarse de la cama, no después de que Jimin le haya dicho por mensaje de texto de que TaeHyung había estado con contracciones por la noche.
El castaño permanece en silencio, se siente extraño y siente muchas emociones, desde ansiedad, miedo e incertidumbre.
JungKook lo observa mientras le aferra la mano, este se encuentra aterrado. Está seguro de que no sabrá que hacer, no es una situación fácil.
El castaño, ahora vestido con tan solo una playera larga, se acuesta sobre el pecho de JungKook y este le canta bajito una canción para relajarlo. Así, permanecen un buen rato, hasta que aquella paz se ve interrumpida por un grito que despide TaeHyung.
Ha sido de un segundo a otro, así que JungKook se tensa, ve como su novio se retuerce sobre la cama y grita, quiere ayudarlo a que se sienta mejor, pero no sabe qué se supone que debe hacer.
Temblando, se le acerca e intenta tocarlo, pero TaeHyung se lo impide de un manotazo.
—Duele, ¡No me toques! —Dice elevando el tono de voz.
Las contracciones que siente, esta vez si son constantes, vienen muy fuerte y luego se van, no sabe cada cuanto tiempo trascurren, pero si puede notar que cada vez son más seguidas.
Puede estar seguro de que el bebé está a punto de salir, JungKook está temblando como una hoja. Cómo quisiera tener a un experto que le pudiese resolver todas sus dudas, o incluso que haga todo por él, pero no puede, tiene que hacerle frente, el problema es ¿Cómo?
TaeHyung grita una vez más y se mueve de un lado a otro, allí es cuando JungKook decide ir en busca de toallas, con velocidad agarra las primeras que encuentra y las apoya a un lado sobre la gran cama, luego dudoso, se acerca al dolorido TaeHyung y le quita la ropa interior.
TaeHyung se vuelve a calmar y se aferra a una almohada. Así que JungKook aprovecha a bajar casi corriendo las escaleras en busca de un cuenco en el que pueda llenar con agua caliente. Tras otro grito de TaeHyung, JungKook sube corriendo nuevamente las escaleras, lo ha hecho con tanta prisa, que casi toda el agua se ha caído por los costados.
— ¡Siento que mi bebé ya quiere salir! —Musita TaeHyung con la voz entrecortada, de pronto siente la necesidad natural de empujar hacia afuera.
JungKook está hiperventilando, deposita el recipiente con agua en el suelo y se acerca a observar más de cerca a TaeHyung. Este, enseguida lo toma de la mano y se la aprieta con fuerza.
Trata de relajarse, sobre todo porque TaeHyung no deja de gritar y no quiere trasmitirle miedo.
En ese momento, recuerda aquél capítulo de Doctor House en el que la enfermera le decía a la mujer que inhale cortamente por la boca y luego exhale profundo, así que le indica a TaeHyung cómo respirar correctamente. Este lo intenta y trata de sincronizar su respiración con las veces que empuja hacia afuera, el problema es que no importa cuantas veces lo haga, el bebé no sale y por alguna extraña razón, presiente que algo anda mal.
JungKook lo presiente también, pero claro que no se lo dice, no quiere asustarlo.
El castaño lo intenta varias veces más, el dolor se hace insoportable, pero el temor a que el bebé pueda llegar a estar en peligro, es mucho más fuerte que cualquier dolor que pueda estar sintiendo.
JungKook, asustado, le abre más las piernas y no ve absolutamente nada, ¿No debería haber comenzado a salir?
TaeHyung está en pánico, no logra saber por qué el bebé no sale, ha comenzado a empujar, pero los segundos siguen pasando y comienza a desesperarse.
Entonces, de un momento a otro, lo siente, TaeHyung puede estar seguro cuál es el problema… el bebé no puede salir.
Comienza a llorar y a gritar con desesperación, JungKook está helado del pánico.
— ¡Mi bebe se está muriendo!, ¡Mi bebé no puede salir!
Mientras JungKook se mueve inquieto de un lado a otro sin saber que hacer, TaeHyung grita y le suplica que lo saque, pero, ¿Cómo se supone que hará eso?
—JungKook, ¡Por favor!, ¡No permitas que mi bebé muera! —TaeHyung llora, ya no siente dolor, solo miedo, mucho miedo.
— ¿Cómo?, ¿Cómo lo salvo?, TaeHyung, por favor, dime cómo, no sé qué hacer, ¡maldición!
—V-ve por un cuchillo, p-por favor, ¡Hazme un tajo e-en la parte baja de mi vientre, y… ¡Y sácalo!
JungKook, temblando y con un prominente sudor frío recorriendo su frente, corre lleno de pánico escaleras abajo, atropelladamente toma un cuchillo y maldiciendo sube aun sin siquiera darse cuenta en lo que está a punto de hacer. No puede pensar con claridad. Ve toda esa situación tan desesperante como en un sueño, como si no fuese él quien estuviese pasando por ello, sino, otra persona.
Temblando, camina hasta donde TaeHyung se encuentra, este lo observa con una mirada llena de terror en sus ojos.
Entonces, dudoso, apoya el filo contra aquella piel tan suave y bonita que siempre admiró y siente que no es capaz de hacerlo.
—JungKook ¡Mi bebé se está asfixiando! —TaeHyung grita desesperadamente, JungKook sabe que si algo le sucede al bebé, el castaño jamás se lo va a perdonar, pero, ¿Y si algo le sucede a él?, no quiere perderlo.
—Estaré bien, te lo prometo. —Musita TaeHyung entre sollozos.
JungKook, trata de controlar su temblorosa mano y le da un rápido beso al castaño en los labios, seguido apoya nuevamente la punta filosa en dónde TaeHyung le ha señalado con el dedo, lentamente con lágrimas en sus ojos, comienza a presionar el cuchillo contra la carne, haciendo así, poco a poco, un tajo lo suficientemente grande cómo para meter la mano y sacar a lo que sea que esté dentro.
TaeHyung da un grito desgarrador y se aferra a las sábanas con todas sus fuerzas, no quiere siquiera moverse del pánico que siente, tiene pavor de que el bebé haya muerto.
Entonces, JungKook logra ver una cabecita pequeña entre un flujo de color rojizo, respira hondo, mete su mano de prisa y lo saca.
En ese momento, se da cuenta en que TaeHyung ha tenido razón todo el tiempo, ello no es un gato, claro que no es un gato, es un bebé, un pequeño bebé humano.
Se queda observándolo asustado, el bebé no se mueve, no parece estar respirando, TaeHyung llora y se lo quita de las manos, con mucho dolor y dificultad, se endereza lo más que puede y le da una palmadita al pequeño, pero nada sucede. Sin rendirse, le da otra y lo mueve levemente, y entonces en aquella habitación repentinamente silenciosa, se logra escuchar el llanto agudo de un bebé.
El castaño llora de felicidad sin dejar de observar al pequeño. Es tan hermoso, tal cuál lo imaginó. Comenzando a sentirse desvanecer, toma el cuchillo que JungKook ha depositado a un lado de la cama y corta el cordón umbilical, no quiere dejarle eso al pelinegro, ya ha pasado por mucho estrés el pobre.
TaeHyung siente que puede desmayarse en cualquier momento, entonces apoya con cuidado al bebé a un lado de la cama, sobre una de las toallas.
—Te amo. —Musita sin fuerzas—. Los amo a los dos. —Y entonces, se deja caer exhausto y adolorido por el corte.
JungKook, atemorizado, ve como la sangre fluye por aquella herida y entra en pánico. Le ruega a TaeHyung que se convierta en gato, que siendo Mau, podrá recuperarse pronto, que él se lo prometió, pero nada sucede, el castaño ha caído inconsciente.
Este se pone a buscar algo con qué cerrar la herida, pero está tan desesperado y nervioso que choca con todo y no logra encontrar absolutamente nada. Abrumado, exhausto y tembloroso, se da la vuelta para mirar a TaeHyung una vez más y justamente dónde segundos atrás estaba su novio, ahora se encuentra un pequeño gato de color beige.
Lo que siente en ese momento, al ver a su novio convertido en gato, lo toma por sorpresa, ha estado tanto tiempo sin presenciar la verdadera naturaleza de TaeHyung, que verlo allí, respirando pausadamente con los ojitos cerrados en su forma gatuna, lo sorprende.
Aun así, se siente aliviado, meses antes, el castaño le había dicho que si algo se complicaba en el parto, se lograría convertir en gato y allí no tardaría en recuperarse.
Se lo queda observando curioso como si fuese la primera vez que lo estuviese viendo, no sabe cómo sentirse al respecto.
Entonces, se acuerda de que está el bebé a un lado, sobre la toalla.
Algo dudoso, estira el brazo, y lo toma con sus manos, este es tan pequeño que incluso puede sostenerlo con una sola.
Lo acerca para observarlo y en ese instante en que lo mira, tan pequeñito, indefenso y tan igual a TaeHyung, una lágrima de felicidad cae por su rostro.
En seguida lo carga más cerca de su pecho, sin importarle ensuciarse, y entre sus brazos lo admira, completamente maravillado.
El bebé se aferra al dedo de JungKook con su manita y este siente su corazón latir con fuerza. Aquella manita es tan pequeña, y esos ojitos, tiene el mismo color de ojos que TaeHyung, pero también tiene rasgos de él. Aquél bebé le pertenece, les pertenece a los dos, han creado al pequeñito más hermoso de todos, y está tan orgulloso por ello, ¿Cómo pudo no quererlo antes?
No puede creer aquel milagro entre sus manos, está completamente embelesado y no logra dejar de sonreír.
Sin quitarle la vista de encima, lleva al bebé hasta el recipiente con agua y lo lava con mucho cuidado, se ve tan frágil que siente que en un descuido podría lastimarlo, así que es más que cuidadoso.
Luego lo envuelve con la toalla y se lo lleva hasta la cocina. No encuentra nada con que darle leche, así que una vez que la calienta, la pone sobre un platito y comienza a soplar para que esta se enfríe.
Seguido, sube las escaleras con el bebé en brazos y también con el platito, quiere buscar un pañuelo en el cual humedecer con la leche para que el bebé pueda beber, succionando la tela. Algo que ha visto una vez en la televisión. Y dicen que no instruye.
Solo tiene dos manos, así que apoya con mucho cuidado al bebé sobre la cama y apoya también el platito con la leche tibia.
Con prisa se agacha frente al cajón en busca de uno de sus pañuelos. Hurga entre las medias hasta que finalmente encuentra uno, pero, en ese instante, un sonido extraño llama su atención. Al voltear, ve al bebé acostado boca abajo, bebiendo de la leche con su rozagante y diminuta lengüita, como si de un gatito bebé se tratase.
—Oh… mierda.
—
Me voy a poner gay. Quería decirles que me siento más que afortunada, tengo las mejores lectoras del mundo. Siempre leo sus comentarios y no son en lo absoluto problemáticas, ni critican, ni exigen, y encima son pacientes y respetuosas, no las merezco. Esta historia me llena de aura positiva y siento que en gran parte es gracias a ustedes.
¡Os amo!
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